3. Misión problemática

El temible demonio cuya piel era café oscura gruñía de forma feroz mientras volaba con sus enormes alas deformes.

Monje, el líder del equipo, estaba por usar uno de sus poderes, pero antes de hacerlo movía sus dedos de un lado a otro con rapidez tratando de recordar una secuencia numérica, Riger, su compañera de cabello rosa observó su comportamiento al instante.

—¡No lo hagas todavía! —mencionó Riger al mismo tiempo que dio cortos pasos hacia delante dejando al resto del equipo a su espalda.— Primero me encargo yo de atrasarlo, luego ya veremos cómo lo detenemos, no es la primera vez que nos enfrentamos a algo así.

Riger movió sus brazos hasta elevarlos al aire, los colocó en la misma posición en la que el demonio iba volando, seguidamente lanzó los potentes rayos de sus puños.

El demonio esquivó los primeros rayos que iban hacia él debido a la rapidez que obtenía al estar volando, no obstante posteriormente se vio envuelto en un ataque múltiple de rayos de energía, los cuales no pudo esquivar todos al mismo tiempo y por lo tanto recibió los poderosos rayos en algunas partes de su cuerpo lo que por ende hicieron que retrocediera y dejara de volar con la rapidez que lo hizo al comienzo.

—¿Cuántas oportunidades más te quedan? —preguntó la mujer de cabello rosa un poco preocupada por Harry.

—¡No las suficientes! —contestó tajantemente Monje, él también estaba preocupado por su condición.— Tan solo unas dos más, no lo sé con exactitud.

La razón de su preocupación se debía al hecho de que su habilidad de poder manipular la materia a su antojo mediante la gravedad era muy limitada, su habilidad le permite repeler y atraer la materia tan solo diez veces cada día, caso contrario con su otra habilidad de vuelo que a diferencia del poder de la gravedad si podía usarlo todas las veces que quisiera.

Monje, un héroe con habilidades sorprendentes que lo vuelven muy poderoso pero aun así él también tenía una debilidad.

Y para la inminente batalla con el demonio solo le quedaban dos oportunidades más de usar su poder gravitacional, eso lo sabían todos los del equipo, y al ser su has bajo la manga Riger estaba pensando con claridad para que usara su poder en un momento crucial.

—¡No te preocupes por nosotros! —ATA tranformó sus brazos en grandes patas de toro para usar la fuerza del animal al momento de pelear.— ¡Podemos encargarnos!

El demonio no tardó en llegar a pisar el suelo para combatir contra sus rivales.

—Pensaba robar sus almas también...pero me di cuenta de que son peligrosos, aún no sé bien que haré con ustedes... —decía el demonio con su voz toda grotesca— ¡Creo que tendré que matarlos!

El ser de tres metros se abalanzó para pelear con sus filosas garras, Spydolke alejado unos cuántos metros del demonio, aprovechó y le lanzó cuatro dagas de forma simultánea, de manera sorprendente el demonio agarró todas las dagas con sus dos manos antes de que se incrustaran en alguna zona de su cuerpo y sin pensarlo más dos veces las aplastó antes de que explotaran.

—No caeré en sus trucos —el demonio saltó y estuvo a punto de desgarrar la cara de Spydolke sino fuera porque recibió en su pecho dos rayos de energía provenientes de Riger.

El demonio rodó por el suelo al recibir el impacto a corta distancia.

Todos los seis Agentes Oscuros aprovecharon para rodearlo, Riger estaba con sus puños brillando de energía, Spydolke estaba con una daga en cada mano, Cazania portaba su martillo, Denali, ATA y Monje estaban en posición de ataque por si el demonio llegaba a abrir sus ojos.

De nuevo el silencio inundó la fría noche en Villa Blanca, el demonio que se encontraba bocarriba movió sus garras y en un movimiento rápido se levantó, se elevó en el aire para luego golpear el suelo con todas sus fuerzas mandando a volar a todos los Agentes Oscuros en diferentes direcciones.

El demonio tenía que aprovechar la oportunidad, debía vencerlos uno por uno, porque sabía que juntos eran mucho más fuertes, esa fue su estrategia desde un inicio, por lo consiguiente fue por el primero que vio, que fue Spydolke. El agente con gafas no tardó tanto en percatarse de la presencia del intimidante demonio.

—¡Tú serás el primero en morir! —anunció el demonio que aún no mencionaba su nombre— Tú eres el más débil aquí, será fácil.

Spydolke se enojó, se levantó y le lanzó muchas dagas explosivas a su enemigo aunque estas no tenían gran efecto en el demonio por su buena resistencia, el agente trató de esquivar un puñetazo pero no era tan rápido como el ser sobrenatural y terminó recibiendo el golpe en todo su torso que lo dejó inconsciente al instante.

Escuchó unos pasos, giró su cabeza y descubrió que su segunda contrincante era Riger que no esperó más tiempo para lanzarle sus rayos de energía, el demonio comenzó a esquivarlos, uno por uno los esquivó lo más que pudo hasta que decidió volar lo suficiente para escabullirse y planear una estrategia. Riger dejó de lanzar los rayos cuándo perdió de vista a su enemigo, miró con cautela a cada posible lugar en que el demonio se pudiera esconder, aunque al tener tres metros no sería tan fácil poder ocultarse.

Riger escuchó un extraño ruido y lanzó sus rayos de forma inmediata.

—¡Error! —dijo el demonio al mismo tiempo que atrapada a los brazos y las piernas de Riger con sus tentáculos que brotaban de su espalda, la venció cuándo ella se desmayó al recibir potentes descargas eléctricas que emergían de los tentáculos.

Cazania ya se había levantado, su hombro izquierdo sangraba sin embargo eso no le impidió levantar su martillo tecnológico y usarlo contra su enemigo.

La agente de cabello corto usó la rapidez de sus prótesis para atacarlo con su arma, el demonio voló pero Cazania saltó para intentar golpearlo.

El demonio cayó de pie al suelo, Cazania pudo darle dos patadas en la cabeza, algo que sin lugar a dudas no le gustó al ser sobrenatural, que agarró el martillo con sus tentáculos pudiendo así esquivar el siguiente golpe que Cazania le tenía preparado.

Aún sin su martillo Cazania no se amilanó y continúo con una seguidilla de patadas y puñetazos, que por sus prótesis resultaron ser potentes y lo suficientemente fuertes para dar una buena pelea y así herir a su rival aunque después fue vencida al recibir un doble golpe en la cabeza con los tentáculos.

El demonio tomó con fuerza la blusa de Cazania, desgarrándola un poco y luego la lanzó al mismo lugar en dónde estaban Spydolke y Riger inconscientes.

Posteriormente ATA y Denali aparecieron juntos dispuestos a vencer al enemigo. No pensaban perder, debían crear una distracción para salvar a sus compañeros. Ambos estaban con varias heridas en algunas partes de su cuerpo, aunque solo eran raspones leves.

—¡Maldito demonio te voy a regresar a tu mundo! —gritó ATA furioso al mismo tiempo que le crecían alas en su espalda.

Los dos tuvieron un pequeño combate en el aire, sus puños chocaban al mismo tiempo, a ambos les dolían sus nudillos pero ninguno se rendía porque ambos gozaban de buena resistencia corporal gracias a sus habilidades, aunque el ser de dientes afilados ganaba de a poco con sus enormes garras, Denali se dio cuenta de eso y usó su aura para crear una mano gigante con la cuál le propinó un buen puñetazo a su enemigo.

—¿Estás bien? —Denali se acercó a ATA, el cuál estaba bajando del aire.

—Solo estoy sangrando un poco —contestó ATA esbozando una sonrisa— Nena, no te preocupes por mí, vamos a despertarlos a ellos, nuestros compañeros nos necesitan.

—Tienes razón —Denali sonrió al ver que ATA se encontraba en buen estado.

Ambos corrieron a auxiliar a sus amigos pero de la nada el demonio regresó, a simple vista se podía notar que tenía un brazo roto y que también estaba sangrando por su boca.

—¡Definitivamente fue un gran golpe! —mencionó el demonio sonriendo de mala gana— De todos los seis tú eres la más poderosa pero no la más rápida.

Denali era quien le había causado problemas y eso solo lo enfurecía.

En un rápido movimiento la atrapó con las garras de sus patas, la tomó por los hombros y al mismo tiempo que volaban le propinó descargas eléctricas de sus tentáculos, dejándola inconsciente, por su parte ATA los estaba persiguiendo pero dejó de hacerlo para salvar a Denali que fue arrojada a gran altura.

El pelirrojo la tomó a tiempo entre sus brazos y la llevó debajo de un árbol que estaba cerca del lugar en donde se había llevado a cabo la pelea.

—Quédate aquí preciosa ya vengo por... —habló ATA pero no terminó puesto que su espalda resultó herida porque el demonio lo atacó en ese momento de forma imprevista, el agente del torso semi desnudo reaccionó a tiempo para evitar su inminente muerte.

Como ATA estaba bocabajo el demonio lo tomó de la cabeza y estrelló su cara contra el suelo.

—¡La cara no! —emitió ATA haciendo énfasis en la "o" hasta que dejó de hacerlo porque quedó desmayado.

—Tan solo falta uno —el demonio llevaba en su brazo derecho a Denali y en su brazo izquierdo a ATA. Los lanzó en el mismo rincón en donde dejó a Sypdolke, Riger y a Cazania.




Preparaba sus tentáculos, cada punta de cada tentáculo estaba cambiando, pasaban de tener una forma ovalada a tener una forma más puntiaguda, varias escamas y restos de piel cayeron de las puntas de los tentáculos, pocos segundos pasaron para que los tentáculos tuvieran puntas filosas similares a la punta de un alacrán.

El demonio estaba completamente decidido a clavar sus tentáculos en los cinco Agentes Oscuros, decidió dejar a Monje para después porque era más apropiado acabar con la mayoría y así enfrentarse en un tu a tu con el líder del equipo.

—¡Alto ahí! —Monje apareció de la nada volando a toda prisa, movió sus dos manos al mismo tiempo y las llevó al frente en dirección del tenebroso villano.— No permitiré que mates a mi equipo, no mientras yo esté cargo.

El cuerpo del demonio se quedó inmóvil, levitaba en el aire, luego se movió en diferentes direcciones sin voluntad, Monje hizo que el cuerpo del villano chocara en múltiples ocasiones contra árboles y demás estructuras como postes o barandas metálicas.

Al final lo atrajo a él y le propinó un fuerte puñetazo con su gravedad, el demonio salió disparado a una velocidad y distancia descomunal.

—No debiste dejar al final al Agente Oscuro más poderoso —dijo Monje con una sonrisa satisfactoria.

Monje corrió a ayudar a sus amigos, de uno en uno los llevó a una carpa verde oscura que estaba abierta afuera de un edificio, una vez que todos estaban juntos empezó a despertarlos de a poco.

—¿Qué pasó? —preguntó Denali al instante en que abrió sus ojos.

—¿Y el demonio? —Cazania también realizó una pregunta en ese momento.

—Le di una paliza de la que no se recuperará tan fácil —contestó Monje algo sudoroso, aprovechó para limpiarse el sudor de su frente.

—¿Entonces aún no es derrotado? —cuestionó ATA intentando levantarse pero Denali hizo gestos con sus manos con el objetivo de impedir que se moviera, de todos el era el que más estaba perdiendo sangre.

Además era el que más rasguños tenía en su cara.

—¿Eso significa qué tú...? —dedujo la agente de cabello rosa mirando fijamente a su líder, ella estaba preocupada por la condición de él.

Monje confirmó su pregunta al mover su cabeza de arriba abajo.

—Ya no puedo usar mi gravedad por lo menos hasta un par de horas hasta que sea más de media noche.

—Nos venció por completo —agregó Cazania deprimiendo sus labios— Pero nos vamos a recuperar y lo venceremos, ¿verdad Spy?

Miró rápidamente a su compañero a sus ojos, pero notó algo extraño en él, sus gafas se habían roto por lo tanto eso le permitió ver que sus ojos que originalmente eran color café tenían un aspecto diferente, sus ojos estaban completamente morados.

Además estaba mirando a la nada, era cómo si estuviera durmiendo con los ojos abiertos. No respondía nada, tan solo estaba con la boca abierta.

El agente se levantó de repente y al mismo tiempo todos lo quedaron mirando.

Spydolke intentó patear a Cazania pero su pierna fue detenida por las manos de ATA.

—¿Qué crees que estás haciendo? —ATA lo miró a los ojos aunque notó algo diferente en su compañero— ¿Qué es esta fuerza?

—Algo no está bien —exclamó Denali mirando la escena.

ATA sintió como la fuerza de su compañero aumentó considerablemente y lo terminó de comprobar cuándo Spydolke liberó su pierna y saltó para atrás para luego dar un salto hacia delante y darle un puñetazo que lo mandó a volar.

—¿Por qué lo hiciste? —preguntó consternada la rubia molesta con Spydolke,

—Algo le extraño le ocurre —exclamó Cazania señalando con sus dedos a los ojos de su compañero que no parecía ser el mismo— Solo miren sus ojos.

A Spydolke le crecieron garras de sus manos, sus dedos crecieron un poco y sus pies también comenzaron a crecer, sus zapatos se rompieron al mismo tiempo que sus pies crecían. Emitió un grito similar al de una bestia feroz. 

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