CAPÍTULO 30

Al abrazar a Link miraba de reojo a ambas Diosas: Nayru y Din que se encontraban sentadas platicando. Me separé un poco de Link y comencé a abrir lentamente mis ojos para poder verle. Él seguía mirándome a los ojos con aquella bella y reluciente sonrisa, que me causaba felicidad eterna.

Nos separamos y la Diosa Nayru se me acercó para poder charlar a solas conmigo. La tarde ya había llegado tan deprisa que ni cuenta me había dado, llegó la hora de mi cita y por obvias razones, no fui.
En unas pocas horas, Andrea llegó de su colegio y al entrar se quedó asombrada causándome gracia.

—¿Quiénes son ellas? —preguntó mientras retrocedía un poco al ver principalmente a Din. Reí con mis ojos cerrados sintiendo las manos de Link acariciar mis hombros. —. En serio ___________, quiénes son...

—Tranquila Andrea, son las Diosas, Nayru, Din y Farore. No creas que vienen a hacernos daño, ellas vienen a apoyarnos y ayudarnos con Erick. —dijo Link mirando a Andrea pacíficamente. Ella pasó su mirada a verme arqueado una ceja. —. Oye... ya sabes lo que te dije de ___________. No sé si estés de acuerdo.

—¿Qué le dijiste Link? —lo miré confundida y con curiosidad. No me contestó mirándome con sus ojos traviesos, fijarse en mis labios. Rodé los ojos incomoda y miré nuevamente a mi hermana.

—Ah, sí. Lo pensé y creo que si es mejor esa idea, a que se valla con Erick. ¡Pero la cuidas por favor! —seguía confundida viendo cómo Andrea "amenazaba" a Link. Causándome poca gracia, y más preocupación de saber de lo que hablaban.

—___________, te diré mañana, ya que está oscureciendo. Fue muy deprisa, pero no te preocupes; te diré mañana, lo prometo. —me miró sonriendo con sus manos sujetando mis mejillas. Acaricié sus manos y asentí caminando lentamente con él a mi lado, rumbo a mi habitación.

Llegamos al cuarto y me acosté rápidamente en la cama, fingiendo ser una niña pequeña con miedo a la soledad y obscuridad. Escuchando como Link soltaba una risa que me provocó corresponder. Se me acercó y volvió a retirar su camisa para ya acostarse a mi lado, listos ambos para dormir.

—Buenas noches Link... gracias por cuidar de mí... —dije acurrucándome a su lado, sintiendo como rodeaba sus brazos por mi espalda, escuchando cómo su corazón palpitaba con velocidad.

—No hay de que ____________... recuerda, que siempre estaré ahí para ti. —me susurró al oído depositando luego un beso en mi mejilla rosada mientras apretaba mi pecho contra el suyo, para mantenerme cerca. —. Buenas noches...

• • •

A la mañana siguiente Link no estaba dormido entre mis brazos. Me levanté preocupada y alcancé a ver una nota pegada en la parte superior de mi espejo.

Al verla me puse rápidamente de pie. La tomé y la comencé a leer:

Al leerla mostré una leve sonrisa al ver que todo este tiempo, él quería llevarme a Hyrule, para vivir con él. Aunque apenas tenga diecisiete años y él dice y nueve, no conozco las reglas o leyes de su mundo, así que pienso que los matrimonios allá, pueden ser a esas edades. ¿En qué estoy pensando? ¿Casarme con Link? Eso es otro nivel.

—No puedo decir nada de eso ni pensar en ello. Link me dirá cómo es eso, pero primero debo saber si él desea casarse conmigo... —dije en voz baja mirando el pedazo de papel, el cual Link dejó en la madrugada.

Caminé hacia el baño para bañarme y vestirme. En la ducha el agua tibia corría por mi torso desnudo, cayendo hasta mis pies y suelo. Caía en mi rostro provocando que cerrara los ojos y sintiéndome libremente sola. Abrí mis ojos al cerrar la llave y salir con la toalla rodeando y escondiendo mi cuerpo desnudo. Al salir a mi habitación pude ver a Link parado mirando la ventana, ya habían llegado.

—¡Link! —grité asustada al verlo ahí parado, sin saber o haber escuchado la puerta poder abrirse. —. No- no escuché cuando llegaron... ¿Qué- qué compraron? —no podía controlar el tartamudeo al ver como Link no reaccionaba de tal forma normal. Ni se cubrió los ojos ni dijo nada, sólo me miraba a los ojos fijamente, mostrando una sonrisa pícara.

—Compramos comida y esa clase de cosas, pero más cosas de tu Mundo, ya que Hyrule es distinto. Y supongo que sin esas pequeñas cosas de aquí, no estarás cómoda. —dijo ahora rascando su nuca nervioso. Intenté hacerlo verme para que pudiera saber que estaba en una escena muy incomoda. ¿Y si la toalla se me cae? No paraba de pensar en lo malo que podía suceder si la toalla o algo se caía.

—Ah... ya veo... y... no puedes por favor, salir de mi habitación unos segundos. —intenté esconder más mi pecho, ya que la toalla poco a poco se estaba deslizando. Me miró de nuevo arqueando una ceja. ¡Éste no puede ser tan tonto como para no darse cuenta!

—¿Por qué? —me golpeé fuertemente la frente con mi mano, indicándole que era una babosada su pregunta. —. Pronto nos iremos a Hyrule ___________.

—¡Que no ves que estoy desnuda en toalla! —al gritar me sonrojé al y cubrí mi boca al saber que no podía contener la vergüenza. Retrocedí como suelo hacer y choqué contra la pared dejándolo inmóvil y sonrojado.

—¡Oh Diosas! ___________ perdona... ¡Que vergüenza! —ahora si se cubrió los ojos con un brazo estirado para poder encontrar la salida. En una de esas tratadas de encontrar la salida, no esperaba lo sucedido. —. ¿Dónde, dónde está la puerta? —estiró su mano y por desgracia alcanzó a tocar uno de mis pechos. Reaccioné soltándole una fuerte bofetada en el rostro, dejándolo tirado en el suelo.

—¡¡Link!! —cubrí mi pecho de nuevo mirándolo en el suelo con su mano en su mejilla, sobándola despacio. —. Ya sal de aquí... ¡Sal! —se puso rápidamente de pie y corrió hasta la puerta cerrándola con fuerza. Cerré mis ojos sintiendo mis mejillas arder; me quemaban por saber tan grande sonrojo que tenía en ellas. Me decidí cambiar de una vez por todas para evitar esta escena de nuevo.

• • •

La mañana pasó y la Diosa Nayru me citó en el patio de mi jardín donde me había sentado primeramente con Farore. Salí al patio y la vi sentada tomando una taza de té, que sospecho que Andrea le ofreció. Me miró y me hizo seña de acercarme y tomar asiento a su lado. Caminé despacio y llegué hasta ella, con una diminuta sonrisa de incomodidad.

—Siéntate ____________. Mira, veo que ya te enteraste de Erick y lo que ocurrió con Link. También debo decirte que Erick no se rendirá fácil, él planea conseguir ayuda con tus amigas para hacerte cambiar de opinión. Tus amigas Rocio, y Sofía ya son distintas. Desde tu ida al hospital se preocuparon por ti. —dijo y recordé que mi mochila había sido robada por el primo de Erick, pensando que era Link y que podía haber ido armado. Tenía razón, Sofía y Rocio se podían haber enfadado conmigo por no contestar a sus llamadas; ahora me doy cuenta de que estoy y seguiré faltando a clases por Link. Reí un poco por mis pensamientos. —. Pero como no contestabas sus llamadas ellas se molestaron. Y ahora ya no saben nada de ti, por esa razón también queremos que vengas a Hyrule para comenzar una nueva vida. Podrás casarte con Link si eso lo desean ambos. —me guiñó un ojo con una sonrisa de lado. —. Lo que te quería decir, es que estos últimos días, deberás estar muy atenta a los que te rodean, ya que Link estará o no ahí para ti. Así que debes tener buenas decisiones y confiar en pocos. Din mañana te entrenará para poder defenderte no solo aquí, también para que vayas preparada.

—Ósea que... ¿estos últimos días debo estar lista para irme a Hyrule, con la esperanza de comenzar una nueva vida, con él o sin él? —asintió. Me sentía un poco presionada pero debo hacer lo correcto para no solo cuidarme, también debo corresponder con todo lo que Link hizo por mí. —. De acuerdo Nayru, lo haré no solo por mi, también por Link.

Volví a hacer lo que hice ayer, salí por la puerta y caminé para buscar a Erick y poder dejarlo nuevamente en su sitio. Busqué con la mirada y no había nadie. Llegué hasta el parque cerca de su casa donde supuestamente fue nuestra cita y las vi. Sofía y Rocio platicando como de costumbre. Las Diosas aciertan en todo, me las encontré, como lo que sucedió ayer con Erick como me comentó Farore. Respiré y exhalé nerviosa esperando lo inesperado con ellas.

—Hola chicas, tengo que decirles algo y la razón de mi extraña ausencia. —las saludé y me miraron con una sonrisa de sorpresa al verme ahí parada.

—Hola ___________, al fin podemos ver tu rostro de nuevo. ¿Qué ocurrió? —dijo Sofía tomando mis manos y mirándome con ojos de interrogación y preocupación.

—Mira les diré de una vez todo lo que ocurrió. Link apareció en mi casa, ambos estamos enamorados, me apuñaló el primo de Erick y por eso mi estancia en el hospital como ausencia en clases, ya que Erick estaba celoso de Link y, ahora Link planea llevarme a Hyrule para comenzar una nueva vida y evitar las broncas de Erick... —lo solté.

—¿Link está aquí? —preguntó Sofía quedando boquiabierta aflojando su agarre de mis manos. Me mordí el labio un poco incómoda, creyendo que no me creerían. —. ¿Te ama? —asentí. —. ¿Planea llevarte a Hyrule?... ¡Que te dije, Link te amaría, y te ama, yo sabía! —comenzó a gritar y a brincar emocionada y feliz de saber que Link me ama y que su primer comentario, estaba en lo correcto, provocándome una risa de vergüenza salir por mis labios.

—Dijiste que el primo de Erick... ¿te apuñaló? —escuché a Rocio preguntarme lo que quería que supieran. Si ellas están "trabajando" con Erick, necesito hacerlas saber lo que planeó. Asentí dejándola con la boca entreabierta como dejé a Sofía anteriormente. —. ¿Por qué?

—Link me ama como les dije, y Erick igual. Pero Erick estaba celoso de ver a Link en mi casa y saber que yo lo amo. Por esa razón contactó a su primo, que es un criminal (el más buscado) y le pidió que apuñalara a Link para que él muriera, y poder quedarse conmigo. —al decir eso, ellas se miraron por unos segundos y pensé: —. Ojalá y si haya funcionado... —

Ellas estaban susurrando cosas entre sí dejándome curiosa de saber de qué hablaban. Solo las escuchaba decir: —. Ni madres haré eso, después de saber que estaba en lo cierto de Link, no quiero hacer nada malo para arruinar su relación. —dijo Sofía cruzada de brazos mirando a Rocio. —. Tienes razón, ella es nuestra amiga y no dejaremos que él arruine todo... —dijo Rocio mirando ahora a mi dirección, con el entrecejo fruncido.

—¿De qué hablan? —pregunté.

—Erick nos contactó para hacerte pelea de porqué lo rechazaste. Ya que no nos dio más detalle, y ahora que tu nos dices todo, ya sabemos el porqué quiere hacerlo. —fruncí el entrecejo de nuevo estando molesta con Erick. Las miré de nuevo y sentí los brazos de ambas rodear mi espalda. —. Nos preocupamos por ti ____________, aparte estamos feliz de que ahora vivirás con Link... ojalá y vuelvan pronto.

—También las extrañé chicas, y deseo con todo el corazón volver a verlas. —dije mirándolas al separarnos de nuestro "último" abrazo. Me despedí y caminé nuevamente contenta de saber que tengo la habilidad de poder cuidarme sola. Pero Link estará de nuevo pronto, en mis brazos.

• • •

Las Diosas me han ayudado bastante, tanto como Link lo ha hecho. Espero con ansias poder conocer el mundo de Link lo antes posible, y si el mundo como las Diosas y como Link lo desean... poder vivir con él y con oportunidad de hacer una familia.

Llegué a casa y Andrea estaba riendo con Link a carcajadas, y la Diosa Din platicaba con Farore. Busqué con la mirada a la Diosa Nayru para agradecerle y decirle lo ocurrido. Salí al patio y la vi sentada jugando con un gato blanco que había aparecido mágicamente en mi patio. Caminé pausadamente hasta llegar a la banca donde me senté con ella.

—Hola ____________, ¿cómo te fue con las chicas? —

—Muy bien, Erick tenía algo entre manos para hacerlas convencerme de reconciliarme con él. Pero hablé primero y las dejé razonando de que Erick era una mala persona, y todo por sus celos. —dije estirando mis brazos hacia el frente mostrando cansancio. Ella rió un poco al saber mi alegría al poder arreglar cosas sola, pero todo es gracias a ella, y a Link.

—Me alegra, mañana ya sabes, Din te entrenará y podremos irnos más tranquilos y cómodos a Hyrule. Hagamos tu maleta luego, para ya no tener pendiente. Ándale, ve con Link. —me obligó a ponerme de pie e ir con Link. Raro. Obedecí y caminé hasta entrar a casa para ver a Link.

—Siempre serás igual de valiente _____________. No se te olvide que eres hermosa, valiente, fuerte y principalmente... mía. —asentí está vez capturando los labios de Link.

—Siempre lo recordaré Link... —me miró y correspondió el beso, sujetando mi cintura para pegarme más a él. Solo éramos Link y yo, pensando en nuestro futuro en Hyrule, y en las aventuras que haremos juntos allá...

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