CAPÍTULO 28
Narra Link:
En mi correr llegué a una choza que se encontraba medió abandonada. Miré hacia atrás para poder ver si __________ seguía corriendo tras mío. Pero no estaba nadie. Me encontraba solo con una casa abandonada, que a simple vista no se veía muy acogedora...
—¿Qué estoy haciendo aquí?... Soy un idiota, por qué no puedo aceptar esto... por qué no entiendo las reglas de las Diosas... ¡por qué soy así! —me agaché sujetando fuertemente mi cabeza con ambas manos, sintiendo un fuerte dolor abundar mi cabeza. —. No, no, no, no puedo dejarla sola. Prometí cuidarla y estar con ella pase lo que pase, debo... debo encontrarla, antes de... n-no.
Esa misma luz verde que apareció en la habitación de ___________, me alarmó apareciendo nuevamente frente de mi. La Diosa Farore había aparecido de nuevo, frente a mi.
—Joven Link, debes regresar con ___________ antes de que el amor que sentía por ti, desaparezca por completo. La Diosa Din quiere que no te rindas, en cambio, Nayru desea con toda felicidad que te quedes con ____________. Yo confío en ti Link, y sé cuánto la amas, y haremos que la chica no pierda por completo la memoria, si logras a cambio, convencerla de no querer a Erick. —la miré y noté las luces rojas y azules mostrarse a su lado. Ambas Diosas estaban apoyándome en mi estado de depresión. —. No te rindas Link, puedes hacerlo. Te damos el derecho de poder amarla. —dijo Din. —. Confía en ti, el amor es fuerte e indestructible. Tú y __________ están hechos para estar juntos, nos hemos dado cuenta de cuanto se aman, pero tus celos la están alejando de tu corazón. Por favor, el amor que sientes por ella me causa alegría. Mientras que tus celos nos hieren... —dijo Nayru, dejándome razonando de mis acciones, como sentimientos.
Pensé en unos cortos segundos que estaban en lo cierto. Debo ir con Andrea y hablar seriamente con ___________. —Diosas... ¿___________ no puede venir a Hyrule con nosotros? —dije mirando a Din y a Nayru de reojo. Ambas guardaron silencio dejándome callado y dudando de mi comentario.
—Si puede Link, pero es muy peligroso para ella, necesita saber defenderse y cuidarse sola. Ya que tú estás con nosotros en el Circo del espejo, a no ser que la visites en tu casa de Ordon. —dijo Din mirando a Farore. Yo resoplé sabiendo que la oportunidad que me estaban dando las Diosas, era un tanto complicada.
—Haré que ___________ entienda lo malo que es Erick. Trataré de convencerla, como pueda, ya que con él ahí, será complicado. —dije colocando mis manos en el suelo, luego convirtiéndolas en puños. —. Lo haré por ti ____________...
Me puse de pie agradeciendo a las Diosas, dando vuelta para caminar hasta casa y tratar de hablar con ella.
En mi caminar pasaba por casas de varios tipos. Buscando un camino corto para llegar a casa de ___________. En una vuelta escuché la misma voz que conocía perfectamente, una hermosa risa que tanto amaba sonó en una casa. ___________ estaba ahí, pero... ¿con quién?
Me acerqué a la ventana para poder escuchar lo que pasaba dentro. La voz de __________ sonaba fuertemente por mis oídos, dejándome con las ganas de entrar. Me asomé por la ventana y la pude ver sentada platicando con él.
___________ estaba en la casa de Erick. Me asombré al inicio, pero recordé nuestra plática casi pelea de hace rato. Suspiré listo para entrar y mínimo poder hablar de nuevo con ella. Toqué la puerta y nadie abrió. Volví a tocar y esta vez ella contestó.
—¡Link!... ¿qué haces aquí? —me miró turbada y un poco inquietada al ver mi inesperada presencia. Sonreí tímidamente rascando mi nuca, sintiendo nuevamente mis mejillas arder absurdamente en el mismo rojizo de siempre.
—¿Puedo... pasar? —ella miró de reojo a Erick que se encontraba tras suyo, mirándome con las cejas alzadas. Lo miré sin ninguna expresión, seriedad y silencio abundaba la entrada de su casa.
—Claro Link, pasa. —dijo él tomando la mano de ___________ para darme el paso. Entré a casa y la pude ver mirando el suelo. Sabía que no me quería ver ni hablar. Estaba molesta al ver mi reacción hace rato. —. Dime Link, ¿qué te trae por aquí?
Dijo Erick entre risas, llevándome a la sala para tomar asiento. Miré de reojo a __________ suspirando el aire melancólico que llevaba dentro. —Nada, sólo quería ver dónde estaba __________, y escuché su risa. Y pues... aquí estoy. —dije con sonrisa tímida mirándolo fijo.
—¿Vienes por ___________? —asentí. Luego de unos momentos de silencio e incomodidad, ella me miró a los ojos conteniendo nuevamente sus lágrimas que se notaban en sus lagrimales y sus ojos cristalizados. No quería verla llorar de nuevo. Erick resopló y me miró de nuevo diciendo: —. Si está bien, sólo se quedó por una noche. Te veré a las seis ___________, cuídate.
Se puso de pie y ____________ salió de casa esperándome. Agradecí a Erick y salí con ____________ cerrando la puerta de casa. Nos miramos por unos segundos, esperando la acción del otro. Ambos en silencio nos seguíamos mirando, sin nada a nuestro alrededor que nos molestara. Estábamos ella y yo, solos, deseando estar en los brazos del otro, de nuevo.
—Link... ¡Perdóname! —en un segundo de nuestro silencio, ella se aventó a mis brazos rodeando sus brazos por mi cuello. —. Fue mi error... perdóname por favor... no quise lastimarte...
—Tranquila __________, fue culpa mía el haberte lastimado. Prometí quedarme a tu lado, y casi rompo la promesa. —dije rodeando mis brazos por su espalda, oliendo su dulce aroma de siempre que me calmaba. —. Hueles bien __________, ¿qué perfume usas?
Pregunté mirándola, tratando de cambiar el tema. Me miró confundida provocándome reír, rodó sus lindos ojos con una sonrisa burlona de lado, y sus mejillas coloreándose poco a poco de rosa.
—Es uno equis Link, ni huele tan bien. —está vez yo rodé los ojos. —. No enserio Link, fue mi culpa, el haberte rechazado me lastimó, y ahora veo que hice un gran error. Eres tú... el quién amo, y quien capturó mi corazón...
—Yo también te amo __________. Ya pasó tranquila, tu rechazo, quedó en el pasado. —la abracé más fuerte pegándola más hacia mi pecho, sintiendo su corazón palpitar rápidamente. —. Te amo mucho ___________. —susurré en su oído, provocándole una leve risita que me dio ternura. —Vamos a casa.
• • •
Llegamos a casa y corrió a su habitación dejándome solo cerrando la puerta mientras reía. Andrea ya estaba en casa y la notó muy alegre lo cual le pareció extraño.
—¿Qué le pasa? ¿Ya son novios? —no pude controlar el sonrojo al escucharla preguntarme si ya era mi pareja. Negué tratando de ocultar el sonrojo mirando a otra dirección. —. Tranquilo Link, no hay porqué sonrojarse, o bueno, si la hay. Oye cuida de __________ yo iré al colegio.
Asentí mirando nuevamente la cocina, donde me ataqué a llorar ayer. —. Ahora no entiendo porqué no está en clases ____________. ¿Sabes dónde estaba? —volví a asentir, y pronuncié aquel nombre el cual parece ser una amenaza. —. Ugh, gracias, luego hablaré con él, y le diré que ya la deje en paz. Su cita será su última vista, como plática. Ya no tolero a Erick, sé que menos tú. Bueno, ya me voy, cuídala por favor.
Salió por la puerta mirándome riendo, correspondió mi risa y salió. Suspiré de nuevo y caminé hasta su habitación. Abrí la puerta y la vi acostada en su cama mirándome a los ojos. Me incomodé al verla acostada en la cama, con sus piernas expuestas, como su pecho.
—¿Tenías sueño ___________? —pregunté acercándome a la cama, sentándome a su lado. Con mi mano acaricié su pierna y esta se sentó a mi lado, recargando su cabeza contra mi hombro. Asintió haciéndome rodear su espalda con mi brazo, apreciando frente a mi aquellas bellas luces.
—¿Qué es eso Link? —me preguntó, señalando a las bellas luces que estaban apareciendo frente a nosotros. Me puse de pie riendo un poco. Luego al acercarme, aparecieron las tres Diosas. ____________ en sus ojos se veía la impresión al verlas.
—Ellas son las Diosas, Din, Farore, y Nayru. Nos han estado observando todo este tiempo, y saben cuánto te amo. —se les acercó detenidamente con pena, y estiré mi mano para que ella la tomara. La cogió y las Diosas la pudieron apreciar mejor.
—Mira que belleza, tú secuestraste el corazón de Link. No te pedimos que nos lo devuelvas, puedes consérvalo. —Nayru parecía muy feliz al poder conocer en persona al amor de mi vida. Ella se coloró de las mejillas causándome reír y abrazarla.
—Eres una chica fuerte. Capaz de poder cuidar a Link como cuidarse a sí misma. Eso me gusta, suerte para ti Link, principalmente tú, ___________. —Din le guiñó un ojo con una sonrisa de lado, causándole reír ahora a ella.
—Al fin Link, podemos llevarte a Hyrule con el amor de tu vida... bien hecho. —me asombré al igual que ____________. Solté por unos segundos a ____________ y me acerqué a Farore para saber si era cierto lo que había dicho. Ella asintió al ver mi rostro de emoción.
—Un segundo... ¿iré a Hyrule? —preguntó __________ haciéndonos verla. Sonriendo asentí y vi sus ojos abiertos como su pequeña boca. —. ¿Contigo Link... y las Diosas?
—Claro que si ___________. Estaremos juntos, y nada nos podrá separar. Aquí estoy contigo, allá en Hyrule, también estaré ahí para ti, lo prometo. —le guiñé un ojo provocando que rodara sus ojos con ese sonrojo que tanta ternura me causaba.
—¿Andrea sabe? —coloqué mi dedo en mis labios mencionado silencio. No diré nada ya que lo demás planeo que sea sorpresa.
—No te diré nada ___________. Todo te lo dirá el tiempo. —me miró nuevamente con los ojos entrecerrados mirando el suelo, dudando de mi. —. Tranquila __________ confía en mi, te va a encantar.
La vi sonreír ya con más calma. Me acerqué con tranquilidad a su dirección a abrazarla. Pronto estaríamos los dos en Hyrule, con poca probabilidad, de conseguir algo más que un simple romance... o noviazgo...
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