Capítulo 35
Adam dejó caer la frente sobre su escritorio, la frustración y la presión hacían mella en él. Si tuviera una almohada, no dudaría en utilizarla para sofocar sus gritos. Dos minutos después, cuando se recompuso, deslizó el mouse de la computadora sobre la almohadilla para encender la pantalla.
Allison hizo un excelente trabajo evacuando a todos; hace un par de horas que Carolyn anunció casualmente que venían tras ella. Le creyó, y fue lo peor que pudo haber hecho. Incluso el golpe que Allison le propino en el estómago se lo tomo de la mejor manera, su estupidez los metió en un lio tremendo.
Su invitada especial les mintió, ordenó buscarla hasta en el último rincón del centro y lo único que encontraron fue a una enfermera inconsciente en el vestidor y la habitación donde estaba David vacía. Lo volvió a engañar.
Carolyn no se daba cuenta del gran poder de persuasión que poseía, casi como un hechizo. Una vez que hablas con ella, difícilmente sales de ese campo invisible que la rodea. O tal vez si conocía a fondo esas habilidades, y prefería utilizarlas a su favor.
Suspiro, como sea que fuere, unas simples palabras de parte de la joven rusa interrumpieron un día común en el centro. Internamente se sentía como un estúpido, le vio la cara justo en sus narices. Incluso Allison le dio esa mirada de muerte reservada solo para los peores criminales.
Volvió a fijar su vista en la pantalla de la computadora y lo que vio le quito el aliento. Una ventana para enviar un correo electrónico estaba abierta, eso no era lo peor. Las letras grandes y en negrita resaltaban contra el fondo blanco.
NO OLVIDES MI PROMESA — ATTE, C.
Y Carolyn no hacía promesas en vano.
—Me estás diciendo que Adam, el ingenuo de Adam es una especie de ¿reclutador? — dijo Carolyn incrédula por el relato de David.
—Reclutador es un buen término para lo que hace. — asintió David, ambos vestían ropa normal. La robaron de un Wal-mart, y de ahí se refugiaron en un motel de baja categoría. — Se retiró hace un tiempo, fueron años los que estuvo buscando a personas como nosotros y de pronto, viaja miles de kilómetros y resulta que su vecina es justo lo que buscaba.
Carolyn frunció el ceño, odia cuando las personas hablan con la boca llena. Los sándwiches que robaron en una tienda de autoservicio sabían horribles, casi inconscientemente deseó la comida del centro.
—Están examinando nuestras muestras de sangre, pero no han encontrado nada anormal, lo último que supe fue que harían un conteo genético, ya no me enteré de nada más. — siguió David contando sus descubrimientos. — Realmente quiero desaparecer.
—No tienes tanta suerte. — le recordó Carolyn.
—Lo sé. — aceptó David en un suspiro. — En fin, ¿Cuál es tu gran noticia?
—Supongo que sabes los planes de Adam. — aventuró Carolyn. Su hermano asintió. — Ser sus armas de destrucción masiva es lo que menos debe preocuparnos. — le informó la morena de mala gana, lo que leyó en esos correos electrónicos hacia que la sangre le hirviera. — Ha estado en contacto con Claudius, es por eso que no ha dado con nosotros; siempre supo dónde estábamos porque Adam se lo dijo.
—Claudius dejó que Adam hiciera parte del trabajo sucio, por eso tomaron muestras de nuestra sangre. — Carolyn asintió a las palabras de David, ambos estaban en el mismo hilo.
—Y nuestro querido Claudius debe más de lo que puede pagar.
—¿A qué te refieres? — pregunto su hermano frunciendo el ceño.
—Nunca cuestione de dónde venían mis objetivos, solo me dedicaba a investigarlos e ir tras ellos, pues el gobierno no tiene nada que ver con esto. — confesó. Hizo una cuenta mental hasta el diez para tranquilizarse, Claudius estaba en su lista justo arriba del nombre de Adam. — Nuestro buen amigo Claudius es un estafador de primera. Convenció a todos que pertenecían a una lista de espera, la cual no tiene retorno; ellos tenían que pagar una módica suma para quitar del mapa a quienes creían serían sus ejecutores.
<<Todo fue una mentira, esa lista nunca existió. Nos lavó el cerebro a todos, hacernos creer que todo tenía sentido... los últimos diez años de mi vida, bueno, prefiero no mencionarlo nuevamente. >>
—Es un hijo de puta. — explotó David. Le dio un puñetazo en la pared, las frágiles paredes no soportaron el golpe de su hermano. — ¡Cabrón! — gritó a nadie en especial.
Carolyn solo lo vio patear y refunfuñar. Donde la joven rusa era la viva imagen de la tranquilidad, una calma casi inhumana, David era un huracán. Durante años había ejercitado tanto esa parte de si, que salir del cascaron era sumamente complicado. En un trabajo como el suyo, los sentimientos solo estorban, a pesar que eso forma parte de la humanidad. Quizá no fuera humana del todo.
—¿Qué haremos? — preguntó David respirando con dificultad.
—Tengo un plan. — anunció soltando un suspiro. Tal vez lo siguiente fuera su única oportunidad, no había margen de error. — Estoy segura que el principal problema de Adam ahora, son los Samphir.
—¿Y?
—¿Estás listo para infiltrarte en una misión suicida? — le preguntó Carolyn fingiendo emoción.
—¿Quieres meterte en la boca del lobo? — inquirió David con incredulidad.
—Sí, algo así. — se encogió esta de hombros. — ¿Me ayudarás? — preguntó, aunque ya sabía la respuesta.
—¿Qué tengo que hacer? — la desgana en la voz de David era palpable, pero le funcionaba por ahora.
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¡Nuevo capítulo! Me gusta ver que las personas están leyendo lo que escribo, I feel so good (o algo así). En fin, también acabo de comenzar con un proyecto personal, es de reseñas, acabo de publicar la primera, y si quieren la suya no duden en ir visitar el libro en mi perfil, se llama "De Wattpad y otras adicciones".
Les dejo el link en comentarios :D
Nos leemos luego.
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