Capítulo 32 - Frío


(T/N) tuvo que prestarles máscaras a casi todos los integrantes del grupo, excluyendo por supuesto a Alfred y a Arthur, quienes ya contaban con las suyas. El inglés tenía dos extra, por lo que también contribuyó a la causa.
Resulta que, como el agua está contaminada, la nieve que cae del cielo y se amontona contra la montaña también lo está. Se crea una capa blanca amarillenta medio verdosa de un tono asqueroso que mantiene la consistencia de la nieve original, recubriendo toda la ladera y levantándose como si fuese polvo cuando los autos pasan.
Por lo que, para no respirarla, todos se vieron obligados a llevar máscaras.

Conduciendo lentamente por la ladera de la montaña llena de nieve, el grupo no hizo demasiadas paradas. A Yao le dio demasiado frío en algún momento, y pararon para que le cambiara de sitio a alguien de la camioneta.
Arthur se voluntarió, diciendo que de todos modos él era el más abrigado y estaba algo apretado contra la puerta. Así que salió y se sentó en el asiento extra de la moto.

Peter admiraba la nieve desde donde estaba, aferrado a la capa de la joven en busca de calidez. Nunca antes había visto tanta nieve en su vida, al menos de esa forma, y a (T/N) le entristecía que no fuera capaz de verla como realmente era: blanca. Pero como parecía mantener la consistencia original, ella pensó que, tras hacer lo que sea que tuvieran que hacer en las ruinas, podrían jugar una batalla de bolas de nieve o armar muñecos y castillos con ella.
Dudaba que alguien se opusiera, y estaba convencida de que Alfred apoyaría la iniciativa.

Como de todas formas no había mucho que hacer, la (nacionalidad) se dispuso a cantar una canción en voz baja (aunque perfectamente audible para los dos que iban con ella). Inició desde un punto aleatorio, como solía hacer, pues en ese momento no recordaba muy bien el comienzo.
O gran parte de la canción, en realidad.

"To carry on
We'll carry on
And though you're dead and gone believe me
Your memory will carry on
We'll carry on
And though you're broken and defeated
Your weary widow marches...
"

Pudo oír cómo el inglés se removía en el asiento cerca de la segunda línea. ¿Sería que conocía la canción? ¿Estaba esperando a la siguiente estrofa para continuar con la letra?
En efecto, cuando ella acabó con esa parte de la canción, a Arthur no le tomó ni dos segundos continuar donde ella se había detenido.

"On and on we carry through the fears
Oh, oh, oh
Disappointed faces of your peers
Oh, oh, oh
Take a look at me!
'Cause I could not care at all"

Y para sorpresa de Peter, ambos corearon lo que seguía de la letra.

"Do or die, you'll never make me
Because the world will never take my heart!
Go and try, you'll never break me
We want it all, we wanna play this part
I won't explain or say I'm sorry
I'm unashamed, I'm gonna show my scar!
Give a cheer for all the broken
Listen here, because it's who we are!
I'm just a man!, I'm not a hero
Just a boy, who had to sing this song
I'm just a man!, I'm not a hero
I don't care!
"

Siguieron cantando entre los dos, el inglés parecía estar bastante feliz con eso y el niño no podía evitar extrañarse.
(T/N), por otro lado, disfrutaba de tener algo para pasar el rato.

Ya para cuando cayó la noche, y veinte canciones después, Arthur y (T/N) se callaron en cuanto ella escuchó la estática en su intercomunicador.

—Un momento, parece que quieren algo. —le dijo al oji-esmeralda en medio del coro de la canción veintiuno del día, a lo que él soltó un pequeño "okay". Se llevó una mano al aparato y lo activó.— ¿Sucede algo?
—(T/N), creo que deberíamos detenernos a pasar la noche en algún lado. —dijo Alfred a través del comunicador.— Dudo mucho que encontremos las estructuras hoy, dudette.
—De acuerdo, lo cierto es que ya es bastante tarde. —aceptó ella.— ¿Dónde propones?
—Yao dice que puede ser en esa formación allá delante. —indicó.

El lugar mencionado se podía ver no muy lejos de ellos: era una formación rocosa que parecía una caverna, pero que no tenía fondo. Era más como una gran hendidura en la montaña que mantenía dos paredes y un extenso techo rocoso.

Suponiendo que era el mejor lugar a la redonda para bloquear el viento y encender una fogata, el grupo decidió pasar la noche ahí.

Llegaron, estacionaron los vehículos, armaron una fogata en un barril chato tirado por ahí y se sentaron en un círculo a congelarse los traseros y a comer.

—No hay forma de que nos vayamos a quedar dormidos aquí afuera, hace demasiado frío. —comentó Matthew abrazándose a sí mismo.
—¿A alguien se le ocurre algo? —preguntó Yekaterina tiritando.
—No hay mantas suficientes como para hacer un gran capullo... —dijo Yao calentando sus manos al fuego.
I mean, well... Podríamos tratar, pero... —comenzó a decir el estadounidense, como si se lo pensara mejor.
—¿Qué cosa? —inquirió el francés.
—Tal vez entremos todos en mi camioneta... —sugirió, rascándose la nuca.
—¿Tú crees? —lo miró su hermano.
—Bueno; (T/N), Peter, Yekaterina, Natalya y yo hemos dormido en la maletera, y había espacio para una persona más si nos apretamos. —mencionó Ivan.
—De acuerdo, pero... ¿cómo nos acomodamos los demás? —preguntó Arthur.
—Yo digo que lo veamos en cuanto estemos ahí. —propuso la (nacionalidad).

Terminaron de comer, guardaron todo, sacaron mantas y se dirigieron a la camioneta. (T/N) sacó un gran plástico protector de su equipaje y cubrió la moto entera con eso, asiento extra y equipaje incluidos.
Abrieron todas las puertas del auto y se quedaron contemplando el vehículo por unos instantes, nadie muy seguro de cómo organizar los lugares para dormir.

—De momento ubíquense los que ya tienen lugares fijos. —sugirió Matthew.

El grupo entero asintió, pues era la mejor idea de momento. Así podrían descartar lugares y gente y habría menos personas que posicionar.

A la maletera se subieron los tres hermanos, Peter y (T/N) y se echaron como la noche del centro comercial. Yekaterina al fondo, luego Ivan, y Natalya hacia la puerta; los tres del lado derecho. En la pared opuesta Peter se subió al fondo (pues supuso que no quería dormir al lado que quien sea que fuera a ocupar el lugar al lado de la puerta) y (T/N) al medio.

Alfred se subió al sitio del conductor y reclinó apenas el asiento, cruzando sus piernas sobre el timón y sus brazos tras su cabeza como si estuviera listo para dormir.

Arthur, Gilbert, Francis, Matthew, Yao y Kiku se miraron entre ellos.

—Creo que lo primero que deberían ver es quién va a dormir en el espacio que queda en la maletera. —mencionó la (nacionalidad) desde el fondo.
—¿Yao? —lo miró Matthew.
—¿Eh? ¿Yo? ¿Por qué yo? —retrocedió el chino.— Voy a estar demasiado apretado.
—Entonces, ¿Arthur? —lo miró el canadiense.
Why? Digo, yo no tengo nada en contra, pero... ¿qué hay de ustedes cuatro? —cuestionó el inglés.
—Yo no pienso dormir cerca de nadie, gracias, dormiré en el asiento del copiloto. —se excusó Kiku.
—Vamos, viendo el estado de esto, Mathieu, Gilbert y yo no tenemos problemas en dormir los tres juntos. —dijo Francis.
—Por lo que deberíamos ir en la segunda fila. —añadió el prusiano.
—Así que los únicos que quedan solos son ustedes dos. —finalizó el canadiense.— Uno duerme en la maletera y el otro duerme con nosotros en la segunda fila.
—Y tú no quieres estar apretado, ¿verdad? —Arthur miró a Yao, a lo que él asintió.— Bueno, a mí me da igual, yo puedo dormir hasta en el techo.
—Entonces Yao viene con nosotros y Arthur se va atrás. —anunció Matthew el final de la negociación.

El inglés se encogió de hombros y caminó a la maletera. El japonés se sentó con calma en el asiento libre de adelante y los otros cuatro se acomodaron como pudieron en los asientos de la segunda fila.
Matthew terminó a la ventana izquierda, seguido de Francis, Gilbert, y al final Yao.
Arthur, por otro lado, se echó de espaldas a la (nacionalidad) y cerró la gran puerta de la maletera, teniendo que pegarse algo a la joven para entrar.

(T/N) se irguió en su sitio y cubrió con varias capas de mantas polares a todos los que estaban ahí, que le agradecieron. Lanzó el resto a la segunda fila para que se cubrieran ellos.
Matthew las tomó, tapó a sus compañeros y pasó las pocas que quedaban a los dos de adelante, que imitaron el gesto.

Una vez todos tapados y las puertas cerradas (aunque con las ventanas apenas abiertas, pues debía entrar algo de aire), se dieron las buenas noches y guardaron silencio, dispuestos a dormir.
Pero nadie durmió.

Al cabo de una hora de silencio, apagada la fogata, en completa oscuridad y al percatarse de que nadie estaba durmiendo, alguien decidió preguntar.

—Hey... ¿alguien está durmiendo? —preguntó Gilbert desde la segunda fila sin moverse.
—No. —respondió en coro todo el resto del carro, todos inmóviles pues no querían perder el poco calor que habían creado.
Oh my God, hace demasiado frío... —se quejó Alfred desde el frente.
—Eso es porque no estás cerca de nadie. —contestó desde atrás Natalya.
—Kiiiikuuuuu, ¿no quieres venir aquí? ¡Vamos, tú también debes tener frío ahí solo! —dijo el estadounidense, estirando las vocales del nombre del japonés.
—No gracias. —lo calló el aludido, sonaba algo aterrado ante la sugerencia.
—¿Lograremos dormir? —preguntó la ucraniana desde atrás, se notaba el frío en su voz.
—Sí podremos dormir, lo que pasa es que el calor se va a tomar un buen rato en transmitirse entre todos nosotros, sobre todo con tanto frío presente. —informó (T/N).
—¿No hay una forma de acelerar ese proceso? —insistió Yekaterina.
—Es decir, la hay, pero dudo mucho que alguien aquí esté dispuesto a tratar. —dijo la de ojos (C/O) algo incómoda.
—¿Cuál es? —inquirió Matthew.
—El calor se transmite mejor si es contacto directo con el cuerpo. —murmuró Yao, pero todos le escucharon.
—¿O sea? —apremió Alfred desde el frente.
—O sea, mon cher, que tendríamos que desnudarnos. —explicó divertido el francés.
—No solo eso, tendríamos que estar completamente juntos. —añadió el chino.
—De acuerdo, no quiero saber más. —los calló la bielorrusa.
—¿A nadie se le ocurre algo para quedarnos dormidos más rápido? —preguntó Ivan desde atrás.
—¿Y si alguien canta? —sugirió Peter.— (T/N) suele cantar para mí cuando no puedo dormir.
—Yo no tengo problema en cantar, pero no sé si todos vayan a querer. —le dijo la joven.
—Canta, por favor. —corearon todos.
—Eh, de acuerdo. —murmuró ella, sorprendida por la rápida respuesta.— ¿Nadie quiere cantar conmigo?
—¿Por qué no vuelven a hacer ese dueto? —sugirió Peter.

Todo el auto cayó en un profundo silencio, y todos menos tres personas estaban bastante confundidos.
¿Qué dueto?


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Hey! Capítulo nuevo (yay!)

No tenemos referencias en esta parte :c

La canción que sale en este cap es Welcome to the Black Parade , por My Chemical Romance

Nos vemos el martes que sigue ^^/

Les loveo <3

-Gray

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