agridulce II
Hey ¿me recuerdas? Soy Ayato Aishi, mira este video, tal vez te interese su contenido.
Y en el segundo mensaje había un video, en un principio tuve sospecha, pero se desvaneció al confirmar que efectivamente era su número.
En el video se mostraba a kenchou, estaba hablando con dos sujetos, por un lado un tipo bastante robusto que estaba apoyado en contra de un auto de ventanas polarizadas (ventanas oscuras), por el otro, un tipo con unos notables tatuajes en ambos brazos y un cigarrillo en sus labios.
-entonces niño, quieres a alguien para deshacerte de tu hermano- dijo el tipo de los tatuajes- ¿Sabes en que te estas involucrando? Esto no es un juego mocoso, te estas arriesgando-
-honestamente ¿le importa?-escuche cierta burla en su voz- lo importante es lo que puedes hacer por mi y lo que yo puedo hacer por ti-
-supongo que es verdad, no digas que no te lo advertí- dijo el hombre tatuado, tirando la colilla del cigarrillo al suelo- ¿Qué ofreces?-
-ya veras- kenchou se fue, unos segundos después regreso con un maletín y un celular- esto es un pago en efectivo- dijo mostrando el maletín, el cual efectivamente, portaba bastante dinero en efectivo- y por otro lado...voy a traerles algo que les gustara- llamo a un numero desconocido, después de un adelanto de 15 minutos del video (por lo que se ve, había sido editado) llego una chica de cabello rubio y ojos ámbar.
-kenchou, ya estoy aquí ¿para que me necesitas?- escuche un tono que intentaba ser seductor, vi como mi hermano la miro de mala manera.
-aquí esta tu regalo- dijo Kenchou, señalando a la chica.
El hombre corpulento se acerco a ella, la rubia trato de retroceder tras captar la situación, pero fue tomada bruscamente de la muñeca.
-¡D-DEJAME IR! KENCHOU, POR FAVOR AYUDA- suplico con miedo derramando lagrimas, para luego ser tirada del pelo y su nariz cubierta con un paño, después de unos segundos de forcejear en vano termino desmayándose, el tipo la ato de manos y pies, y la subió al auto como estaban en un callejón apartado, no se pudo escuchar los gritos de la chica.
-.....después negociaremos las condiciones- dijo el tipo tatuado, mientras que el tipo mas robusto le abría la puerta del auto, se subió y se fue.
-será un placer- eso fue lo ultimo que se escucho del video.
Pudo reconocer a la chica tras una investigación, tal parece que era una de las fanáticas de su hermano, la cual siempre presumía que seria su "futura novia" o algo así, sus padres trabajan como sub directores en una empresa de entretenimiento, cuando llego el informe de que secuestraron a su hija, se volvió un caos.
Gracias a la ayuda de su padre, pudieron encontrar a la chica, encarcelaron a uno de los secuestradores, y el otro (el que tenia tatuajes en ambos brazos) se escapo.
Desgraciadamente, la chica tenia indicios de ser abusada sexualmente y de momento, tenia miedo de ser interrogada, tal parece que había olvidado como fue secuestrada.
Lo mas probable es que la hicieron olvidar a las malas.
Recuerda haber interrogado a Ayato para saber como consiguió el video, pero solo se limito a decir cosas como: ¿de verdad importa? O ¿de verdad quieres saberlo?, fue así hasta que lo llamo y le solicito venir a su casa para discutir sobre el video, temía que su idea se hiciera realidad.
-se podría decir que conservo ciertos contactos, Sr. Saikou- dijo Ayato, mientras tomaba un sorbo de su té, a excepción de los sirvientes que realizaban sus labores en el extenso lugar, solo ellos 2 estaban en la oficina.
-Pues me gustaría saber mas sobre aquello ¿Cuánto quieres?- dijo Megamo, dando a entender que le estaba comprando la información de un posible peligro.
-No crea que puede obtener todo lo que quiere por tener dinero, Sr. Saikou, hay cosas que están fuera del limite monetario...- dijo Ayato, dejando la taza ya vacía en la pequeña mesa cercana, para posteriormente levantarse y acercarse a el- desgraciadamente debo irme, tengo algunos compromisos previos que atender- Ayato se acerco a Megamo, se inclino lo suficientemente cerca de su oreja y susurro-hasta luego, Sr. Saikou- esto logro estremecer a Megamo, Ayato posteriormente se fue, dejando a Megamo solo en aquella oficina.
Cada vez que Megamo recordaba ese momento, un sabor agridulce se depositaba en su boca, era una sensación de enojo por no ser capaz de obtener lo que quiere y tal vez cierta alegría de volver a verlo, los años hicieron cambios en su cuerpo, se veía mas atractivo.
Aunque nunca lo admitiría en voz alta.
Trato de distraerse concentrándose en su trabajo, pero fallo, poco a poco, sin darse cuenta, empezó a poner a excusas para volver a verlo.
Tal vez... empezó a caer en sus palabras.
Siempre que Megamo ofrecía pagarle una gran suma de dinero por la información, Ayato solo repetía las palabras que la había dicho previamente.
Aquello solo frustraba a Megamo ¿Quién era esa persona que Ayato defendía con tanta insistencia?.
Y luego llego el día en el que simplemente se canso.
Era demasiado tarde, prácticamente de noche, Ayato pregunto si podía pasar a quedarse por una noche en su hogar, debido a que el evento de celebración de su editorial en honor a la 4ta parte de su libro duro mas de lo esperado y su casa quedaba mas cerca de su editorial, Megamo acepto, una noche no haría daño a nadie.
O eso pensó.
Ayato llego 30 minutos después de llamar, el evento había finalizado y el todavía estaba vestido con su traje.
Lo invito a pasar y cenaron, entre preguntas sobre el trabajo y el evento, Megamo no pudo evitar sentir una sensación de calidez en el pecho.
Decidieron tomar una copa de champan juntos después de la cena, Megamo sabia que tiene que dejar el tema de como obtuvo la información de lado, pero quería saber quien era tan importante para que Ayato lo protegiera tanto.
-Aya- Megamo no pudo terminar la palabra por que el pelinegro lo interrumpió.
-si vas a volver a preguntar sobre la información, ya sabes mi respuesta, no me interesa tu estúpido dinero, Sr. Saikou- dijo Ayato mientras le daba un sorbo a su copa, Megamo sabia que cuando Ayato se enojaba con el, pasaba de llamarlo por su nombre a Sr. Saikou.
-Mierda...¿No entiendes que lo hago por un bien ma- nuevamente Megamo fue interrumpido, pero no de la manera que esperaba.
Ayato lo había besado.
Megamo estaba tan aturdido que solo unas palabras lo lograron sacar de su trance- tal parece que esa es la única manera de hacerte callar ¿eh?, siempre estas diciendo "por un bien mayor" pero ¿siquiera piensas en ti mismo?-ante las palabras de Ayato, Megamo frunció el ceño con molestia- bueno, creo que mejor me iré, tal vez sea mas recomendable volver a mi casa- menciono mientras tomaba su celular, listo para llamar a un taxi, pero una mano en su muñeca evito su cometido.
Ayato sintió como era arrastrado por Mégamo hacia el, pero antes de que siquiera pudiera quejarse, sintió algo cálido en los labios.
Con que quieres jugar a eso pensó Ayato, mientras envolvía su otra mano hacia la nuca del peliplateado, acercándolo mas a el.
El beso poco a poco fue tomando intensidad, Ayato, por la falta de costumbre, no pudo evitar sentirse ahogado, hasta que fue liberado, escucho la voz de su acompañante.
-¿quien dijo que no me preocupo por mi mismo? Mas bien, deberías ser tu el que aplique esa frase- susurro en su oreja, para después morderla, logrando que Ayato se estremeciera.
-¿te preocupas por mi, Sr. Saikou?- pregunto Ayato, Megamo lo reflexiono por un momento y dijo.
-¿y si me preocupo por ti?- dijo Megamo- que pasa si me preocupo por ti hasta el punto en que no puedo dejar de pensar a quien mierda proteges tanto, eso ha estado dando vueltas en mi cabeza desde hace un tiempo ¿sabes?- ante aquella respuesta inesperada Ayato vacilo, no sabia que decir- te culpo, Ayato Aishi, por volver a mi vida, por darme la espalda cuando te enojas pero sobre todo, te culpo por hacerme sentir así-.
-bueno, si quieres quitarte esa sensación, ¿por que no lo intentamos?- dijo Ayato, para luego empezar a besarlo, cosa que fue inmediatamente correspondida.
Entre besos, hizo un camino de besos hasta llegar a su cuello, donde empezó a besar y dejar algunas marcas.
Una marca, una mordida, una marca mas, no se sentia suficiente...
-O-Oye, aquí no...V-Vamos a una habitación- dijo Ayato entre suspiros.
Megamo asintió y tomo la mano de Ayato, una vez llegaron a la habitación Ayato empujo a su ex compañero hacia la cama, observando como empezaba a sacarse la camisa, el, algo hipnotizado repitió si acción.
Hasta que noto algo inesperadamente gracioso.
Megamo tenia dificultades para sacarse la corbata.
-Pfff- Ayato trato de aguantarse la risa, pero Megamo lo noto al instante.
Su ex compañero se puso rojo, no sabia si de ira o de vergüenza, Ayato penso que tal vez era por ambas.
Antes de que pudiera protestar, Ayato se acerco a el y deshizo habilmente el nudo de la corbata.
-¿ya tienes experiencia en esto?- dijo Megamo con cierta sospecha.
-mi editorial organiza reuniones constantemente, me sorprende bastante que no sepas algo tan simple como desenredar tu corbata- dijo Ayato, jugeteando con una parte de la prenda, Megamo simplemente lo tomo por la nuca y lo beso nuevamente.
Poco a poco lo que les quedaba de ropa se fue, dejandolos completamente desnudos.
Ayato se arrodillo, antes de que Megamo siquiera le hablara, sintio algo cálido envolver su longitud, miro hacia abajo, encontrandose con un par de ojos negros brillando llenos de malicia.
El pelinegro mpezo su vaiven lento, con la pura intencion de hacerlo sufrir un poco, a modo de venganza por la cantidad de veces que lo molesto con la misma pregunta, hasta que gradualmente empezo a aumentar la velocidad.
Megamo solo se limito a estrujar la manta, mientras gruñia ante aquella sensacion nueva pero placentera.
Estaba tan cerca.
Le faltaba poco.
Hasta que esa sensacion cálida desaparecio, al abrir los ojos noto como su acompañante estaba limpiendose los labios con el dorso de la mano, bastante sonrojado, eso solo lo hizo ver mas erótico.
-no planeo dejar que solo tu te diviertas, ahora te toca complacerme a mi- dijo Ayato, mientras una sonrisa se extendia en sus labios, Megamo asintio, aceptando aquella provocacion.
Se inclino hacia el y tomo posesion de uno de sus pezones, mientas llevaba 3 dedos a los labios de el pelinegro.
-si no quieres que te duela, mas te vale empezar a lamer- Ayato entendio al instante lo que quiso decir, se llevo los dedos a la boca, obedeciendo la peticion del contrario.
Entre gemidos y suspiros, saco los dedos de la boca del pelinegro y los posiciono en su entrada.
Un dedo, escucho suaves quejidos por la incomodidad
Dos dedos, parecia que emepzaba a adaptarse poco a poco.
Tres dedos, esta vez estaba moviendo la cadera, con la intencion de sentir mas contacto.
Despues de jugar un rato los saco, escuchando un sonido asimilado a una queja, megamo fue a su mesa y del primer cajon saco un preservativo.
- con que estabas preparado ¿eh?- Megamo se sonrojo ante el comentario, Kuroko le habia aconsejado sobre eso, el nunca penso que llegarian a este punto.
Ambos se pusieron en una posicion mas comoda, Megamo se movio entre las piernas de ayato, posicionando su erecto miembro en su entrada, poco a poco haciendose paso, ambos suspiraron, ayato solto leves quejidos ante una sensacion mas grande.
Despues de unos segundos Ayato asintio, Megamo capto el mensaje, y poco a poco, empezo a moverse.
Todo empezo con lentitud, pues Megamo no queria herir a Ayato por un mero impulso, pero poco a poco la velocidad fue aumentando, Ayato le mordio el hombro, clavando sus uñas en la espalda del peliplateado, haciendo que este sintiera un leve picor en la zona.
Ayato estaba gimiendo bastante alto, cosa que solo incitaba a Megamo a moverse con mas fuerza.
Mas rapido.
Mas brusco.
Despues de varias embestidas mas, Ayato se corrio entre los abdomenes de ambos, seguido de Megamo.
Despues de aquello ambos se quedaron en silencio, mientras recuperaban el aliento, ambos no sabian que decirse.
-en ningun momento, pense que perderia mi virginidad de esta manera...- comento Ayato distraido, llamando la atencion delas alto- desde que la conoci, no pude evitar pensar que ambos estabamos destinados a estar juntos ¿sabes? Mi mama siempre me dijo que algun dia llegaria ese "unico"- agrego, haciendo un gesto de comillas con los dedos- pero la verdad, no me arrepiento-
-yo tampoco- dijo finalmente Megamo, inclinandose para estar frente a frente con Ayato, besando su frente -y entonces...¿te gustaria intentarlo?-
-Pense que nunca lo preguntarias- dijo divertido el pelinegro, para luego cerrar los ojos debido al cansancio, Megamo siguio su ejemplo, ambos se durmieron abrazados.
Ayato supo, tal vez no fue tan malo que su senpai lo rechazara, por que ahora tenia otro camino por recorrer.
Extra
Kenji estaba sentado en el sofa, mirando distraidamente aquella mala película que su novio habia elegido (no tuvo el corazon para decirle que la pelicula era mala) el cual ahora se encontraba dormido en su regazo, mientras con una mano tomaba algunas palomitas y se las llevaba a la boca, con la otra mano acariciaba la albina cabellera de su pareja.
Hasta que sintio su celular sonar.
-Hey- dijo Kenji tras notar en el identificador de llamadas que se trataba de su mejor amigo -¿donde estabas? llame al telefono de tu residencia pero no habia nadie-
-se podria decir que estuve ocupado en algo- dijo Ayato, mirando el rostro dormido a su lado, mientras apartaba algunos cabellos de su rostro.
-tengo la sensacion de que tendras algo que contarme ¿verdad?- dijo Kenji, mientras trazaba los rosados labios de Shiroki con el pulgar.
-Creeme, hay mucho para contar, Info-kun- dijo Ayato a manera de burla, a lo que Kenji respondio con una suave risa.
-esta bien, Yandere-kun - posteriormente de despedirse corto. Shiroki se movio, abriendo sus ojos gris claro.
-lo siento ¿te desperte?- pregunto el pelirojo, Shiroki se reincorporo, negando con la cabeza.
-en absoluto- dijo, para proceder a sentarse en el regazo de su acompañante, escondiendo su rostro en la clavicula de su pareja, Kenji sintio un cosquilleo por la respiracion del albino.
-¿que te gustaria de comer?- pregunto Kenji, mientras reposaba su menton en la cabeza de Shiroki y envolvia sus brazos en la cintura del mas bajo.
-cualquier cosa que hagas esta bien- dijo el albino, depositando suaves besos en el cuello de Kenji.
-a la orden- dijo Kenji, levantandose y dirigiendose a la cocina, siendo seguido por su novio.
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Fin
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