CAPÍTULO 27

Miré a su dirección y seguía corriendo. No podía dejarlo ir, no quería seguir sufriendo, y menos si mi sufrimiento es por su pérdida. Debo de sentirme mal por mi acción, no tuve que haber rechazado al amor de mi infancia, como adolescencia.

Salí de casa ignorando la lluvia y corrí hasta su dirección como pude. Mis lágrimas volaban en el aire a tal ritmo de la velocidad al cual iba. No lo dejaré ir, repetía en mi mente que no dejaría ir a Link por ningún motivo.

—¡Link por favor detente! —gritaba y gritaba pero no se detenía. Mis gritos no eran lo suficientemente altos como para que él escuchara, nada se podía hacer. —. ¡¡Link por favor para!!

Mi aire iba desapareciendo con cada grito que soltaba. Él no se detendrá y me gastaré la garganta con el siguiente grito que dé. No me detenía y no lo haré hasta tenerlo entre mis brazos, y poder secar sus lágrimas derramadas por culpa mía.

—No puedo seguir corriendo, me estoy cansando... ¡Link por favor... pa-para! —me ahogaba y sentía como mis pies iban desapareciendo como el mismo aire. Me sentía cansada y no pude aguantar más corriendo, cayendo al suelo. Sintiendo como las gotas de lluvia aterrizaban en mí. —. ¡¡¡Link!!!

Narra Erick:

Cuando iba caminando a casa, la lluvia seguía cayendo y yo no traía paraguas como para prevenir llegar empapado. Había ido a comprar un poco de comida a una tienda cerca de casa, pero la lluvia me atacó en esa corta salida.
En unos pocos minutos, faltando poco para llegar, escuché un grito familiar el cual me hizo parar mi caminar. Miré a ambos lados y la pude ver arrodillada en el suelo. ___________ se encontraba sola, bajo la lluvia llorando. Pensé instantáneamente en Link, corrí a su dirección asustado pensando en que sucedió para que estuviera en ese estado, sola en plena lluvia.

—¡___________! ¿¡Qué haces aquí sola!? —le traté de levantar pero no quería. Con su mano señaló a un joven que corría lejos de nuestra dirección. No entendía. La volví a mirar diciendo: —. ¿Qué pasa? ¿Quién es él?

—Li-Link —dijo con un susurro y miré nuevamente a aquel chico que abandonó a __________. Me enojé de nuevo y quise correr hacia él, pero prometí no herirlo de nuevo, y no podía dejar a __________ sola aquí bajo la fría lluvia.

—Déjalo ir ____________. Vamos a casa, te llevaré a la mía, ya que tu casa está lejos. Ven, vámonos. —la logré tomar de las manos llevándola a casa. Ella se encontraba abrazándome y llorando a la vez mencionando. –"Por qué se fue Erick" –con fuertes gritos. Cerré mis ojos pensando en porqué lo habrá hecho, si él tanto la ama. ¿Por qué lo habrá hecho?

• • •

Llegamos a casa y subí con ___________ a mi habitación. Ambos estábamos empapados que hasta pena le daba a __________ pasar así. Mis padres no estaban en casa ya que habían ido de viaje por culpa del trabajo. Ella no se había movido en todo el rato, me causó un poco de gracia, pero recordé que ella estaba llorando hace media hora.

—___________, hay agua caliente por si gustas tomar una ducha. Yo me bañaré en la habitación de mi hermano. ¿Ya te encuentras mejor __________? —pregunté al verla callada como antes. Suspiré y me acerqué impaciente y preocupado.

—De acuerdo Erick, gracias por la ayuda... si, ya me encuentro mejor... creo. —dijo tartamudeando y jugando con sus pequeñas e indefensas manos. Sonreí. Caminamos nuevamente hasta el segundo piso y la llevé al baño para que supiera dónde era. Se metió a bañar tranquila al igual que yo.

Pasó un rato y ambos salimos al mismo tiempo. Llegué a mi habitación y estaba usando un short y una camisa de tirantes que le había prestado de mi hermana. Me acerqué a su dirección y me senté a su lado. Me miró y sonreí, intentando hacerla reír.

—¿Lista para dormir? —se quedó con los ojos abiertos, la boca entreabierta y sus mejillas rosadas. Cerré nuevamente mis ojos con una sonrisa de risa y la volví a mirar, está vez asintiendo. —. Te preparé la cama para que durmieras tranquila y cómoda.

—Y tú... ¿dónde dormirás? No voy a dormir en tu cama Erick, duerme en ella, yo solo soy invitada; dormiré en el suelo, ya estoy acostumbrada... —arqueé una ceja borrando mi sonrisa, mirándola con confusión y preocupación.

—No ____________, tú dormirás aquí. Las princesas como tú no duermen en el suelo. Dormirás en mi cama y yo en el suelo, o, dormiremos juntos, dime tú. —hubo silencio al cruzar mis brazos mirándola. Ella se encontraba mordiéndose el labio inferior mirándome de reojo, y a la cama. Parecía indecisa, pero dejaré que ella elija.

—¡No Erick! No dormirás en el suelo. De acuerdo, dormiré contigo. —replicó mirando hacia otra dirección ocultando su bello sonrojo de mi vista. Reí de nuevo tratando de girar su rostro para verle, pero se negaba a hacerlo, causándome más gracia y ternura.

—Vamos __________, ya es tarde. Mañana tienes clase y yo te llevaré. No te preocupes por Andrea, mañana en la mañana le avisaré que estás conmigo. ¿Vale? —me miró muda. Supe que se asombró al ver mi preocupación sobrepasar el límite, y atención hacia ella.

—Erick, gracias pero... me alegra bastante que te preocupes por mí... pero ¿por qué? —me acomodé en la cama abrazando su torso invitándola a corresponder. La miré a los ojos acercándome a sus labios, susurrando: —. Porque te amo...

En unos momentos de silencio, no sentía ningún tipo de movimiento. Supe que ___________ ya se había dormido. Coloqué la manta encima nuestra cubriendo la altura de sus hombros, rodeando mis brazos para mantenerla junto a mi. Ambos nos quedamos dormidos, en silencio, pensando en nuestra cita, y en Link...


• • •

A la mañana siguiente me desperté antes que ella, mirando de reojo como dormía. Tenía que confesar, pero se veía hermosa y muy tierna. Me dirigí a la cocina a prepararle el desayuno para después, llevarla a clases, no tenía uniforme, pero intenté hacer lo que pude.

—Buenos días Bella durmiente. ¿Cómo dormiste __________? —pregunté cerrando mis ojos mientras preparaba el desayuno.

—Podemos decir que bien, pero... prefiero saber cómo dormiste tú. —replicó incomoda rascándose la nuca con un leve sonrojo mostrarse en sus mejillas. Me acerqué a ella colocando el plato en la mesa, sin separar mis ojos de los suyos.

—Mejor que nunca. —dije sonriendo con los ojos entrecerrados, y un leve sonrojo hacerse notar. —. De acuerdo ___________, es hora de ir a clases.

Al ver mi propio entusiasmo me sentí extraño. No suelo ser así, pero saber que __________ estaba conmigo, me sentía feliz. La miré de reojo y la noté con flojera causándome una risa traviesa hacerse soñar y provocar que ella me mirara con mala cara. —. No quiero ir Erick... estoy muy cansada para ir... quiero salir contigo temprano, y pasar más la tarde contigo... alto, ¿lo dije en voz alta? —asentí con la boca entreabierta y las mejillas ardiendo. Se cubrió sus ojos con ambas manos gritando: —. ¡Siempre me tiene que pasar esto a mí! Que vergüenza...

—Calma ___________, también quiero estar contigo, no sé si no llevarte a clases es lo correcto... aparte... hoy yo no tengo clases... —me miró con cara tierna tratando de convencerme. A esa linda cara no le podía decir que no, debía admitirlo. —. Esta vez ganaste, pero luego ya irás...

Dije con estilo medio mandón. Provocándole nuevamente una preciosa risa que me alegró el día. Me dirigí a mi habitación y cogí un libro echándome en el suelo, cogiendo varias almohadas. Me acosté en el y sentí un peso encima mío. ___________ se había colocado encima mío mirando la puerta.

—___________, ¿qué haces? —dije entre risas. Ella no contestó y no separó su vista de la puerta. Me traté de mover para tumbarla, pero nada daba. —. ___________... basta, déjame... ¡Hey _________!

Ambos reíamos al ver como ella tomó mi libro, corriendo en círculos por la habitación. Al verla al otro lado de la cama, intenté confundirla para ir por la otra dirección, no funcionó.
Ella corría por la casa sujetando mi libro, mientras reía a carcajadas. —¡Devuélveme mi libro linda traviesa! —dije riendo. —. Si no me lo entregas te comeré a besos, y es en serio __________.

Instantáneamente se detuvo, causando una risa salir de mi. Me acerqué a ella mirando como estiraba su brazo para entregarme el libro. Lo tomé y le di un beso en la mejilla escuchándola gritar mi nombre con nervios, provocándome nuevamente reír.

—No ya enserio __________. ¿Puedo? —dije dejándola confundida arqueando una ceja, y la boca entreabierta. —. Dime... ¿si puedo besarte?

Narra ____________:

Al escuchar a Erick preguntarme, pensé al instante en Link, y en sus labios. Sus labios y besos ya habían quedado marcados de por vida en mis labios. Sabía que él ya no quería saber nada de mi, miré de reojo mi collar el cual me había obsequiado hace poco. Suspiré y lo miré más cerca de mi rostro. Me alejé un poco pensando en que decidir.

—Erick... ¿tanto me amas? —asintió dejándome callada. Volví a pensar en Link pensando lo mismo. Él me amaba tanto pero más que Erick, eso sí podía notar. Erick se preocupa mucho por mi, pero Link, puede dar su vida por mi. Volví a suspirar alejando mi mirada de la suya que me presionaba un poco. Lo miré de nuevo y dije: —. De- De acuerdo, pero solo uno.

Se me acercó y tomó mis brazos para acercarse más a mi, y poder capturar mis labios. Comenzó a cerrar sus ojos, haciéndome corresponder; sintiendo lentamente su cálido aliento besar mis mejillas, como labios.

Dio varios pequeños besos suaves dejándome calmada y extrañada. ¿Por qué me siento así? Erick me regalaba calma y tranquilidad, en cambio, Link me causaba alegría y poca preocupación, sigo preguntándome si hice bien en querer a Erick, y rechazar a Link.

—Erick... yo... yo —empecé a tartamudear sintiendo de nuevo mis mejillas arder. Lentamente él comenzó a bajar sus manos por mis brazos, haciéndome temblar. Con un susurro dije: —. Yo también...

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