La habitación estaba ambientada con una de las melodías que más amaba Geno, provocaban la paz que necesitaba antes de enfrentarse a la cara cínica de su esposo.

Reaper no estaba feliz de que tuviera que cancelar una salida para conversar con el menor.

La sorpresa que se llevó cuando Geno le invitó a bailar, en silencio paseaban sus pies al andar.

Geno apegó su cabeza en su hombro, ni siquiera tuvo que decir algo para comenzar a llorar.

Y lo peor.

Reaper no le dio el consuelo. Solamente frenó.

"Quiero que me cuentes la verdad."

"No hay verdad que contar."

"Solo soy un juguete. Un objeto para jugar..."

"Por supuesto que no, amo--

" ¡No me digas así! " Se apartó de golpe, abrazándose a sí mismo. " Yo creí que íbamos a estar juntos por la eternidad... Yo pensaba... Que tendríamos un hijo, que todos nos iban a envidiar... Pero acá tengo, con la realidad envuelta en mentiras, una capa que no me permitías traspasar. Y ahora después de mucho, sé que tu juramento ha sido falso, que tus ojos tras tu espalda haz de doblar. "

Reaper ni se inmutó, solamente siguió sonriendo, sacando el celular del bolsillo del pantalón.

" ¿Para esto era que cancelé mi cita? Más fácil escribirme que pides el divorcio y nos ahorramos las lágrimas. "

Era el colmo, Geno le dio un golpe en la mejilla, y cayó de rodillas, estaba destrozado, todo un amor tirado hacia abajo.

"Creí que me amabas..."

"Lo hice"

"¿entonces porqué seguiste con el engaño?"

"Porque tu habilidad en la cama es inigualable~."

Geno no pudo más, y en un cerrar de ojos ya estaba separado de quien más había amado y dependido en la vida.