Imposible
Cuando llegué al pasillo donde estaban nuestras habitaciones, escuché un pequeño grito de dolor. Era de la habitación de Caleb. Llamé a la puerta.
- ¿Puedo entrar?
- Si quieres...
Abrí la puerta y vi a Caleb sentado en su cama con un gran moratón en el ojo.Me miró y me dijo:
- No me ha dado tiempo de camuflarlo antes de que entraras.
- ¿Qué te ha pasado?¿Qué te han hecho hacer?
- Me obligaron a matar a alguien. Yo me negué y uno de los guardias me pegó un puñetazo en la cara y me cogió por el cuello. Si no fuera porque ese científico dijo que era suficiente, me habría matado.
- Haber luchado contra él. Eres muy bueno luchando cuerpo a cuerpo.
- Me hubieran disparado uno de sus compañeros. Al final lo mataron ellos de un tiro y no pude hacer nada - Dijo muy furioso esa última frase.
Me levanté de su cama sin decir una palabra e hice una bola de nieve. La enrollé en una camiseta que estaba en la silla del escritorio y se la puse en el ojo. Él me sonrió dulcemente en señal de agradecimiento.
- No habrías podido hacer nada Caleb. No te sientas mal por eso. A mi también me dijeron que matara a alguien. Pero nadie me tocó porque casi mato al director Olsen y todos se habían quedado de piedra.
- Qué valiente- Me dijo sonriendo.
Miré hacia su escritorio. En ella había una foto de una niña pequeña, morena y con dos coletas. Al lado estaba Caleb.
- ¿Tu hermana? Es muy mona - Pregunté.
- Sí, se llama Lily y tiene siete años. La echo mucho de menos. Le encanta que yo le lea.Yo le cuento las historias que me sé y ella se queda embobada. Es la niña de mis ojos. La adoro - Dijo mientras miraba con ternura la foto.
- Ojalá yo tuviera un hermano o hermana también.
- ¿Piensas mucho en esa familia a la que no recuerdas?Es decir, si te la imaginas y eso.
- Últimamente creo que demasiado.
Nos quedamos los dos callados
- Debo irme. Elsa me espera en mi cuarto. Cosas de chicas - Dije levantándome rápidamente. Cuando iba saliendo del cuarto, Caleb me llamó.
- Susan.
Me di la vuelta para verle.
- Gracias.
- Para eso están los amigos.
Le sonreí y me fui hacia mi cuarto. Pensé en pasarme para ver a Sam,pero no se escuchaba ruido en su habitación. Puede que estuviera agotado por el experimento o durmiendo.
Al abrir mi puerta ya estaba esperándome allí Elsa. Estaba tumbada en mi cama y sus tennis al lado de ésta. Parecía estar muy cansada.
- Ya te has acomodado por lo que veo - Dije cerrando la puerta. Ella abrió sus ojos.
- Has tardado mucho.
- Me he pasado por el cuarto de Caleb.
- No te pregunto mejor para qué.
- ¿Crees que estoy ligando con todos ellos? - Pregunté riéndome a carcajadas.
- Mmm...no se, no se - Dijo mientras sonreía y haciendo como si reflexionaba.
- Anda, dejemos mis amoríos a un lado y cuéntame que te ocurre enana.
- Enana...un buen apodo amistoso. Eso lo hacen las hermanas - La escuché decir.
- Seré una especie de hermana mayor si tu quieres. Pero cuéntame ya, que me tienes en ascuas - Le expresé nerviosa mientras cogía la silla y la ponía al lado de la cama.
Ella se sentó en la cama y se puso frente a mi, mirándome con sus ojos verdes.Lo único que dijo fue:
- Bonnie no está muerta.
Cuando me dijo eso, una sacudida movió mi cuerpo. Mi corazón empezó a latir más deprisa.
- Elsa, eso es imposible. Ya escuchaste lo que dijo el director Olsen.
- Pero no debemos de fiarnos de él. Eso dijiste tú.
- Pero Elsa...¿Qué pruebas tienes?No puedes venir y decirme eso sin saberlo seguro.Es algo de muy mal gusto.
- Susan, ella vino a verme la noche anterior.
- Lo habrás soñado.
- ¿No me crees?
No le contesté en seguida. Cogí aire e intenté tranquilizarme. Estaba siendo un día duro.
- No es que no te crea. Es que es muy difícil que te haya pasado eso. Supongamos que es verdad¿Vale?¿Cómo habría podido esquivar a todos los espías que hay aquí, verte y después irse sin hacer el menor ruido?
Elsa se puso nerviosa.
- No lo sé. Sólo me dijo que aguantara un poco más, que vendría por nosotros y nos rescataría de aquí. Que ha descubierto cosas de Gamma que no le gustan nada.
Yo no sabía que decirle. Ella estaba muy convencida de ello.
- Elsa, te han dado una gran y mala noticia. Puede que lo soñaras, de verdad. Quieres que vuelva, y lo entiendo porque yo también quiero que lo haga. Pero ya vistes su herida y la noticia que nos dieron. Creo que has soñado eso para tener una ilusión, de que está todavía aquí. Eso está bien siempre y cuando no creas que es verdad todo eso.
Cuando terminé de decirle todo esto, Elsa tenía los ojos llorosos y su rostro mostraba enfado.
- Me he equivocado contigo. Una hermana mayor no me hubiera tomado por semejante loca - Fue lo único que dijo antes de marcharse de mi habitación. Yo no se lo impedí.
Me quedé sentada, en el mismo sitio donde unos minutos antes había estado hablando y bromeado con Elsa.
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