17. Orígenes (parte uno)

DIEZ AÑOS ATRÁS

Ven —dijo Trevor extendiendo su mano —. Prometo que ésto te ayudará.

La chica lo estudió con la mirada y volvió a negar lentamente.
—No, a mí mamá no le gustaría que yo...

—Tú mamá está muerta —dijo Trevor inclinando su cabeza a un costado —. Dime que mierda de importancia puede tener alguien muerto en tu vida.

La joven comenzó a temblarle el mentón y se largó a llorar en puro silencio, apretó sus brazos y se dio un abrazo a sí misma mientras se derrumbaba en el suelo.

Isaac quien presenciaba todo en silencio largó un leve suspiro.
—No hace falta que seas tan idiota Trevor —se acercó a paso lento y la tomó del brazo —. Ven Noelle, no le hagas caso. Él no conoce tu dolor, es por eso que es tan frío —Isaac le sonrió de costado tratando de alivianar la tensión del ambiente.

—Como sea —Trevor rodó sus ojos —. Sólo digo que ésto la ayudará a sentirse mejor —alzó en alto un arma y apuntó a un árbol que tenía pintado un punto rojo —. Bum —dijo cuando apretó el gatillo, y un estruendoso ruido sacudió a los pájaros de los alrededores.

Noelle sintió una corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo, se quedó estática viendo los trozos de madera que volban de aquel pobre árbol.
Ella notó una pequeña sonrisa en el rostro de Trevor acompañada de un largo suspiro.
¿Será cierto? Pensó sin sacar su vista del arma ¿La bala era capaz de sacar peso de encima? Ella había entendido que un arma destruye, ¿Qué pasaría si alguien destruido  usa un arma? ¿Un caos? ¿Qué pasaría con ese dolor que tenía en su pecho? ¿Qué pasaría?
Las preguntas no la dejaban tranquila y seguía sin despegar la mirada del arma.

—¿Quieres probar? Anda, tu papá todavía no terminó sus trámites con Nelson, aprovecha —dijo Trevor sin dejar de sonreír.

Noelle miró de reojo a Isaac y éste asintió.
—Es tu decisión, nadie te obliga a nada.

Noelle se puso de pie y extendió su mano.
Al tocar el frío metal, todos los vellos de su nuca se le erizaron, sintió la pesadez de aquel artefacto y había algo magnético que le decía "dispara".
Centró su vista en el árbol y sin pensarlo dos veces hizo su primer disparo, aún así no pudo darle a nada.

—Trata de usar tus dos manos, así tendrás mejor estabilidad —dijo Trevor al intentar acercarse, pero eso no impidió de que Noelle haga un segundo disparo.

Otra vez falló.

La joven sintió una leve desesperación y las voces a lo lejos comenzaron a oírse en ecos incomprensibles.
Tercer balazo y nada, cuarto y el árbol cobró, quinto nada, sus pies comenzaron a caminar, sexto y otro balazo al árbol, la savia comienzaba a derretirse, séptimo y la savia manchaba su rostro, octavo y nada... el gatillo seguía sonando pero ninguna bala salía.

—Noelle, te quedaste sin munición —Isaac la miró algo preocupado mientras intentaba bajar sus brazos y quitarle el arma de sus manos —. Tranquila, ya pasó.

—Ya puedes tomar aire —dijo Trevor de brszos cruzados.

Noelle sin ser consiente de ello, tomó una gran bocabada de aire y relajó sus hombros.
Llevó la yema de sus dedos a su rostro y retiró restos de savia.
La joven miró al árbol todo destrozado y sintió un pequeño alivio. Vio al árbol y sintió vergüenza.

—Las personas como nosotros no tenemos una salvación Noelle —dijo Trevor —. Somos sobrevivientes de nuestra propia vida, ¿Crees que no sabemos lo de tu padre?

Ella negó lentamente.
—No quiero oirlo.

—Esa noche en la que tu mami murió...

—Trevor —advirtió Isaac alzando una mano.

—Tu padre salió a la calle pidiendo ayuda. Dijo que fue un accidente casero y que no sabía que hacer —Trevor se cruzó de brazos —. Al parecer todos se lo creyeron, pero dime ¿Es posible morir por caer de las escaleras? Claro tú me dirás, ¿y nadie va a hablar de los golpes y quebraduras que tenía en el cráneo, en su mandíbula, en sus costillas? Noelle, a tu madre la molinero a golpes y después la tiraron por las escaleras —Trevor alzó sus cejas fingiendo estar sorprendido —. ¿En serio no escuchaste nada?

—El forense dijo que...

—Miente, gente con tanto poder social tiene el control de cualquier cosa, es obvio que a ese forense le pagaron para que tuviera su boca cerrada —Trevor comenzó a caminar al rededor de la joven —. Tu padre es un asesino —le dijo en un susurro.

Noelle lo miró con furia y apretó sus dientes, tenía ganas de golpearlo, pero al mismo tiempo no podía moverse. Ella tenía tanto miedo, y sintió alivio al escuchar la verdad que salía de la boca de alguien más.
Los gritos de su madre pidiendo ayuda le inundaron la cabeza y las lágrimas no paraban de salir.

—Ayúdenme —dijo en un hilo de voz y apretó la mano de Isaac al ver que su padre salía a carcajadas junto con Nelson —. Ayúdenme.

Trevor e Isaac se miraron fijamente y no necesitaron palabras para saber que oensaba cada uno.
Ellos conocían a Noelle desde hace un par de meses y sabían de que la joven ocultaba algo que ellos necesitaban confirmar.

—¡Chicos! —dijo Nelson apretando el hombro de Trevor —. Acabamos de hacer un buen negocio con nuestro cliente, ¿La pasaron bien?

—Si, papá —dijo Isaac bajando su mirada.

—¿Qué pasa Noelle? Te vez muy pálida —dijo su padre mientras toca la mejilla de su hija.

Noelle se quedó inmóvil y poco a poco fue soltando el agarre de Isaac, pero éste no la soltó.

—Vamos, tenemos que irnos —dijo tirando de su brazo.

Trevor largó una carcajada y se cruzó de brazos.
—Yo que usted la suelto, porque en breve sufrirá las consecuencias.

—Que ridiculez, hija vamos —apretó su agarre y Noelle se quejó en voz alta.

—No quiero —sollozó por lo bajo.

Trevor se interpuso y logró zafar el agarre del padre sobre Noelle.
Nelson sonrió de oreja a oreja y sin ningún tipo de duda le apuntó la espalda con un arma.

—Nelson, ¿Qué cosa estás haciendo?

—Isaac, Trevor. Lleven a Noelle adentro y denlen algo caliente para tomar. En breve los acompaño —antes de que los chicos que se fueran, él les habló de nuevo —. Buen trabajo.

Una vez solos, las cosas comenzaron a alterarse.
—¿Puedes bajar el puto arma? ¿A qué viene todo ésto?

—No te hagas el desentendido Paul, ¿Así que mataste a tu propia mujer? —Nelson negó lentamente —. Oh Paul sino te hubieras metido con la mejor amiga de mi esposa, tal vez ésto jamás hubiera pasado.

—Nelson... te juro que fue todo su culpa, la maldita era controladora, no me dejaba vivir. Era una zorra y se merecía todo lo que le hice —Paul apretó sus diente —. Ahora cada vez que veo a Noelle, veo a la misma zorra de mi esposa, esa niña prometo que no vivirá por mucho más tiempo.

—Estoy seguro de que tienes toda la razón —dijo Nelson con una sonrisa de oreja a oreja.

Paul se relajó un poco al pensar que no pasaría nada, pero se sobresaltó al notar que Nelson aún no bajaba el arma.

—Nos veremos algún día en el infierno.

El ruido de la puerta hizo que Noelle se pusiera en alerta.
Tenía miedo de ver el rostro enojado de su padre, pero en cambio vio el de Nelson.
Éste caminó tranquilo y bebió un poco del café que habían preparado.

—Mi papá... —dijo la joven aterrada.

—No volverá a molestarte querida —dijo Nelson guiñando un ojo —. Ahora bien, a partir de ahora vivirás con nosotros a no ser que quieras...

—No —dijo rápidamente —. Quiero quedarme aquí, por favor.

Nelson frunció su ceño.
—¿Estás segura? Por supuesto que eres bienvenida, mi esposa estará feliz por conocerte —se quedó un rato observando a la joven —. Eres igual a tu madre Noelle.

—Gracias señor por ayudarme. Y voy a necesitar otro favor de su parte.

—Por favor, dime Nelson. ¿Qué necesitas querida? —dijo con total curiosidad.

—Quiero trabajar para usted, quiero sentirme segura con lo que hago, quiero descargar todo éste dolor —apretó su pecho con ira mientras un par de lágrimas caían por sus mejillas.

Nelson se sorprendió por la ambición de la joven.
—Estás en el lugar adecuado, Trevor te mostrará el lugar, las reglas y los entrenamientos. Dentro de un par de semanas se te asignarán tareas . Te deseo suerte.

Noelle alzó su ojos rojizos y vidriosos, sus mejillas estaban rojas y su rostro estaba tratando de expresar miles de emociones que la pobre no podía expresar en el momento. Su cuerpo temblaba por la adrenalina y sentía sus manos heladas.
El rostro de su madre se le vino a la mente y sintió nuevamente aquel dolor punzante en su pecho, quizo llorar pero unos brazos rodearon sus hombros.

—Aquí estarás a salvo —dijo Isaac.

—Si... verás lo fácil que será sacar toda esa mierda de allí —Trevor señaló su pecho.

—Empecemos —dijo la joven sin pausas de entre medio.

Nota autora:

Bueno, en los siguientes capítulos hablaremos del pasado de Noelle, ¿Qué les pareció hasta ahora? Lxs leo🌈❤️

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