23. 𝙰𝚙𝚘𝚢𝚘

A Loki nunca le hizo gracia tomar sol por mero gusto, menos porque su piel era demasiado sensible ante este, pero el doctor había recomendado “un baño de sol”. Theo igualmente parecía odiarlo, no dejaba de patear y soltar leves quejidos a modo de protesta ante la insistente necesidad de que sus padres le hicieran tomar el sol.
Sus rizos rojos parecían brillar bajo el sol. Loki le había comprado un antifaz para esos casos, eso parecía no odiarlo.
El único que parecía disfrutar de los dichosos baños era Thor, estaba muy cómodo tomando el sol mientras reía cuando escuchaba a Loki quejarse del calor excesivo que sentía.

-No lo soporto. Theo tampoco, ¿por qué nos torturan así?

-Theo necesita la vitamina que solo brinda la luz del sol. Así evitarás que se enferme y sea tan delicado como tú.

-¿Qué quieres darme a entender? -arrugó la nariz.

-Solo digo que tú y él necesitan esto. Yo no, pero estoy aquí con ustedes para que no se sientan solos.
Después de esto podremos comer algún refrigerio y te ayudaré a bañarlo. Por fin domine la bañera.

Loki sonrió, que su marido se comprometiera con el bebé le hacía muy feliz, no quería una relación como la que habían tenido sus padres.
Su padre se dedicaba a trabajar y consentir, su madre a regañar y corregir. Definitivamente no deseaba algo así.

-Hace mucho caloooor -volvió a quejarse y Theo hizo un quejido que hizo reír a sus padres.

-Bien, bien -Thor se levantó mirando a sus dos amores-, me imagino que este angelito se movía así dentro de ti.

-Sí, ya lo creo. Era muy inquieto, ahora apenas si quiere moverse.

-Dejalo, ya tendrás un momento donde querrás que pare por un momento.
Es esa edad de los años a los cuatro.

-¿Ya podemos irnos?

-Vámonos pues.

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