(T/N) les explicó las reglas del juego. De un grupo de gente se elige a uno que va a ser el Goofy. Quien haga del Goofy debe dirigirse a un lugar en específico de la piscina, en este caso de la laguna, mientras que el resto de jugadores se dirigen al otro extremo frente al que está solo. El Goofy debe decir un conjunto de cosas (por ejemplo, colores) y los demás deben elegir uno cada uno en secreto (por ejemplo, persona A elije rojo y persona B azul, pero no se lo dicen al Goofy). Cuando todos hayan elegido su objeto, uno de los jugadores debe decirle al Goofy todas las opciones sin mencionarle quién eligió cuál. El Goofy entonces debe elegir una entre todas y nadar lo más rápido que pueda hasta donde están los demás. La persona que había elegido el objeto que el Goofy mencionó debe nadar lo más rápido que pueda hasta donde estaba el Goofy, y quien llegue antes se convierte en el Goofy.
En este caso, acordaron que el lugar del Goofy sería la roca en la que había estado sentado Yao, y los demás se irían hasta un conjunto de rocas lo suficientemente lejos, pero no tanto como el otro lado de la laguna.
Peter iniciaría siendo el Goofy y cada vez que hubiera un empate le volvería a tocar a él, porque ya estaba cansado para nadar y no había forma de que le ganara a alguno del resto.
La primera ronda iba a ser algo distinta, pues el niño iba a seleccionar dos cosas. Ya que, si eligiera una, él tendría que competir. Así que las dos personas que salieran seleccionadas competirían entre ellas.

Entonces, el niño nadó hasta la roca y se arrodilló sobre ella, agua hasta el cuello. (T/N), Natalya, Alfred y Yao, por otro lado, nadaron hasta el conjunto de rocas y se giraron para ver al pequeño.

—¡Voy a decir algo, prepárense!— anunció emocionado, pensando unos instantes antes de volver a alzar la voz. — ¡Países, pero que no sean los suyos que si no va a ser muy obvio!

Todos los que estaban fuera de la laguna rieron un poco, pues el niño tenía razón.

El grupo se cerró en un pequeño círculo y los cuatro pensaron por unos segundos.
Al cabo de un rato, Yao alzó la voz.

—¡Canadá, Egipto, Australia y Lituania!— enumeró el chino.

Peter se lo pensó por unos segundos, pues debía escoger dos, y estaba intentando adivinar quién había elegido cuál. Del otro lado, los cuatro se sostuvieron de las rocas con una mano y apoyaron sus pies contra ellas, para poder impulsarse si los elegían.

—¡Lituania y Canadá!— declaró al fin el pequeño.

En cuanto hubo terminado de pronunciar las dos palabras, un par de siluetas salieron impulsadas como bólidos a los lados de (T/N). Ella miró para ver quien quedaba a su lado y se encontró con el chino igual de sorprendido.
Alfred y Natalya nadaron como salvajes, asustando un poco a Peter y haciendo que se apartara un poco de la roca para que no lo chocaran.
Pero cuando llegaron, el agua que habían estado jalando con ellos avanzó como una ola hacia delante y cubrió a los dos competidores.

La bielorrusa había llegado primero, pues tres de sus dedos estaban bajo la mano del estadounidense. Con una sonrisa de victoria medio en burla, le miró indicando que había ganado y que tenía que volver con los otros dos.
El joven le sacó la lengua en broma y se retiró con calma de vuelta al conjunto de rocas.

Peter decidió quedarse sentado en otra roca al lado de la que habían elegido como punto de referencia, pues quería evitar ser aplastado por los competidores.
La ganadora y nueva Goofy, mientras tanto, se sentó a medias en la roca principal y miró a los tres al otro lado, pensando.

—Figuras. — dijo de pronto, lo suficientemente alto para que todos le oyeran.

Algo extrañados, los otros tres volvieron a cerrar el grupo para anunciar sus elecciones. Pasaron unos segundos y nuevamente el chino alzó la voz.

—¡Círculo, cuadrado y triángulo!— anunció.
—¡Círculo!— eligió casi inmediatamente la muchacha.

En cuanto pronunció la palabra, la bielorrusa volvió a salir disparada, esta vez en dirección al conjunto de rocas. Y aunque le tomó unos instantes asimilarlo, casi al mismo tiempo que la joven el chino salió impulsado en dirección contraria.

No se cruzaron en el medio, sino más cerca de los otros dos jugadores.
Segundos después, la muchacha llegó contra el conjunto de rocas y gritó "Goofy". Al oír esto, el chino suspiró a unos centímetros de la roca y se dio media vuelta, regresando con su grupo.

Todos tomaron sus posiciones de nuevo y la misma Goofy de antes se sentó en la roca a pensar.

—Días de la semana. — declaró con calma.

Los otros tres se juntaron, eligieron, le comunicaron todo al chino y él alzó la voz.

—¡Jueves, viernes y domingo!— anunció.
—¡Viernes!— eligió con la misma velocidad que antes, lanzándose al agua.

Hubo de nuevo una carrera de salvajes, pues el que había elegido el viernes había sido Alfred.
Solo que esta vez el primer "Goofy" que se oyó vino desde la roca principal, lo que decía que el joven había llegado primero.
Aunque por poco.

Luego de soltar una corta risa de victoria, se sentó sobre la roca y miró a todos lados, pensando.
Como no se le ocurría nada, decidió ir por algo sencillo.

—¡Colores!— anunció con una gran sonrisa.

Nuevamente, los otros tres se juntaron, pensaron, y el chino alzó la voz.

—¡Verde, Blanco y Rojo!— reveló.

Alfred se lo pensó por unos segundos. Quería elegir rojo, pero era muy probable que esa fuera la elección del chino, y suponía que no podía nadar muy rápido debido a su tobillo.
Y él quería un reto.

—Eh... ¡Blanco!— se decidió al fin.

Al mismo tiempo en que él se lanzaba hacia delante, (T/N) se impulsó lo más fuerte que pudo con sus piernas de las rocas. Había elegido blanco porque era el color más general que se le pudo ocurrir.

En lugar de nadar a estilo libre como lo habían hecho el estadounidense y la bielorrusa (pues Yao usaba el estilo mariposa), ella se sumergió en el agua como un torpedo, buceando, pasando bajo su contrincante exactamente en el medio del recorrido y usando sus brazos para salir a la superficie en un movimiento que creaba una corriente de agua.
Y las corrientes de agua aceleran.

Así que escasos instantes antes de que el otro pudiera gritar, tocó la roca algo bruscamente ni bien emergió y en cuanto tuvo aire gritó: "¡Goofy!"

Natalya aplaudió para fastidiar al muchacho en broma por unos instantes, y luego se detuvo al ver que la nueva Goofy se sentaba sobre la roca y pensaba.

—¡Países de Sudamérica!— alzó la voz al cabo de un par de segundos.

Los otros tres se miraron y cerraron el grupo, eligiendo su país.
Al cabo de unos segundos, el chino levantó la voz.

—¡Chile, Perú y Argentina!— anunció.

Ella se lo pensó unos segundos, incapaz de adivinar quién había escogido cuál. Realmente no quería tener que competir contra Natalya, y la carrera contra Alfred debió ganarla porque el estadounidense ya debía estar algo cansado, pues ella no era tan rápida como esos dos.
Tenía su técnica, sí, pero no podía ante tanta intensidad.

—¡Chile!— eligió al cabo de un rato, sumergiéndose de nuevo en el agua.

No tenía mucha resistencia que digamos, así que durante esta carrera (T/N) ya estaba algo cansada. Eso, sin embargo, no impidió que se esforzara en ganar, pero sí hizo que saliera a la superficie antes de llegar a las rocas por falta de aire.
Y cuando estaba a centímetros de tocarlas y ya reuniendo aire para gritar, escuchó del otro lado a Yao gritar "¡Goofy!"

Se giró una vez llegó, al lado de la otra joven, sorprendida de que el chino le haya ganado.
El chino que se suponía estaba mal del tobillo.

Yao se sentó en la roca, pero como no se le ocurrió nada, se giró hacia Peter y le dijo que eligiera por él.
El niño, emocionado, se paró tras la roca y anunció el nuevo tema.

—¡Animales!— dijo con una sonrisa.

Los tres sonrieron y se juntaron para elegir. Pensaron, y al cabo de un rato Natalya alzó la voz.

—Águila, bisonte y cóndor. — comunicó con calma la bielorrusa.

El chino se lo pensó por unos instantes, realmente no queriendo tener que competir contra los dos salvajes.

—¡Águila!— eligió algo dudoso, lanzándose al agua.

Y desde las rocas salió disparado como bólido Alfred. Llegó a la roca cuando el chino aún estaba a medio camino y gritó a toda su gloria: "¡Goofy!"
Yao suspiró vencido y terminó de nadar hasta las otras dos con calma.

—O sea, sé que es mi turno, pero...— dijo de pronto el estadounidense, sentado sobre la roca, todo despeinado. — Realmente estoy cansado.
—Y yo ya tengo frío. — complementó Peter sentado en la roca de al lado.
—Sí, lo cierto es que yo también ya me cansé. — aceptó la muchacha, el chino asintiendo en silencio.
—Bueno, igual ya es bastante tarde y ya va siendo hora de que salgamos. — indicó (T/N). — No creo que nadie aquí quiera pescar un resfriado.

Todosasintieron y nadaron hasta la orilla de la laguna. Yao se paró a un lado yescurrió su cabello, al igual que Natalya, mientras Alfred sacudía su cabezacomo si fuera un perro.
Nuestra protagonista se escurrió el cabello mientras caminaba hacia la moto,sacando toallas para ella, para Peter y para la muchacha. El estadounidense caminóhasta su camioneta, se puso sus lentes, y sacó toallas para él y para el chino.
Cada uno recogió sus prendas y se fue tras su roca a cambiarse. 

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Eh! Llegó el capítulo extra ^^/

Aquí tampoco hay referencias :c

El siguiente capítulo va a estar el martes, así que continuamos como siempre.

Nos vemos entonces~

Les loveo <3

-Gray