°°Cap.7: Rossete Pinky°°
- ¿Que quieren qué?
La mirada molesta e incrédula de los ojos verdes que le apuntaban le hacían notar el poco gusto que le daba lo que querían hacer.
Después de platicar un poco en grupo e intercambiar tallas corporales, Blue era el más indicado para hacerse pasar por una adolescente rebelde; un Mephiles enfermo que no podía participar, un plateado que era demasiado alto para el trabajo y un Shadow con una cara que para nada era posible de maquillar para parecer una fémina de corta edad Añadiendo un auto bastante "visible", eran un gran problema.
¡Pero no para el azul!
Un talle chico perfecto, una cara que podía usarse como para hacer mil y un caras más con maquillaje y experiencia de algún tipo de G.U.N .
- Será sencillo -habló el moreno-, primero tenemos que ubicar los lugares donde más frecuenta mover los dedos ese criminal, después, iremos a la zona de espionaje que tiene la base militar para prepararte, "señorita"-terminó burlón.
El azul le miró con molestia, mientras sonreía y tenía un tic en el ojo izquierdo -: veremos quién es la señorita cuando te golpee.
- Por favor *coff**coff* , solo comencemos esto -rogaba el moreno menor, mientras recargaba su cabeza en el hombro de su novio.
- ¿Dónde comenzamos? -comentó el albino.
- Barrios bajos, cómo los suburbios cercanos a Mushroom Zone -dijo el cobalto desviando un poco la mirada.
Con la idea planeada y en espera de ejecutarse, comienzan a investigar las diferentes zonas de la ciudad donde había más pobreza y menos cámaras de seguridad. El de orbes color miel miraba en su laptop algunas camaras de la ciudad que G.U.N le había proporcionado en claves, no había señal alguna.
Pasaron alrededor de dos días investigando los movimientos de aquel "Pinky" (apodado por el azul como "Pinkyass"), llegaban a casa solo a dormir y cenar, hasta que por fin dieron con él.
Silver se encargaba de grabar sus pasos, Mephiles de reportarlos en un documento (era lo único que la gripe le permitía hacer hasta el momento) y Shadow era el que los llevaba a las zonas peligrosas donde se bajaba a investigar junto con Blue.
Por evidentes razones, y para no arruinar el plan, el de orbes verdes tenía que bajarse bien encapuchado. No había problema, la ropa que le escogieron los lamebotas del comandante le quedaban como anillo al dedo con su personalidad y físico.
El moreno admitía que para la primer búsqueda que hacía junto a un criminal, no le iba tan mal. Si, lo molestaba como grano en el trasero, pero sabía cuándo cerrar la boca y tomar seriamente una situación que lo ameritaba. En este momento, ese era el caso.
Estaban entre algunos callejones de una zona descuidada por el gobierno, había muchos indigentes alrededor mientras fingían ver unos periódicos de un puesto.
- A tu derecha -murmuró el azul-, mira cuidadosamente a ese tipo de ahí de la esquina.
Obedeció la orden y miró de reojo a un extraño zorro color marrón, este veía a todos lados, como si buscara algo. Tomó su celular y pareció decir algo para después irse.
- "Ninguna a la vista" fue lo que dijo -murmuró el de ojos rojos al menor y este asintió.
- Este es el lugar.
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El momento había llegado, el momento para tachar el primer nombre de su lista de "pendientes" que le habían regalado sin su consentimiento previo.
Sentía los fuertes jaloneos que le daban en la espalda con unos broches y una prenda, una faja súper ajustada que le marcara la cintura y que contenía un par de pechos pequeños y falsos.
Después sintió como comenzaban a ponerle ropa que revelaba ciertas zonas de su piel, cómo sus piernas, "pechos" y brazos. Desenredaron sus púas que llevaba días sin cepillar, más de una lágrima le sacaron por los jaloneos en los nudos que ya tenía bien formados, le colocaron una diadema blanca igual al vestido que le sentaba muy bien en este momento.
Con el maquillaje resaltaron sus ojos con tonos cafés y nudes, mientras sus labios tenían un aspecto hidratado y natural. Un delineado sencillo junto con un par de correcciones en su rostro, con base y contornos le dieron una ilusión más afeminada. A demás de proporcionarle un par de pupilentes color violeta, claro.
Unos tacones bajitos y planos fueron agregados y ¡Listo!, ¡Tenemos a un Darkblue listo para patear traseros con el poder del amor!
- Esto arruinará mi reputación -se miró al espejo con arrepentimiento.
Lo admitía, odió un poco la zona de espionaje de G.U.N .
Lo habían dejado a solas en la habitación para que descansara un momento, se miró con detalle y se colocó un collar-cámara junto a un auricular tipo piercing en el oído.
- Todo sea por acabar con los principales de ese idiota -murmuró.
Suspiró y salió del cuarto con una mochila de panda con orejas, recibiendo las miradas de los agentes de inmediato.
El plateado fue detenido por Mephiles cuando estaba a punto de hacerle mimos, puesto que iba a arruinar el trabajo de los maquillistas con su actitud.
El azebache estaba listo para burlarse de él, pero en cuanto lo vió salir...le cerró la bocota y hasta le sacó el aire de la impresión.
Era casi completamente una mujer con esos detalles tan básicos.
Se volteó a ver a otra dirección con un sonrojo leve en las mejillas y decidió no decir palabra alguna.
- Vámonos de una vez -dijo molesto y avergonzado.
Así emprendieron viaje a aquella zona descuidada de la ciudad.
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Cuando Scourge no aparece en casa, suele hacer cosas...insanas de vez en cuando(?). No toma alcohol, ni se inyecta cosas raras, solo las fuma. Pero este no era el caso de alguna sustancia de "la alegría", más bien era...un pequeño negocio que le salió por allí.
Cierto felino no dejaba de picarle el trasero para que le ayudara ese día con su negocio de "transportar personas en contra de su voluntad a sitios del asco", por lo que tuvo que ayudar.
Se encontraba en unos suburbios adentro de una furgoneta blanca de una "paquetería", su compañero se mantenía en las calles vigilando y buscando carne fresca que robar.
Y si, le pagarían una buena suma de dinero por esto.
-Acerca la camioneta, verdecito -le habló una voz gruesa a través de una radio- he encontrado carne fresca y jóven.
-"¿Carne joven?"-se preguntó- "aquí no hay menores de edad".
Cuando se acercó y abrió las puertas traseras, recibió un cuerpo amordazado que forcejeaba por su libertad. Una mujer de vestido blanco le fue concedida bruscamente.
- Desmayala y larguémonos de aquí.
Le cerraron de un puertazo en la cara al verdoso y arrancaron bruscamente la unidad, la supuesta chica se remueve.
- ¿Quién demonios contrató a ese tipo? -exclamó levantándose del suelo-, ni siquiera amarra bien las cuerdas -las sogas se resbalan tranquilamente por sus muñecas mientras se quita el resto de cinta que le había quedado en la mejilla.
Volteó hacia atrás listo para desmayar al tipo que le "custodiaría" en lo que llegaban al lugar de destino. Pero...
- ¿Scourge?
- ¿¡Blue!?
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- ¿Tienes todo listo?
- Cámara y auricular, botón de emergencia y...vestido de niña de 16 -exclamó sarcástico.
- Sip, tienes todo listo -comentó el albino.
Momentos antes de toparse con Scourge, nuestro precioso e indefenso criminal había sido ya equipado con el equipo de espionaje necesario. Mephiles le daría las rutas de escape del edificio que investigaron al seguir una furgoneta sospechosa durante la búsqueda, mientras Silver le daría instrucciones de qué hacer por lo que veía en la cámara.
Shadow estaba equipado para invadir el lugar en caso de cualquier emergencia, como intentos de escape del criminal que buscaban...o de Blue.
Lo admitía, no era tan malo pasar el rato con él, lo malo era soportar sus insistentes bromas sobre crímenes que ya había cometido...y que evidentemente Shadow no había podido evitar.
Lo dejaron a un kilómetro de distancia de el lugar y se escondieron detrás de un cartel espectacular de pasta de dientes que ya se encontraba en el suelo. El cobalto les hacía plática en el camino y les mostraba sus dedos con mucho interés, en especial el pulgar en el cual se había dibujado una carita feliz con una pluma de Shadow.
Se calló al notar que alguien le observaba, hizo una seña con sus manos hacia el collar y siguió su camino. Trató de controlar sus reflejos para no moler a golpes al tipo cuando lo tomara "desprevenido".
Como lo pensó, en menos de cinco minutos ya lo habían amordazado y metido a una furgoneta blanca, dónde fingió luchar por su libertad.
Y así llegamos a este momento.
- ¿Scourge?
- ¿¡Blue!?
- ¡Shh! -le pegó la cinta que le habían puesto con anterioridad en la boca al de verdes púas.
- ¿¡MMH!?
- Estoy haciendo mi trabajo así que tú sigue con el tuyo -le susurró-, no me estorbes cuando lleguemos allá. ¿Para quién le haces el favor?
-se quita la cinta- Rossette.
- ¿Pinkyass?, ¡Perfecto! -exclamó.
Se sentó en el suelo en una posición de ranita mientras alza una parte de su vestido, saca un aparato aparentemente dentro de un bolsillo escondido y lo enciende.
- Toma -lo arroja a Scourge-, pegalo en algún lugar que no sea visible aquí adentro.
- ¿GPS?
- Claro.
Al de ojos azules le da igual y lo coloca atrás de la puerta de la furgoneta, un freno repentino le hace golpearse la cara de nuevo contra el metal.
- Llegamos -murmuró el azul- Sil, ¿Coincide la ubicación?
-Coincide, una vez que el tipo te baje te dejas llevar por él hasta adentro -habló el albino.
- Ja.
El verdoso se levanta sobándose la cara mientras siente como el de extrañas ropas se posa a un lado de él.
- ¿Qué haces? -le preguntó.
- ¿Cuento contigo?
- Hasta mi muerte -dijo sin dudar-, pero ¿Por qué la pregunta?
Las puertas de la furgoneta se abren, dejando ver a un zorro café. Éste se sorprende al ver a la chica liberada -: ¿¡Que de-
Una patada de un tacón blanco le es recibida en la cara, su último vistazo fueron de unos ojos violetas que le miraban con repudio y después cayó al suelo.
- Por esto.
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