Sin palabras

Me pegué una buena ducha para tranquilizarme. No me sacaba de la cabeza las palabras de Elsa:"Bonnie no está muerta". Deseaba que eso fuera verdad con todo mi corazón, pero por otra parte sabia que era imposible y que no debería hacerme ilusiones falsas.

Cuando salí de la ducha,me di cuenta que era la hora de comer. Por ello me fui a buscar algo de comer y así ver además si los otros estaban allí. Al dar la vuelta a la esquina donde estaba la cocina,vi enfrente mía al director Olsen y a Jack. Dejaron de hablar en cuanto me vieron.
— Ventisca — Me saludó serio el director con un gesto de cabeza.
— Director — Respondí sin mirarle mientras iba hacia el frigorífico.
Jack se interpuso en mi camino
— Aparta — Le dije mirándole con furia. Él sonrió con suficiencia.
— Oblígame.

¿A qué venia eso? Yo cada vez entendía menos de esta situación. Lo único que sí sabía es que ya no era mi amigo. Solo una marioneta más de Gamma,y si tenía que pelear con él para conseguir mi objetivo lo haria. Aunque me doliera muchísimo.
— Ventisca, siéntese por favor — Dijo el director señalándome una silla.
Al principio me quedé en el sitio, enfrente de Jack. Luego pensé que lo mejor era seguirle el rollo y me senté, aunque estaba preparada para luchar en cualquier momento.
— Quiero saber a que vino intentar matarme. Te recuerdo que fui yo el que os ha dejado quedaros aquí y el que os está entrenando para luchar contra Inferno. Ellos son los malos, los que tienen a Steve y a todos los demás espías de la organización.
— No digo que no sea ese vuestro propósito ni os estoy recriminado eso — Dije mirando al director.
— Entonces a que vino lo que pasó en el experimento.
— Vino porque queríais que matara a ese hombre del que no tengo ninguna información de que era uno de sus integrantes.
— Eso te lo dije yo, Ventisca — Prosiguió el director — Te conozco desde que tenias nueve años y siempre he intentado ayudarte ¿Es que ya confías en mí?
Miré hacia Jack esta vez.
— Ya no confío en nada ni nadie — Dije. Me pareció ver un cambio fugaz en el rostro serio de mi antiguo amigo...¿Una sonrisa tal vez?
— Bueno,¿y confiarías en mí sí te digo que tengo información acerca de tu pasado? Ese del que no tienes recuerdos.

Cuando me dijo esas frases, me pareció que mi corazón había parado de latir. Me había quedado rígida, asimilando lo que el director Olsen me había dicho. Eso era mentira. Él solo quería utilizarme para sus planes. No debía creerle. No tenía que confiar en él. Sin embargo, mi razón fue sustituida por mis sentimientos y no lo pude evitar.
De lo que no me di cuenta es que Jack también se había sorprendido.
— Así es Susan. Bueno, ese no es tu verdadero nombre, claro¿ Quieres saber más acerca de quién eres? — Me preguntó con una sonrisa extraña Olsen.
Yo asentí sin decir nada. No me salían las palabras.
— Solo tienes que hacer un trabajito y te contaré todo lo que tu quieras — Sonrió de manera siniestra.
— Ella no está preparada para ello, Morgan. Yo soy el que pasé la prueba y el que debería de hacer esa misión — Dijo seriamente Jack al director.
— Tiene que ser ella, Huracán. Tú déjame esto a mí y preocúpate por aumentar tu poder.
Él se calló, pero parecía inquieto.
— ¿Cuándo la debo hacer?:Pude articular por fin.
— Eso ya te lo diré. Y ahora, buenas tarde. Tengo cosas que hacer — Me respondió el director, yéndose de la cocina.
Cuando se fue me costó levantarme de la silla. No tenía fuerza para ello y estaba temblando. Necesitaba beber agua y echármela en la cara. No podía creer en lo que me había dicho.

Al levantarme, de repente Jack me empujó contra la pared, dándome un fuerte golpe en la cabeza. Grité fuertemente y Jack me tapó la boca.
— Susan, no des la alarma — Me dijo en voz baja.
Yo intenté dirigir mis palmas hacia él pero me las había agarrado fuertemente contra la pared. Estaba asustada y no respondía. Jack se acercó a mi oreja y me dijo.
— Pase lo que pase no hagas esa misión. Escapa de aquí antes de que sea demasiado tarde. Y llévate a los demás.
Después de decirme esto me soltó suavemente mientras me miraba fijamente a los ojos. Yo no tardé en aprovechar mi libertad y me fui corriendo hacia mi habitación. No me encontraba nada bien.
Casi me choco con Sam, que al parecer iba para la cocina.
— Ey majestad¿Qué tal esta us... — Empezó a decir hasta que me vió el rostro-¿Qué te pasa?¿Te encuentras bien?
— ¡Déjame en paz! — Le grité cuando noté que puso su mano en mi hombro.
Sin querer había congelado todo el espacio que me rodeaba, incluso el techo. Sam intentó decirme algo pero me fui hacia mi habitación corriendo.
Al llegar allí cerré la puerta. Me apoyé en ella mientras me sentaba en el suelo y ponía mi cabeza en mis rodillas. Necesitaba estar sola.

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