CHAPTER IX


[ en este capítulo hay un cambio en la línea de tiempo, soooo no molesten con que no es así, bai ]








CHAPTER IX

( the last time! )

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AGNYS HACÍA OÍDOS SORDOS A LO que la Hada Madrina le estaba diciendo en su oficina de directora de Auradon Prep. Herkie se había ido hace unos momentos, luego de una ardua discusión sobre quién tenía la culpa de aquella pelea y con el castigo de estar una semana sin Tourney. Obviamente la culpa hacia Agnys fue mayor al lanzar aquella bola de fuego azul, la cual el muchacho pudo esquivar, más incendió la mesa de bocadillos, terminando con la fiesta.

Por las pocas palabras que su oído dejó entrar para que su cerebro las interprete, su castigo sería participar del acto escolar que se presentaría en el Día de la Familia que pronto se acercaba. Aunque debía presentar un acto diferente a Be My Guest, cómo presentaría Ben junto al resto de los estudiantes.

Por lo que aún más molesta de lo que entró, salió de allí furiosa por tener que cantar frente a todos ellos, sabiendo perfectamente que sería la burla del año. Aunque al salir de la oficina, se encontró con Zahid, Kiara, Evangeline y Peyton frente a ella.

— ¿Qué te dijo? — preguntó el muchacho, siendo el primer valiente en hablar con la furiosa diosa cuando todos se encontraban en la habitación de ella.

— Tengo que hacer un acto para el Día de la Familia— contestó sin ganas, mientras expresaba su furia a través de su cuaderno de dibujo.

— ¡Pero eso es en tres días! — gritó Evangeline perpleja, la muchacha era muy perfeccionista, y cuando presenció la discusión de Herkie y la peliazul, supo que el muchacho no estaba siendo justo. Después de todo, su padre había sido un idiota antes de conocer a su madre.

— Lo sé— respondió mientras intensificaba el azul del fuego, que se encontraba quemando a la figura dibujada con una flecha que decía "Herkie".

— ¡Necesitarás el vestuario, y debes practicar, necesitas una escenografía y el maquillaje, y...! — comenzó a hiperventilar Kiara, hasta que Peyton apretó su cuello por detrás provocando que cayera dormida y ronroneando.

— Debes enseñarme a hacer eso.

— Y lo mejor es que cuando se despierta, no recuerda qué lo provocó— sonrió el castaño, elevando sus cejas—. ¿Qué cantarás?

— No lo sé, no creo que me dejen cantar algo de mi repertorio.

— ¿Fuego, almas perdidas y dominación del mundo? Sí, no lo creo.

Zahid agarró el cuaderno de dibujo, apreciando la obra de arte recién hecha, sonriendo sarcástica.

— ¿Qué dices de darle su propio merecido a Herkie?

— ¿Acaso no es eso lo que ya hice? — respondió la diosa sacando el cuaderno de sus manos.

— Claro, cariño— puso un mechón detrás de su oreja, sorprendiendo a Agnys por no alejarla—. Pero ahora debes hacerlo con más clase, debes darle donde le duele. Y tengo la canción perfecta.




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— ¿No deberías estudiar para el examen de química? — le preguntó Mal a Evie, mientras Agnys les ganaba en un videojuego a los chicos. Y lo que más les molestaba, era que nunca antes lo había jugado.

— Por supuesto que no, sería un desperdicio no usar esta belleza— mostró el espejo mágico, provocando que Agnys rodara los ojos.

Ella sabía perfectamente que, si Evie prestara atención a la clase, no necesitaría estudiar. La chica era muy inteligente y que se hiciera la tonta, le provocaba un enorme enojo.

— Eso no te servirá por siempre— habló dejando el juego cuando ya le había ganado a Jay por quinta vez, para acercarse a las chicas que se encontraban sentadas en la mesa.

— ¿Qué quieres decir?

— Deja de hacerte la tonta— dijo un poco más alto, provocando que todos la miraran—. Le dijiste a Chad sobre el espejo, ¿cuánto crees que durará aquel idiota sin decirte a algún directivo?

— Chad es bastante tonto— habló Carlos comenzando una nueva partida.

— Mira quién lo dice.

— ¡Oh, cállate!

— Lo digo enserio, Evie— volvió a mirar a la muchacha—. Al menos lee el libro un poco.

— Sorprendentemente, estoy con Agnys— dijo Mal, aún perfeccionando los hechizos de su madre.

— ¿Por qué no la ayudas a estudiar? — habló Jay burlón—. Después de todo la química es lo tuyo, en la Isla pasabas mucho tiempo con las Hermanas Sanderson.

— ¡Es cierto! — exclamó Evie feliz—. Por qué otra razón estarías con ellas.

Si tan sólo supieran, ya no le tendrían el mismo respeto.

— No.

¡Por favor, por favor, por favor!

— No, detente.

— Tú querías que estudiara, ahora quiero hacerlo y necesito tu ayuda.

La diosa bufó escondiendo su cara entre sus manos, cómo decirle que no.

— Está bien— murmuró por lo bajo.

— ¿Entonces aceptas? — preguntó emocionada.

— Tú ganas.

— No te arrepentirás, Agnys.

¡Oh, Hades!

— ¿Cuándo empezamos?

— Cuando quieras.

— ¡Luego del almuerzo en la biblioteca!

Agnys sacó el aire contenido antes de salir por la puerta de la habitación en dirección al comedor cuando la campanilla sonó.

Misteriosamente algo comenzó a renacer dentro de Agnys, una estúpida emoción por pasar tiempo con Evie, que no vivía desde hace unos largos años. Las mariposas y las flores comenzaron a crecer en su panza, y a pesar de que intentara quemarlas con su fuego interno, éstas no desaparecían

Zahid la notó extraña todo el almuerzo, más no dijo nada. Pero confirmó que algo extraño definitivamente ocurría cuando la peliazul corría fuera de la cafetería apenas terminó de comer, sin siquiera intentar robarle el postre de chocolate, al cual la diosa se había vuelto adicta luego de que se lo hizo probar hace unos días.

Agnys llegó a la biblioteca y se sentó en una de las mesas cercana a la entrada, todos la miraban con miedo, especialmente luego de la fiesta de anoche.

Evie todavía no había llegado, lo cual inquietó a la diosa aún más al sonar nuevamente la campanilla, dando por finalizado el almuerzo.

La Princesa del Inframundo, esperó, esperó y esperó. Pero Evie nunca apareció a pesar de haber pasado ya dos horas. Cansada de quedarse allí sentada, Agnys salió de la biblioteca hacia el dormitorio de la chica. Sin embargo, cuando se encontraba caminando por los jardines para llegar al cuarto, la ventana de este se presentó frente a ella, rompiéndole el corazón.

Evie se encontraba maquillando a Mal mientras ambas reían felices, la chica se había olvidado de ella.

Recuerdos de la Isla volvieron a ella, específicamente cuando Evie le dijo que no podía estar más con ella porque Mal así lo quería, dejándola sola y sin ningún otro amigo.

Agnys no lloraba, nunca lo hacía. Más las ganas no le faltaban.

Su ya quebrajado corazón, sorprendentemente, se había roto otra vez.

It's funny when you find yourself looking from the outside— se acercó a la ventana para contemplar esa dolorosa escena—. I'm standing here but all I want is to be over there.

»Why did I let myself believe miracles could happen? 'Cause now I have to pretend that I don't really care«, se giró tratando de ignorar lo que veía.

»Now I know you're not a fairy tale and dreams were meant for sleeping«, comenzó a caminar lejos de allí, aun tratando de reprimir sus lágrimas.

»And wishes on a star just don't come true«, las flores que pasaba iban marchitándose hasta quedar hechas cenizas.

»'Cause now even I can tell that I confused my feelings with the truth«

»Because I liked the view, when there was me and you«, se dirigió a su habitación, dónde para su suerte Kiara no estaba.

»I can't believe that I could be so blind«, sacó su cuaderno de dibujo para tirarlo sobre la cama furiosa.

»It's like you were floating while I was falling and I didn't mind«, comenzó a pasar las páginas hacia las primeras de éste.

»'Cause I liked the view«, el retrato que había hecho de Evie en la Isla apareció frente a ella.

»I thought you felt it too«, lo había dibujado un día que la había vuelto a ver, mientras se encontraba en los tejados.

»When there was me and you«

Arrancó la hoja cuando notó las pequeñas gotas que habían caído sobre él, la hizo un bollo y la arrojó en una bola de fuego que se desintegró antes de tocar algo más.

Esta sería la última vez que Evie le rompería el corazón y, ahora, lo decía en serio.








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