4. Ultrasonido.

Obsesionada y enamorada de esta pareja, esperando pacientemente a la película.

Tarde otra vez, rayos

Fandom: Rojo, Blanco y Sangre Azul (novela)
Shipp: Alex x Henry

⚠︎Advertencia⚠︎

• Spoilers del material original

El principe Henry creía que su conocimiento sobre Estados Unidos era suficiente, recitaba todos los presidentes de memoria, desde Washington hasta su suegra, al derecho y al revés, además sabía todo respecto a la opinión popular sobre la familia real y su forma de manipular las redes sociales (estos dos últimos los perfeccionó el año pasado luego se que su relación con el primer hijo se hizo pública), incluso estaba seguro de que conocía las calles, luego de tantos insufribles viajes en auto por Nueva York, cuyos cuáles lo tenían tan harto que prefirió tomar el metro por primera vez en su vida.

¿Era un riesgo? Quería pensar que no, después de todo, se fue de incógnito con gorra, lentes y una camiseta de Star wars, si no hablaba con nadie no notarían su acento, nadie sabría que es el príncipe de Gales. Aún así, su madre pegaría el grito en el cielo si se enteraba que se fue a es peligrosa "selva" sin Shaan a su lado, exageraba, en metro todo sería más rápido, antes creía que el tráfico de la gran manzana era un simple mito, hasta que prácticamente vivió una semana de su vida en un auto, viaje tras viaje. Le habían dicho que no necesitaba estar en toda la construcción del refugio, pero quería participar, no solo ser una imagen promocional como en otras obras de caridad.

Y luego de dos horas perdido tuvo que aceptar que no era más que un simple turista.

Tragándose su orgullo, llamó a su guardaespaldas para que viniera por él. La buena noticia es que siguió usando el transporte público de vez en cuando y así estuvo mucho más presente en la obra, claro, ahora acompañado de su guardia, al menos logró convencerle de usar ropa casual para que no terminarán sobresaliente.

Aún recordaba las burlas de su (idiota) novio.

-¡Dios! Hablaré con el mismísimo Luis Manuel Miranda y le daré una idea para su siguiente obra, se llamará "Prince Henry vs New York" -exclamó justo antes de estallar en carcajadas.

A veces se preguntaba cómo se había llegado a enamorar de tal bruto, quizás por su cara de modelo, o su cerebro estratégico, también podría ser su habilidad oral (en varios sentidos), eso último tenía más sentido. Pero también lo molestaba, así que esa noche no hubo phone sex.

Lo siguiente que le hizo darse cuenta de que realmente no conocía la cultura fue la comida, deliciosa y grasosa comida norteamericana que su estómago inglés no pudo soportar, se resentía, incluso pasó por una temporada de acidez y náuseas dos meses después de las elecciones presidenciales, fue horrendo, por suerte no duró tantas semanas. Pero cuando ellas se fueron empezó otro problema: había aumentado de peso. Su rutina no cambió en nada así que el problema era la nueva dieta, trató de regularla y subir su rutina de ejercicios (y eso que la anterior lo agotaba más rápido de un tiempo a otro).

Al principio no le tomó importancia, después empezó a sentirse acomplejado cuando vió que las rutinas nuevas no daban resultado, el pánico real llegó cuando trató de ponerse unos pantalones de gala para la inauguración del proyecto, no era un simple pantalón elegante, eran aquellos que usó en la boda de su hermano hace dos años, los que traía puesto cuando él y Alex cayeron sobre el pastel y se volvieron tendencia juntos por primera vez. Si, repetir atuendos no es bien visto en la realeza, pero tampoco lo es revelar tu orientación sexual y tu relación secreta con el primer hijo; Henry los consideraba de buena suerte, pese a ver quedado embarrado de merengue de 75,000 dólares, sin ese incidente nunca hubiera llegado hasta donde está ahora, tan feliz y esperanzado. De ahí su angustia de no poder ponerselos, primero porque era uno de sus amuletos, y segundo porque significaba que ya no tenía aquel sexi cuerpo con el que conquistó a Alex, sería un problema para su ego si el político-modelo de Vogue le perdía el interés luego de que se volvieron la pareja LGBT favorita del mundo. Okey, en el fondo sabía que su novio no era así pero todos tenemos inseguridades.

Estuvo a punto de pasar la peor vergüenza de su vida durante la inauguración del albergue, su botón salió disparado hacia quien sabe donde, por fortuna nadie más que Pez (quien no paró de hacer bromas más tarde) lo notó.

Finalmente, decidió que lo mejor era ir a un nutricionista, todo sería fácil, pero luego de una revisión rápida, ese mismo día ella lo redirigió con un doctor, aparentemente notó que el abultamiento de su abdomen no era totalmente grasa.

Y así es como terminó en un consultorio médico. El doctor le hizo una rápida revisión, fue un poco más brusco al tocar su vientre bajo a comparación de la nutrióloga. Henry trató de estar lo más relajado posible, aún si tenía una masa dentro no por ello era maligna ¿Cierto?

Sin embargo, cuando puso el estetoscopio, el doctor abrió los ojos, pidió disculpas y dijo que llamaría a un colega, además de pedir unos análisis.

-Su alteza, creo que ha llegado el momento de llamar a su madre. -sugirió Shaan mientras un enfermero sacaba sangre al joven.

-No quiero preocuparla, solo esperemos a que vuelvan los médicos. -se agarró el algodón mientras el personal se iba con su ADN. -Tampoco a Bea, y menos a Phillip. Mi abuela está descartada. -especificó.

-¿Y el primer hijo?

Henry no pudo responder, en ese momento su doctor entró a la habitación seguido por otra mujer de bata blanca.

-Una disculpa por la demora, majestad. Ella es la doctora Francis Dewey, es especialista en el hospital Presbiteriano.

-¿Especialista en que? -interrogó el guardia que estaba claramente molesto, se pidió específicamente que la estancia del principe fuera tratada con la mayor discreción posible.

-Encantada de conocerle, su alteza, y también a usted, buen hombre. -saludó educadamente. -Soy genetista, una de las cinco mejores del país, el Doctor Cameron me llamó aquí en cuanto sospecho de su condición, tardé un poco porque los resultados no se enviaban, una disculpa.

Henry respondió que no había problema, aunque había dejado de escuchar desde que la mujer dijo "genetista" una sola idea vino a su cabeza en ese momento: cáncer. Por un momento catostrofizó toda su vida, vió a su madre hundida en depresión otra vez, a su hermana perdiendose en su antiguo vicio, a Phillip tratando de tener descendencia lo más pronto posible, y a Alex creando la fundación "SAR Prince Henry, fighting cancer", su imagen sería una foto hermosa de él, porque Alex sabía cual era su mejor lado y su rostro siempre atraía fondos.

-Disculpe, ¿Qué?

-Oh, que si puede sentarse allí, por favor. -La mujer se puso unos guantes y él hizo caso.

No prestó atención ni a la mitad de lo dicho, pero al mirar a Shaan, quien estaba blanco, supo que las noticias no era alentadoras. Se limitó a recargarse en aquella silla extraña.

-Con el vientre descubierto, príncipe.

Hizo caso tratando de que las manos no le temblaran. En este momento quería irse e ir a hablar por teléfono con Alex, pero él estaba en un examen importante, y no podía interrumpirlo, si no era algo malo, se lo diría en la noche, y si lo era... Bueno... Pensaría en algo.

Apenas y sintió el frío del gel, se sintió incómodo cuando el aparato presionó su abdomen, no se quejó. Solo siguió persiguiendo sus pensamientos mientras todos en la sala veían el monitor, ni siquiera fue para escuchar que estaban buscando.

-Aquí. -Anunció la doctora. -Aparentemente tiene un buen tamaño, y parece estar en su segunda etapa.

Genial, un tumor gigante, cáncer en etapa dos, tuvo que respirar para calmar sus ansias de llorar.

-Oh... Parece que hay otro...

Dos tumores, definitivamente estaba jodido, ¿Que esperaba? Sus antepasados gay tampoco tuvieron vidas plenas lejos del sufrimiento, la vida siempre era trágica para la realeza.

-¿Quiere oír los latidos?

-¿Ah? -Eso último lo sacó de su escenario Shakespiriano.

No entendió a qué se refería la doctora, y la expresión pasmada de Shaan no le transmitía nada, además de un poco de gracia, en tantos años teniéndolo de compañía rara vez mostraba expresión facial.

-Yo... ¿Sí? -respondió duditativo.

La mujer sonrió (¿Que clase de médico sonreía mientras le informaba a su paciente que tenía cáncer?) Luego presionó un botón y un sonido acelerado inundó el consultorio, como un corazón pero... Más rápido. Escuchándolo bien, también sonaba a más de uno.

-Su alteza, tengo el deber de informarle que presenta un embarazo gemelar, son mellizos.

Y de pronto todo se volvió demásiado confuso para entender esa nueva información.

Entre todo el torbellino que se pasó por su cabeza solo pudo formular una oración mentalmente:

"oh my fucking god..."

-Entonces... ¿Es genetista y obstetra? -ya se lo habían repetido tres veces, sin embargo Henry había hecho explosión hace menos de quince minutos.

-Obstetricia general y especialista en padecimientos genéticos. -explicó, de nuevo. -Cameron sospecho del embarazo al notar latidos en tu abdomen, por eso las pruebas que lo confirmaron.

Henry no sintió la necesidad de añadir algo a esa información, se limitó a asentir.

-Es probable que tenga alguna variación de intersexualidad gonodal verdadera, tus cromosomas son XY, y aparentemente no tuvo ningún problema en su adolescencia, ¿O sí?

-No... No realmente.

Todo había sido cómo debía ser, se le desarrollo músculo, le salió vello (que posteriormente prefería depilarse) y su vida sexual había sido de lo más normal con otros chicos.

-Ni siquiera tuve algo siquiera similar a la menstruación.

-Por lo que observé en la imagen... -Dijo haciendo aumento en la tableta, aunque Henry no podía codificarla tan bien. -Tiene un útero de buen tamaño, muy sano, solo un ovario, pero todo es funcional.

-¿Segura que no es cáncer? -es decir, estaba aliviado de que no lo fuera, sin embargo ahora parecía más sencillo (y natural) lidiar con ello.

-Su alteza, por más increíble que parezca, no es la primera persona con la que me he topado en una situación como esta. -trató de tranquilizarle, sin éxito. -Se que es una situación difícil de sobrellevar, debo recordarle que tiene opciones. -Henry alzó el rostro atento. -Puedo redirigirlo con algunos terapeutas que trabajan conmigo, todos con ética impecable y conservarán esto en secreto.

-Se lo agradezco. -si, luego de esto requeriría terapia de por vida.

-Y... También debo recordarle que está en su derecho de interrumpirlo, el límite es hasta la semana veinticuatro.

-Si... Gracias... Necesito pensarlo.

-Hemos terminado por hoy, le daré mi número privado, y si requiere otra consulta escríbame, y la agendaremos en mi consultorio. -El chico asintió pero no podía dejar de mirar la pantalla.

-Disculpe, ¿Puedo llevarme una copia?


Al día siguiente, dejó plantado a Pez para recibir a los nuevos chicos del refugio. Seguía sin decirle de la cita a nadie así que solo mintió diciendo que estaba enfermo, el chico de pelo rosa seguía un poco resentido pero ya se le pasaría cuando le comprara ropa nueva, a veces se preguntaba quién gastaba más, si su mejor amigo o su extravagante pretendiente real, a quien por cierto no quería ni responderle las llamadas.

Además de eso, Alex dejó mensaje tras mensaje, y quién sabe cuánto lo esperó para la videollamada nocturna que nunca llegó.

¿Que le diría?

"Hola amor, ¿Sabes que siempre te digo que tú pito es mágico? Pues parece que más de lo que creí, tengo catorce semanas de embarazo"

Si, sonaba bien, coqueto y directo. Luego, volvería a Inglaterra, sentaría a su familia en el gran comedor y entonces dice:

"Abuela, Phillip, ya no deben preocuparse por la línea de sangre, parece que Dios ama a los gays más de lo que creía, y ahora estoy gestando a dos fuertes y sanos herederos, ¿Serían tan amables de pasarme la sal?"

Sonaba perfecto.

Apenas y se levantó de la cama, la doctora le dijo que si cuerpo no estaba produciendo progesterona suficiente, por eso se sentía cansado, aún si decidía un aborto en los siguientes días, esto le ayudaría a no caerse de sueño.

Quería tomar su café y luego verse un maratón de Star Wars el resto del día mientras ignoraba si teléfono, solo tomaba fotos y las subía a Instagram para que nadie pensará que había sido secuestrado o algo similar. Su camino a la cocina se vió interrumpido por ese sobre amarillo que dejó en su mesa el día de ayer. Dió un suspiro y mejor lo termino abriendo. Observó las ecografías un rato al fin pudiendo distinguir más allá de imágenes borrosas, al menos algo similar a dos cabezas humanas, luego conectó la memoria USB a su laptop, y prendió el video, se puso un audifono, y escuchó los latidos de nuevo, no eran desagradables...

El rubio no sabía que hacer aún... Pero verlos y escucharlos no era desagradable.

Luego escuchó que llamaban a la puerta.

-Shaan, ¿No llevaste tus llaves? -dijo mientras iba a abrir. -Eso no suena a algo que haría un miembro de la guardia...

Al abrir la puerta se quedó pasmado, frente a él no estaba Shaan, si no Alex, con una bolsa de regalo en mano y una gorra de time square en la cabeza.

-Real...

-¡Sweetheart! -exclamó efusivamente tomando a Henry entre su brazos.

-Estás... Aquí. -Ni siquiera pudo corresponder el abrazo.

-No me dejaste otra opción. -le reclamó dando un pequeño beso en sus labios para después pasar sin invitación al pent-house del ojiazul. -esperaba tu mensaje al final de mi examen, y no llegó, luego esa sexy videollamada en la noche y tampoco, me quejé con Zahra y...

-Adivino, la hartaste.

-Correcto, entonces ella le habló Shaan y él dijo que lo mejor era que yo viniera aquí cuánto antes.

"Traidor" pensó Henry.

-No sabes cuánto sigo agradeciendo que te mudaras a USA, pude dormir en mi cama y luego solo un vuelo de hora y media hacia aquí, en lugar de uno de siete hasta el palacio de tu abuela, luego un taxi, ¡Y voilà! Aquí me tienes, incluso me dió tiempo de turistear.

-Lo sé, Alex, dices cosas similares cada que vienes a verme. -comentó más brusco de lo que trató de pensar.

-Uy, lo siento...

-No, no, perdóname, es solo... Estoy un poco enfermo.

-Oh no, ¿Que sucede? -Dijo dejando sus cosas en la mesa de comedor.

-Me venía sintiendo mal hace un tiempo, me hicieron algunos análisis...

En eso Henry entró en cuenta de lo cerca que estaba Alex de su laptop, con el ultrasonido, no debía verlo. Y aún así fue tan estúpido para mirar rápido la computadora y luego al moreno.

-¿Son estos?

-¡No! Eso es... -trató de quitarsela pero su novio se alejó.

-Wow... ¿Tu hermano y tu cuñada al fin lo lograron? -se levantó con ella en las manos aumentando y encogiendo la imagen.

-Pues...

-¿Son dos bebés? Cielos, tu cuñada es linda pero Phillip... Ojalá predomine el lado que los hizo a ti y a Bea tan atracti... vos...

Genial, ya lo había visto. Se quedó callado unos segundos, Henry volvió a tratar de quitarsela, y Alex se puso de lado.

-Henry, ¿Por qué esto tiene tu nombre?

-Te lo puedo explicar...

-Oh, y más vale que sí. -ya estaba enojado.

El hijo de la presidenta no podía estar más confundido, de los dos, él era el bisexual, ¿Cómo demonios Henry pudo ser capaz de embarazar a alguna chica? No, eso era lo de menos ¿Como pudo serle infiel? ¿Y con quién? ¿Alguna modelo? Él ya era modelo, y sin riesgo a perder su figura por un niño.

-Se que se ve mal pero solo te pido que me escuches.

Alex se decidió a darle el beneficio de la duda, dejó la computadora a un lado y se volvió a sentar, alzó una ceja para decir "te escucho".

-Alex, yo de verdad te amo, ¿Si? -bien, era una buena forma de comenzar, aunque un poco cliché. -y no te fui infiel, eso no es de ninguna chica, es mío, por eso solo está mi nombre.

-Henry, eres hombre, si inventas algo tan ridículo...

-¡Si, ya sé que es ridículo! -se exaltó callando a Alex. -Escucha, te conté que me había puesto enfermo del estómago, y después subí de talla, creí que era la comida, así que fuí con un nutriólogo y...

Entonces empezó con toda la explicación, Alex escuchó cada palabra, cambiando poco a poco su expresión neutral y escéptica a otra más relajada y pasando a sorprendida. Entendió que el príncipe no estaba mintiendo por la forma en que sus ojos se nublaban yai cara se ponía más y más roja, estaba a nada de llorar.

-Y eso fue todo, es el ultrasonido que me hicieron, si no me crees puedo llamar a la doctora y puedes ir a la siguiente cita conmigo. Perdón por no contestarte ayer, no quería estresarte después de que acabarás tu exámen...

-Henry... Está bien, esto es... -tardó en escoger las palabras poniendo más nervioso al chico. -esto suena a algo demasiado raro, y fantasioso...

-Lo sé... -dijo con tristeza.

-Y te creo cada palabra.

Se levantó y tomó a Henry de las mejillas plantandole un beso más suave y cariñoso, en momentos así se le chocaba la diferencia de altura. Henry sintió que podía respirar al fin. Luego de unos minutos se separaron y ambos sonrieron con tranquilidad.

-Gracias...

-Perdoname por casi armar una escena. -ambos soltaron una pequeña risa. -¿Puedo...?

-No, Alex, no puedes hacer bromas culpando a la antigua y liquidada endogamia real inglesa.

-No era lo que quería decir, pero hubiera sido un gran chiste. -Henry rodó los ojos. -No, quería preguntarte sobre el aborto...

Dios, realmente no quería sacar ese tema.

-Bien, estamos de acuerdo en que apenas llevamos poco más de un año saliendo. -señaló Henry.

-Pero te amo más que a nadie. -contra-señaló Alex.

-Ambos tenemos proyectos importantes ahora.

-¿Quien dice que no puedo mudarme a Nueva York y estudiar derecho aquí? Hay abogados en todos lados.

-Soy un chico y aunque el panorama pinta bien... Nada es seguro.

-Yo te cuidaré y te llevaré a cada revisión, y mantendré anotado todo lo que necesitas.

-Alex, suena lindo, pero hay muchas alertas si decido continuar con esto.

-Lo sé, y lo entiendo, y yo estaré a tu lado si decides no continuar, te abrazaré y te cuidaré cómo siempre hago.

Estrechó aún más al chico en sus brazos, acariciando su espalda, Henry estaba ya tan relajado que solo se apoyó sobre su hombro y se dejó consentir.

-Y si decides que sí, daré todo por que seamos una familia funcional y feliz.

Henry soltó un resoplido. Era arriesgado, no era el momento y si la prensa se enteraba, volverían a ser la tendencia más grande por dos años consecutivos. Sin duda se moría de miedo y ningún panorama era perfecto. Giró la vista, hasta su laptop, en la mesa, tenía buena visión aún a esa distancia, observó detenidamente la imagen, y casi podría jurar que una de esas figuras, tenía la nariz de Alex. Sería lindo un pequeño bebé igual a él.

-Bueno... Puedes acompañarme a una cita mañana y... Veremos las opciones con la doctora. -Alex se separó un poco

-Me parece bien. -le sonrió plantando un beso en la frente. -¿Ibas a ver Star Wars? -cambió el tema tan abruptamente que le sacó una carcajada a su majestad.

-¿Tan obvio es?

-Siempre usas esa camiseta cuando haces un maratón, yo haré las palomitas que planeo acompañarte durante todo el viaje a esa galaxia lejana.

-Me parece perfecto.

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