Capítulo 66 - Preludio


La (nacionalidad) retrocedió y volvió a examinar la estancia. ¿Qué camino podía tomar ahora? Tenía la impresión de que, si tomaba cualquier salida de las que se encontraban tras ella, solo estaría volviendo a recorrer los caminos que todos habían tomado.
Por lo que los únicos dos pasillos que la llevarían más cerca de la sala final debían ser los que estaban a los flancos de la pizarra.
Y estaban secos, por lo que nadie debía haberlos tomado hasta ahora.

Cualquiera de los dos le daba igual, así que ingresó al que tenía a la derecha y subió las escaleras con diligencia. Claro que no se esperaba subir por más de cinco minutos, pero bueno.

Cuando por fin llegó, ya ni podía sentir sus piernas. Cayó sobre sus rodillas y se quedó ahí por un rato, tratando de descansar. El piso estaba recubierto por unos diez centímetros de agua, y por el techo se filtraban gotas a cada segundo, como una gentil lluvia. Lo que tenía en frente era una habitación grande y larga, con un corredor amplio que daba una gran cantidad de vueltas.
Parecía un laberinto.

Suponiendo que no tenía nada mejor que hacer, la (nacionalidad) se puso en pie y comenzó con su mix mental de canciones mientras se internaba en el apenas iluminado laberinto.
Cantó la primera canción que se le vino a la mente, aunque le molestara la garganta, desde la estrofa que primero recordó.

"I'd be so happy
Inside my heart

All the memories
I have
Are beautiful in my mind
But they don't feed the hunger deep inside my soul

And tonight I thought
I'd just
Be sitting in my sorrow
"

Comenzó a girar mientras avanzaba, pateando juguetona el agua a su alrededor y levantando pantallas de gotas frente a ella, jugando, cantando tan fuerte como le diera la gana, olvidando que le dolía la garganta.
Una gota del techo le cayó en la nariz, y cambió de canción con una risa involuntaria.

"¡Alma para conquistarte!
¡Corazón para quererte!
¡Y vida para vivirla junto a ti!"

Giró, extendiendo los brazos y recorriendo el corredor sin preocupación alguna. Dio un pequeño salto y volvió a patear el agua hacia delante.
Cambió de canción.

"Suerte que no hemos vuelto
A saber más de ti
Ojalá pase mucho tiempo
Camina recto y

Buena suerte que no hemos vuelto
A saber más de ti
Y ojalá pase mucho tiempo"

No se percató de la división de caminos en el laberinto, por lo que solo siguió cantando y saltando por el pasillo que tenía a la derecha.
Volvió a cambiar de canción.

"So wake me up when it's all over
When I'm wiser and I'm older

All this time I've been finding myself, and I
Didn't know I was lost"

Giró hacia la izquierda, pateando más agua y mojando la pared de al lado. Las inscripciones se iluminaron aún más al contacto con el agua, y una gota del techo le cayó en la mejilla.
Cambió de canción.

"Hey now! This is my desire
Consume me like a fire
'Cause I just want
Something beautiful to touch me

I know that I'm in reach
'Cause I am down on my knees
I'm waiting for
Something beautiful!
"

Pateó más agua e iluminó el pasillo al que acababa de ingresar, también encendiendo una inscripción a su derecha en la pared que no leyó por estar demasiado relajada girando y cantando feliz.
La inscripción leía: "A veces se preocupan demasiado".
Cambió de canción.

"Hay algunos que fallan
Otros que no se mandan
Es cuando se deciden
¡El río ya no trae agua!
"

Ante la última frase de esa estrofa, se agachó sin detenerse y levantó con ella el agua bajo sus pies, salpicando el techo y las paredes a su alrededor, iluminando aún más el corredor.
Se saltó un par de estrofas y adelantó la canción hasta el final.

"¿Dónde se fue la noche?
¿Dónde está la armonía?
¿Dónde quedó la bulla
Que alimenta las calles de Larco
Los viernes sangrientos de farra
Dónde, no dónde, dónde están?
"

Pasó por una entrada a su derecha y continuó por un nuevo pasadizo del laberinto, con un par de gotas cayéndole en la cabeza y en sus párpados cerrados.
Cambió de canción.

"Todo al fin se sucedió
Solo que el tiempo no los esperó
La melancolía de morir en este mundo
Y de vivir sin una estúpida razón
"

Se resbaló con el agua y casi se cae, continuando con su caminata por el corredor con algo más de calma y con los ojos abiertos. Podía ver el final de pasillo hacia el fondo, así que supuso que debía haber encontrado una salida del laberinto.
Cantó una última canción, algo más calmada y caminando con tranquilidad.

"Cuando pienses en volver
Aquí están tus amigos, tu lugar y tu mujer
Y te abrazarán
Dirán que el tiempo no pasó
Y te amarán, con todo el corazón

Cuando ya no estés acá
Trabaja hasta las lágrimas como lo hacías allá
Solo así verás
Que tu país no fracasó
Sino que tanto amor te relajó

Y te abrazarán
Dirán que el tiempo no pasó
Y te amarán, con todo el corazón
"

Cuando terminó de cantar, le dolían las mejillas por haber estado sonriendo tanto. Una gota del techo le calló en la nariz, y dejó atrás el laberinto para ingresar a una nueva habitación.

Era pequeña y estaba repleta de inscripciones que brillaban, y frente a ella había lo que parecía ser una puerta. Era más como un gran rectángulo de piedra lisa puesto en una hendidura de la pared.
Solo que no veía la manera de abrirla.

Se acercó a salida sellada y la tocó. Era pesada y dura, ¿cómo iba a abrirla? Pasó su mano enguantada sobre la superficie, buscando un inexistente algo que la abriera, sea un picaporte o algún mecanismo. Pegó su mejilla izquierda para sentir la fría roca y notó luz viniendo que la unión entre la piedra y el resto de la pared. Al parecer, la puerta estaba encajada en una ranura apenas más ancha que esta, de modo que sobraba un pequeño espacio.
Espacio en el que había una pequeña inscripción brillante que leía: "Tendrán que forzar su camino si quieren lograr lo que buscan."

(T/N) deslizó su mano por la puerta, pasándola por la estrecha –aunque no tanto– ranura, y tocó la inscripción. Sus dedos se curvaron y descubrió que había otra ranura que continuaba hacia dentro, que separaba el ancho de la puerta del ancho de la pared.

Colocó ambas manos, aferrándose a la puerta del pequeño borde que la ranura le proporcionaba, y jaló.
La puerta se arrastró un poco, pero amenazó con cerrarse sobre sus dedos si la soltaba, como si tuviera un resorte del otro lado.

La (nacionalidad), terca, aseguró uno de sus pies sobre el suelo de roca y con el otro se impulsó del ancho de la pared, tirando con sus brazos de la puerta para jalarla hacia el costado y abrirla. Deslizó la pesada roca hasta dejar un espacio pequeño pero suficiente para que ella se escurriera pegada a la pared.
Sin dejar de sostener la puerta, (T/N) se introdujo a la nueva habitación apresurada, sacando algo asustada sus manos de la piedra una vez hubo cruzado por miedo a que sus dedos fueran aplastados.

Cuando la puerta se cerró, ella suspiró aliviada y se dio la vuelta para examinar la nueva estancia a la que acababa de entrar.
Era enorme.

El techo era alto, con estalactitas adornándolo como si se trataran de candelabros, dejando caer gotas de agua a las dos lagunas a los lados de la estancia que flanqueaban el puente de roca lisa sobre el que estaba la joven. La luz era distinta a la que había encontrado hasta ahora: era como si fuese real, como si hubieran ventanas que dejaran pasar la blanca luz de un día iluminado pero cubierto de nubes.

El puente de piedra continuaba por unos veinte metros dentro de la habitación hasta llegar a la plataforma del fondo. En la pared del final había incrustada una gran piedra blanca-grisácea, que parecía brillar de todos los tonos del mar sin iluminar nada a su alrededor. A los lados de la piedra discurrían un par de caminos de agua por la pared, avanzando por surcos formados en la plataforma de piedra para desembocar en las lagunas de los lados.

Y justo frente a la piedra, de espaldas a ella, había una persona.

(T/N) avanzó con calma pero lento, una mano apoyada en su riñonera y la otra suelta a su lado. Notó que la persona frente a ella sabía que estaba ahí, pero no parecía tener prisa por verle. La (nacionalidad), entonces, decidió examinarle desde donde estaba antes de hablar. Era un joven, tal vez de su edad, también de su estatura –apenas más–; de cabellos castaños cálidos cortos y con un mechón hacia un lado. Llevaba un ancho suéter celeste pastel con el cuello de una camisa blanca asomando por arriba, unos pantalones azul oscuro de mezclilla sujetos por una correa de cuero marrón y con las vastas metidas dentro de unas botas estilo militar del mismo material y color.
Llevaba una mochila gris en la espalda de la que colgaba una larga y afilada paleta de escultor con sangre seca en los bordes.

Antes de que ella pudiera pronunciar palabra, el joven se giró con una expresión curiosa, como si quisiera saber quién llegó. Al verla bien, sus ojos miel se adulzaron y su mirada se ablandó, sus labios regalándole una alegre sonrisa con tanto peso detrás que la (nacionalidad) no pudo evitar sorprenderse un poco.

Ciao, bella.


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Chan chan chANNNNN

èwé


Las canciones que aparecen en este cap son:

Freckles (el primer opening de Samurai X :'v)
Triciclo - Los Mojarras
Tambores de Guerra - IZAL

Wake me Up - Avicii

Something Beautiful - Needtobreathe

Viernes Sangriento - Frágil

Mariposa Tecnicolor - Fito Paez

Cuando pienses en volver - Pedro Suárez Vértiz

Wa, eso es bastante unu

Nos vemos el martes que sigue ^^7

Les loveo <3

-Gray

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