°°Cap. 29: Sobrevive°°

Respiraba agitado, con las manos sudorosas y llenas de suaves temblores. Sus ojos rebosaban de un mar de saladas lágrimas que resbalaban libres hasta las telas de la cama. Sentado sobre las suaves sábanas blancas, miraba un punto muerto con terror.

- ¿Dónde? -murmuró-...¿¡Dónde!?-gritó paranoico- ¿¡Q-Qué está pasando?

Arrancó sin cuidado la aguja intravenosa de su brazo y algunas de sus muñecas. Se levantó con mareos, colocando sus pies descalzos sobre el suelo frío y resbaloso. Estaba alterado, no había tiempo de abrir puertas y la golpeó con su puño, destrozando la madera. Salió corriendo de la habitación.

Comenzó a golpear cada puerta del pasillo blanco, destruyendo y asustando a enfermeras y doctores. Estos de inmediato encendieron una alerta de emergencia por paciente extraviado, lo cual iluminó los pasillos con tonos rojos.

Puerta por puerta, no había nada.

Con sus manos tomó su cabeza, pues todo le daba vueltas, gritó rasgando su garganta mientras recordaba con dolor aquel día, los tipos de armadura lo tomaban de sus brazos tratando de jalarlo. En su desespero los alejó con una explosión de suaves y fuertes tonos aqua.

- ¿¡Dónde está!?, ¿¡Dónde lo tienen!?

Estuvo a punto de golpear a uno de ellos en el rostro, pero un aura que ya reconocía lo tomó por sorpresa.

- Ya basta. -habló con voz dominante-

El tipo se cercó caminando tranquilamente, se puso frente al chico. Que cayó en un pánico más grande. ¿Por qué se parecía tanto a él?

- ¿Q-Q-Q...?

El de mayor altura movió sus dedos, y en un chasquido, su persona cayó inconsciente. Suspiró cansado mientras le hablaba a una de las enfermeras del lugar.

- Llamen a la Señorita Blaze y al Doctor Zails. Es su paciente.

- S-Si señor.

Comenzó su camino a la habitación del muchacho, su espalda le dolía por la tremenda jornada de 12 horas que llevaba ese día. Tenía migraña y ya quería llegar a los dormitorios de la base. Aunque, por el erizo que llevaba, suponía que faltaría mucho para ello.

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- ¿Ya estás lista?

- ¿Me ayudas con el listón?

- Claro.

Se encaminó al centro de la habitación, justo donde se encontraba la pequeña mujer de pie. Se miraba al espejo con unas ojeras algo moradas, sintió como el moreno comenzaba a ajustar los listones de su espalda. Su vestido carmín, el que tanto añoró usar en un cita con el azebache, lo usaría para un juicio.

¿Qué clase de broma era ésta?

Quería llorar. Pero ya lo había hecho. Ya no podía dar más nada, no era digna de merecer oportunidad de redimirse ante los actos que había cometido. Traicionó. Debía pagar.

Sentía las manos ásperas de su reciente expareja mientras suspiraba mirando sus pies, sintió como su cabello era levemente acomodado nuevamente en su espalda y miró a los ojos rojos a través del espejo.

- Te queda muy lindo.

- Gracias...

Después del incidente con el verdoso, al día siguiente. El mayor había presentado a la rubia con el comandante de la Zone Cop, tuvieron una gran revelación de secretos. Lo que había puesto a la Zone manos a la obra. ¿Y ella?, Ella sería colocada frente a un prestigioso juez de edad avanzada, era un señor de ochenta u noventa años que siempre atendió problemas como el suyo.

Con criminales.

Se sentía una mala persona, con dinero sucio había salvado la pureza vital de su madre. Estaba aliviada de que ella estuviera a salvo, pero probablemente tendría que dar su cuello a torcer en pocos minutos.

El juicio se había prolongado dos semanas después de haber confesado su traición al de vetas carmín, estaba preparada para lo que se viniera.

Mientras tanto, el moreno tenía en su cabeza un océano inmenso de preocupaciones sobre el chiquillo azul. Ya llevaban casi un mes en aquel nacimiento de montaña tratando de buscar un artilugio seguro para que el equipo de búsqueda bajara, aún no le informaban nada al respecto y no lo dejaban participar en nada. Estaba totalmente excluido de la investigación.

Una luz verde se propagó por la pared izquierda, se formó un círculo de luz por el cual uno de los cops se hizo presente.

- Agente, señorita. Es hora.

Se miraron decididos y cruzaron el portal.

Al llegar se encontraron con una pequeña y pesada sensación en el ambiente, las personas iban de ciertos lugares a otros como de costumbre; pero el azebache notó algo, los movimientos eran más rápidos y apresurados. Miró al oficial que los dirigía a la sala de juicio, se encontraba con el arma entre sus manos abriendo paso en su camino.

Unos tacones presurosos sonaban detrás de si mismo, una mano decorada con un látex blanco fue reposada en su hombro acompañada de una voz agitada.

- ¡Agente! -dijo sofocada, tomando aire- ¡Tiene que venir!

- ¿Enfermera Blaze?, ¿Pasó algo malo? -preocupado detuvo su andar, llamando la atención de los dos que iban delante suyo-

- E-Es Silver...

[...]

- ¿Te sientes mejor?

-...un poco.

Miraba su comportamiento sentado frente a un banquillo, su familiar se encontraba esposado de sus pies a la cama, estaba pálido, ojeroso y muy triste. Silver había despertado esa mañana con un enorme ataque de pánico, fue detenido por su contraparte de la No Zone y noqueado por el mismo con sus propias habilidades.

Era una habilidad que él ni siquiera sabía que tenía, se sintió apenado mientras miraba sus manos.

- Mephiles...¿Dónde está?, Shad, nadie quiere decir-me...

Le habló con la voz rota y ronca, mirándole con los ojos cristalizados, empezando a llorar.

- ¿Q-Qué fue lo que pasó en este tiempo?, ¿D-Dónde...C-Cómo? -dijo confundido y lloroso-

- ¿Recuerdas cuando nos atacaron en Snow?

- S-Si.

- E-Ese día -comenzó a explicar-, capturaron a Blue. No lo han encontrado hasta hoy, d-después de un mes...Eh...-bajó su mirada, tratando de no llorar. El albino cubrió su boca en sorpresa y su mirada se cristalizó aún más- Mephiles, él...

- ¿Él?...

- Él está mal -soltó-, aún no saben que le dieron. Está en cuidados intensivos, en una sala privada. Encontraron la forma de limpiar el medicamento en ti...pero no saben si en Mephiles sería riesgoso o en vano.

- T-Tiene, pero...él.¿Y b-blue?, ¿Q-Qué fue de él antes d-de?, P-Pero no es j-justo -tapó su rostro con ambas manos, seguido a esto sintió unas palmadas de consolación en su espalda- Blue E-Es un buen chico, N-No puede... Mephiles, t-todo...¡ya no está!

Escuchaba el llanto desesperante de su amigo, quedándose en un silencio frío con los sonidos débiles de su acompañante como una melodía de fondo. Todos estaban siendo afectados. No había nada bueno ocurriendo para nadie.

Se despidió del chico para después salir de la habitación, tenía que ir al juicio de la rubia para declarar. Se sentía nervioso mientras se acomodaba las mangas de su traje negro, tenía miedo, miedo de saber muchas cosas que no quisiera escuchar de María.

Abrió la puerta de madera color salmón y pasó a sentarse cerca de la de ojos azules, algunas cuantas bancas más atrás. El comandante también se encontraba en esa sala de jurado y al lado de él se vió a si mismo, un poco sorprendido por ver a su versión tan alto, más musculoso y, a simple vista, se veía que tenía una actitud poco afectiva. Notó que él acomodaba un poco las púas del comandante de la No Zone, este agradecía y procedió a dirigirse cerca del juez.

- Damos inicio al presente juicio. -habló el anciano golpeando su martillo de madera contra su base- Estamos aquí para probar la inocencia o culpabilidad de la ciudadana de la dimensión tres, María Robotnik. Todo este procedimiento se llevará a cabo frente al jefe de dimensiones, el comandante Zonic The Zone Cop y nuestros demás candidatos.

María estaba levemente aterrada, pues fue esposada de sus manos y puesta de rodillas en medio de aquella mediana sala, estaba en el suelo, mirando inferiormente a aquel viejo hombre hablar.

- María, tengo entendido que, según tu declaración ante el Comandante, nos dices que te pidieron llevar reportes de todo lo que hicieran los agentes Shadow The Hedgehog Dark, Silver The Hedgehog y Mephiles The Hedgehog Dark sobre sus misiones con el criminal Darkblue, el cual se desconoce su nombre y apellido real. ¿Es esto cierto?

- S-Si señor. -habló con la voz cortada-

- Bien, procederemos a qué nos des tu punto de vista sobre lo que has hecho, cuéntanos el porqué y qué querías lograr con ello.

Mientras el viejo hablaba, un chico de verdes púas entraba a la sala a escondidillas. Se sentó en unas butacas de la parte trasera y miró el juicio.

Scourge había entrado en los últimos momentos en los que el portal había estado abierto, entró por curiosidad y ahora tenía pánico por haberse visto en un lugar totalmente distinto. Quería repegarse al azebache de vetas rojas lo máximo posible.

Mientras tanto, en otro lugar.

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- ¡Vamos!, ¡Ya casi llegan al suelo!

- ¡Falta poco, vamos!

Se sostenían con fuerza mientras bajaban por una gruesas y largas cuerdas marrones, se sostenían con su equipo de seguridad mientras trataban de no hacer movimientos bruscos. Pues el terreno estaba muy inestable.

Ya habían caído dos de sus soldados, no podían permitir que siguiese ocurriendo. Después de largos días en pensar un método seguro y eficaz, este era el más efectivo, pero sin duda peligroso. Bajar aquel acantilado era tan espeluznante como imposible, pero no se detendrían.

- ¡Señor, veo tierra! -exclamó un soldado-

Un novato recién contratado estaba por muy debajo de los demás, se soltó de la cuerda y tiró de ella tres veces. Los demás suspiraron al ver que estaba bien y que no faltaba mucho para que ellos tocaran suelo; llevaban cinco largas horas bajando entre el intenso frío aquel terreno.

El novato comenzó a mirar a su alrededor, caminaba empezando a buscar indicios de alguien o algo que les ayudase a encontrar al ladrón. Se separó de su grupo haciendo una señal discreta a uno de los suyos, el área estaba limpia de malechores.

Al bajar, los diez hombres de uniforme comenzaron a indagar, caminaron varios minutos. La mitad al este y la mitad al sur.

- ¡Señor!, ¡Mire esto! -exclamó el soldado nuevo. Hablándole con respeto a todos los iguales a él al tener menos experiencia - es un reloj de muñeca, está destruido entre la tierra y la nieve.

El soldado se acercó al lugar y lo analizó, se notaba que llevaba tiempo allí, pues tenía algo de musgo y nieve. Frunció el seño al ver que las pistas se desaparecían por el tiempo en el que ellos tardaron en bajar.

- ¡Soldado William!

- ¿Qué sucede?

Se dirigió con el grupo del sur y pasó entre los demás. Encontrando a quien le había llamado al lado de...

- Encontramos un cuerpo.

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- María, sé que esto es difícil. Pero debes de hablar.

Se encontraba junto a la arrodillada chica en medio del salón, los demás les miraban. La rubia respiraba entrecortado y se recargaba en el hombro del azebache. La había dado un ataque de pánico.

El comandante anotaba lo que sucedía, cada movimiento, cada palabra. Absolutamente todo. El verdoso pensaba en interferir también, pero sería riesgoso.

La chica, ya más tranquila. Asintió con la cabeza y miró al juez.

- S-Si no me engañaron aquellos hombres. P-Puede que -soltó el aire y lo tomó con fuerza- s-solo cabe la pequeña p-posibilidad de que...yo...sepa dónde está Darkblue. S-Sé que no tiene mucho que ver con mis declaraciones, P-Pero al menos quiero ayudarl-lo. ¡Planean matarlo!, ¡Matar sus células!, ¡Quieren destruirlo desde adentro!

El moreno se tensó al escucharla, no podía sentirse peor. "Ya casi es un mes desde que Blue fue secuestrado, y ¿S-Si él ya está...?", Miró levemente a la de ojos azules, estaba llorando.

- ¿Me otorga la palabra?, señor juez.

Miraron como el de ojos esmeraldas se levantaba de su asiento, dejando a su pareja en su lugar para que anotara lo que seguía del jurado.

- Aquí usted es el jefe, señor Zonic.

- Gracias. -dijo pasando en frente de la culpable- María, ¿tú qué es lo que crees que yo hago como superior? -habló serio, mirándola fijamente hacia abajo-

- ¿Capturar c-criminales?

- Y saber lo que hacen -recalcó la palabra con fuerza-, no puedo permitir que este incidente se haya agrandado a un nivel en el que ustedes están aquí. Está estrictamente prohibida la entrada a personas de dimensiones alternas, paralelas o cualquier otra dimensión en general. Tus acciones y tu silencio han hecho que este código se haya roto.

La rubia pasó saliba con un punzante dolor en su garganta, la mirada verdosa mostraba molestia, superioridad. Con ese reflejo de ella misma en esos ojos cristalinos de honestidad y dureza, sabía que era inferior, ni siquiera pudo mantener su mirada arriba.

- Pónganse de pie: Shadow The Hedgehog Dark y Scourge The Hedgehog.

El verdoso se puso más nervioso, ¿Cómo sabía que estaba ahí?, Se colocó de pie junto al moreno, él cual lo buscó con la mirada y lo vió atrás de él a unas cuantas butacas. Se sorprendió al verle ahí.

- Ustedes, junto con Silver The Hedgehog y Mephiles The Hedgehog Dark no deberían de estar aquí -mencionó el azulino-. Sin embargo, las acciones descuidadas de Robotnik han hecho que, tanto Mephiles como Silver hayan entrado en incapacidad por el lapso de un mes y contando. El código 0 fue violado y se estima una pena de 2 años de cárcel por individuo.

- ¿Por individuo?

- 2 años con Mephiles, 2 años con Silver, 2 años con Scourge, 2 años con Shadow...juntando 8 años de cárcel para ti.

Fue un golpe duro, claro que lo fue. María empezó a llorar de nuevo, pensando ansiosamente que esa solo sería la pena de meter a las personas y no por su delito.

- Ahora que eso está claro -prosiguió el cobalto-, dinos todo lo que sepas de esto. Lugares, personas involucradas, trampas, tiempo, absolutamente todo -dijo sereno-. Si cooperas puedes disminuir en buena cantidad tu condena.

La rubia suspiró temblorosa, se puso de pie alertando a los guardias de seguridad, estos le apuntaron con sus armas de dardos tranquilizantes.

- Está en Zona Snow...está en un lugar muy retirado de la montaña SKY -tomó aire y continuó-. Está bajo tierra en una especie de habitación con un elevador, la habitación mide 5 metros de alto y 15 de ancho. Eh...-se pausó para recordar y siguió- La llenaron de pantallas moradas, descubrieron que eso afectaba su vista avanzada...

El azebache escuchaba con atención todo lo que la de ojos mar decía. Memorizaba todo lo que podía, pues estaba dispuesto a buscarlo por su cuenta.

- El sedante que le dieron era mortal para una persona normal, pero él lo supo tolerar. Le dan esa sustancia en sus comidas, lo t-torturan auditivamente con bocinas de alto alcance dentro de la habitación y mueven el elevador para q-quebrarle los huesos. -miró a los ojos al comandante, el cual le miraba con atención- La entrada oficial a los sistemas de la habitación es la que está lejos de SKY, pero para entrar en el cuarto donde está Blue directamente está en los negocios cerca de montaña SKY.

- ¿Qué negocio?, Especifica.

- N-No lo sé, hay un tipo que se encarga de cambiar la entrada entre los negocios todos los días.

El azebache abrió sus ojos con sorpresa, con su vista bloqueada, recordaba la calle que comparaba los negocios en el dibujo de su chico. Jamás imaginó que el lugar donde antes habían tomado postres y reído con alegría sería el infierno altamente preparado para el de ojos verdes.

Scourge, de igual manera, cayó en cuenta de los temblores que el sentía en el lugar eran de máquinas pesadas. Las cuales estaban bajo tierra y manifestaban su presencia con esas vibraciones en la superficie. No quería perder más tiempo, ¡Debía irse!

Miró nervioso la presencia de algunos guardias, aunque sabía que se metería en problemas, no podían esperar más. Corrió lo más que pudo y salió disparado de aquella sala, dos oficiales estaban a punto de seguirle.

- Zespio, Zector -habló autoritario-, un paso más y no tendrán misiones más pequeñas a ocho meses.

Los oficiales temblaron nerviosos y volvieron a sus posiciones. Mientras Zonic escuchaba tranquilamente las confesiones de María, imaginaba lo que haría el verdoso. No planeaba pararlo, después de todo, en su dimensión no era más un criminal.

Shadow quiso seguirlo, pero no podía abandonar a la chica en una situación tan complicada, ¡Pero también quería hacer algo por el azul!

Dirigió su mirada a los ojos azules con mucho nerviosismo y ansiedad, estos le regresaron la vista.

- Puedes ir -le dijo moviendo sus labios, más no hablando. Estaba dispuesta, menos nerviosa y más decidida a aceptar lo que viniera.- "Ya no soy una niña, debo depender únicamente de mi" -pensó-.

Entendiendo el mensaje, le susurró el "gracias" más honesto que había dicho en toda su vida. Sin perder tiempo, salió corriendo tras el verdoso.

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- ¿Un mes?, Cielos, creo que huelo a guardado -exclamó olfateando a su misma persona-.

- A guardado no, a sangre seca y tripas, si -dijo divertido el amarillo mientras observaba el cuer0o cubierto de sangre seca-

Esa misma noche o día, después de recibir la inyección de parte de Iván, había recuperado al menos el cincuenta porciento de su capacidad muscular. Se sentía bien el como su sangre ya era menos pesada, juraba que se sentía tan libre desde adentro.

- ¿Aun son necesarias?

Señaló las cadenas de sus manos y la gran bola de metal que aún se encontraba en su pie derecho. El amarillento dudó, pero le quitó las esposas de las manos.

- Si te quito la del pie será sospechoso, ¿Te conformas con esto?

- Seh.

Comenzó a estirarse tranquilamente para reponer sus músculos lo más que pudiera, tronó su cuello, la espalda, y sus hombros. Pensó en una manera de poder cumplir su parte del trato, antes de ello decidió comentar lo que le importaba más en esos momentos.

- Necesito secuestrar a Rookie.

- ¿Qué?

- Necesito secuestrar a Roo-

- ¡Si te entendí! -interrumpió-, pero ¿Para qué necesitas llevarte a ese psicópata?

El azulado lo miró penetrante, con sus ojos verdes rasgados cuál salvaje felino mientras mantenía los brazos atrás de su cuello. Se acercó despacio, sin intención de auyentarlo.

- Cierto tipo amarillo les inyectó sedantes a dos de mis amigos -le murmuró-.

Se alejó mientras arrastraba aquella bola entre las pantallas, aún veía borroso. Frotó sus ojos con ambas manos, pero nada.

Abrió sus ojos de par en par. Un suave cosquilleo se manifestó en su cuerpo, acariciaba cada célula de su interior. Algo sucedió, algo le llamó, un don natural le dejó a los pies de su instinto.

Blanco, contraído, poca luz comenzó a ser ingresada a través de sus ojos, su retina se sintió aliviada y ya no estaba tensa. Su enfoque ya era como antes, diferenció cada línea de su alrededor, cada sombra, cada persona, cada objeto.

- Tus ojos...¿Que acabas de hacer?

Le miró sorprendido el de mirar naranja rojizo, el criminal frente a él cambió el color de sus iris a uno blanco casi como magia. Se sintió amenazado y se alejó un poco.

- ¿Mis ojos?

- Son blancos.

- ¿Qué?

Se acercó a un cuchillo abandonado cerca de las esquinas de la habitación, lo tomó y lo acercó lateralmente a su rostro. Su reflejo le mostró sus pares oculares y se quedó anodadado.

" ¿Qué está pasando?"

Y así, iniciando como un misterio. Sus cambios demostrarían su adaptación a su entorno, su evolución.

Sin saber que, eso sería su condena para regresarlo a la dimensión de la cual jamás debió salir.

++++++++++++

¡Ey!, Gusto que estés aquí de nuevo *besito*

Este es el último capítulo acumulado que tengo, en enero 10 comenzaré a escribir la etapa final de este libro, ¡Feliz navidad y año nuevo mis rábanos!

¡Cuidense!, ¡Los amo!

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