Tozudez
Tardé unos segundos en enfocar al chico que estaba a unos metros de nosotros. Alto, de pelo oscuro y con unos preciosos ojos azules. Era Elías, sin duda.
-Elías, no pasa nada. Es de los nuestros--jadeé, ya que mi lucha con Jack me había dejado bastante mal. No podía casi moverme y creía haberme roto algo
Levanté la vista y me fijé, con horror, en el rostro de Jack. Su mirada dulce había vuelto a desaparecer y sólo quedaba furia y desquicio en él.
Al notar su agresividad, Elías se dispuso a atacarle. Y no podía dejar que pelearan entre sí. No quería que ninguno de ellos quedara malherido. Tenía que hacer que Jack volviera a ser él mismo.
-Jack, no pelees contra él. Es mi amigo, por favor. ¿Me recuerdas, verdad?-cogí su cara entre mis dos manos, obligándole a mirarme. En los primeros segundos parecía dispuesto a matarme o, al menos, arrojarme lejos de él. Pero, poco a poco, se relajó y volvió a su afable ser. Sin embargo, tenía una expresión de terror dibujada en su rostro.
-Debéis dejarme inconsciente.-decidió Jack, asustado. Nunca lo había visto así-Os haré daño si no lo hacéis. No puedo controlar el suero por mucho tiempo. Susan, hazlo por mí por favor...
-¿Suero?-pregunté sorprendida. Sin embargo, antes de que Jack me pudiera contestar, Elías le había propinado un buen golpe en la cabeza, cumpliendo su deseo de dejarlo inconsciente.
No me había dado cuenta de que Elías se había acercado tanto a nosotros. La palabra "suero" me había dejado a la vez sorprendida y sin capacidad de razonar. ¿Se refería Jack al suero que también había controlado a Bonnie? Si es así, muchas preguntas que me había hecho sobre él podían ser contestadas.
-¿Puedes levantarte?-preguntó Elías con preocupación. Yo asentí, aunque sabía que me iba a costar ponerme de pie.
Me temblaban las piernas y tenía que hacer acopio de todas mis fuerzas para poder mantenerme erguida. Lancé una fugaz mirada a Jack, que yacía en el suelo sin moverme. Desvié rápidamente mis ojos de su cuerpo, debido a que me costaba verlo así. No es muy bonito ver a tu amigo en ese estado.
-No te habrás pasado con el golpe en la cabeza ¿Verdad?-pregunté preocupada.
-No, no he sido tan bruto como hubiera querido en verdad.-respondió con desdén.-¿Cómo se te ocurre venir sola? ¿En qué estabas pensando? ¿¡Crees que de verdad podías hacerte cargo de la situacion!? No seas boba y actúa de una vez con la cabeza porque esos impulsos van a ser tu perdición.
Había formulado estas preguntas con mucho enfado y gritando. Desde que lo conocía jamás lo había visto así.
-Lo siento...-Miré hacía el suelo, como siempre hacía cuando estaba arrepentida.- pero tenía información muy valiosa y necesitaba saber en qué consistía. Necesito respuestas.
Mi voz temblaba. Había tenido mucho miedo cuando Jack estaba dispuesto a matarme y me encontraba sola en aquel lugar, sin nadie que escuchara mis gritos de terror y que pudiera salvarme. Siempre había estado dispuesta a hacer todo yo sola, sin ayuda. Pero en ese momento me di cuenta de que no podía con todo yo sola, ya que esa situación se me había ido de las manos.
-No lo vuelvas a hacer ¿De acuerdo?-suspiró Elías. Parecía más tranquilo.-Estaba muy preocupado por ti. Pero, en serio, deja de pensar que puedes hacer todo tú sola. Se que eres muy independiente y que no te gusta acatar órdenes pero a veces las reglas te pueden salvar la vida. Si yo no hubiera pillado a Caleb tal vez hubieras sido capturada por Gamma.
-Jack había vuelto a la normalidad. Me iba a llevar al refugio. Pero tienes razón y no volveré a hacerlo. Te lo prometo Elías.-dije decidida. Él había corrido un gran riesgo en venir hacia aquí. Y solo para salvarme. Necesitaba compensarlo de alguna manera.
-Te ayudaré a llegar al coche y luego meteré a Jack en los asientos de atrás.-expresó. Me alegraba que no fuera a dejar allí a Jack, aunque yo nunca se lo hubiera permitido.
Tras meterme yo en el coche (no sin dolor, por supuesto) era el turno de traer a Jack.
-Elías, antes de que lo traigas.-le rogué.-Quiero que mires si le suministraron el suero. Él murmuró algo sobre ello y puede que eso explique su comportamiento tan extraño. Y si lo tiene... ¿Podrías anularlo?
-Lo intentaré. Espero que no hayan avanzado con él y pueda todavía anular el control.-comentó. Yo no quería ni pensar en esa posibilidad
Esperé impaciente a su regreso con Jack. Cuando volvió, mis ojos preguntaban por sí solos.
-Hasta que despierte no sabremos si he podido o no.-contestó intranquilo.
Eso sólo hacía que estuviese más nerviosa. Esperaba que,por fin, pudiera ser él mismo otra vez. Que volviera a ser mi mejor amigo.
-Por cierto.-recordé. Era increíble que se me hubiera olvidado de eso.- Encontré una información muy valiosa acerca de Gamma. Al parecer tenemos a tres mejorados detrás nuestra. No sé qué poderes tienen pero están muy bien entrenados y son rápidos y letales. Al menos eso es lo que ponía.
-Me lo temía...-murmuró Elías. No parecía muy sorprendido. -Debemos avisar a los demás.
Absorta en mis pensamientos, Elías pegó un frenazo que hizo que casi me pegara un golpe en la cabeza. Le iba a fulminar con la mirada pero vi en su rostro con gran preocupación y nerviosismo.
-¿Qué pasa Elías? ¿Qué has visto?-pregunté, mirando a mi alrededor con atención.
Sin responderme, salió de la carretera y lo aparcó detrás de unos edificios, igualmente abandonados como el nuestro.
-Elías, ¿Qué ocurre?-pregunté de nuevo. Me estaba asustando.
-Quédate aquí. Creo que algo está pasando en nuestro refugio.-respondió inquieto.
-Voy contigo.-respondí, andando ya hacia nuestro edificio.
-Ni de broma. Tú te quedas aquí.
-Tú no me mandas.
-Has hecho una promesa.
-Prometí no irme sola nunca más. Pero voy a ir contigo, así que no la voy a romper.
-Eres una cabezota.
-Sí, una cabezota que quiere ir contigo.
Elías suspiró harto. Esta conversación no iba a ninguna parte, pero yo no me iba a queda de brazos cruzados mientras mis amigos estaban en peligro.
-Susan, por favor...-pidió resignado.- Estás malherida y vas a ser más un estorbo que una ayuda. Entiéndelo. Debes saber cuando tienes que estar al margen. Yo vuelvo rápido, ya lo verás.
Me dolía admitirlo pero tenía razón. Yo no podía ni caminar hasta el edificio y mucho menos pelear. A mí me capturarían seguro.
-Ten cuidado Elías.-dije preocupada.- Pueden que sean los mejorados. Y si es así, estamos en un grave aprieto.
Él asintió y partió, rumbo a nuestro edificio. Ninguno sabíamos qué pasaba en nuestro refugio. Pero seguro que nada bueno.
Este capítulo se lo dedico a Mary-Dream, que acertó en que Elías iría a su búsqueda. ¡Bravo por ella!. Por cierto, quiero avisar que este libro tendrá unos cinco capítulos más o por ahí, para no hacerlo muy largo y pesado. Sin embargo, haré una continuación porque todavía queda mucha historia por contar ;).
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top