Geno solo confiaba en sus hermanos, quienes eran los únicos que le brindaron su amor y cariño fiel.

Había pasado dos años desde que inició todo, y recordar sólo lo hacía sufrir más, no podía superar como sus cuencas presenciaban un acto que jamás ha podido aceptar.

Puede que hubiera sido exagerado, y eso siempre se lo repetía, pero la ansiedad le hacia tener ataques de pánico, le hacían dudar de la verdad.

¿Cómo puedo confiar en las personas?

Pueden mentir, pueden hablar.
Las palabras son fáciles de expresar.

La paranoia lo carcomia, cada vez que su esposo se iba a trabajar él le seguía.

"¿Y quién es el acosador ahora?" Bromeaba con sí mismo. "Debería dejarlo en paz."

Después de dos veces decirse eso, cada dos días de la semana, volvía a casa más nervioso de lo normal.

Solo era un mal sueño, debía despertar.