Capítulo 19 - Conflicto desconocido
Luego de que el inglés recuperara sus fuerzas, el grupo se re-acomodó en las bancas. Peter miraba de cuando en cuando al nuevo, como si aún no estuviera del todo convencido acerca del tema de sus lazos sanguíneos.
La joven también lo miró, pero por otra cosa.
—Arthur, ¿crees que puedas guiarnos hasta las ruinas?— fue directo al grano, esperando que el joven fuera capaz de recordar el camino hasta ahí.
—Bueno, para ser honesto, no. — sonrió apenado. — Pero si realmente necesitan ir allí, podría intentar.
—¿A qué te refieres? ¿No acabas de decir que no puedes guiarnos?— cuestionó Yao.
—Un momento, voy a explicarme mejor. — miró al chino, para luego mirar al piso por unos segundos como si ordenara lo que iba a decir. — Tuve una muy buena vista aérea de la cordillera mientras la sobrevolábamos, y en mi equipaje tengo un mapa físico de esta zona. Pensaba que podríamos intentar guiarnos con el mapa y lo que pude ver, así yo les indicaría en el mapa en qué zona estaban las estructuras y de ahí tendríamos que arreglárnoslas para llegar. — explicó, pero se corrigió inmediatamente. — Digo, si quieren que les acompañe, porque podría simplemente señalarles la ubicación que recuerdo y dejarles mi mapa, no lo necesito.
—¿Tienes a dónde ir?— preguntó de pronto el japonés, (T/N) captó la señal.
—Er... no. — Arthur miró al piso, suspirando.
—Entonces ven con nosotros. — sugirió la (nacionalidad), tomando la oportunidad que le había preparado Kiku.
—Bueno, si no soy una carga, por mí no hay problema. — sonrió de lado el caballero, porque hasta el momento se había comportado como tal.
El grupo le dio la bienvenida al nuevo miembro y se acercaron a su lado mientras él sacaba un gran mapa de su equipaje.
Lo extendió sobre los ladrillos del piso y formaron una ronda a su alrededor. Lo miró, pensó, y trazó varias líneas imaginarias con sus dedos, como si recordara las rutas que había tomado desde el aire.
Pensó e hizo memoria por cerca de dos minutos, hasta que de pronto, estampó su índice en medio de la cordillera más pequeña.
Por suerte.
—Aquí...— dijo, haciendo círculos con su dedo sobre el mapa para que supieran a lo que se refería. — Aquí estaban, esta tiene que ser la zona, el relieve es idéntico.
—Diablos, está justo sobre la cordillera...— se quejó el estadounidense. — ¿Seguro que no te equivocas, cejón?
—Muy seguro, gringo. — respondió con calma.
—Al menos no está sobre la montaña más alta...— analizó Ivan.
—Las camionetas deberían llegar, ¿no?— preguntó la bielorrusa.
—Muy probablemente. — musitó la joven. — Muy bien,— salió del círculo. — andando.
Todos asintieron y se levantaron, el inglés guardando el mapa de vuelta en su mochila y colocándose la máscara.
Se subieron a los vehículos, Peter, la joven y Yao en la moto y el resto en la camioneta. Los tres hermanos se sentaron en la fila del medio, esta vez acompañados de Arthur, y Kiku y Alfred ocuparon sus lugares usuales.
Encendieron los motores y arrancaron en dirección a las montañas que se levantaban sobre la siguiente ciudad. Si bien no habían pasado por esa aún, no estaba demasiado lejos en términos de norte y sur, solo estaba más apartada de la costa que las demás.
Claro que no se esperaban encontrar lo que encontraron.
Llegaron a eso de las cinco, con el sol poniéndose tras ellos, y divisaron el arco de entrada a la ciudad.
O lo que quedaba, por lo menos. Se podía leer algo parecido a "Little" al principio y luego solo se distinguía una "w" y una "n" al final de la inscripción.
Bueno, en casi todas las ciudades pasaba lo mismo, de todas formas.
Manejaron a través de las calles en silencio, admirando los decadentes suburbios y tiendas, todos vaciados hace ya bastante tiempo.
Pasaban frente a una especie de almacén con arena en la entrada para cuando alguien habló por el comunicador a la línea grupal.
—¿Pueden detenerse? Creo que veo huellas sobre esos montículos. — se oyó la voz de la ucraniana.
—¿En serio?— preguntó Peter mientras ambos vehículos frenaban lentamente a las puertas del almacén. — Sí, es cierto, también las veo.
—Tienen que ser recientes. — comentó Kiku.
—Aiyaa... Eso quiere decir que no estamos solos aquí, ¿verdad?— preguntó Yao desde su asiento.
—Así parece...— finalizó (T/N).
Reanudaron la marcha, pero esta vez mucho más lento. Todos estaban alertas, miraban alrededor y no dejaban que ningún detalle se les escape.
(T/N) tenía miedo. La última vez que habían entrado en una ciudad y habían notado que no estaban solos había sido la vez del evento del galón de cinco litros. Realmente no quería tener que lidiar con más maleantes, no le gustaba.
No le gustaba la idea de que tendría que matar si no le quedaba otra opción.
Tal y como había pasado con el avión, Peter fue el primero en oírlo.
Conducían frente a lo que parecía haber sido un gran parque, ahora lleno de plantas mutadas, que abarcaba el ancho de tres cuadras. Estaba rodeado por un muro de plantas que hacían imposible ver a través de ellas, pero por arriba sobresalían las plantas inquilinas.
—(T/N), ¿oyes eso?— preguntó tirando de su capa en un susurro.
—¿Qué cosa?— lo miró, deteniendo la moto.
La camioneta se detuvo también, viéndolos por el espejo retrovisor, y todos los pasajeros se asomaron por las ventanas.
Miraron a su alrededor, tratando de oír algo, el chino irguiéndose en su asiendo.
Y sí, ahí estaba.
Otra pelea.
Avanzaron con los vehículos muy lentamente en la dirección en la que los sonidos se oyeran más claros. Conforme se acercaban, doblaron la esquina del final del parque y reconocieron voces y gritos. Podían ver humo elevarse por encima de los árboles.
No sabían qué pasaba ahora, pero no se oía bien.
Al llegar lo más cerca posible sin ingresar en el parque se estacionaron frente a lo que parecía ser la entrada. Arriba, un letrero estaba colgado sobre un arco de enredaderas que marcaban lo que habría sido la puerta. Se leía: "Laberinto de" y el nombre de la ciudad no se entendía.
Fantástico, una pelea en un laberinto tomado por la naturaleza.
(T/N) acercó la moto a la camioneta y se bajó, parándose al lado. Kiku salió y se dio toda la vuelta al vehículo para poder oír de lo que hablaban, mientras el conductor bajó de su sitio y se quedó cerca. Los cuatro pasajeros abrieron la puerta, bajó Arthur y se paró a un lado y los otros tres se arrumaron aún dentro tratando de asomarse.
Ahora oían claramente los gritos de confusión y miedo.
—¿Vamos a intervenir otra vez?— preguntó Ivan, asomando su cabeza por la puerta y entre sus hermanas.
—No lo sé, no tenemos forma de saber qué está pasando...— sopesó la joven de la máscara.
—Es un laberinto, probablemente nos perderemos antes de llegar al conflicto. — negó Yao. — Yo voto por no entrar.
—Yo tampoco quiero entrar...— musitó el ruso. — (T/N) ya lo dijo, ni siquiera sabemos qué pasa.
—Yo voto por que entremos. — proclamó el estadounidense. — Deberíamos ayudarlos, ¿y si son otra banda de maleantes atacando a inocentes?
—Concuerdo con Jones. — sentenció desde un lado el japonés.
—¿Y qué quieres que hagamos? ¿Entrar como superhéroes a salvar su día?— espetó Natalya, mirando al conductor.
—¿Y por qué no? Además, (T/N) e Ivan ya lo han hecho antes. — la miró. — Y te recuerdo, linda, que si no hubiéramos hecho lo mismo una segunda vez tú y tu hermana no estarían aquí. — discutió Alfred.
—Bien, pero nadie les obligó. — insistió la muchacha.
—¡Natalya!— la detuvo su hermana. — No podemos simplemente ignorar a la gente que necesita ayuda...— miró a un lado, nerviosa.
—Yo tampoco quiero entrar, pero no quiero quedarme afuera si entran...— comentó Peter desde la moto.
—No sé qué tanto pueda opinar en esto, pero yo voto por no entrar mientras no sepamos qué sucede. — dijo Arthur apoyado en la camioneta.
—¿De qué lado estás tú?— le cuestionó la bielorrusa con una mirada asesina.
—Vamos, cálmense, no llegaremos a ningún lado si seguimos discutiendo. — los calló (T/N). — Ahora, deberíamos...
La joven fue interrumpida por un grito que venía desde bastante cerca. Estaba dentro del laberinto, pero teniendo en cuenta las estructuras de estos sitios podía estar en medio del enredo.
—¡Monsieur!— se oyó, parecía la voz de un muchacho.
Todos se giraron, pero nadie salió del lugar. Los gritos se seguían oyendo, y más humo se levantó por encima de los árboles.
En cuanto el grito terminó, Alfred pareció reaccionar ante algo. Se lanzó sobre su asiento de conductor y de debajo sacó una pequeña pistola, empujándose lejos de la camioneta para correr desesperado hacia el laberinto mientras decía algo que nadie llegó a entender.
La ucraniana y el inglés reaccionaron igual de rápido, pero para detener al alocado estadounidense. Intentaron agarrar su capa mientras se iba, sin éxito, y le gritaron que no se fuera.
Kiku, por otro lado, también intentó detenerlo. Al igual que los otros dos, falló en frenarlo de la capa, pero siguió corriendo tras él. Se tropezó un par de veces mientras se alejaba de la camioneta debido a que comenzó a correr muy repentinamente.
A partir de ahí, fue una huida en progresión. La joven, quien también se había movido más cerca en un intento de detener al estadounidense, terminó por correr tras el japonés mientras estiraba sus brazos cada cuanto, tratando de jalarlo del uniforme–capa que usaba.
El niño se tiró de la moto en desesperación al ver como se iba la chica, resbalándose y cayendo sobre sus rodillas y manos al tratar de dar el primer paso, pero parándose inmediatamente después para acelerar tras ella, gritando su nombre.
El chino se bajó del asiento extra de la moto como pudo en cuanto el niño saltó, no dispuesto a dejar que el pequeño se fuera solo. Pero como aún estaba un poco mal del tobillo, le tomó unos instantes de más acostumbrarse a caminar en los que Peter le sacó ventaja, haciendo que al final terminara corriendo tras él.
Mientras todos gritaban el nombre de la persona tras la que salían corriendo, los tres hermanos intentaron bajar de la camioneta para detener a los que se iban. El inglés, sin embargo, se colocó frente a la puerta y les bloqueó la salida con sus brazos, dándoles la espalda.
El ruso y la ucraniana frenaron, confundidos y asustados por la situación en general, pero la bielorrusa peleó su camino fuera del vehículo y, tras forcejear con la barrera humana de Arthur, escapó de un salto. Mientras estaba en el aire giró hacia atrás y arranchó la cuchilla del piloto de su estuche en su cinturón, cayendo al piso y rodando para ponerse en pie y correr, cuchilla en mano, dentro del laberinto.
Fuera, los tres que quedaron se sumieron en un completo silencio durante unos segundos más luego de que la última persona hubiera desaparecido dentro de la maraña de árboles y plantas mutadas, llámenlo selva, que conformaban el laberinto.
Al cabo de un rato, el inglés se alejó de la puerta calmadamente y relajó su posición, encarando a los dos hermanos.
Ambos lo miraron confundidos.
—Tenemos que cuidar las cosas. — indicó, para luego mirar al piso. — No es que no haya tenido ganas de entrar, pero no sé cuánta agua llevan. Debe ser bastante, a juzgar por la facilidad con la que estuvieron dispuestos a llevarme con ustedes, y no podemos arriesgarnos a perder eso.
—Comprendo...— la ucraniana también miró al piso, pensando en el purificador.
—¿Por qué no te quedaste tú solo?— cuestionó Ivan.
—¿Confiarían en que me quede con sus cosas, solo?— le respondió el inglés con algo parecido a una sonrisa burlona.
—Pero Yekaterina puede quedarse contigo, me necesitan ahí dentro. — declaró el ruso, haciendo un movimiento que indicaba que quería bajar del auto y entrar en el laberinto.
—No, te necesitamos aquí afuera...— analizó la hermana, comprendiendo la idea.
—Exacto. — continuó Arthur. — Si algo de verdad llega a pasar, debemos estar preparados aquí afuera para afrontar lo que sea que salga de ahí.
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Hey, nuevo cap!
Esta es la parte que yo llamo "la escena del laberinto", así que a partir del siguiente capítulo subiré unos cuantos seguidos.
No sé si se entiende, pero ya verán 7u7
En este capítulo hay una referencia! (yay!)
Yo diría que es algo complicada, sobre todo si no sabes de dónde viene.
Pista: Hace referencia a algo en un fanfic de Hetalia (sí, el fanfic está en Wattpad).
Es algo parecido a esta historia, al menos en el tema, pero no tanto.
Y yo no pienso abandonar este (? <---- esa fue otra pista >:3c
Nos vemos el martes que sigue ^^/
Les loveo <3
-Gray
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