CAPÍTULO 35

Ella y sus lágrimas me dejaron con preocupación y lástima a la vez. Empecé a dudar de Ilia y de su comentario para acusar a ___________. Pienso que Ilia comenzó todo para que yo me aleje de __________. Nunca dejaré a __________ solamente porqué una amiga esté celosa de ella. Dejé un silencio incómodo en el cual se podía escuchar el agua de la fuente y los sollozos de __________ sonar fuertemente, destrozando mi corazón.
La abracé sobando su espalda con mi mano para calmarla un poco. Su espalda se sacudía por culpa del llanto que le causaba saber que "dudaba" de ella.

—Por favor Link... déjame y vete con ella. Nunca nadie me ha creído, ni Andrea lo ha echo. Es lo mismo que esté aquí en Hyrule, a que esté en mi casa. ¡Es lo mismo! —estaba alterada y me comencé a poner más nervioso de lo normal. Antes estábamos contentos y riendo, y ahora, ambos estamos decaídos. Volví a suspirar.

—Oye... por favor escúchame... —dije más calmado ahora sujetando sus mejillas con ambas manos. —. Te amo. —dije y cerré mis ojos sabiendo que volvería a llorar como todas las anteriores veces. —, nunca amé a nadie como te amo a ti.

—Link... he cometido un error... —dijo asustándome. ¿Cuál error es al que se refiere? ¿El amarme? ¿El venir conmigo a Hyrule? Comencé a ponerme nervioso y a sudar un poco por esperar su respuesta. —. El peor error que cometí, fue alejarme de ti, al saber que siempre estuviste ahí para mí. A pesar de cada dificultad que has tenido. Y quiero decirte que... ahora quiero estar ahí para ti Link... dame la oportunidad de corresponder... y de poder cuidarte de cualquiera... aunque tú no quieras, déjame estar ahí para ti... —dijo soltando las lágrimas provocando que yo soltara las mías de dolor.

—Estaremos juntos pase lo que pase, nunca me iré de tu lado. Siempre te amaré... siempre recuérdalo... —acerqué su rostro lentamente al mío hasta sentir sus labios rozar los míos. Besé sus delicados labios con tranquilidad sintiendo como sus lágrimas caían encima de mis manos. Me separé unos segundos y pude apreciar sus bellos marrones, poco a poco enrojeciendo, por culpa del llanto. —. Ya no llores __________, todo va a estar bien, lo prometo.

Ella se acercó a mi pidiéndome un abrazo con su mirada de ternura, la abracé con fuerza, insinuando que sería la última vez que la vería en mis brazos.

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Narra __________:

Pasaron ya varios días desde que llegué a Hyrule con Link. Me he quedado en su casa por como unos ocho o nueve días tranquila. Por suerte podía comunicarme con Andrea y con mis amigas. He necesitado aún más tiempo para poder conocer a Link, la verdad no conozco a casi nadie del pueblo más que a ese niño Iván, y a Ilia. No he querido salir de casa técnicamente para no ver de nuevo a Ilia, y poder evitar una de sus absurdas peleas o broncas que suele hacer.
Me encontraba en mi ropa de diario ya que aquel vestido me hacía sentir como ella, una hipócrita, presumida y... muchas cosas. Link al parecer no sabía aún que le caía mal a Ilia, ¿o si?

—Hola __________ he llegado. ¿Lista para desayunar? Esta vez yo te haré el desayuno. —dijo con una sonrisa que siempre me provoca sonreír como él lo hace. Me acerqué a él y lo seguí hasta la cocina. —. Bueno, déjame impresionarte.

—No me veas así Link. —dije un tanto incómoda al ver su mirada fija. Se acercó un poco a mi y rodeó sus manos por mis caderas, dándome un suave beso en el cuello. —. ¡Ey no hagas eso! —me comencé a retorcer al sentir como sus manos lentamente subían hasta llegar a la parte superior de mi pecho. —. ¡Link es enserio! ¡Basta!

—Tranquila no te asustes, sé controlarme. —rodeé los ojos, sabiendo que mentía. Me giré y lo pude ver riendo y como sus manos seguían invadiendo mi torso. Él sonrió de manera traviesa, provocando de nuevo esos molestos, incómodos y absurdos sonrojos.

—Claro Link, como tú digas. —volvió a reír. Está vez al escucharlo reír, pegó su pecho contra el mío, abrazándome fuertemente. Correspondí el abrazo sintiéndome alegre de estar con él pero... comencé a sentir como sus manos se acercaban un poco a mi sostén. Me inmovilicé al sentir como trataba de desabrocharlo. Entreabrí la boca con el ceño fruncido y me separé rápidamente de él. ¿Qué intenta? —. Qué haces Link... ya hablamos se eso...

—Si lo sé. Solo quería ver tu reacción. —me guiñó un ojo. Que molesto es. Se volvió a alejar de mí caminando lentamente hasta desaparecer. Me volví a salir de casa para poder respirar aire, pude ver a Epona parada ahí donde mismo. Mostré una leve mueca de felicidad al verla sacudirse, imaginándome montando a Epona con Link, cabalgando por las praderas de Hyrule, y poder visitar uno que otro lugar más allá de mi conocimiento. Suspiré cerrando los ojos, al escuchar de nuevo su voz.

—¡Ey tú! Baja. —la ignoré y entré de nuevo a casa para poder estar con Link, tranquila e ignorando a esta chica que me tenía harta.

—¿Todo bien __________? —asentí sin más. —. Bueno, ya está el desayuno, ven sígueme. Espero que te guste. Oh, quién podrá ser. —instantáneamente sonó la puerta y pensé: Ilia. Cerré los ojos con el entrecejo fruncido al saber qué puede suceder. Me levanté de la mesa al escuchar como Link la saludaba, hasta poder llegar al baño. Me miré al espejo y volví a sentirlos llegar.

—No puedo estar celosa de Ilia... ¡No! —me cubrí la boca al escuchar mi grito. Cerré los ojos y me recargué contra la puerta, deslizándome por ella hasta caer al suelo. Me ataqué a llorar, no sabía el motivo de mi inesperado llanto pero... necesitaba respuestas de porqué estaba celosa de ella.

—¿_________? —escuchaba a Link decir mi nombre nervioso y asustado de mi desaparición. Pensé en salir del baño ya que mi llanto y ocultarme de ella o él, no resolverá nada. Traté de respirar y recuperar aire; me puse de pie y me miré nuevamente en el espejo, se podían ver mis ojos rojos como antes. Link se daría cuenta de que lloré, pero no de qué. Salí con valor no sin antes secar mis lágrimas indeseadas. —. ¿Qué hacías ahí dentro _________? ¿Estás bien? Tienes los ojos rojos...

—Sí, t-todo está b-bien. —el tartamudeo era inevitable. Era inútil intentar no hacerlo, respiré nerviosa y caminé hasta la mesa. De reojo vi cómo Ilia trataba de tomar la mano de Link frente a mis narices. Ya no podía más; me levanté bruscamente de la mesa y salí de casa, escuchando como Link gritaba mi nombre de nuevo, sonando más preocupado.

—¡___________! —gritaba y gritaba deseando a que me detuviera. Seguía corriendo por el sendero en el cual caminé el primer día junto a él. Pasé por la fuente de Ordon donde Link y yo, felices estábamos antes de que ella, llegara. Crucé el puente que conectaba con Latoan y Farone hasta llegar al bosque. Deseando perderme ahí. —. ¡Por favor _________, detente! Ahí no... ¡Ahí no! ¡No!

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