CAPÍTULO 32
Narra Link:
La tarde pasaba lentamente con las Diosas presentes en casa de ____________. Me alegro que las Diosas hayan querido apoyarnos, y principalmente aceptar cómo apoyar nuestra relación. En Hyrule hay mucha clase de cosas que ___________ debe de conocer; como por ejemplo, los matrimonios son a temprana edad, y que las guerras son muy comunes allá. Como en cada típico ejército las mujeres son prohibidas y solo hombres pueden asistir.
Ambos nos encontrábamos en la sala platicando como riendo. Tomando en conjunto un chocolate caliente que Andrea había preparado. ___________ se encontraba a mi lado recargando su cabeza contra mi hombro el cual se sacudía por las risas que me causaban las Diosas y Andrea.
—¿___________ ya tiene sueño? —dijo Din mirando a ___________ que se encontraba acurrucada ya rodeando sus brazos por mi torso. La abracé mirando a Din con los ojos entrecerrados susurrando un "si".
—Ella siempre se duerme temprano, son las siete y ya está dormida. Según ella se dormía a las once... y mira. —dijo Andrea medio burlona. Todos reímos y alcancé a ver a __________ gruñir y comenzar a reprochar. Ella me causó una traviesa risa al ver su tierna reacción.
—Déjala Andrea, ya tuvo mucho por hoy, necesita descansar. Resolvió algo que yo tuve que haber hecho... lo admito, pero ese era mi trabajo. —comencé a acariciar su cabello mirándola con ternura. Lo que ella hizo en la tarde como ayer, lo tuve que haber hecho yo; ya que las Diosas me enviaron para hacerlo por ella. Sonreí un poco y se volvió a mover y supe, que estaba incómoda. —. La llevaré a la cama para que ya descanse. Las veo mañana. ¿Buenas noches?
Dije con aire confuso. Ellas rieron y correspondieron comentando lo mismo. La cargué con delicadeza para no despertarle, subí las escaleras para poder llegar a su habitación, y recostarla en su suave cama, donde tristemente planeé todo lo indebido...
• • •
Al la mañana siguiente desperté pero ella seguía dormida. Me salí deprisa de la habitación para evitar despertarla con mi mirada fija y para no hacer ningún tipo de ruido. Al salir, caminé hacia la cocina y de nuevo las vi platicando y comiendo. Las Diosas estaban riendo y Nayru trataba de leer un libro, Din notó mi presencia y se me acercó.
—Sigue dormida ¿verdad? —asentí confundido. —. Mañana le mostraremos el mapa de Hyrule, ya que necesitará también orientarse. ¿No puedes... despertarla por favor?
—¿Por qué? Déjala dormir, aún es temprano. —crucé los brazos un poco molesto al ver quererla "obligarme" a despertarla. Luego miré a Farore que se encontraba mirándonos, supliqué que ella no lo intentara también.
—Link, es necesario que la despiertes, su hermana se fue a clases y nosotras no podemos despertarla. —me quedé callado con la ceja arqueada. ¿Para qué la querrán despierta? Miré el techo y suspiré pesado.
—¿Hoy le dirán algo como para que la despierte? —dije volviendo mi mirada hacia la de Farore y de reojo mirando a Din. Ninguna dijo nada, pensé que solo querían platicar con ella, ya que... según yo no hay nada que hacer hoy.
—Si Link, hoy ella debe comenzar a hacer su maleta. Mañana le mostraremos el mapa de Hyrule, y sabes algo, te trajimos tu ropa de Ordon. —dijo Nayru señalando tras el sofá, dejándose ver una gran caja con el logo de la Trifuerza en ella. Me acerqué a ella y pude ver la ropa, la cogí y las miré de nuevo.
—¿Gracias? ...Ella tendrá un atuendo como el mío, ¿verdad? No entrará a Ordon así, necesita uno. —dije un poco alterado y asustado de creer que no dejarían entrar a ___________ así al pueblo.
—Calma, en la caja hay una especialmente para ella. Es de su talla, para que ni preguntes si le va a quedar. —dijo Din contestando mi pregunta. Reí un poco y caminé cargando la caja hasta llegar a la habitación de ___________.
Ella seguía dormida, me imagino que tan cansada podría estar. Pobre mi niña. Entré al baño a colocarme el pantalón y el resto. Salí sin camisa del baño y busqué la camisa, ya que al parecer se me había caído al entrar. La estuve buscando por todos lados hasta que por fin la había encontrado, atrás de la puerta, ¿Cómo llegó ahí? La tomé, y me la iba a poner hasta que escuché a ___________ gritar mi nombre.
—¡Link! —
—¡¿Qué ocurre ____________?! —miré a su dirección con la camisa enrollada a mis brazos, notando como cubría sus ojos con ambas manos. Lo sabía claramente; sus mejillas ardían al ver mi torso desnudo, frente a su cara. Bajé los brazos aún teniendo la camisa enrollada a ellos, me le acerqué y pude contemplar tanta belleza aún con sus ojos cubiertos. —... Calma ___________, no creas que haré... eso. —dije mirando sus piernas y de reojo mirando mi torso. Suspiré y me senté a su lado colocándome de una vez la camisa. —. Ya está __________, ¿Ya me puedes dejar ver tus ojitos?
Narra ___________:
En unos segundos, sentí la mano de Link colocarse en mi hombro, separé dos dedos para poder verle; no retiré las manos, ya que mis mejillas estaban por explotar. Con el hueco que hice entre mis manos y dedos, pude verle sonreír y con una camisa por fin puesta. Cerré mis ojos y moví mis manos de mi rostro. Sentí su cálida mano acariciar mi mejilla, haciéndome temblar y sentir un frío recorrer por mi espalda.
—Dijiste que debo hacer mi maleta. ¿Cómo se supone que la haga? Ósea, qué llevo para dejarme entender. —él miró a ambos lados confundido, haciéndome mirar para la dirección contraria igual de confundida.
—Pues... yo creo que solo llevarte ropa, y... ¿Quieres que le hable a las Diosas? Ya que... yo tampoco sé. —mostró una sonrisa de timidez que me causó una pequeña risita salir. Asentí con mi ojos cerrados. Se puso de pie y caminó hasta la puerta dejándome sola. Miré mis manos por unos segundos, recordando lo bueno y lo malo que viví aquí, con Link y sin él.
• • •
Llegó Link con Farore y Nayru, me quedé atónita al solo ver a las dos. Me puse de pie rápidamente para saludarlas; se acercaron más a mí y pude ver de reojo mi maleta vacía, causándome vergüenza.
—Veo que aún no has hecho tu maleta, déjame ayudarte ___________. —escuché a Nayru comentar con tono burlón, provocando que Link soltara una risa traviesa. Lo miré un poco molesta e inmediatamente guardo silencio.
Ellas comenzaron a sacar ropa de mi tocador y perfumes de mi baño. Cualquier cosa que ellas vieran, lo tomaban y lo colocaban en la maleta. Link se me acercó y colocó nuevamente sus manos en mis hombros, sentí un cálido respirar rozar mi cuello, y lo escuché susurrarme: —Sabes... puedes llevarte tu Wii... no creas que soy tonto y que no tengo televisión en casa. —se separó causándome mirarle, y ver cómo me guiñaba un ojo con una sonrisa de lado, estilo burlona. Él tomó el Wii junto con los cables, colocándolos con cuidado encima del bonche de ropa que había. Casi podía ver mi habitación en la maleta, no había casi nada más lo que hoy usaría.
Las Diosas me miraron y agradecí contenta de poder quitarme una tarea más de encima. Salieron llevándose a Link para dejarme y darme privacidad. Me comencé a cambiar (ya que no había necesidad de entrar al baño) y miré una vez más mi habitación, la cual dejaría o para siempre, o por un largo perdido de tiempo.
—Bueno... al fin el cambio que siempre quise... —murmuré tomando mi maleta con la mano derecha, cerrando mis ojos para evitar llorar. Caminé con cuidado hasta la puerta y comencé a bajar las escaleras, mirando ahora las demás habitaciones.
—¿Estás lista para tus nuevas aventuras __________? —dijo Din mirándome con los brazos cruzados y una ceja levantada. Asentí bajando mi maleta mirando a las tres Diosas paradas, junto con Link adelante de ellas. —. Muy bien, pero primero, te mostraremos el mapa. Mañana.
—¿Din, no es mejor que se lo enseñemos ahora? —dijo Link mirando a la Diosa pelirroja que se encontraba a su lado derecho. Ella lo miró re reojo y negó.
—Din... Link tiene razón, no esperaremos más de diez horas para simplemente enseñarle un mapa. —contestó Nayru acercándose ahora a la pelirroja; con su mano, la colocó en su hombro causando que Din mirara a mi dirección.
—De acuerdo, tienen razón. —dijo rodando los ojos dándoles la espalda a los demás. Se colocó al lado de Link y recargó su codo en el hombro de Link, quedando a su altura. —. Ven ___________. Este lugar es muy peligroso, y ya con tu entrenamiento, podrás defenderte. —dijo estirando su brazo, para que tomara de su mano. La tomé y Link caminó hasta donde yo para poder coger mi maleta. La Diosa me llevó a un lugar oscuro y silencioso. En un par de segundos se escuchó como unas cortinas se abrían lentamente... ¿Qué está sucediendo?
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