Se permitió llorar toda la noche. Nunca lloró la muerte de su padre, realmente se guardó todo para ella. Se levantó de la cama con energía renovada, no saltando de felicidad, sin embargo, saber lo que haría hoy la llenó de forma indescriptible. La idea tampoco le agradaba del todo, pero sinceramente no había nada que pudiera perder.

La única persona que alguna vez amó, murió hace años. David, su hermano perdido, es como si estuviera muerto. Incluso perdió su dignidad hace mucho tiempo. Si moría, no había nada que la retuviera en este mundo, el Infierno la recibiría con los brazos abiertos.

Cuando llegó al piso sede de la agencia para la cual trabajaba, ni se molestó en mirar a nadie. Entró directamente a la oficina de Claudius sin avisar, este no se encontraba. Aprovechó para leer algunos documentos abiertos en su computadora, cuando vio lo que decían decidió enviarlos rápidamente a su correo en una copia oculta y de paso a otras personas a las que probablemente les interesaría. De pronto, los planes que hizo durante la noche, se esfumaron de su mente. Se apresuró a salir de la oficina más rápido de lo que entró, casi tropieza con el pobre Anton, aunque poco le importo.

Caminó con rapidez fuera del edificio, hizo la señal al primer taxi que pasó para llegar más rápido a su departamento. Le arrojo el dinero al conductor sin siquiera fijarse en la cantidad. Estaba en el vestíbulo, casi a punto de subir al elevador cuando el sonido de su celular la detuvo.

La pantalla de su celular marcaba una llamada privada. Dudó un momento antes de deslizar el dedo índice sobre la tecla verde para responder.

—Tú departamento está siendo invadido. — se congeló en su lugar al oír la voz de David en la otra línea. — Si fuera tú, ni me molestaría en entrar, no se ven amigables los invitados.

Carolyn volteo a ver a diferentes lugares, sabiendo que David estaba cerca para advertirle de la situación.

—Tampoco te molestes en buscarme, ni siquiera estamos en la misma zona horaria. — claro, las mejoradas habilidades de David le permitían hacer cosas extraordinarias, pensó Carolyn sarcásticamente. — Solo es una pequeña advertencia. Ahhh... tú vecino americano está golpeando a la puerta, siempre tan oportuno.

Colgó sin despedirse.

Subió las escaleras corriendo hacia el cuarto piso. Efectivamente, Adam golpeaba la puerta de su departamento con fuerza, mientras preguntaba en ruso el porqué de esos ruidos. Pobre iluso, después de lo último que pasaron todavía tenía esa extraña preocupación por ella. Corrió hacia él y lo tacleo al piso con todas sus fuerzas justo antes de que la puerta saliera volando, un momento más tarde y hubiera quedado aplastado por un peso superior, por mucho, al suyo.

—Me debes una. — le dijo Carolyn mientras se levantaba de encima de Adam. Este seguía atónito por la situación. — Vamos, este lugar está a punto de volverse un campo de batalla.

— ¿Qué? — tiró de la mano de Adam para sacarlo del corredor. Utilizó la salida de emergencia, ya oía pasos detrás de ellos. — ¿Qué sucede? ¿A dónde vamos? — miro a su vecino sin dejar de caminar, su mente sopeso las opciones de contarle la verdad a su extraño vecino... dio un pisotón al suelo, frustrada por la situación. — Oye, ¿esto te pasa seguido?

—Más de lo que crees. — soltó la mano de Adam y volteo sobre su hombro para revisar si aún los seguían. — Ahora, ¿Conoces algún lugar seguro a donde podamos ir? — ambos seguían caminando sin ver atrás.

—Vamos por mi auto.

El suspiro cansado de Adam le dijo a Carolyn que esta situación le gustaba tan poco como a ella. 

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Esta hermosa maquetación la hizo la EditorialYoungGods, mil gracias :D

Estuve desaparecida unos días, estuve algo ocupada con asunto familiares y escolares. En fin, espero que les guste el capítulo :D 

Hace poco me di cuenta para que sirve el numero que aparece en la historia, lo sé, eso de los rankings me hizo sentir como si fuera nueva en Wattpad. También ya son mas de 1300 lecturas... soy feliz. 

Bueno, ya saben que sus dudas, quejas o sugerencias son bien recibidas ;)