Capítulo 19 Contigo (+19) discreción

— Wheein, ¿estás en tu casa? — pregunta a penas le contestaron la llamada.

— ¿Por qué preguntas Hyejin?

— Pues...es que...debemos hablar...

— ...

— ¿Wheein?

— De acuerdo, te espero— y cuelga sin mucho ánimo.

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.

.

— Llegaste pronto, adelante— dijo Wheein abriéndole personalmente la puerta.

— Venga vayamos a mi habitación— dijo tomándola de la mano.

— ¿Tus padres están? para saludarlos.

— No, ahora mismo mi madre está en China cerrando unos negocios y mi padre lleva dos días en la empresa por unos trabajos que han salido mal y que él debe de solucionar, ahora vamos.

[...]

Al llegar a la habitación Wheein se sentó en la cama y con la mano palmó su lado indicándole a Hyejin que se sentará junto a ella, pero esta tomo la silla que estaba frente a la mesa de estudió de Wheein y la coloco delante de la cama, justo en frente de la más baja.

— ¿Qué sucede Hyejin? — pregunto Wheein sin mostrar ningún tipo de expresión, solo era póker face.

— Wheein... ¿por qué Byul y tú terminaron? — pregunto directamente, Wheein abrió sus ojos en señal que no esperaba aquello de la trigueña.

— Por qué ¿eh? — dijo retorciendo los ojos.

— Verás...a Byul, no, yo nunca le guste a Moonbyul en el sentido amoroso— Hyejin mantuvo su expresión, al ser la mejor amiga de Moonbyul pudo sospechar aquello, pero aun así...

— ¿Solo eso?

— Ella está enamorada de otra chica y el día en que le explique lo que se sentía estar enamorada ella llego a esa conclusión por ella misma, se trata de Yongsun.

— Wow, eso a pesar de ser su mejor amiga no lo vi venir, he estado concentrada en otra persona y no le he prestado atención a mi mejor amiga.

— Si, hay muchas cosas de las que no te has dado cuenta— insinuó pícaramente, era ahora o nunca para Wheein decirle a Hyejin lo que sentía.

— Si, ¿cómo qué?

— ¿De verdad no te has dado cuenta?

— No, solo estoy concentrada últimamente en otra persona que no sale de mi cabeza.

— Oh— sonó algo desilusionada— entiendo— dijo y se acomodó en la cama, eso no lo había visto venir.

— En serio, ¿puedes ser tan ingenua?

— ¿A qué te refieres? — pregunto Wheein volviendo a mirarla a los ojos.

— Wheein, eres tú a quien no sale de mi cabeza— dijo acercando la silla atrapando entre sus pies los de Wheein.

Wheein estaba algo impresionada, entonces eso significaba...

— ¿Qué significa eso Hyejin?

— Que me gustas Wheein, y mucho— a Wheein la mandíbula le cayó poco a poco, incluso — ¿estás hablando en serio? — preguntó inconscientemente.

— ¿Crees que jugaría con algo así? — pregunta tomando las manos de Wheein entre las suyas.

— No, pero...es que....

— Wheein nunca te había visto tan nerviosa, y menos trabándote tanto, si no me correspondes me aguantare estas ganas de besarte que tengo e intentare que todo siga igual.

Al no recibir respuesta de ella, Hyejin se puso de pie, tenía planeado irse y Wheein al darse cuenta la toma de la muñeca y la jala haciéndola caer sobre sus muslos para luego atraparla por la nuca, atraerla a ella y robarle un beso. No era uno apurado, pero si algo tosco, era inconsciente.

Al separarse Hyejin se queda mirando a Wheein como si estuviese esperando a que dijese algo.

— Hyejin, también me gustas y mucho, tanto así que si me lo permitieras te haría el amor ahora mismo— dijo sin una pizca de vergüenza, volviendo a ser la Wheein de siempre, atrevida.

Hyejin la escucho y su expresión paso a una sugerente. Se acomodó sobre Wheein pasando un pie hacia el otro lado de los muslos quedando frente con frente a ella, sobre ella. Para más comodidad cruzo las piernas por detrás de su espalda. La pelinegra no decía nada y aunque Wheein tenía una idea de lo que haría no quería ilusionarse.

Hyejin acerca su boca al cuello de Wheein y empieza a dejar leves besos que hacen que la piel de esta se erice como nunca antes. Estos besos fueron ascendiendo hasta llegar a la oreja de esta para que Hyejin con su lengua la rozara. Wheein apretó la cintura de quien la provocaba, la estaba enloqueciendo.

Hyejin le deposita un pequeño beso en los labios y luego se le queda mirando.

— Entonces a qué estas esperando, ambas somos mayores de edad y en la última noche de chicas en casa de Byul confesamos que ya ninguna de las dos tenía una santidad que cuidar.

— Bien, porque te haré el amor como nadie te lo ha hecho antes— dijo Wheein cuando puso las manos en los muslos de Hyejin para acomodarla en la cama, pero antes de que pudiese hacer nada la detienen.

— ¿Y si yo quiero ser la activa en esta relación? — pregunta de pronto Hyejin.

— Amor— dijo y tomo las manos de Hyejin señalándole las largas uñas que esta poseía — con estas pudieras matarme, si quieres algún día ser activa deberás deshacerte de ellas antes— dijo y sin más atrapo a Hyejin con sus manos y giro rápidamente dejando a la pelinegra sobre la cama, quien poco a poco se echó hacia atrás.

— Aunque dudo que después de esta noche quieras ser activa— dijo Wheein retirándose la blusa y el sujetador, quedando con un short. Mientras Hyejin se deshizo de lo mismo pero quedo con su ropa interior inferior.

— Eres demasiado caliente, ¿te lo han dicho? — dijo Wheein ya cerca de Hyejin acariciándola desde sus muslos hasta llegar a su rostro, rostro que atrapo delicadamente con sus manos para acercarla a ella y besarla.

Durante el beso poco a poco Hyejin pego su espalda al colchón, con Wheein a su lado. Era solo un beso, pero era uno muy romántico.

Hyejin se veía malditamente sexy, la chica de la que quede prendida desde que llegue a Corea ahora estaba en mi cama, a punto de dejarse amar por mí, porque si, lo haré. Anteriormente he tenido relaciones, mi primera vez fue con un chico, descubrí como el placer que sentí me gustaría hacérselo sentir a las chicas, pero aún mejor, con mucho más amor y aunque solo he estado con tres chicas en la cama, Byul no, a ninguna le hice el amor como tengo planeado hacérselo a esta mujer.

Luego de que ella estuviese acostada completamente tome la mano que estaba más cerca de mí y la atraje a mis labios para depositarle pequeños besos. Poco a poco fui recorriendo su brazo hasta llegar a sus hombros desnudos. De ahí pase a su cuello y aunque no quería hacerlo succione un poco con mi boca para dejarle una leve marca, ella recordaría esta noche para siempre.

Luego de que me sacie con su cuello y de los gemidos que dejo escapar con lo que acababa de hacer, descendí un poco llegando a sus senos, benditos sean estos. No serán grandes, pero son perfectos. Una de mis manos atrapo uno dejando ella escapar leves gemidos y al tocarle su nipple estaba duro, me indicaba que estaba excitada y eso me excito a mí.

Atrape uno de sus pezones con mi boca y comencé a mover mi lengua para darle más excitación, ella gemía levemente, pareciera que se estaba resistiendo, bien si así lo quería. Comencé a chupar de su seno como si fuese un bebé recién nacido. Y mi mano no solo se concentró en su seno mientras actuaba cual bebé esta fue bajando poco a poco hasta llegar a su ropa interior, la cual estaba comenzando a odiar por muy sexy que le quedará.

Introduje mi mano por debajo de su lencería y su cuerpo reaccionó rápidamente. Cerró sus piernas a pesar de que mi mano estuviese a punto de apretarle el clítoris, a pesar de sus piernas estaban cerradas pude sentir su humedad, realmente se había humedecido rápido.

Liberé su pezón y la miré, en su cara se veía la vergüenza, esto me hizo sentir mal, quería que se relajase por completo conmigo. Saqué mi mano de la zona baja y comencé a depositarle leves besos desde un poco más arriba de su monte de venus ascendiendo por su ombligo, escote, pecho, cuello y luego a su boca, su adictiva boca. Allí la besé como no lo había hecho hasta ahora. Mi lengua invadió su boca y la acariciaba mientras la mano derecha acariciaba su anatomía como si fuese una obra de arte delicada, no quería dañarla, por lo contrario, amarla.

— Hyejin...— le hablé con un tono sensual y ella me miró— por favor no te sientas incomoda conmigo— ella asintió levemente y yo le di una pequeña sonrisa— ¿pudieras girarte y darme la espalda? — le pedí y ella me miro algo extrañada por la petición, pero aun así lo hizo.

Al girarse comencé a despojarla de la única prenda en su cuerpo, ella se veía algo incomoda por estar tan expuesta a mí por lo que debía ayudarla a relajarse. Me acerque a su oreja y le susurre.

— Hyejin déjame demostrarte que tanto amor te puedo dar— ella hundió el rostro en la almohada, le había apenado mis palabras, de una forma que casi no se vio ella asintió aun con la cabeza en la almohada.

Me acerque a su trasero y no quería ser tosca, al menos no en mi primera vez con ella. Con mis manos atrape cada glúteo y luego le deposite pequeños besos en varias áreas de este. Luego ascendí poco a poco mientras mis manos masajeaban su trasero. Pequeños besos eran intercalados con el roce de mi lengua por su espalda, cada vez que el musculo de mi boca la rozaba ella no podía evitar gemir.

Leves mordidas le di en la espalda, más los besos hasta llegar a sus hombros, la agarre por uno de ellos y la volteé, ella se veía más incómoda que antes, más bien avergonzada. Estaba empezando a desesperarme, quería que se relajara. Le di varios besos mientras que los dedos de una de mis manos acariciaban su cuero cabelludo.

— Hyejin...el día en que bebiste de más, me dijiste... dijiste que me amabas— Hyejin se volteó y abrió sus ojos, entonces si lo había hecho, de que valió confesarse hoy si ya lo sabía.

— Hyejin...yo también estoy enamorada de ti— dijo para luego besarla delicadamente— Te amo Hyejin— volvió a besarla y durante este beso Wheein se percató como el cuerpo de Hyejin se relajó. Ahora si podía seguir.

Baje hasta las piernas de Hyejin quedando enfrente a su pelvis para acariciar suavemente los muslos, y poco a poco acercar las manos su tan ansiado centro. Estaba más húmeda que antes, esto me facilitaría las cosas.

Acerque la boca al depilado monte de venus de Hyejin y le deposite pequeños besos en él. Mi dedo índice mientras lo hacía se movía levemente de arriba hacia abajo por entre los labios superiores de su parte intima. Si esperar mucho mi boca ya estaba atrapando su clítoris con mis labios, fui delicada, no quería hacerle daño. Ella gemía y de vez en cuando mi nombre se le escapaba. Liberando su clítoris recorrí con mi lengua la parte externa de su vagina, sí que estaba reaccionando a mí.

— Wheein ahh, has algo...por favor— dijo y su mano se dirigió a frotar su vagina pero no se lo permití.

Mi lengua se desplazó por entre sus pliegues y aunque no era la gran cosa ella estaba disfrutándolo, que era lo que me importaba. La moví de forma constante hasta que vi que era el momento de avanzar.

Coloqué el dedo índice en el exterior de su vagina y la vi a la cara, su expresión me estaba suplicando. Introduje con cuidado, y poco a poco lo moví de adentro hacia afuera y viceversa, así estuve hasta que comencé a subirle a la velocidad, llego un punto en que introduje el dedo del corazón, ya eran dos, luego de un par de movimientos que causaron que prácticamente maldijera gimiendo apreté mis dedos dentro contra la pared superior vaginal, lo suficientemente cerca del punto G para que ella se retorciera de placer.

Mi boca estaba cerca de su abdomen, depositándole leves besos y aunque podía resistirme cada vez que presionaba su pared vaginal algo en mí se apretaba con sus gemidos y terminaba por darle una leve mordida en su abdomen.

Estuve haciendo distintas secuencias hasta que ella llegó a su límite, prácticamente mi nombre se escuchó tan bien en su boca y sus manos me apretaron cuando sentí su squirt inundar mi mano. Al darme cuenta me acerque a ella y se aferró a mi cuerpo mientras que el suyo temblaba.

Su respiración era pesada. Jadeos hacían presencia. Luego de un rato me separe de su pecho y ella me mira sonriente, se veía jodidamente hermosa. Aparté mechones de cabellos sudados que caían en su rostro y le deposité un pequeño beso en la punta de su nariz para luego sus labios, sus adictivos labios.

Estuvimos besándonos por un tiempo, hasta que tuve el descaro de hablarle —Te dije que te haría el amor como nadie te lo había hecho— ella se cubrió el rostro de vergüenza y yo atrape una de sus manos para luego tomar su dedo del corazón y besarlo —Juró que no será la última vez—. Ella sonríe, pero aun podía ver que sentía vergüenza por lo que había dicho por lo que termine sonriéndole de vuelta.

Luego de unos minutos comencé a acariciarla, y darle leves besos por su cuerpo y aunque quería volver a hacerle el amor ella se veía agotada, no solo luego de lo anterior sino desde que llego a mi casa. Terminó por dormirse mientras me abrazaba y yo me sentía más completa que nunca.

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