Mirando de reojo a ________ sentí ternura al verla, pero por unos momentos de silencio el pelinegro regresó abundando mi mente, lo cual me causó desánimo. Me le acerqué ya que ambos estábamos alejados por culpa de mi repentina acción con ________.
Pensé que volvería a retroceder, pero se me quedó mirando a los ojos fijamente. Reí nuevamente al verla; sentía ganas de abrazarla y besarla; pero procuraré no romper la regla de las Diosas al enviarme aquí...
*FLASHBACK*
Con las Diosas solemos pasar tiempo mirando a los humanos. Ellas saben quién ocupa de nuestra ayuda, pueden enviarme a la realidad, o hasta inclusive a Zelda; es rara vez que la envíen a ella, ya que suelen enviarme más a mí. Dónde vigilamos a los humanos suele haber tranquilidad, ya que nos ubicamos en el Circo del espejo. Un día tranquilo miramos el espejo que notificó a una chica que ocupaba nuestra ayuda.
—Link, esta vez irás tú con esa chica— la miré asintiendo esperando con ansias en conocerla —sólo te digo que está prohibido enamorarse de ella, ¿entendido?
Volví a asentir un poco molesto pensando en por qué está esa regla. Suspiré y me entró aún más curiosidad al saber cómo era esta chica que necesitaba de mi ayuda. Rogué en que fuera linda, pero sobre todo que me quiera y no se espante al verme.
—¿Cuándo la voy a ver?— pregunté impaciente un tanto rojo de mis mejillas, miré en dirección a Zelda y esta había rodado los ojos. Siempre es así cuando me envían con alguien... y más si es chica.
—Pronto Link, tenemos que conocer más de su problema, al cuál le pondrás fin— decidido me le acerqué curioso apoyándome en su hombro llamando su atención arqueando una ceja.
—¿Tienen una foto de ella?— arqueé la ceja en su dirección con una sonrisa traviesa, confundida me miró y provocó una risa salir de mí —me da curiosidad ¿la puedo ver?
—Siempre eres así Link... ten quédatela— me dio una foto de la chica que protegería y me sonrojé con el simple hecho de verla. Ella era... hermosa y perfecta, o eso es lo que creía; pero supe que estaría en lo correcto.
—Vaya, es muy guapa— reaccioné mirando a la Diosa que se encontraba a mi lado un tanto tímido al ver su mirada de confusión —digo... lo siento es que en serio lo es.
—Tienes que evitar eso, no puedes enamorarte de ella, solo vas a cuidarla es todo— la miré decepcionado esperando que hubiera silencio —yo nunca dije que me enamoré de ella, simplemente está guapa es todo. —aclaré haciendo que ella rodara los ojos provocando nuevamente una leve risa. La miré de nuevo y suspiró sabiendo que quería información por mi mirada curiosa.
—Se llama __________ Ramírez, tiene diecisiete y su hermana Andrea tiene veinte años; Andrea tiene pareja y ________ está soltera, ¿algo más?— sonreí al escucharla mencionar que _________ estaba soltera, admiraba su foto cada vez que la veía.
—No gracias, con eso basta— me sonrojé un poco aparte de ver la imagen, por ya querer conocerla —_________...
*FIN FLASHBACK*
Estaba sonriendo al recordar el día en que conocería a ________, aún tengo su foto guardada en mi bolsillo. Nunca se la mostré a nadie... pero dudo si enseñarsela a _________.
—Link, mañana sí tengo clases y no quiero dejarte aquí solo, mejor será conseguirte ropa— me miró de pies a cabeza mirando mi ropa arqueando una ceja —bueno, puedo prestarte una que otra cosa, pero no creo que todo te quede...
—Bueno, veremos que me puedo poner de ropa ________— la miré sonriendo travieso arqueando una ceja a su dirección, la escuché reír —ah ______ siempre tan tierna.
Pensé caminando tras de ella subiendo a su habitación. Se detuvo mirando de nuevo mi cuerpo, me sonrojé claramente al ver sus ojos escanear mi cuerpo. Evité su mirada al toparse con ella, suspiré y se me acercó tocando mi cintura alertándome un poco.
—¡Ey! _______ ¿qué haces?— me miró confundida arqueando una ceja, yo estaba completamente rojo de las mejillas al sentir sus pequeñas manos tocar mi cintura, suspiré al sentir cómo las subía despacio —o-oye deja de hacer eso por favor...
Tartamudeé un poco provocándole una risa tierna hacerse sonar. Cerré mis ojos ya cuando colocó sus manos cerca de mi pecho, no pude evitar soltar un suspiro; al escucharme se detuvo y abrí los ojos. Me estaba mirando a la cara con la ceja arqueada al oír mi extraño suspiro, me soltó y se echó a reír.
—¿En serio me tomas capaz de hacerte eso Link?— no paraba de reír al ver mi sonrojo hacerse notar en mis mejillas —yo nunca haría eso y lo sabes Link.
—Bueno _________, seguimos con la ropa por favor— asintió calmando su risa, suspiré y se metió al baño dejándome solo y pensativo —eso se sintió muy... extraño, pero admito que, se sintió algo bien. —Pensé extrañado. Me sonrojé al recordar la extraña sensación de las manos de ________ subir por mi torso, intenté evitar pensar en eso pero era muy difícil; ________ no se debe de enterar que me gustó.
—Okay Link, tengo esta camisa café, esta chamarra verde y el gorro. Mejor póntelos para ver si te quedan bien— asentí y las tomé entrando al baño. Me empecé a desvestir para probarme la camisa de ________. Su camisa era bastante cómoda, me coloqué la chamarra encima y salí, la miré mirando de reojo la ventana; los rayos del sol iluminaban su bello rostro, como siempre, me sonrojé.
—Se te ven bien, sí, puedes quedartelas— me volvió a escanear como lo hizo antes, escondí mi rostro y se me acercó sin que lo notará. Colocó sus manos en la chamarra acomodándola un poco. La miré con una leve sonrisa; volteo y la noté mirar mis labios, lo cual correspondí.
—Oye ________, ¿estarás conmigo mañana, verdad?— asintió con los ojos cerrados con cara tierna. Me daban aún más ganas de darle un beso.
—Obviamente no te dejaré solo Link, nunca— me le acerqué despaciosamente llamando su atención. ________ estaba retrocediendo a paso rápido; en unos pocos segundos quedó atrapada en la pared —Link ¿qué haces?...
Coloqué mi dedo índice en sus labios para que guardara silencio. Arqueó una ceja mirándome con aire confuso. Miré sus labios sonrojándome poco a poco. Me acerqué a ellos y la escuché detenerme: —Link para... ¡para!— me gritó esperando a que detuviera mi acción, bajé la cabeza decepcionado y la escuché decir de nuevo —¿qué te pasa Link? siempre haces algo así... ¿te encuentras bien?
Negué con la cabeza sin dejar de mirar el suelo; colocó sus manos en mis hombros y me hizo mirarla. —¡por qué no puedo tenerte!— me miró impactada con las cejas alzadas. En ese mismo instante no pude evitar abrazarla, quería sentirla y tenerla, pero las Diosas me lo prohibían.
Sentí sus brazos rodear mi espalda, no quería dejarla ir, quería quedarme con ella pase lo que pase. Las Diosas no pueden hacerme esto... estoy empezando a querer más a _______.
Narra ________:
Sentí los dulces brazos de Link tomarme por la espalda abrazándome, correspondí sonrojada de las mejillas al sentir su corazón palpitar rápidamente. No quería separarme de él, lo amaba para ser más exacta.
—Link... yo— en ese momento él colocó sus labios en mi mejilla roja dejándome quieta. Duró como diez segundos con sus labios pegados a mi mejilla —Link...
—Estaré contigo siempre ________, no te debes de asustar; siempre estaré aquí para ti— sentí sus manos en mi rostro mirándome a veces a los ojos o a los labios. Link me quería en serio...
—Link... yo te amo, ¡espera qué!— me cubrí la boca y me alejé roja de las mejillas, él se me acercó curioso —¿me amas? —dijo con sorpresa.
Me salí corriendo de la habitación y bajé las escaleras rápidamente evitando caer. Escuché a Link gritar mi nombre como cuatro veces al verme salir desesperada de la habitación. Abrí la puerta de mi casa y salí corriendo, miré de reojo y salió Link corriendo tras de mí.
—¡________ espérame, oye detente!— volvió a gritar —¡¡________!!
En ese momento me estrellé con ese chico pelinegro... Erick. Santiago y Esteban ya se habían retirado, lo cual me asustó un poco. —Ah vaya ________, ¿ahora sí quieres hablar conmigo?— me quedé quieta y recordé que Link seguía persiguiéndome —¿________?
Escuché de nuevo a Erick y asentí sin pensar. Me tomó de la mano y me llevó a un lugar más alejado. Suspiré cuando vi que ya nada nos seguía. —¿Estás bien? tus mejillas están rojas— ignoré su pregunta mirándolo preocupada, asentí y me preguntó de nuevo —¿puedo decirte algo importante?
—Dime rápido por favor— intenté recuperar aire, volví a suspirar y miré a Erick sonriéndome.
—Ahora que recuerdo lo de ese día, me arrepiento de haberlo hecho. Eres una bella chica, más bien, siempre lo fuiste; pero cuando te vi con ese chico rubio me sentí olvidado y mal...— guardé silencio confundida, tratando recuperar el aliento. Luego escuché a Link volver a mencionar mi nombre, supe que estaba cerca —me gustas _________.
Se me acercó quedando cara a cara. Luego sentí su aliento en mi rostro, pero rápidamente Link apareció frente a mí evitando lo previsto. —¡Te dije que te alejaras de _________!—escupió molesto.
—Amigo relájate, ________ y yo sólo somos amigos— Link miraba cada vez más molesto a Erick al verlo tan cerca de mi rostro, me sentí protegida pero creí que estaba exagerando un poco.
—Largo...— Erick retrocedió sin dejar de mirarnos, molesto se fue dejándonos solos. Suspiré y miré a Link un tanto triste —__________ no me dejes así, me asustaste. Oye... ¿es verdad lo que dijiste?
Volví a asentir tímidamente mirando el suelo, sentí sus manos rodear mi cintura haciendo que reaccionará. Me abrazó dejándome inmóvil. En ese mismo momento de silencio, depositó un beso en mi frente dejándome callada, sonrojada y sorprendida como es habitual. Recargó su cabeza en la mía diciendo: —Te quiero en serio __________, y mucho.
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