Helado ~ Ice Cream

Semi Au

El joven Agreste iba caminando, por las calles parisinas, pensaba en como su vida había cambiado, cuando escucho una peculiar canción.
Si a lo lejos se encontraba el bonachón de André el heladero de los enamorados, así que decidió comprar uno de sus deliciosos helados.

-Hola André, como le va?- pregunto el joven de forma amable y tranquila.

-Oh pero si es el joven Agreste, estoy bien muy bien y tu, deseas un helado?- a lo que el rubio asintió. André preparo el cono con los sabores para esa ocasión qué fueron nuevamente menta y limón. Dandole el helado al joven cortesía del heladero.

-Muchas gracias, pero la próxima ocasión me permitirás pagarte por el, no quiero sentir que pena al comerlo- dijo timidamente el rubio a lo que el heladero rió un poco y acepto- bien hasta luego- dicho esto se retiro del lugar y fue a sentarse a un banco cercano para poder disfrutar del helado.

-Maestro, que es eso?- preguntó un curioso Sass al percibir el aroma cítrico del limón.

-Esto es un helado Sass, gustas probar un poco- respondió Adrien en voz baja y disimuladamente al pequeño kwami qué se encontraba escondido en su camisa junto a Plagg, la pequeña serpiente acepto y el joven tomo un poco con la cuchara y la acerco disimuladamente a su camisa para que Sass probara un poco.

Al instante el kwami probó rápidamente el helado y se maravillo por el sabor- sabe delicioso maestro, jamás creí que algo así de frío tuviera un rico sabor- externo con entusiasmo- Plagg debería probarlo...- dijo volteando a ver al pequeño gato negro.

-No creo que quiera Sass, si fuera de Camembert probablemente no dudaría comerlo, pero como no lo es, no lo probara- respondió el ojiverde riendo levemente.

-El chico tiene razón, si fuera de camembert no lo dudaría pero de limón... Iugh!!!- contesto de forma dramática a lo que rieron Sass y Adrien.

Después de eso comió tranquilamente su helado, hasta que escucho la voz de cierta chica.

-Puedo probar?- escucho decir, a lo que levanto el rostro y miro a cierta ojiazul oscuro frente a él.
-Por supuesto- respondió con una sonrisa.

Al instante la chica se sentó a su lado y tomo la pequeña cuchara para poder probar el helado, quedando maravilla por el sabor.

-Realmente son mágicos al paladar los helados de André- exclamó la joven y ambos rieron.

Sin duda comer un helado con una buena compañía era realmente algo gratificante y satisfactorio.
Quien sabe, tal ves iría por otro para compartirlo con ella y ver que sabores salían al estar junto a ella...











































































































































Hola hola aquí el segundo día.
Creo que ahora si podre con este mes je.
Espero les guste.
Sin mas bye bye petit papillon.

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