Sin título parte 1



Hola, estás ahí?.. Me dejas contarte una historia?.. Como no respondes lo haré.. Veamos por dónde podré empezar..

-Alrededor de unos diecisiete años, existía un gran reino, un lugar bastante normal diría yo, pero para muchos la esperanza de un nuevo comienzo. -que personas tan estúpidas, los comienzos no empiezan mudándose a vivir a otro lado comienzan cuando superan las cosas imbéciles tenían que ser-.

Llegan cientos de personas al año para establecerse en él, saber que todo parecía andar bien para ser felices y dejar todo atrás.-Muchos de mis amigos igual se largaron, olvidándose y dejándome en este lugar, las cosas no andaban bien y menos ahora.- el aire soplaba con fuerza retumbando en las ventanas de la vieja choza.

- Mmm, será una noche larga. Esos amigos míos la pasan peor.- Cerré las cortinas y encendí la chimenea para poner un poco de té.- Si no despiertas en menos de una semana te enterrare bajo el roble cerca del río-.


Cap.1.

Hace diecisiete años.

-Que demonios es ese ruido, no dejan dormir gente idiota- Me levante, abrí la ventana para ver que pasaba -Fuego..- murmure, me quedé atónita, no había razón en el pueblo para empezar un incendio, de todos los pueblos este no tenía nada en especial, solo gente común y aburrida que luchaba por sobrevivir, no existía forma de que fuera blanco de bandidos.

-Oye! Que esperas? Vamos ayudar!- Me sobresalte. Escuché a mi hermano entrar a toda prisa en la habitación, estaba alterado y sudando.

-Ahora voy!- Mi hermano asintió y salió a ayudar, me cambié de ropa rápidamente y salí detrás de él.

Todos corrían, de un lado a otro con baldes de agua tratando de apagar el fuego, salvando animales y la comida almacenada del fuego, ¿es una broma acaso?- pensé. Eran las reservas del pueblo.

-¡No te quedes ahí parada Ashly! Toma este balde y ayuda a la gente! -Me gritó Ian, saliendo entre las personas.-No sabemos qué lo causó, pero si te quedas ahí parada no lograremos recuperar lo que alimenta al pueblo!-Dijo tirando de mi brazo hasta al pozo- Llena estos cuatro también- decía a las personas encargadas de sacar el agua.

-Esto no está bien que vamos hacer?-. -Seguro alguien provocó a los bandidos-. -Tal vez fue una accidente- Decían las personas asustadas y alteradas.

-Tal vez alguien nos traicionó con los bandidos- se escuchó al otro lado del pozo. Levanté la vista y ahí estaba el mayor imbécil y al que todos le creían por ser el de clase más alta.

-¿A qué te refieres?- Dijo Ian recibiendo los baldes de agua.

-Vamos, aquí todos sabemos que la señorita -dijo señalándome y dejando una mirada de acusación- es la que más ha salido del pueblo, y según mis fuentes, sé que visita muy seguido la aldea que está por las montañas.-De estas un poco atónita pase a estar seria, clavándole la mirada a ese patán.

-¿Eso es cierto Ash?- Me preguntó Ian.

-Ahh- Suspire. Ni como negarlo si me estaban espiando, relaja la mirada. -Es verdad, pero déjeme informarle algo Barón Roldes, en esa aldea no hay nada más que ancianos a los cuales les pido ayuda para buscar hierbas medicinales. Además dudo que esas personas quisieran venir hasta acá a causar un alboroto con la edad que tienen- Dije despreocupadamente.

-Esas son tus escusas, que tonteria, eres la principal sospechosa de lo ocurrido, enviare un mensaje a los caballeros para que te lleven bajo custodia- Mencionaba muy descaradamente orgulloso. Mientras Ian lo miraba fastidiado.

-Tiene evidencia de que ella lo causó?- Dijo mi hermano a sus espaldas con un tono serio y fuerte.- El que usted lo afirma sin evidencia y llegue rápidamente a una conclusión, no lo hace sospechoso?-.

-Crees que alguien como se trabajaría tanto por un poco de comida? estas equivocado. Solo saque esa conclusión con que mis sirvientes han visto- Dijo el Barón tocándose su bigote tonto.

-En mi opinión no hay testigos de que fue ella, ni evidencia física. Cuide más sus palabras Barón Roldes, no queremos problemas con usted y menos un retraso con el incendio- Mencionó mi hermano empujando al Barón para seguir sacando agua, haciendo que el resto de las personas siguiéramos apurados.

Una vez apagando el fuego y rescatando la mayor comida, la familia de Ian, mi hermano y yo no encargamos de hacer un inventario de alimentos, claramente después de lo discutido con el Barón las personas me tuvieron desconfianza, pero por suerte ellas confiaban mucho en la familia de Ian y en mi hermano, con ellos bastó para que se fueran a descansar por el resto del dia. La familia de Ian era una de las grandes, no me refiero a la alta sociedad sino por la forma en que son ellos de confianza, nobles sin ninguna maldad y de buena fe, realmente de fiar, los Dianon. Mi hermano por otro lado se había ganado el corazón de las personas trabajando y ayudando mucho a las personas que más lo necesitan el pueblo, siempre defendiendo a los demás, estando del lado de la justicia, supongo que por eso se lleva bien con la familia de Ian.

En cuanto a mi, estuve fuera por un gran tiempo, llegué aquí apenas cumpliendo los trece años, solía robar todo aquello que me llamara la atención, claro fue un problema para la gente ya que había una pequeña rata entre ellos, hasta que un día me tope con un bello reloj con manecillas de plata y números grabados en esmeraldas, realmente hermoso, aunque por fuera parecía una baratija.

-Oye que crees que hay..uhg? No eres de este pueblo verdad?- Menciono el chico sujetándome el brazo, sentí pavor, el miedo a ser golpeada hizo que me empujara a dicho chico y saliera corriendo hasta donde mis piernas débiles me hicieran llegar -Oye espera! No te haré daño...- Escuche su voz ir bajando de poco a poco.

-Ahg..Buaaa- Sentía que se me salían las entrañas -Cuánto tiempo llevo sin comer para estar así?- Dije dedicándole una mirada al sol mientras caía recargada sobre una barda dando bocanadas de aire.

-Oye te encuentras bien?!...-Escuche a lo lejos antes de quedar inconsciente. Mientras dormía se venían los recuerdos sobre un saqueo que mi familia llevo a cabo eso fue alrededor de cuatro años, fue una locura querer saquear la mansión de una Condesa, fue la mayor pérdida que tuve, mi padres y hermanos quedaron hechos cenizas al enterarnos ya tarde que había un traidor entre nosotros, lo que ocasionó que cayeron en una trampa el día del asalto. Perdí a mis seres más queridos incluyendo a mis únicos amigos. Sobreviví gracias a un tío que dijo que era una rodada muy importante y que sería muy arriesgado llevar alguien de diez años, dos días fueron los que pasaron enterarme de dicha tragedia por medio de las conversaciones de la gente, por mi vestimenta haraposa concluyeron los caballeros de la mansión que era ladrona, tuve que darme a la fuga antes de que ellos dieran con mi paradero.

Desde entonces he estado sola de aldea en aldea, pasando noches al intemperie llena de miedo por no saber si estaba en un lugar seguro, lo uno que tenía era mis pocas habilidades como pequeña ladrona, buscando un lugar donde quedarme, pero siempre terminaban culpándome de cualquier fechoría que hiciera la gente estúpida con dinero.

-No creo que sea buena idea tenerla aquí, que tal si nos roba algo?-Escuche la voz de un niño media dormida.

-Eso no pasara, esa niña esta muy débil como para hacer algo así de tonto otra vez- Sonaban pisadas y el sonido de choques de cristal.

-Pero tu no sabes de que es capaz Len- Seguía esa voz chillona.

-Shh, tú tampoco- Sonabas pequeñas risas.

-¡No te rías, estoy hablando en serio!- Dijo fuerte la voz chillona. Medio abrí los ojos y pude unos pelos güeros cubiertos con un sombrero.

-Ah ya estas despierta!- Vi a un sujeto de cabellos blancos y tez morena, llevaba puesto unos anteojos y una sonrisa tonta, -esperaba que me alegrara?- pensé.

-¿Dónde estoy?- Dije abriendo los ojos por completo pero aun con mucho cansancio, pasando mi legua sobre mis labios secos.

-Trae un poco de agua- Dijo el de pelos blancos.

-¡No!- Dijo el mocoso.

-Ian! .Hazlo!- Salió corriendo el mocoso dejando atrás su sombrero, haciendo notar esos cabellos dorados bajo el sol.

-Discúlpalo, es un buen niño solo que es un poco desconfiado- Dijo sentándose a un lado de la cama. -Soy Lenion, pero me puedes decir Len. ¿Cómo amaneciste, te duele algo?- Mencionó dulcemente.

-Estoy bien, donde estoy?- Dije enderezando viendo sin querer el escritorio donde se encontraban tubos de ensayo y una baratija algo conocida.

-Estamos en casa de los Dianon, ellos...ah! veo que lo recuerdas- tomó dicha baratija del escritorio- gracias a él te conocimos y ahora podemos ayudarte- dijo abriendo el reloj y mostrándome el interior más de cerca hasta dejarlo en las manos.

-No temes que te lo pueda arrebatar y salir corriendo- Dije seria, miraba con miedo alrededor para buscar una salida en caso de que me pasara algo por el intento de robo.

-Eh?.....- Se escuchó un silencio y después una risa de parte de Lenin. -Perdón pero eso fue muy gracioso, querían robarlo para conseguir comida verdad?- Guarde silencio.-Esta bien, querías sobrevivir y lo harás ya que llegaste a mis manos, cuanto tiendas llevas sin comer?, tu grado de desnutrición es grave-.

-Ahh...este- Tenía miedo, no sabia que decirle. -Yo estoy bien ya me voy- Dije tratando de levantarme, pero él me lo impidió.

-¿Tienes hambre? Mira tengo una naranja, ¿la quieres?- Me dijo sonriente estirando su brazo con la naranja hacia mi. Una naranja desde que me di a la fuga lo único que pude conseguir fue un poco de pan y con suerte algo de leche y avena.

-Yo...- Levanté mi mano para sostenerla.

-Noo! Esa naranja yo te la traje a ti Len!- Gritó el pelo dorado con una jarra de agua y un vaso de agua sobre la charola que cargaba en la entrada del cuarto.

-No..- Dije bajando mi brazo sin sostenerla.

-Trae el agua, es el Ian como ya debiste darte cuenta es un poco maleducado, pero puedes confiar en él- Dijo dándome un vaso de agua, para mi sorpresa sabía a limón -Y con respecto a la naranja que tu me la regalaste Ian, ahora me pertenece y yo decido qué hacer con ella. Ten tomala...eh no me has dicho tu nombre, ¿cómo te llamas?- Dijo dándome naranja en las manos eh Ian solo funciona su cejas.

-Yoo... me dicen A-Ash- Dije tartamudeando, tenia meses que no le decía mi nombre a alguien es posible que dude si realmente me llamo asi?.

-¿Ah? Si no quieres decirme no hay problema, ya llegará el momento- Dijo Len un poco avergonzado.

-Si quiero!- ,me exalte - solo que....ya no lo recuerdo, so-solo se que me decían..Ash- Dije con los ojos llorosos por no creer que había olvidado lo único que mis padres me habían dejado, haciéndome recordar el sueño que tuve.

-Esta bien esta bien si no lo recuerdas, ya veras que lo recordaras en algún momento- Dijo nervioso, pero no me pude contener y solté en llanto.

-Que hermosa, todavía de que te ayudamos armas un alboroto- Dijo Ian con desagrado.-Deberías aprender a mantener la calma frente a nosotros por lo menos como agradecimiento-. Cruzó los brazos, sentí que no era bienvenida, como era de costumbre, solo me quedo guardar silencio.

-Ian, no sabemos lo que ha pasado, sé más amable-Mencio Len en voz baja -Además de ahora en adelante la adoptare como mi hermana menor- Soltó con entusiasmo -Así que trátala como me tratas a mi-.

-Que?!- No puedes decir eso así como así, que tal si es una mala persona, además no creo que ella quiera- Reprochaba.

-Que?..- Me sentí atónita.

-Sé que es muy rápido, pero realmente me haría feliz poder contar con alguien, y más alguien que pueda cuidar como si fuera parte de mi familia. ¿Qué dice Ash? ¿Te gustaría que fuera tu hermano mayor?-Sonrió. Ian tenía un rostro enfurecido hacia mi.

-Yo-o..ss- El saber que podía tener a alguien otra vez me hacía feliz, pero los recuerdos de mi familia sufriendo en el fuego seguía presente generando un miedo a perder a cualquier persona con la que me acercara. Tal vez no los vi seguirlos esa noche de la rodada, así no por lo menos seguiría pensando que mi familia estaría viva encerrada en alguna celda bajo los pisos por donde caminan los caballeros del rey.-No!- Dije decidida. Ian se sacó de onda por mi respuesta.

-Estas loca, sabes acaso quién es Len?-Gritó Ian hacia mi dejando caer sus manos sobre la cama.

-Pensé que querías que me fuera- Dije seria con una mirada fría hacia Ian.

-S-si. Pero no es para tanto, solo es tu actitud hacia nosotros- Decía un poco avergonzado sin mirarme a la cara.

-No he hecho nada-.Gire mi cabeza hacia otro lado.

-No? ¡Te pusiste a llorar hace un momento!-. Me dirigió la mirada. Me estaba sacando de mis cabales.-Que te cuesta responder con calma?-.

-¡¿Qué me cuesta?! Tu no sabes por lo que he pasado estos años, no conoces mi sufrimiento.- Dije en voz alta molesta correspondiendo su mirada. -Oh!..- Ian tenía ojos anaranjados -Wow..-No podía dejar de mirarlos, realmente me dejó sin palabras.

-Si nos dijeras ya lo sabíamos, pero te pones a llorar como niña- Decía en burla gritando.

-Soy una niña y no te dire nunca- Apreté mis dientes frunciendo el ceño.

-Tu enserio eres insoportable para no haber comido- Segui gritando.

-Ni si quiera tengo hambre niño tonto!- Se escucho como mis tripas chillaban -Mierda..-Mumuere . Ian solo se quedo callado. Silencio incómodo.

-Ja..- Len se tapó la boca con su mano, pero no se contuvo y soltó una carcajada -Ustedes dos se llevan muy bien, hay mi panza - Dijo poniendo su brazos alrededor de estómago- Iré por algo de comer, Ian por que no le muestras la ropa que trajiste, y enséñale el lugar en lo que está la comida-.




y ps... ahí murió por el momento, mátenme por favor, me muero de vergüenza por no saber escribir....

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