CAPÍTULO 3

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Retrocedí un poco para ver si no estaba loca al ver la silueta esa en el espejo nuevamente reflejada. No paraba de pensar en si el café me afectó lo suficiente como para tener ilusiones que nada que ver. Intenté olvidar el tema y secarme el café del pelo o intentar retirar cierta cantidad de él.

Tomé literalmente un bonche de papel y lo pasé por mi pelo para secar las puntas. Me di media vuelta para mirar mi espalda y estaba una gran mancha de café. Por desgracia se alcanzaba a notar mi brazier. Lo cual me causó un sonrojo al saber qué podría pasar si salía así.

—Perfecto, ahora me va a ir peor que antes; gracias a esa tonta mancha de café y a su estúpida "dueña" —fruncí el ceño mientras deseaba que nada de esto hubiera pasado. Suspiré y volteé de nuevo al espejo y la silueta seguía ahí.

Esta vez salí del baño ignorando esa extraña forma de aparecer en el espejo, pero no sólo era eso, sino también su extraña manera de observarme; como si pudiera entender porqué estaba aquí. Fuera, respiré un poco y opté por caminar directo al salón, en la puerta, escuché risas de nuevo cuando entré al salón; rodeé los ojos nuevamente irritada. Me senté en mi asiento y la clase pasó normal... gracias a Dios.

—¡________! Ven— escuché a Sofía junto con Rocio llamarme al lado de la puerta de salida. Me les acerqué y no paraba de escuchar murmullos realmente incómodos acerca de mi pelo y el café. ¿Qué acaso era moca?, ¿O estaba descafeinado?

—¿Ya viste el bra de _______? Es horroroso— volteé la mirada a las chicas y no paraban de reír. Supuse que mi brasier me causaría varios problemas al verme antes en el baño. Rodeé los ojos tratando de ignorarlas, pero era demasiado complicado escuchar más a hombres hablar de ello.

—Hola chicas. ¿Algo nuevo?— me callé al ver como me miraban en silencio. Me quedé confundida como suelo estar, pero frente a ellas. —¿pasa algo?

—No, sólo escuchamos que tu brazier es todo un chisme— dijo Sofía provocando que rodara nuevamente los ojos, más incomoda. Le provoqué una leve risa a Rocio al verme irritada por mi inservible brasier que se estaba comenzando a ser viral.

—Bueno _______, te veo mañana, y espero que te sientas mejor... ya que Link estará contigo— sonrió de nuevo con su pícara y molesta sonrisa. Me coloreé y sonreí con los ojos cerrados mientras sentía mi cuerpo libre. —ves, eres muy tierna _______. Acéptalo.

Negué rápidamente con el sonrojo ya en mi nariz. Sí lo sé, soy muy rara. Las miré despedirse sonriendo alejándose poco a poco de mi. Di media vuelta y me topé con Naomi. Retrocedí un poco para evitar problemas con la gata.

—Guácala, muévete _______. Das asco— esta vez no me sentí ofendida como antes. Me sentía protegida por alguna extraña fuerza invisible. No entendí porqué pero, sentí que se encontraba a mi lado casi casi, rozando mi mano izquierda; lo cual me confió aún más. —he dicho que te muevas _______.

—Mira Naomi...— dejé un silencio en el cual se me acercó rápidamente y con más rabia de que me largara o lograr intimidarme. —me han dicho peores cosas, y todas han sido de personas mucho mejores que tú.

La miré sonriendo de la misma manera de la que ella suele hacer. Sólo que ella estaba enfurecida con los puños firmes y listos para golpear mi cara. Me marché dándole la espalda (tratando de no pensar en mi brazier) a la gata popular del salón. Miré de reojo a su dirección y llegó Jocelyn, lo cual no me causó más preocupación.

Estuve caminando por media hora directo a mi casa ya más calmada y mi camisa un poco seca. Sentí mi celular vibrar y era un mensaje de mi mamá avisándome que llegaría mañana por la noche. Suspiré y guardé mi celular para concentrarme en mi caminar.

Al llegar a casa, dejé mis cosas al lado de la puerta y suspiré un poco nerviosa de pensar qué me podría decir Andrea. Caminé a la cocina y la vi con el celular en la oreja. Me acerqué un poco más y ella notó mi llegada, la miré con una falsa sonrisa al hablar por su celular.

—Oh, hola _______, ¿cómo te fue en clases?— arqueé una ceja al verla vestida de una forma muy "provocativa", ignoré esa repugnante curiosidad y le miré sonreírme —descuida, iré con Alejandro es todo. Oye, ¿por qué tienes el pelo húmedo?

Esta vez me acerqué más a ella y pudo tocar mi pelo, me miró a los ojos y recordé a Naomi y su estúpido café. Me alejé un poco y suspiré deseando que no se molestara conmigo, ya que no debía dé.

—Naomi me echó café— fui directo al grano y alzó las cejas impactada al escucharme. —sí ya sé, fui tonta al no defenderme.

—Correcto _______, aprende a defenderte; no seas una bebé. ________, luego en quince minutos me iré con Alejandro, te cuidas por favor— me miró más a los ojos y sonrío, fingí que su sonrisa me hizo sentir mejor; pero obvio no lo hizo. —te bañas también por favor.

Asentí y se alejó de mí, me subí a mi habitación. Me acosté en la cama y cerré los ojos preguntándome el porqué siento esa extraña sensación de que hay alguien aquí conmigo, observándome.

Me levanté un poco ya que la había vuelto a sentir presente. Me puse de pie y me alejé de mi cama. Vi unas extrañas luces salir de mi Wii, y sentí el presentimiento de que tenía que prenderlo, lo cual hice de inmediato.

—¿Qué demonios?— esperé a que apareciera la pantalla del menú; al mostrarse logré notar una luz brillar en mi televisor —¿¡qué está ocurriendo aquí!?

Me alteré un poco al no poder comprender lo que estaba pasando. Me acerqué al televisor y pude ver la silueta que apareció en el espejo del baño del colegio, mostrarse en esta. Retrocedí asustada cuando vi que las luces salían poco a poco de ella. Habían varias luces en el suelo de mi recámara que se habían caído por la pantalla.

—Un momento... no puede ser— choqué con mi cama y caí en el borde de esta. De pronto, salió un chico alto de cuerpo completamente negro, simulando la silueta. Quedé atónita y boquiabierta al ver la silueta parada en mi recámara. Pensé en que era un sueño o una pesadilla, pero era muy real como parecer uno.

Cuando el cuerpo del chico se aclaró más, pude ver detalladamente quién era. Escuché como mi hermana subía las escaleras directo a mi habitación. Empujé al chico y cayó justo al lado de mi cama.

—________, ya me voy, Alejandro y yo iremos al centro. Cuídate por favor... ey te dije que te bañaras. ¡Hazlo!— asentí tímida sabiendo que había alguien más en mi recámara, luego vi cómo se marchaba cerrando la puerta, dejándome sola con "la silueta". Suspiré y me dirigí a donde el chico. Lo ayudé a ponerse de pie y lo miré por otros segundos esperando a que mi hermana mínimo saliera de la casa.

De reojo vi tras la ventana y vi cómo esta entró al carro de su novio. Volví a suspirar y nuevamente lo miré a sus azules que estaban igual de confundidos como mis marrones. Pensé en tomar sus manos, pero no podía controlarme y menos saber si esto no era una pesadilla, y terminaría agarrando otra cosa.

—¿¡Link qué haces aquí!?—

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