Problemas

-Miserable...-murmuró furioso Sam mientras miraba a Jack.
Elsa tenía los ojos rojos de llorar y estaba muy pálida, además de que su cuerpo no dejaba de temblar.
-Como le toques un pelo te mato.-le amenazó Caleb. Me sorprendió verlo así porque era un chico muy tranquilo.
-Si os venís con nosotros pacíficamente no le haremos nada a la pequeña, lo prometo. Pero si intentáis resistiros, ya sabéis como acabará esto.-explicó Olsen.
Yo no sabía si matarlo en ese instante o mejor controlar mi rabia. No iba a dejar que hicieran daño a Elsa, pero tampoco nos dejaríamos atrapar fácilmente. Rezaba porque Beth viniera pronto con refuerzos. Por ahora, sólo debíamos entretenerlos. Elías pensó lo mismo que yo al parecer.
-¿Qué haríais con nosotros?-preguntó.
-Seguir con el entrenamiento y dentro de poco empezariais con las misiones especiales que ya os tenemos asignadas desde hace tiempo. -respondió impaciente.- ahora todos poneros las manos detrás de la espalda.
Nuestro plan no había funcionado y decidí que lo mejor que podíamos hacer era hacerles caso hasta que llegaran Jason y los demás.
Se acercaron hacia nosotros con las esposas en la mano. Todos pusimos las manos detrás de la espalda. Todos menos uno.

Caleb pegó un puñetazo al hombre que se las iba a poner, haciéndose con su pistola. Todo esto nos pilló de sopresa, incluso a los agentes, ya que me tenían más vigilada a mí (por lo que pasó en el experimento) y a Elías. Caleb apuntó con la pistola a Olsen y sonó un disparo.
De repente, del costado de Caleb se tornó rojo. Caleb cayó al suelo, agarrándose con fuerza el costado. Sam se acercó corriendo a Caleb y le levantó la cabeza con las manos. Todos nos acercamos corriendo. Elsa, Zoe y yo pegamos un grito de terror.
-¡Caleb, no te mueras amigo! Despierta por favor...-suplicaba Sam con la voz quebrada.
Yo tenía los ojos llorosos y respiraba con dificultad. Estaba arrodillada al lado de él. Veía todo borroso, como si fuera un sueño.
-Sigue vivo, su corazón late pero lentamente.-expresó Elías al comprobarlo.
Jack abrazaba a Elsa mientras le susurraba algo al oído. ¿Elsa seguía confiando en él? ¿Qué estaba ocurriendo?
-Hay que llevarlo a un hospital.-gritó Zoe llorando.
-No podemos arriesgarnos. Lo curaremos en la enfermería de la sede. Aún así, las misiones se pueden llevar a cabo sin... -dijo Olsen cuando de pronto un coche explotó al fondo del aparcamiento.
-"Ataca a los tres que están a tu derecha. Rápido."-escuché decir a una voz en mi cabeza. Era la voz de Elías. Era también telépata al parecer.

No tardé en hacer lo que me había dicho. Los agentes se habían girado por la explosión y yo ataqué a la retaguardia. No fui la única que atacó. Tres agentes a mi izquierda se cogieron la cabeza con dolor y tiraron las pistolas. Zoe había hecho flotar a otros tres agentes, que dispararon en el aire. Sin embargo, esas balas no iban rápido por la falta de gravedad.
De repente, vi como unas púas se clavaban en el pecho de dos agentes. Cayeron al suelo inertes. Los refuerzos habían llegado.
Sam fue corriendo hacia Elsa, dispuesto a luchar contra Jack, cuando una fuerza echó a ambos contra el suelo violentamente. Elsa había desaparecido.
Antes de levantarse, Sam le pegó un puñetazo a Jack en la cara.
-Eso por traidor.-le dijo, cogiendole la pistola. Empezó a luchar contra los demas que quedaban en pie.
Yo me acerqué corriendo hacia Caleb, que había quedado tendido en el suelo.
-No te mueras Caleb. Piensa en tu hermana pequeña, no la dejes sola. Se fuerte. -murmuré a su oído, cogiéndole la mano. Tenía los ojos cerrados y su pecho se movía muy lentamente.
-¿Donde está Olsen?-preguntó Oliver enfadado. Jason y Bonnie habían aparecido junto a él.
Miramos hacia el lugar donde había estado. Había desaparecido.
-Jack tampoco está.-informé atónita.
-Pero si le dejé tirado en el suelo hace diez segundos. No lo entiendo. -explicó Sam confuso.
-Dilema tus hombres que busquen por los alrededores. No habrán ido muy lejos.-mandó Jason a Oliver. El asintió y fue a cumplir lo que había dicho. Jason miró a Caleb y se acercó corriendo.
-¿Has hecho lo del coche?-le pregunté.
-Sí.-respondió poniendo su oído sobre el pecho de Caleb.-Sigue vivo.
Jason apoyó su mano en la herida en el costado de Caleb. Yo no entendía que estaba haciendo. Cerró los ojos y yo tenía la vista clavada en su mano. Todo se había quedado en silencio.
De pronto, la herida empezó a cerrarse poco a poco. Yo admiraba el espectáculo con sorpresa. A Sam se le escapó un "Hala..." y Zoe cruzaba los dedos.
La cabeza de Caleb seguía en mi pierna. Los ojos marrones de Caleb se abrieron con pesar e intentó sonreír. Empecé a llorar, pero de alegría. Le di un beso en la frente con energía.
-Gracias.-dijo con dificultad Caleb, mirando a Jason. Él le sonrió. Sam y Zoe no se quedaron quietos y se pusieron con nosotros.
-Así que tu poder es la sanación ¿No?-preguntó Sam.
-Ese y que puedo controlar el fuego.-respondió levantándose. Tardamos un poco en entender lo que había dicho.
-¿Tienes dos poderes?-pregunté extrañada.
-Por algo es nuestro líder. -respondió Bonnie.
-Sin embargo, no puedo curarme a mí mismo. ¿Irónico verdad?-expresó con una sonrisa amarga.
Beth no tardó en aparecer. Y no venía sola. Traía a Elsa de la mano. Elsa se acercó corriendo a nosotros con una gran sonrisa.
-Siento haberte empujado de esa manera Sam pero es lo que tiene la supervelocidad. Tengo demasiada fuerza cuando corro.-se disculpó Beth.
-No importa. Salvaste a Elsa y es lo que importa.-dijo Sam negando con la cabeza.
-Me alegro de que estés bien Caleb.-exclamó Elsa mientras se arrodillaba al lado de él y le sonreía con dulzura.
-Tenemos que irnos de aquí. El jaleo no habrá pasado desapercibido.-observó Jason.-Ayudadme a levantar a Caleb. Estará débil por la pérdida de sangre.
Entre Sam y Jason levantaron a Caleb y lo llevaron al coche. Yo me levanté y me fundí en un gran abrazo con Elsa.
-Siento no haberte creído con lo de Bonnie. A partir de ahora seré una buena hermana mayor. Pero dame
tiempo porque soy nueva en esto.-dije con una gran sonrisa. A ella se le iluminó la cara. Sin embargo, se puso seria un momento.
-Tengo que contarte algo. Es sobre Jack.
Me di un vuelco el corazón al escuchar eso y se me debió de notar. No entendía por qué había estado dispuesto a matar a Elsa si no nos entregamos. Aquel chico listo y atento que había conocido años atrás ya parecía no existir...¿O es que nunca había existido y sólo había sido un papel que interpretar? Yo no quería creer eso. Sin embargo, eso era lo único que lo explicaría.
-Tierra llamando a Susan.-me llamó Elsa.-Luego te lo cuento.
-¿Te golpearon? -le pregunté por su mejilla hinchada.
-Eso no importa.-murmuró. Yo lo entendí como un sí.
Mientras nos íbamos montando en uno de los dos coches que teníamos, apareció Oliver con dos de los integrantes de su banda. Seguramente habría combatido con ellos cuando intentaron capturarme.
-Ni rastro, se han esfumado.-explicó Oliver a Jason. Éste se quedo pensativo.
-Ya hablaremos luego.-fue lo único que dijo.

Nos fuimos rumbo a nuestro escondite. Al llegar, ofrecí a Elsa quedarse en mi habitación y a ella le pareció estupendo. Pusieron con cuidado a Caleb en su cama, ya que tenía que descansar mucho. Zoe y Sam se quedarían con él. Me duché y ,al salir, me encontré a Beth haciéndole unas trenzas a Elsa.
-Tienes un pelo muy bonito.-dijo Beth con admiración.
-Gracias.-respondió ella tímidamente.
De repente Sam apareció en el marco de la puerta.
-¿Podemos hablar un momento Susan?-me preguntó, muy serio. Yo asentí y salí de la habitación. Él cerró la puerta, dejando a Beth y a Elsa dentro.
-Tú sabes algo del cambio de Jack.-dijo. No era una pregunta, sino una afirmación.
-No se nada, la verdad.
-Algo debes de saber. Los últimos días que estuvimos allí ya estabais distanciados y ni siquiera os mirarais. Cuando llegasteis era difícil veros solos. ¿Qué pasó?
-No lo se. Simplemente dijo que me alejará y ya está. No dio explicaciones. Creía que me iba a costar más hacerlo pero se portó muy mal conmigo.-respondí, recordando el golpe que me dio contra la pared.
-El día que estabas muy nerviosa y me empujaste para que no me acercara...Te había hecho algo.-dijo él. Ese chico era muy listo.
-No quiero hablar de eso...-expliqué incomoda. Él pareció entenderlo.
-Cuando quieras desahogarte me buscas y ya está. Siempre estás cargando con tus problemas y no cuentas nada. Quieres sufrir tú sola. Sólo recuerda una cosa: Siempre estaré ahí para tí.-contestó mostrando una sonrisa sincera.
Yo estaba sorprendida por ese arrebato de cariño. Sin embargo, me animaba saber que había alguien en quien confiar pasara lo que pasase. Le sonreí con ganas.
-Muchas gracias.-fue lo que contesté. No era mucho de expresar mis sentimientos y, a mi pesar, fue lo único que dije. Tonta de mí. Él pareció un poco decepcionado.
-De nada.-dijo antes de darse la vuelta y marcharse.
Yo no iba a dejar la cosa así. Con una gran agilidad, le abracé por la espalda y le di un beso en la mejilla. Después de eso le solté y me fui a mi habitación sin decir nada más.

Cuando abrí la puerta, Elsa y Beth estaban hablando al parecer aunque cuando llegué se callaron.
-Ahora me toca a mí ducharme.-expresó Beth levantándose del sitio.-Elsa, callada de todo lo que te he dicho ¿vale? ¡Hasta luego Ventisca!
Cuando se fue, me puse al lado de Elsa.
-¿Qué os habéis contado? -pregunté, muy interesada por el tema.
-Cotilleos. -respondió con una sonrisa pillina.
-¿Sobre quién? -volví a preguntar.
-Ha dicho que no dijese nada y yo cumplo mis promesas.
Suspiré fastidiada pero no dije nada más. Ella me miró con sus grandes ojos verdes.
-Jack me dio ésto para vosotros.-dijo, sacando algo pequeño de su bolsillo.
Yo lo observé más detenidamente. Era un pendrive.

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