37.

Ink no se esperaba sobre los vómitos, ciertamente habían casos que no podía controlar, mucho menos tras una puerta, debía actuar, y sinceramente si nadie se daba cuenta no habría problemas.

Abrió la puerta a las nueve de la mañana, y se sorprendió de ver un caos, y la mirada hacia el enfermo dormido no pudo desviar, se veía apacible pero no habitaba ninguna sonrisa, estaba atormentado.

Se acercó con sutileza, poniendo su mano sobre su frente sin ninguna proeza, no había fiebre, por lo menos eso era un alivio.

En puntillas como última expedición entró al baño, sin rastros de suciedad, pareciera que se esforzaban en ocultar evidencias. 

" Alguna forma para que deje de vomitar... "

Revisó los frascos, medicina, ¿Es que acaso estaban locos? Eso solo aumentaría su locura. 

Tomó las que no tenían ningún sentido con la enfermedad y en los bolsillos los resguardó, no robaba, solamente los quitaba de la vista.

Con eso el caso estaría solucionado y triunfal salió a preparar el desayuno.

Aunque...

Botó los antidepresivos. Esos ni en su vida los quería volver a ver.

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