Todo comenzó en Rusia (Prólogo)
Trailer de este libro en multimedia, hecho por portadaslili. ¡Es increíble!
Me desperté en la calle, muerta de frío. Me incorporé y me miré en el escaparate de una tienda que estaba cerca mía. Intenté recordar que hacía allí, tirada en el suelo, cuando estaba nevando incluso. No sólo no me acordaba de por qué estaba allí, ¡Sino que ni recordaba quién era!
Miré mi reflejo. Al parecer era una chica de unos nueve años, más o menos. Morena, pálida y con los ojos azules. Ni siquiera recordaba mi nombre. "Vamos, tranquilízate, dentro de poco me acordaré de todo y vendrán mis padres a recogerme" me dije a mi misma, intentando aguantar las lagrimas que iban a surgir de mis ojos.
Entonces una duda me vino. ¿Y si no tenía padres?¿Y si era huérfana y no tenía familia?. Negué con la cabeza. "No pienses en eso ahora, tu ocúpate de sobrevivir y ya está".
De pronto me vino un olor dulzón, mi boca se hizo agua y me rugieron las tripas. Miré en mis bolsillos: Tres monedas, una pulsera gris y unos guantes. Nada que me ayudara a recordar.
Suspiré resignada y me fui hacia la tienda de donde salia ese olor. La dependienta, una mujer mayor, de unos cincuenta años me miraba desconfiada.
-Чего вы хотите ? - Me preguntó.
Me quedé de piedra al ver que no entendía nada de lo que me estaba diciendo. Me puse nerviosa por ello y, temblorosa, le señalé unos panecillos que había al lado suya. Me extrañé al notar que me picaban mucho las manos al haberme puesto nerviosa. Más que picar,me dolían.
Pero la mujer no se movía. Así que le enseñé el dinero por si acaso creía que no le iba a pagar y que yo era una ladrona.
Después de esto se dispuso a darme el panecillo, cuando sonó unas sirenas de la calle. Parecían de la policía.
Un hombre con una gran bolsa irrumpió en la panadería y nos apuntó con una pistola que se sacó del bolsillo. Yo estaba muerta de miedo y me escondí detrás de la dependienta, que se puso a chillar. Acto seguido, la policía ya rodeaba la tienda. Pero esa policía estaba vestida raro. Llevaban uniformes negros y un montón de artilugios extraños.
El hombre, viéndose acorralado, me cogió con brusquedad del cuello y apartó de un empujón a la dependienta. Luego le disparó en la pierna. Yo me puse a chillar y a pegarle patadas para que me soltara, pero el hombre era muy fuerte y yo no podía hacer nada contra él.
Me llevó con él, apuntándome con la pistola y salió de la tienda.
-Si me disparáis o me hacéis algo, esta chiquilla morirá de un disparo en la cabeza rápidamente. Y vosotros, como la Gran Gamma a la que pertenecéis-dijo sonriendo-No queréis que le pase nada a una civil.
Al hombre, en ese momento, sí lo entendí, porque no era ruso o al menos no lo estaba utilizando ahora. Parece que ya he descubierto a qué país podría pertenecer.
- ¡Suéltame pedazo de bruto! -Le grité. Y me entendió, ya que me apretó más fuerte. Chillé de dolor.
- Dejad que se vaya -Dijo uno de los agentes. ¿Se van a rendir así por así? ¿En serio? Vaya policías de pacotilla.
El hombre sonrió cruelmente y me llevó por un callejón por el que no había nadie. Ya había dejado de patalear hacia tiempo puesto que era inútil.
De repente, un hombre con un uniforme negro se abalanzó sobre mi captor y le tiró al suelo. Yo me caí lejos de él, pero no huí, sino que me quedé escondida detrás de un contenedor de basura. Los dos hombres seguían peleando entre ellos, intentando dejar KO al otro. Fue una lucha muy dura a mí parecer y sufría cada golpe que le daban al agente. Mi captor, después de pegarle un puñetazo en la barriga a su contrincante y ,al caer éste, le apuntó con la pistola y dijo:
-Te ha salido mal la jugada Steve-Sonrió demente.
Yo no podía dejar que lo matara y yo escondida detrás de unos contenedores como una simple cobarde. No sé por qué, tal vez fuera un reflejo mío o una costumbre que había tenido pero que no me recordaba, pero extendí mis palmas hacia la dirección del ladrón y lo que pasó fue algo que nunca podré olvidar.
De mis manos salió disparada algo parecido a una daga de hielo y se clavó en la espalda del criminal. Yo no podía creer que hubiera podido hacer eso, y el agente, al que había llamado Steve el ladrón, tampoco.
Había matado a un hombre. Un terror invadió mi cuerpo y se me saltaron las lágrimas. El agente se levantó con dificultades y se intentó acercar a mi. Yo huí a esconderme detrás de los contenedores. Ahora me iba a arrestar por haber hecho eso, y me iba a pasar el resto de su vida en la prisión. Además, descubrí que era peligrosa y que no podía estar cerca de los demás. De repente, escuché una voz.
- Este será nuestro secreto.¿Vale pequeña?-Era Steve.
Me levanté del suelo y le miré con los ojos hinchados de llorar. El hombre era moreno, con unos ojos grises y musculoso. Luego me enteraría que tenía 30 años.
Salí de mi escondite y me fui hacia él, con las manos en la espalda. De pronto recordé los guantes que tenía en el bolsillo y me los puse. A lo mejor era para esos extraños poderes que tenía.
-¿Cómo te llamas?-Me preguntó sonriente.
- No lo sé.
- ¿Y tus padres donde están?
-Tampoco lo sé y puede que no los tenga - le dije mirando hacia abajo.
- ¿Pero tendrás una casa no?-me preguntó extrañado.
- Si la tengo, no se donde está. No me acuerdo de nada señor -Me dije encogiéndome de hombros.
El hombre me miró serio y me llevó con el a la central de Gamma, no sin antes coger la bolsa que había robado el criminal. Parecía algo tecnológico y de gran valor.
Tras comprobar que no había ninguna denuncia de desaparición por mí, me llevó a su casa para que descansara. Habían intentado que me quedara en la central tras haber descubierto lo de mis poderes (Debido a los nervios, había congelado la habitación en donde estaba) pero yo no quise quedarme allí. Yo solo confiaba en el agente Steve. Lo que yo no sabía es que ese hombre se iba a convertir en mi familia.
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