Estuvimos casi dos horas dormidos. La hermana de ________ no tardaría mucho para llegar, me separé un poco de ________ y coloqué mi muñeca en mi frente confundido y curioso al pensar en por qué ya quería hacerla mía. Apenas tenía diecisiete años y yo simplemente diecinueve; no comprendía, pero sí sabía cuanto la amaba. Suspiré un poco y escuché como alguien abría la puerta, supuse que era Andrea, por esa razón me acosté nuevamente rodeando mis brazos por su abdomen.

La escuché hablar sola lo que me provocó una risa interior. Escuché con atención lo que decía para saber que onda. —No Link, suéltame por favor— al escucharla mencionar mi nombre me impacté —¿sueña conmigo?

Pensé confundido al volverla escuchar nombrándome mas excitada al dormir. —Eso se siente rico Link— me levanté revuelto al escucharla más extraña —si sueña que hacemos eso... ¿por qué no quiso entonces?

Volví a mirarla y estaba roja de las mejillas; no podía estar seguro si soñaba conmigo, pero dudaba que era otro chico. Recordé que simplemente vine a la realidad para cuidarla, no para tener intimidad con ella. Suspiré de nuevo frustrado al recordar la tercera regla.

Ignoré a _______ por unos momentos y escuché algo romperse en la planta baja de la casa. Supuse que Andrea no había llegado, había alguien en la casa de ________. Asesinos o ladrones, me daba igual; me levanté de la cama evitando despertar a ________. La miré de reojo y se veía tan tierna. Volví a la realidad y recordé que había alguien en casa que no era Andrea.

Bajé lentamente por las escaleras de forma sigilosa y lo vi abriendo un armario blanco al lado de la puerta principal. Fruncí el ceño al verlo sacar una bolsa negra. Miré de reojo la puerta de __________ y decidí ir a buscar un arma ya que era mala idea bajar sin una.

Noté una espada en el baño de sus padres un tanto oxidada, la tomé y suspiré pensando que era peligrosa. Me dirigí lentamente a este y lo vi ya en la cocina sacando un cuchillo. Volví a suspirar.

—¿Buscabas algo?— lo miré arqueando una ceja a su dirección —vete y no saldrás herido...

Intenté amenazarlo sacando la espada lentamente de mi espalda. Lo escuché reír lo cual me dejó confundido. —Pelea duende inútil, si tanto presumes tu abdomen— recordé que estaba sin camisa, le di poca importancia y me le acerqué bajando las escaleras.

En ese momento él hizo un movimiento rápido cortando una parte de mi pecho, provocando un quejido de dolor hacerse sonar. Lo volví a mirar y pasó de nuevo el cuchillo por mis hombros haciendo que retroceda rápidamente.

—Pelea como el hombre que finges ser— lo miré molesto y solté la espada y le solté un puñetazo en la nariz, dejándolo inconsciente. Gritó de dolor cayendo al suelo. Rogué que _________ no se despertara al escuchar tanto alboroto.

Saqué al tipo de la casa y cerré la puerta, sentí gotas escurrirse por mi torso, recordé que estaba herido y sin camisa, gemí al colocar mi mano encima deteniendo el desangre. Suspiré de dolor y me dirigí lentamente a la habitación de __________. Al entrar la vi despierta sujetando un cuchillo en sus manos.

—¿De dónde sacaste eso _________?— arqué una ceja al verla con él en sus manos, me acerqué un poco y estaba temblando —¡Link! tu pecho...

Miré de reojo mi pecho y fue corriendo al baño dejándome extrañado. Al salir tenía en sus manos un pequeño botiquín, se me acercó con paso rápido y lo abrió sacando varias vendas y medicamentos.

—Link acuéstate en la cama por favor— la miré con mi sonrisa traviesa, me miró y rodó los ojos, no pude evitar sacar una risa, pero luego luego gemí de dolor —¡Link hazme caso, por favor! —Negué deteniendo sus manos que sujetaban las vendas. Retrocedí un poco y me sentía mareado por unos segundos, cerré y abrí mis ojos mirando la habitación borrosa.

Narra _________:

Intenté cubrir la herida de Link que se encontraba sangrando. Me preocupé al verlo un tanto mareado, supliqué varias veces para que se acostara en la cama para que pudiera ayudarlo, pero seguía negando.

—Link por favor déjame ayudarte... ¡Link!— en ese instante él cayo al suelo; corrí a su dirección y tomé su cabeza recostándola en mis piernas para que no estuviera en el suelo. Empecé a derramar unas lágrimas al verlo desmayado y herido —¡Link por favor reacciona, no me dejes!

Me ataqué a llorar y escondí mi rostro en su pecho desangrándose poco a poco. Cada vez mi llanto aumentaba, escuché la puerta abrirse y logre oír la voz de Andrea.

—He llegado ________. ¿_________ estás despierta?— escuchaba cómo mi hermana subía las escaleras pausadamente —¡¿_________ qué pasó aquí?!

Se acercó corriendo y miró a Link acostado en mis piernas sin camisa y con su pecho sangrando. Mis manos tenían poca sangre y mis mejillas se encontraban ardiendo.

—__________... qué le pasó a Link... ¿_________?— no paraba de llorar ni sufrir al verlo casi muerto en mis piernas, me sequé varias lágrimas que se encontraban en mis mejillas, dejando sangre en ellas.

—Andrea... Link está herido, ayúdame a acostarlo en la cama por favor— asintió preocupada y me ayudó a cargar su cuerpo dejándolo con cuidado.

—Dios... que buen cuerpo tiene— arqué una ceja en dirección a mi hermana que se encontraba admirando el cuerpo de Link mordiéndose el labio inferior —Andrea deja de verlo así; ¡está herido, entiendes!

Rodó los ojos y supuse que le parecía guapo. Algo que se nota a simple vista. Suspiré nerviosa y vendé sus heridas para que dejaran de sangrar. Miré como mi hermana contestaba una llamada retirándose de mi habitación, dejándome sola con Link.

—Link... no me dejes por favor. ¡Link!— volví a atacarme a llorar, solo abracé su pecho y escuchaba su corazón latir, lo cual me calmó un poco —Te amo...

Acaricié su mejilla nerviosa y triste, varias lágrimas habían caído en sus mejillas. Las sequé despacio y cerré mis ojos, derramando mas lagrimas por mis mejillas. Miré de reojo sus finos labios y me les acerqué, dándole un dulce beso con mis ojos cerrados. Quería que Link estuviera bien, a su lado siempre lo estaré...