Riesgos | 10
Se lleva las manos a la cabeza, entrelaza sus dedos con los mechones finos de cabello largo. Siente una confusión exasperante en su mente que hace que la cabeza le duela.
Odia sentir que no tiene el control sobre algo. Odia saber que pese a lo que esté pasando por su mente, algo más interviene haciendo que haga cosas que no tiene sentido.
Se aleja de la puerta, busca entre el armario nuevas sábanas. Se asegura de que estén limpias llevándolas a su cara. Sintiendo la tela delicada contra su piel. Realmente las personas que se encargan de la limpieza aquí saben hacer su trabajo para que todo huela bien.
Quita las sábanas llenas de sangre de tu cama y las remplaza por las nuevas. Acomoda perfectamente la cama, y es que es algo que le gusta, hacer las cosas bien.
Hecha un último vistazo a la habitación y con cautela sale de ahí. Sintiéndose aún confundido por todo. No debería estar haciendo esto, no debería estar preocupándose por un extraño, pero aquí está, caminado con sábanas llenas de sangre. Esto definitivamente debería molestarlo, es algo que nunca haría, pero sin embargo, siente que debería hacerlo. Siente que es su deber seguir aquí.
Sube las escaleras hasta llegar al piso más alto, en donde el pertenece, en donde el debería permanecer siempre.
Se dirige a la habitación en la qué tendría que estar hace unos minutos, está llena de snacks y cosas para su disfrute como alcohol, cigarrillos, incluso drogas. Era el cuarto en donde la banda pasaba más tiempo, excepto por Mikey.
Al entrar se encuentra con un grupo particular y de inmediato se arrepiente de estar ahí. Todos los ojos se posan en él. Las bebidas que ellos tenían en sus manos son puestas en la mesa frente a ellos y se concentran totalmente en sus acciones.
Rindo deja caer las sábanas que llevaba llenas de sangre y todos lo observan sin inmutarse.
Ni siquiera los saluda y se dirige al bar para servirse un vaso de tequila. Lleva el vaso lleno hasta su boca bebiendo de inmediato el líquido, su garganta quema y adormece por un instante sus sentidos. Deja el vaso sobre la barra creando el sonido distintivo de un choque de vidrio sobre la mesa.
Agarra uno de los cigarros que permaneces en cajas abiertas sobre la barra y lo enciende rápidamente llevando todo el humo hasta su garganta y sosteniéndolo por un tiempo para después liberarlo. Una vez mas, sus sentidos vuelven a apaciguarse calmando por un momento sus pensamientos.
Uno de los hombres emite un tosido para aclarar su voz y dice — Creí que solo curarías tus heridas.
— Lo hice — contesta Rindo dándole otra calada al cigarro.
— Y supongo que esas sábanas baratas estaban en tu cama así como se nada.
—Esas sábanas no son baratas — dice uno de ellos bebiendo una botella de sake.
—Para mi lo son — contesta Haruchiyo vertiendo hierba verde sobre un trozo de papel.
— Lo son Oli, a comparación de las nuestras. Son baratas — Contesta Ran mientras bebe vodka directamente de la botella.
Rindo les da la espalda intentando que lo dejen en paz, pero eso es imposible, no cuando los tres están tan interesados en las acciones pasadas y nuevas de Rindo.
—¿A quien mataste? Alguien que fue a cogerse a tu tesoro — dice Haruchiyo burlándose de él.
La sangre sube inmediatamente a la cabeza de Rindo y sin pensarlo dos veces agarra un cuchillo de la barra y se lo arroja a Sanzu. Este lo esquiva mientras se ríe por la acción.
—¿Por qué llevas esas sábanas llenas de sangre hermano? — pregunta Ran.
—¿Por qué de repente les interesa tanto lo que hago o dejo de hacer? Métanse en sus propios asuntos.
Y sabe que aunque lo diga nunca va a pasar. Todos aquí son tan entrometidos que lo asfixian por momentos. Odia dar explicaciones y más ahora. Cuando ni si quiera su mente le da una explicación coherente a él.
Ran sabe que su hermano está tan distante desde que llegaste, pero por alguna razón no relaciona nada, o bueno, no quiere hacerlo. No quiere que lo que puede pasar pase. Pero lo reconforta saber que es imposible que eso pase. Su hermano nunca podría interesarse en alguien así de fácil.
En cambio Oli, quién es su asistente tiene tanto interés en saber que le ha picado a Rindo, tiene tanta curiosidad que le da rabia no saber nada. Pero como siempre, se quedara al margen de todo lo que su jefe le diga, nunca le llevará la contraria mi cuestionara sus acciones por más que quiera. Lo admira y respeta, eso no cambiará por nada.
—Porque es curioso RinRin, demasiado, a mi parecer. Me preguntó, ¿Por qué ayudarla? ¿Cuántas veces van? ¿Tres?
— ¿Y a ti en que te afecta Sanzu? — responde Rindo dándose la vuelta para finalmente verlos directamente. Tiene otro vaso lleno de tequila en su mano y un cigarro en la otra.
—Fácil, tu no ayudas a nadie. Estoy seguro que si algún día estoy a punto de morir tu ni siquiera me miraras.
A comparación de los otros dos, Sanzu le divierte la situación, está desesperado por encontrar un punto débil de Rindo y comentárselo de inmediato a Mikey para que haga algo. Después de todo, le encanta someter a cualquiera a su disposición, siempre y cuando Mikey lo acepte.
—¿Tu vida es tan aburrida que debes meterte en la de los demás? — pregunta ya fastidiado Rindo mientras bebé de su vaso y acercándose a dónde están. Se sienta en la hornilla del sillón semi circular en donde estaban y mira con desprecio a Sanzu.
—¿Por qué la ayudaste en el combate? — pregunta Ran sin verlo a los ojos. A pesar de todo, estaba enojado. Enojado porque pudo morir por alguien que apenas y conocía.
—¿Son la policía? ¿Acaso es un interrogatorio? ¿Me están deteniendo? ¿Qué mierda les pasa? — la paciencia de Rindo estaba acabando lentamente. Estaba desesperado y enojado. No quiere hablarles sobre lo que pasó, porque el mismo se hace las mismas preguntas que ellos le están haciendo. Él mismo se cuestiona por sus acciones.
Sin embargo, no está disgustado por hacerlo y eso es lo que le molesta.
—Hace un rato, incluso Oli se preguntaba por tus acciones, entonces creo que merecemos una explicación Rin — dice Sanzu dándole a Oli lo que estaba haciendo.
Finalmente Rindo suelta un suspiro que se escucha por toda la habitación y deja caer su cabeza hacia atrás.
—Curiosidad, supongo — dice llevando el cigarro a su boca para absorber el humo de tabaco y calmar su frustración.
Una risa sarcástica sale de la boca de Sanzu y se acomoda en su lugar. Lleva una de sus piernas hacia la otra, agarra un vaso de la mesa y mira el líquido mientras se burla de su respuesta.
—¿Curiosidad? — cuestiona Oli a su jefe mientras le da una calada al cigarro de mariguana que le hizo Sanzu.
—No lo sé, de alguna forma quiero ver cómo actúa, si permanece siendo la persona inocente que muestra, o es como nosotros — Rindo se convence con su respuesta. Sí, definitivamente eso responde a sus propias preguntas, quizás por eso se sienta atraído a ayudar a una extraña. No hay más razones que está.
Ran duda de su respuesta, pero la manera en la que Rindo parece convencido hace que pueda tener un poco de sentido. Pero es extraño, Rindo nunca se había interesado por alguien antes.
—Bueno, debo admitir que es muy bonita, así que creo que lo que dices es emocionante — contesta Sanzu observando cada acción de Rindo para encontrar un destello de mentira.
—¿Te parece bonita Sanzu-san? — pregunta Oli intrigado.
—¿A ti no? Creo que he escuchado que a muchos les parece bonita, y la observe bien, aunque me da asco, no puedes negar que la llevarías a la cama.
Ran observa a su hermano para ver si las palabras de Haruchiyo han causado algo en él, pero no encuentra una respuesta a sus propios cuestionamientos.
Rindo nunca había pensado de esa forma sobre ti. Claro que eras bonita, pero, pensar en otra cosa, hasta para él era demasiado. Porque a sus ojos, parecías tan delicada que cualquier cosa podría lastimarte, y haberte visto tan vulnerable no le generaba otra cosa más que lástima.
—Esta bien — dice Haruchiyo colocando sus manos con fuerza sobre sus rodillas, haciendo silencio en la habitación — Le entró.
—¿Le entras a qué? — pregunta Ran esperando que la respuesta no sea vulgar.
—También quiero verla, quiero ver cómo se corrompe — dice entre burlas —Es más Rindo, hagamos una apuesta.
Rindo frunce el seño ante las palabras de Sanzu, de verdad quiere que esto no esté pasando ahora mismo. Quiere que lo que vaya a decir este hombre se quede atorado en su garganta y se ahogue para que no diga una tontería.
—Ya que estás tan interesado en ayudarla, tu trabajo será hacer que no se corrompa, y bueno, yo haré todo lo contrario — dice mientras una sonrisa se dibuja en sus labios. Y claramente no hay buenas intensiones detrás de sus palabras.
Rindo odia poder escuchar y hablar ahora mismo. De verdad desearía que sus sentidos abandonaran su cuerpo y que esto no estuviera pasando. Su corazón empieza a latir más rápido y algo duele en su pecho. Definitivamente esto no es algo que quiera hacer. ¿Pero como podría zafarse de esto?
—¿De que hablas Sanzu? — pregunta Ran confundido. Claramente sabe que esto no es algo que si hermano quiere que pase. Lo noto desde el primer momento en que dijo apuesta, su hermano no estaba contento con eso.
—¿Por qué no? — la manera en la que estás palabras salieron de la boca de Haruchiyo eran tan raras. De verdad sentía tanta curiosidad porque alguien no siguiera su juego.
—No podemos jugar así con una mujer como si nada — responde Rindo confundido. Busca que después de hoy, no vuelva a acercarse a ti, ya no te quiere ver. Estaba planeando alejarse y deslindarse completamente de lo que te pase o rodee.
—Pero no íbamos a jugar con ella, solo la íbamos a ayudar a elegir un camino, a menos que quieras jugar con ella — la emoción en el cuerpo de Sanzu vuelve a crecer, está vez tantas puertas se han abierto frente a él. Y todas las puestas están llenas de felicidad.
—No, no quiero hacer nada, no me interesa ella — se maldijo internamente por decir lo que dijo. Olvidaba que Sanzu puede darle otra interpretación a sus palabras, y nunca era buena.
Pero la risa de Sanzu resonó en toda la habitación, de verdad ahora todo era tan claro para sus ojos. Nada lo sabría de sus pensamientos.
—Lo haremos RinRin. Ya que estás tan interesado en ayudarla, y quién sabe, tal vez ya estabas pensando en ella de esa forma.
—¿De que forma? — Rindo de verdad quiere que una bomba estalle bajo sus pies.
—De verdad no entiendo lo que está pasando — dice Oli.
Ran mira a Sanzu. Claramente sabe lo que está pasando por su mente en estos momento, y no quiere que su hermano se involucre de esta manera en algo como eso. Pero no hay forma en la que algo haga que Sanzu abandone sus intenciones.
—No haré nada contigo — dice Rindo bebiendo de su vaso de tequila e ignorando todo.
Sanzu se levanta de su asiento y voltea si cuerpo para ver a Rindo directamente.
—Yo la guiaré por nuestro camino y tú la guiarás por el "bueno" — dice está última palabra mientas mueve sus dedos.
Rindo niega inmediatamente con la cabeza. Pero eso no le importa en absoluto a Sanzu.
—No — contesta.
—Además, quién la lleve a la cama primero gana — dice Sanzu emocionado.
—No — contesta inmediatamente.
—Ahora me doy cuenta, de verdad la ayudabas porque querías llevarla a tu cama — dice volviéndose a sentar en su lugar y creyendo que ha descubierto el tesoro más importante de la vida —Nunca pensé que fueras así.
—No.
—Claro que lo haremos. ¿Que deberíamos apostar?
Rindo claramente no quiere que esto pase, no era lo que estaba buscando, el nunca te haría eso.
—El dinero no es importante, así que sea un ojo ¿O debería ser un dedo? — dice con diversión.
—Basta de estupideces — contesta Ran cortando la emoción de Sanzu. Esta buscando la manera en la que Rindo no se involucre en esto. No es conveniente, no quiere lidiar con esto.
—Cállate Ran — dice inmediatamente Sanzu —Bueno, que sean los dos. Un ojo y un dedo.
—No me involucrarme contigo de esa forma Sanzu, déjame en paz — contesta Rindo enojado.
—Esta bien — contesta Sanzu decepcionado. Pero no abandona sus ideas.
Rindo siente su cuerpo más liviano, ni siquiera se dio cuenta cuando sus músculos se tensaron. No sabía porque estaba reaccionado de esta forma, aunque por un lado, esto no es algo que él quiera hacer, el hecho de pensar en hacerte eso era disgustante, pero no sabía porqué.
—Yo jugaré solo, ustedes serán mi público — el cuerpo de Rindo volvió a tensarse por las palabras de Sanzu — Ya que, eres el héroe de esa chica, tu deber es protegerla de mí — dice apuntándole con su dedo.
—Yo quiero ver — dice Oli y Rindo lo mira con desprecio.
—El público me llama — dice con aprobación Sanzu — Yo la corromperé y, me la llevaré a la cama. Y, si no lo cumplo... — cierra los ojos intentado pensar en algo, hasta que parece que se le ilumina la cara — Sera la chica estrella de la organización.
El desagrado inmediatamente abunda en el cuerpo de Rindo. Pensar que Sanzu es capaz de hacer eso hace que le dé tanto asco.
—Estas loco Sanzu — dice de inmediato Ran.
—Claro, pero estoy aburrido.
—Definitivamente no harás eso idiota — dice Rindo intentando contener su desagrado.
—Sálvala de mí, estúpido héroe — dice Sanzu mirando con desprecio a Rindo — Si tanto te interesa ayudarla, hazlo. Sabes que cumpliré con mi palabra, después de todo, muchos aquí están interesados en ella.
—No, definitivamente no pasara.
—¿O qué? ¿Estás interesado en ella de manera romántica? Dime, si te gusta no haré esto, si estás enamorado olvidaré todas mis intensiones, te dejare en paz a ti y a ella, pero tienes que decírmelo.
Ahora y como en el principio, todos los ojos están posados en Rindo, observando cada acción.
¿Podría ser tan bueno como para salvarte de la mira da Sanzu? O en cambio ¿Te ofrecería a él?
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