De vuelta, que seas consciente de mi existencia
Capítulo 26: De vuelta, que seas consciente de mi existencia
Imri.
Las cosas en el bosque han estado tranquilas, demasiado para temor mío; Rem no se ha metido en problemas, ¿y cómo no tras días de recuperación por su pelea con un alfa?
Hemos intentado seguir con normalidad después de los acontecimientos que han sucedido en las últimas semanas, aunque admito que muchos lobos no son buenos fingiendo que todo está bien. No obstante, prefiero continuar de este modo que verme involucrado en otro lío.
«No obstante», moría por usar esa frase en una oración. Creo que ya sueno como un licenciado.
A ver:
Inaudito.
Así me siento luego de enterarme de que mi padre, no mi alfa, no; ¡mi padre!, se llevó al malcriado ese a cazar mientras que se la ha pasado ignorándonos a todos desde hace un par de años. Porque ajá, conmigo tiene razones para continuar molesto, y con eso no digo que sea razonable después de todo lo que he hecho para enmendar mi error, ¿pero qué hay de los demás? Incluso mamá sufre por su indiferencia.
Lo sé por más que intente ocultarlo, las cosas no andan bien entre mis padres y por alguna razón, siento que en algún momento todo se irá al demonio.
—Bueno, te dejo. Iré a hacerle un par de preguntitas a mi hermanito— me despido de Lúa. Quedé con la cabezona y Samuel para interrogar a Rem; no me iré de acá hasta llegar al fondo de la decisión del alfa.
¿Será que se sintió mal por lo que le dijo? Quisiera internarme en la mente de mi papá para saber lo que piensa.
«Internarme».
Umh, no me gusta cómo se oye esa palabra en la oración. Hay veces en las que las palabras refinadas no encajan. ¿Cómo le hacen los licenciados para hablar tan bien sin sonar forzados?
Ah, tendré que comprarme un diccionario.
—No me digas que están todos contra uno— Lúa y sus pensamientos —Oye, recuerden que la cosa es con Emre. Dejen a mi lindo hermano postizo en paz.
Pues claro que es con mi alfa, él es el único que me interesa en estos momentos.
—Coff, Masita, no sé qué pasa. Se pierde la línea, coff— los lobos que esperaba llegaron, es momento de colgar —Coff, creo que tendré que cerrar. Va y se daña el cel, cooff, cooff.
Creo que me creyó.
Ay, espero que se la pase bien con Pato. La llamaré después para confirmar que no se haya metido en problemas, no me gusta estar lejos de ella por mucho tiempo.
—¿Cuántas horas hiciste?— me pregunta Anya, mientras me acerco a ellos. El invierno trajo oscuridad consigo, entre veces tuve que adoptar mi forma original para ver mejor entre los árboles; Lúa estuviera aterrada de pasar la noche aquí, por eso no la invité.
—Estuve rondando nuestro territorio toda la noche.
—No, me refiero a cuántas horas hiciste hablando con Lúa— se burla a risas —¿Rompieron su marca de ayer?
—¿Eh?— ay, pero qué metiche —¿No deberías estar atendiendo a la alfa en vez de estarte fijando en cuánto tiempo me la paso hablando con mi novia?
—Imri, cuatro horas— dice Samuel con las cejas en alto —Eso es mucho tiempo.
—¿Tú también?— estos lobos no tienen nada que hacer —A ver, ayer ya pasó. Lo que importa es hoy, ¿dónde está Rem?
—Está con Larimar— responde Samuel —Al igual que Ra.
—¿Qué hace aquí? ¿No dijiste que lo habías dejado en la ciudad?— cuestiona la cabezona.
Sí, eso hice. Grande fue mi sorpresa cuando vi un cachorro igualito a mi hijo jugando con otros lobos, y que al final resultó ser él mismo. Es un pequeño vendepatria, bien que le dije que se quedara.
—El alfa lo trajo— suspiro en lo que caminamos en dirección a donde Larimar se la pasa siempre que no tiene mucho que hacer.
Les expliqué lo que entendía de la situación a mis hermanos, basándome en lo que me dijo Lúa y lo que yo pienso respecto al tema. Nosotros hablamos de camino al árbol de almendras favorito de Larimar, creo que le gusta tanto porque desde ahí puede ver «el otro lado de nuestro territorio».
Ahí está el menor de mis hermanos, leyendo un libro sobre no sé qué, al mismo tiempo que Larimar tiene una regla en la mano izquierda y a Ra en el brazo derecho.
—Se dice «expectativa»— reprocha dándole con ella en la frente —No «Espitiva».
—¡Ay, pero es lo mismo!— reclama molesto —Expe... ¡Expetotiva!
—¡«Expectativa», dije!— y otro reglazo —¡¿Por qué no sabes decir una palabra tan simple? ¿Tienes la lengua hecha un espagueti o qué te pasa?!
—¡¿Por qué eres tan mala?!
—Si lo fuera no estuviera perdiendo mi tiempo contigo, ¡se dice «expectativa»! ¡Ex-pec-ta-ti-va!
Ay, por todos los cielos. Ella acompañó cada sílaba con un reglazo.
Cinco en total.
—¡Estás loca!— le grita levantándose indignado.
—Larimar siempre es dura con él, pero ahora se está pasando— comenta Anya con los ojos grandes.
—E'petativa— pronuncia Ra con la cabeza apoyada en el pecho de la loba.
—¿Oíste? ¡Ra que tiene dos años habla mejor que tú! ¿No te da vergüenza?
—Apuesto que mi hermana sería dulce conmigo si le pidiera que me enseñe— se pone de cuclillas —¡No sería una desquiciada como tú!
—¿Con eso de «hermana» hablas de esa simia, verdad?— contesta levantando la ceja. Le he dicho mil veces que no la llame así —En serio que eres un ingrato. Oh, cierto, va y no conoces esa palabra porque además de ingrato, eres un vago.
—Eres cruel, y estás loca. Menuda combinación— se acomoda en la grama —Ya verás, le contaré a Onil lo mucho que me maltratas.
—Hola, ¿cómo están?— terminada la discusión, Anya se acercó a ellos dispuesta a llevarse a Rem. No nos conviene que Larimar sea testigo de nuestro amable interrogatorio.
—¿Y esta qué quiere?— pregunta el chico con una mueca de desagrado, enseguida a mi hermana se le borró la sonrisa.
—Creo que no le has enseñado a hablar bien— le dice Anya a Larimar fingiendo que no le importó la actitud del mocoso.
Y así Lúa dice que es bueno. Claro, porque enfrente de ella actúa distinto.
—¿Pasa algo?— cuestiona Larimar. Samuel y yo nos quedamos a la distancia.
—Rem, queremos hablar contigo— dudo que sea sencillo moverlo de ahí —Interrumpe tus clases un momento, será breve.
—Ummm...— se hace el pensativo —Yo no quiero hablar con ustedes.
—Pues, es una orden. Soy la mayor, debes obedecerme.
—¿Y a mí qué me importa que seas una vieja?
—Que quede claro que tuve fe en que me escucharía desde un principio.
Sin intenciones de seguir lidiando con la negativa del muchacho, ella lo agarró rápidamente del cabello y lo levantó a jalones del suelo.
—¡¿Pero qué haces?! ¡Suéltame!— no creo que logre zafarse del apriete de la cabezona —Peleé antes con un alfa, ¡¿qué te dice a ti que no podría hacerlo contigo?! ¡¿Eh?!
—¡Háblale bien a tus mayores!— exige agarrándolo más fuerte, provocando que el chico gimoteara adolorido. Anya camina hasta acá llevándolo a rastras —¡¿Quién te crees que eres?!
Samuel y yo solo le seguimos. Nosotros no nos hacemos responsables si le da calvicie temprana.
—¿Creen que no sé a qué vinieron? ¡Soy brujo!— ahí va con eso —Apuesto que quieren preguntarme sobre mi salida con mi pa'.
Bueno, le atinó.
¿Cómo es que siempre lo hace?
—¿Qué comes que adivinas, lobezno insoportable?
—¿Cómo se te ocurre llamarme «lobezno»?— le agarra la muñeca para ver si de esa forma logra soltarse —¡Les duele que yo sea el favorito! No entiendo por qué no lo vieron venir, ¡era obvio!
—Es mi turno de jalarle las greñas— solicita Samuel achicando los ojos.
—No seas ridículo, Rem— dice Anya —Es obvio que el alfa salió contigo porque se sintió culpable por lo que le dijiste.
—Sea como sea, eso no quita que por ahora soy el favorito. ¡Suéltame si no quieres que le diga a mi pa' lo que están haciéndome! Son unos abusivos, ¡se aprovechan de que son mayores que yo!— guao, ahora sí habló fluido. Mínimo Anya le está acomodando el cerebro —Imri, ¿no te da vergüenza? ¡Le diré a mi hermana lo que estás haciendo!
—Solo responde nuestras preguntas, ¿por qué te pesa tanto?— le pregunto cruzando los brazos.
—Estoy siendo amable contigo— continúa amenazando a Anya —Mejor suéltame si no quieres que juegue mi carta más valiosa.
—¿De qué estás hablando?
—Tsh, no le hagas caso— Samuel le da un pequeño palmazo en la cabeza —¿Qué hicieron el alfa y tú en el bosque? ¿Te dijo algo importante? Responde.
—Oh, sí. Me dijo «Eres mi favorito de todos, los demás son unos... unos...»— se le cruzaron las ideas —¿Cómo era que se decía cuando la gente es medio lela? Ay, ¿cómo era?
—¿Idiota, estúpido, imbécil?
—¡Sí, estúpidos!
—¡Imri!— me grita Anya.
Ay, no lo pude evitar. Yo también ando mejorando mi léxico.
—Él no dirá nada— suspiro desganado. Total, ¿qué obtendremos con la información? —Mejor suéltalo.
—No quiero, él me llamó «vieja».
—Fíjate en mi cabello y mira el tuyo, estás tan vieja que ya se te descolorió por completo.
Santo cielo, no le teme a la muerte.
—¡No es mi culpa que mi proceso haya sido más rápido que el de ustedes!— le agita la cabeza a ambos lados —El alfa tiene la edad que tiene y no lo tiene blanco, ¡así que tu argumento no tiene fundamentos!
—Cuatro veces.
—¿Cuatro veces, qué?
—Repetiste la palabra «tiene» cuatro veces, ¡tú también mereces un reglazo!
—¡Ay, ya verás!
—¡No quería usar esta carta, pero...!
Con una mano, Rem agarra el brazo con el que la cabezona lo está jalando; mientras que con la otra, le toma la mano que ella tiene libre. Luego de hacer eso, él se transforma evocando un llamado específico.
A diferencia del normal que va dirigido a toda la manada, estos llamados atienden a una persona.
—¡Ven aquí, lobezno irrespetuoso!— ella también se transforma. Con el hocico, Anya forcejea con él agarrándolo de la parte posterior del cuello, esto para inmovilizarlo.
—¿Deberíamos intervenir?— me pregunta Samuel, igual de confundido que yo.
—Ellos se entienden— es un lobo mayor tratando de educar a uno menor, mejor ni me meto.
Aunque es un poco tarde para Rem considerando su edad.
Pasados cinco minutos, el revoloteo entre ambos se ve interrumpido por la llegada de Onil, quien con las cejas en alto camina hacia nosotros.
Que no me diga que su carta más valiosa era esta.
—¿Qué... está pasando aquí?— pestañea un par de veces con las manos en los bolsillos.
—¡Onil!— Rem adopta su forma humana corriendo detrás de él a la vez que se pone los pantalones —¡Anya me está maltratando!
—Hasta llamados específicos y todo— nuestra hermana también regresa a su forma —Hola— mueve la mano con indiferencia.
Onil no es que tenga una buena relación con los mayores, digamos que son demasiados orgullosos como para aceptar que él, siendo menor, les dé órdenes. No obstante, tampoco podemos negar que el hombre es medio intenso e insoportable cuando se mete en su papel.
—Queríamos preguntarle sobre su salida con el alfa— le digo. Creo que de los tres, ahora mismo yo soy el que tiene una mejor relación con Onil.
Irónico.
—¡Oh, claro! ¡Jalándome del cabello e interfiriendo con mis clases!— señala enojado —¡Ya se me olvidó cómo se pronuncia espetatevo!
—¡Pero si nunca supiste hacerlo!— responde Anya.
—¡Y sigue con el maltrato!— agarra la parte inferior del abrigo de Onil con los dedos —¡Onil!, me tienen envidia porque mi pa' me quiere más que a ellos.
—Yo también me pregunto por las intenciones del alfa— dice pensativo —Te conozco, Rem. Puedo asegurar que fuiste irrespetuoso de nuevo.
—Por supuesto que no.
—¡No me mientas!
—¡Ella comenzó!
—Discúlpate— frunce el ceño —¡Hazlo ya!
—¿Por qué siempre me obligan a disculparme sin razón?— refunfuña mirando a la cabezona —Perdona por hacerte ver la realidad diciendo que estás vieja.
—Esas son las peores disculpas del mundo— dice poniéndose su vestido.
—Ya se disculpó, es lo importante— mucho duró Onil en mostrar su lado apoyador —Te pediré que si tienes problemas con Rem, los hables conmigo— Anya y Samuel están sorprendidos, pero yo no. Ya vi esa faceta suya cuando Rem golpeó a Fei —No tenías derecho a agarrarlo del cuello, ni que fueras su mamá.
—No me hables así que soy mayor— ya se enojó de verdad —Háblale bien a tus mayores.
—Con todo respeto, no está bien que trates así a Rem solo porque es un idiota.
—¿Me estás defendiendo o cómo?— interroga el chico indignado.
—Cállate, Rem— ordena y él guarda silencio a regañadientes —Anya, déjamelo a mí, por favor no te entrometas.
—Usa honorífico— considero que está de más —Repite todo lo que dijiste usándolo y me iré.
—Muy bien— echa un suspiro —Hermana mayor, estoy a cargo de las burradas que haga este idiota, por favor déjame tomar medidas a mí.
—Tengo que ir a ver a la alfa— da media vuelta —Te arrancaré los pelos uno por uno como me vuelvas a faltar el respeto— le indica a Rem.
—Voy contigo— secunda Samuel —Si con honoríficos estamos, ¡hasta luego, hermanos mayores!
Se nota que lo dijo para aligerar el ambiente.
—Sabes que Anya detesta su cabello, ¿por qué lo haces?— al menos que me quite esa duda de tantas.
—Adiós— me ignora a punto de convertirse.
—¿A dónde vas?— la pregunta de Onil fue lo que lo detuvo —¡¿Cuántas veces te tengo que decir que no me utilices como escudo?! ¡Te portas horrible y luego quieres que yo limpie tu mugrero! ¡Cómo me vuelvas a meter en otro problema, juro que...!
«Atchís», «Atchís»
Estornuda dos veces tapándose la nariz.
—Je, están hablando de ti— comenta el chico antes de irse, avisando que volvería a sus clases de «humañol».
—¿Hablando de mí? ¿De dónde saca tantos disparates?— resopla mirándome —¿Ahora ustedes son unos abusivos?
—Lo que le estaba haciendo Anya no es menos de lo que ella nos hizo a nosotros.
—Le jaló de las greñas, ¿verdad?
—Ajá.
—Nunca cambia— niega con la cabeza.
—Es mejor eso a que de un día para otro se muestre indiferente, y deje de valorar las cosas— por su cara me imagino que entendió mi indirecta —Por lo menos habla contigo.
—No es como si mantuviéramos una conversación. Yo le digo las nuevas y él me ordena qué hacer, nuestra plática no es como me gustaría.
—Comprendo.
—¿Sabes? La última vez que sentí su calor como mi papá fue cuando el accidente— se toca la cicatriz que le hice —Incluso pienso que él me tiene cerca por lástima, todo este tiempo ha hecho conmigo lo que hizo hoy con Rem. Al menos eso es lo que creo.
—No es así— lo tomo del hombro —Él te tiene a su lado porque eres confiable.
Si Onil, que es básicamente su mano derecha, piensa eso, ¿qué me toca a mí que ni su mirada tengo?
No llego ni a uña.
—¿Crees que se quede así para siempre?— no tengo respuestas a su pregunta.
—Ni sé, solo ten claro que te quiero. ¿De acuerdo?— debo decirle así de vez en cuando, no quiero que se vea consumido por la melancolía.
—¿Y eso qué tiene que ver con lo que estamos hablando?
¿Por qué es así?
—Mañana me iré a la ciudad— cambio de tema —¿Tú te quedarás por más tiempo?
Él no me ha vuelto a hablar sobre su relación con Elaine, no sé si deba preocuparme.
—No, mañana... tengo terapia— le cuesta decirlo.
El que se hayan tomado eso en serio, me alegra. Supongo que van por buen camino.
—¿De verdad? ¿Y cómo van?
—Pues...
¿Pues?
—Nada, todo normal— se encoge de hombros dándome la espalda.
¿Acaso quiere escapar?
—¡Eh— me le pongo enfrente —¿Cómo que todo normal? Que digas eso me asusta, dame detalles.
—Es... vergonzoso— confiesa con una mueca —Es nuestro tercer terapeuta desde que iniciamos con esto.
¿Cómo que su tercer terapeuta? ¿Qué clase de matrimonio son? No llevan ni tres semanas en eso.
—Explícate— no lo puedo creer.
—A ver, ¡no es mi culpa que los terapeutas de ahora sean jóvenes y apuestos!
¿Qué?
—Déjame adivinar, le hiciste una escena de celos.
—El primero era un tipo, un año menor que yo y que iba al gimnasio después del trabajo— ¿cómo sabe eso? —No dejaba de mirarla, ¡estoy seguro de que se enamoró de ella!
¿Qué?
¡¿Por qué piensa que todos los hombres están enamorados de Elaine?!
Es absurdo.
—¿Y qué hay del segundo terapeuta?
—Elaine no la quiso.
«No la quiso», entonces era una mujer.
—¿Por qué?
—Dijo que no era lo suficientemente profesional y que busquemos otro. Uno que sea un viejo mayor de sesenta años y de apariencia normal.
¿Dijo todo eso?
—¿De alguna casualidad, esa terapeuta era una mujer atractiva?
—¿Por qué lo preguntas?
—Olvídalo— los dos están igual de locos —En serio, espero que les vaya bien— mejor regreso a mi posición —No lo echen a perder y dejen de cambiar de terapeuta— es lo último que digo antes de abandonar el sitio.
Al final no conseguí nada juntándome con Samuel y la cabezona. Por lo menos me pude poner al tanto con Onil, a pesar de que saber cómo va su relación, me preocupa demasiado.
Esos dos estarían mejor separados que juntos.
Y bien, yo, al igual que Larimar, tengo un árbol favorito. Este es aquel que tiene mis iniciales talladas junto a las de Eveling. Siento que estoy cerca de los buenos recuerdos que tuve con ella cuando estoy ahí.
Por lo que caminé hacia allá para poner mis pensamientos en orden y así descansar un rato, ya después planeo dar una vuelta por el alrededor y llamar a Lúa para confirmar que todo esté bien con ella.
—¿Hmp?
Mi lugar no está solo. Ahí en la parte más alta se encuentra el alfa, sentado en una de las ramas con la espalda apoyada en el tronco. Él, desde que me vio, se separó del mismo, inclinándose hacia delante.
Es raro verlo por aquí.
—Te estaba esperando— dice saltando frente a mí.
Si eso fue lo que dijo.
¿Escuché bien? Posiblemente, esté empezando a alucinar.
—¿Qué me estaba esperando?— me le acerco frunciendo el ceño, debido al extrañamiento que me produce su afirmación.
—Quiero hablar contigo— da media vuelta sentándose bajo el árbol. Él me hace una seña para que haga lo mismo; cosa que hago colocándome al lado suyo.
—Amh... bien— obedezco.
¿Será que Rem le fue con el chisme? Oh, por Dios. ¡Sí es su favorito!
—¿Qué has hecho?— pregunta mirándome serio.
—¿A qué se refiere?
—A todo.
No entiendo.
¿Por qué me está hablando?
Es decir, no es como si me moleste, ¡me alegra! Pero me confunde al mismo tiempo.
—Alfa... ¿pasa algo?— necesito contexto.
—Recuerdo que siempre te la pasabas aquí con Eveling, sigues viniendo aunque ella no está— comenta en voz baja —Por eso supe que ibas a estar aquí.
—Ya veo— respiro profundo.
—¿La extrañas?
Todos los días.
—¿Cómo no hacerlo si Ra es una copia suya?— no esperaba hablar de esto con él —Me acuerdo de ella siempre que lo veo.
—Ustedes se parecen a mí, yo soy dominante. Creo que si muero, Ariangely también estaría en la misma posición que tú, recordándome siempre que los vea.
—Aun si no fuera así, la alfa lo recordaría siempre— bajo las cejas —La vida es así, somos lo que recordamos.
—Seguro te preguntas qué hago aquí.
—Sí, la verdad sí.
Después de ignorarme por tanto tiempo, viene y me habla de la nada.
—Soy consciente de lo potencialmente cruel que he sido todo este tiempo contigo, ¿podrías perdonarme?
—¿C-Cómo dijo?
¿Por qué así de repente?
—Nunca dejé de quererte, pero pasé de ti como si no existieras y debió ser horrible para ti. Por eso te pido perdón.
—Eh...— no sé qué decir —Yo...
No, ninguna palabra sale de mi boca.
¿Inaudito? No, esa no es la palabra.
Ahora mismo no recuerdo cuál utilizar.
¿Qué digo? ¿Qué hago?
Yo nunca pensé que él me pidiera perdón; por mucho tiempo supuse que me merecía su desprecio, pero ahora que se está disculpando, la cosa cambia y mi pensamiento al respecto también.
El alfa sí hizo mal al hacerme la ley del hielo. Nunca le haría algo parecido a Ra, por peor que se comporte, jamás le rompería el corazón de esa manera.
Yo volví, yo lo hice...
—Lo único que quería era que habláramos de nuevo— respiro profundo —En cambio, usted me rechazó muchas veces y como dijo, pasó de mí— como en el pasado no me detuve a pensar en ese hecho, ahora es algo que debo reflexionar.
—Actué mal— suspira apenado —He actuado mal con todos ustedes y prometo enfocarme en que las cosas vuelvan a ser como eran antes.
—¿En serio?
—Sí— se pone de pie —Entiendo que no me perdones de inmediato, cuando estés listo, me dices.
El alfa cambió a su forma original y se fue corriendo, dejándome pensando si lo que acababa de pasar se trató de un sueño.
¿Volver a como era antes?
¿Acaso es posible?
«Quisiera tu mirada devuelta
Que seas consciente de mi existencia
Soy parte de ti, nací de ti
¿Qué soy sin tu sentir?
Mendigo tu querer
Tu calor
La emoción de tu voz
¿Será que algún día regresarás?
Y por fin, cuando llegue ese momento
Mi avaricia de ti vas a saciar»
.
.
.
.
.
Espero que te haya gustado el capítulo :D
Estamos a veintidós de diciembre, por lo que te deseo feliz navidad por adelantado; espero que tengas una buena nochebuena, sea con tu familia, amigos o incluso solo. Porque, lo que importa es que estés bien.
Y bien, hablando del capítulo, ¿qué tal?
Así se comporta Rem desde el punto de vista de Imri, ahora ya ves porque nuestro prota masculino piensa de esa manera de su hermano xDD
Como lector, has de estar igual de confundido que Imri y es normal... Digamos que la semana de Emre también estuvo ocupada.
¿Teorías en general?
¿Opiniones?
¿Comentarios?
¿Impresiones?
Recuerda dejar tu voto, es tu manera de apoyarme. Vamos, la historia es gratis, no te pases de fantasma >:D
También, recomienda para que alcance más gente!
Sígueme en wattpad y en Instagram como:
Isandy_ds
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top