" Ahh... Ah... ¡Ya he llegado!"

El de ojo de estrella casi se había tropezado al entrar agotado, estaba bastante ocupado ahora con su hermano, pues por cada dia menos era igual a menos dinero.

Tenía que ganarse la vida de alguna forma y era ayudando a Zephyr.

Se sorprendió al no ver a nadie en el comedor, revisó la habitación pero no había ningún ruido o presencia.

Se estaba asustando.

Revisó por todos lados hasta que se le ocurrió ver por el jardín, casi perdiendo la respiración por aquella hermosa sorpresa.

Su paciente estaba sentado entre las flores, meditando con una hermosa corona blanca.

Sus pómulos estaban ardiendo.

Geno poco a poco abrió las cuencas algo achinadas, marcas de lágrimas...

¿Sera de emoción o pena?

" Tardaste una hora, Ink."

Sonrió con suavidad, el susodicho reaccionó y se acercó para sentarse frente.

" Mi hermano tiene mucho trabajo que hacer y le estoy ayudando, lo siento. Aunque vaya, me sorprende que estés aquí."

" No me resistí al clima..."

" Eres fuerte, Geno. "

" Gracias a ti..."

El de bufanda roja levantó otra corona, amarillas, para colocarselas al menor, el amarillo se le sentaba muy bien.

Ink sonrió apenado, nunca se esperaba que sucediera aquello.

Y su alma haciendo vuelcos... ¿Por qué Geno era tan... Especial?