Intento de huída
ATENCIÓN: En este capítulo narra Elsa.Trata sobre lo que pasó cuando Elías fue en busca de Susan. No pondré otra vez a Caleb porque quiero que se conozcan las visiones de distintos personajes cuando Susan no está.
-¿No crees que están tardando mucho?-preguntó con nerviosismo Caleb.
Después de que Sam y yo termináramos el entrenamiento (muy duro a mi parecer), fuimos a buscar a Caleb y él nos contó lo que había pasado con Elías. De aquellos que temíamos que nos pillaran, Elías me parecía la mejor opción. No quería ni pensar en lo que hubiera pasado si Jason o Bonnie nos hubieran pillado. Oliver odiaba a Susan, así que le hubiera dado igual nuestro plan.
Caleb y Sam estaban dando vueltas por la habitación, cosa que me ponía bastante nerviosa. Yo no podía decir que estuviera tranquila pero al menos intentaba parecerlo.
Me hubiera gustado ir con Susan. Estaba ansiosa por saber qué contenía el pendrive que Jack me había entregado.
Miré por la ventana para distraerme un poco y, de paso, ver si el coche de Elías o el de Susan volvía. Sin embargo, vi otra cosa que consiguió que pegara un chillido de terror. Una furgoneta venía hacia nuestro escondite. Era negra y no costaba mucho saber de quién era. Nosotros habíamos ido en una de ellas el día que tuvimos que abandonar el piso franco. Era Gamma.
-Debemos avisar a los demás.-decidió Sam. Se había acercado rápidamente a la ventana tras escuchar mi grito
-¿Cómo nos habrán descubierto?-preguntó nervioso Caleb.
Nos dispusimos a salir de la habitación corriendo cuando alguien llamó a la puerta.
-Susan, soy Steve. Ábreme anda.-sonó detrás de la puerta. Suspiré aliviada y relajé mis manos, que se habían tornado ambas en un puño. Steve era la persona que había cuidado de Susan desde que era pequeña y me había ayudado a escapar cuando la sede fue atacada, así que si él estaba aquí, me tranquilizaba. Sam le abrió rápidamente la puerta y, sin dejarle hablar, le dijo:
-Nos atacan. Gamma ha llegado hasta nuestro escondite. Están abajo y tenemos que llamar a los demás y huir de aquí lo antes posible.
-Venir conmigo.-contestó tras salir del estupor inicial.-Se un lugar por el que podéis escapar.
-Primero tenemos que ir a por los otros.-replicó Caleb. Yo estaba de acuerdo con él. Ya no veía al chico tímido y callado que conocí en Gamma, sino un chico decidido y capaz de sacrificarse por los demás. Todos habíamos cambiado, incluso yo. Y mucho.
Antes de que Steve protestara, escuchamos un grito que provenía de las escaleras. Sin pensármelo me fui corriendo hacia las escaleras mientras Sam, Caleb y Steve me seguían.
Cuando llegamos no encontramos a Zoe allí. Miraba a mi alrededor con nerviosismo, intentando ver si se me escapaba algo. Sin embargo, lo que no pude ver fue lo que casi me mata.
Una explosión me arrojó con fuerza hacia el pasillo por donde habíamos venido instantes antes. No fue muy grande pero yo me encontraba a pocos metros de la habitación donde se habia inciado. Noté como alguien me cogía en brazos mientras los oídos me seguían palpitando por culpa de el estallido. Sin embargo, poco a poco se me fue quitando el dolor hasta recuperarme por completo. Entonces me intenté zafar de mi captor con una sacudida de electricidad.
-¡Elsa para! ¡Soy Jason!-gritó con dolor al notar mi electricidad fluir por su cuerpo.
-¿Y Sam y Caleb?-pregunté temerosa al ver sólo a Steve delante.
-Han ido a buscar a las chicas. Son los que mejor se pueden pasar desapercibidos y a tí te llevamos a un lugar seguro. Eres pequeña para ésto.-respondió mientras miraba al frente.
-A Caleb le sigue doliendo el disparo del otro día.-respondí bruscamente. Odio que crean que por ser la pequeña no puedo luchar como ellos. Tengo poderes también y he sido entrenada. No tengo tanta experiencia como ellos pero soy valiente y astuta. No todo es fuerza bruta y músculos.
-Ya estoy bien. Puedes bajarme.-le pedí molesta. Entendí que el dolor había desaparecido gracias al poder curativo de Jason, así que le sonreí un poco arrepentida por mi respuesta borde-Muchas gracias Jason.
-¡Al suelo!-gritó Steve al darse la vuelta hacia nosotros. Jason me tiró al suelo y escuché dos disparos. Levanté la cabeza del suelo rápidamente y miré hacia Steve, temerosa de que le hubiera dado uno de esos disparos. Detrás mía, el agente de Gamma cayó al suelo, inmóvil. Pero no era Steve a quien le había dado el disparo del hombre, sino a Jason.
Jason se cayó de rodillas al suelo y yo me acerqué a él, con los ojos vidriosos. La bala le había dado en el costado izquierdo y sangraba mucho. Steve la observó detenidamente.
-Hay que llevárselo de aquí inmediatamente. -dictaminó.-Sé que tu plan era sacar a Elsa de aquí y luego volver a por los demás. Pero en tu estado no es posible. Te irás con ella también.
Él no contestó, simplemente miró hacia el suelo. Yo pensaba que le dolía no poder ayudar a los demás, debido a que es el líder de Inferno.
-Yo puedo luchar por tí Jason.-le dije decidida. Me había salvado del disparo. Era lo menos que podía hacer.
-Eres valiente, pero prefiero que salgamos de aquí los tres. -respondió Jason. Parecía muy decepcionado.
-Elsa, ayúdame a llevarlo hasta el conducto.-pidió Steve.
-¿Qué conducto?-pregunté extrañada.
-Tú sígueme.
Llevamos a Jason por varios pasillos y escaleras. Jason jadeaba y apretaba los dientes. Parecía que le dolía pero no quería que se notara.
De pronto nos paramos al girar una de las esquinas. Una mujer pelirroja se encontraba en medio del pasillo. Alta, esbelta y vestida con el uniforme de Gamma. Sus ojos desprendían astucia y frialdad y su boca se tornaba en una sonrisa torcida.
-Mis primeras víctimas...-comentó melosa.
Yo no tardé ni un segundo en lanzarle dos rayos a aquella mujer tenebrosa. Además, quería demostrar de lo que era capaz. Steven no tenía poderes y Jason no estaba para luchar, así que yo tendría que salvarlos.
Sin embargo, miré con asombro que ya no estaba en el lugar desde el que había hablado. Mis rayos no habían acertado a nada, solo al suelo.
Antes de que pudiera girarme hacia Steve, algo me dio en el estómago con fuerza y caí al suelo. Me intenté levantar pero mi cuello estaba aprisionado por el pie de Sasha. Ella sonreía con orgullo.
Steve se abalanzó contra ellas y ella desapareció en un abrir y cerrar de ojos. Él casi se cae encima mía. Me agarré el cuello con las manos, suavemente. Me había hecho mucho daño y no podía moverlo casi nada. Quise preparar una buena carga de electricidad para cuando ella volviera de nuevo.
-¿Qué ocurre?-pregunté extrañada. Movía mis manos y me concentraba pero no conseguía que brotar nada de electricidad de mis manos. Me estaba poniendo muy nerviosa y asustada.
-Puede que hayan cortado la luz.-respondió Steve pensativo.
Yo todavía no había conseguido que la electricidad me brotara del cuerpo, al contrario de Jack y Susan. Yo podía manejar la electricidad pero no crearla. Eso significaba que estábamos en desventaja, todavía más que antes.
-Debemos irnos de aquí ya.-expresé con un hilo de voz. Había entrado en pánico al verme tan débil.
-Vosotros no os vais de aquí.-escuché decir a una voz.
-Créeme que sí.-contestó Steve sacando su arma.
Ella sonrió con malicia y Steve soltó la pistola con un grito de dolor. La pistola cayó al suelo y, entonces, vi como el arma se empezó a fundir poco a poco. Caí en la cuenta que la chica esa tenía, al igual que Jason, dos poderes. Eso sólo hacía que aumentara el terror que emanaba de mi cuerpo.
-Oí hablar de tí en Gamma.-empezó a decir Steve.-Sasha ¿Verdad? Una de las mejoradas más leales a Gamma.
-Así es. Me gusta ser tan conocida.-respondió ella mientras se iba acercando a nosotros. De repente, se puso a gritar como una loca y se tiró al suelo, con las manos en su cabeza. A los pocos segundos, desapareció.
-¿Estáis bien?-preguntó alguien. Yo, al reconocer la voz, se me quitó todo el susto que tenía y me fui corriendo hacia ellos.
-Menos mal que has venido Elías.-le respondí preocupada.-¿Y Susan?
-A salvo.-respondió.
Steve suspiró tranquilo.
-Sam se ha quedado buscando a las chicas y a Eric, pero puede que los hayan capturado.-comentó Caleb, que estaba al lado de Elías.
-Tenéis que iros ya.-decidió Elías.-Tenéis que ir a los edificios que están junto a la carretera. Caleb irá con vosotros y yo buscaré a Sam y los demás. Pero iros. Hay al menos dos mejorados aquí, y se supone que son tres. Marchaos, Jason está muy mal.
Era cierto, tenía los ojos cerrados y deliraba.
Ninguno queríamos dejar solo a Elías pero no nos dejaba acompañarlo. Además, lo peor es que se podia enterar si nos encontrábamos en el edificio, gracias a sus poderes mentales. Prometió que nos veríamos más tarde y nos fuimos por donde Steve nos indicaba. Llegamos a una habitación que tenía un conducto de aire muy grande, por el que incluso Steve cabía. De uno en uno nos metimos en él y tras varios minutos, que me parecieron horas, llegamos al piso de abajo. Allí parecía no haber nadie y nos metimos en medio de la vegetación que rodeaba el edificio, que era muy densa.
Y, llevando a Jason a duras penas, nos pusimos a andar hacia el lugar donde nos había indicado Elías. Sin embargo, yo quería volver al edificio y ayudar a los demás. Como muchas otras veces antes en mi vida, me consideré una cobarde.
Me ha quedado muy largo el capítulo al final xD. Hasta el viernes o por ahí no subiré nuevo capítulo porque estoy muy ocupada, aunque intentaré que sea lo antes posible.
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