En busca y captura

Me desperté sobre las seis de la mañana. La casa seguía en silencio, así que parecía que todavía no se había despertado nadie. Zarandeé a Steve con mis dos brazos.
—Me voy a mi cuarto. Tengo que cambiarme y ver si Elsa se dio cuenta de que me había ido.—murmuré.
Él gruñó, así que lo entendí como un "vale". Me fui en silencio y subí a mi cuarto.
—¿Qué haces fuera de tu habitación, Ventisca?
Me helé al escuchar la pregunta y me quedé quieta, como si eso hiciera que fuera invisible. Sin embargo, al darme cuenta de quién lo había dicho, suspiré aliviada. Era Beth.
—Quería tomar un poco el aire. Me he agobiado y necesitaba salir al exterior unos minutos.
Ella se extrañó.
—¿En pijama?
—No quería hacer ruido en la habitación, ya que Elsa está durmiendo. Además, no creo que nadie me haya visto.
Eso pareció relajar a Beth. Incluso mostró una sonrisa.
—Ni de broma salgo yo con esas pintas. Pero bueno, tú verás lo que haces.—me respondió, encogiéndose de hombros. Ahora me tocaba a mí preguntar.
—¿Y tú qué haces fuera de tu habitación?
—Necesitaba beber agua. Estaba sedienta, aunque me he cambiado antes de salir como puedes ver.
Puse los ojos en blanco.
—No me cambiaría para salir un minuto y después volver a ponerme el pijama. Ni loca.—comenté.
—Tu y yo somos diferentes, eso se ve.—rió.
—¿Podéis bajar la voz?, Queremos dormir.—Era Sam, atravesando la puerta como siempre. Tenía los ojos entrecerrados y una voz muy adormilada. Era gracioso verlo así,
—Perdón.—nos disculpamos en voz baja Beth y yo. Acto seguido, nos fuimos cada una a nuestro cuarto.

Me acosté intentando no hacer ruido. La respiración de Ella era tranquila, con lo cual parecía que seguía durmiendo plácidamente. Me dormí hasta las nueve, que fue a la hora que Elsa me despertó.
—Susan, tienes que ver esto.—murmuró. Parecía nerviosa.—Venga, rápido.
Me levanté de golpe y me puse al menos las zapatillas, ya que Elsa no me dejó que me vistiera y tuve que ir con mi camisón.
Me llevó al piso de abajo y escuché el ruido de muchas voces hablando. Entré y vi que todos estaban alrededor de una televisión, muy atentos. Observé que Zoe se mordía las uñas y Sam se movía de un lado a otro de la habitación, muy intranquilo. Me acerqué al televisor y ya entendí por qué ese nerviosismo.
—Son gente muy peligrosa. Cuando intentamos capturarlos consiguieron matar a dos agentes y mandar a varios al hospital. Si los ven avisen a las autoridades, rápidamente. No intenten detenerlos por sí mismo, ya que no tendrían ningún reparo en matarlos.—escuché decir. Una furia empezó a invadirme de arriba a abajo. El que había hablado no era ni más ni menos que Olsen. Parecía estar dando una rueda de prensa y, lo peor de todo, Jack estaba a su lado.
—Estamos en busca y captura, genial.—masculló Jason.
—Bueno, ya lo estábamos también antes.—comentó Caleb, encogiéndose de hombros.
—Sí, pero la gente no lo sabía. Ahora si nos ven por la calle estamos perdidos. Nos reconocerán rápidamente ya que se han distribuido fotos nuestras. Estamos perdidos.—respondió Elías, que enterró su rostro en sus manos. Yo le puse mi mano en su hombro, en señal de apoyo.
—Lo bueno es que todavía no saben dónde nos escondemos. Eso es un punto a nuestro favor.—expresé, intentado alentar a los demás.
—Pero se nos acabarán las provisiones algún día, no son eternas por si no lo sabías. —dijo Oliver.—Aquí más de una semana no aguantaremos sin agua ni comida.
—Yo podría ir a comprar todo eso...—murmuró Caleb lo bastante fuerte para que nos enteráramos.—Mi poder es convertirme en otras personas y el camuflaje en el entorno. Podría conseguir cambiar de rostro y así ser irreconocible.
—Buena idea Caleb.—comentó Bonnie con una cálida sonrisa.—¿Qué te parece Jason?
Jason estuvo unos segundos en silencio, mirando a Caleb. Él se incomodó ante tal mirada y desvió sus ojos hacia el suelo.
—Podría funcionar.—dijo finalmente.—Tú te encargarás de comprar. Ya hablaremos sobre eso. Ahora, iros a cambiar. Veo que seguís en pijama algunos.
Me daba vergüenza haberme presentado así, pero no había tiempo de cambiarse según Elsa. Sin embargo,  Zoe, Sam y Elsa también estaban en mi misma situación. Aún así, antes de cambiarme quería preguntarle a Elías si había hablado ya sobre Steve.
—Dentro de media hora presentaros en el salón. Allí haremos algunos entrenamientos sobre lucha cuerpo a cuerpo, sin poderes. Que estéis aquí no significa que vayáis a dejar de lado vuestro entrenamiento. —expresó Bonnie.
—Jason, Oliver y yo nos quedaremos aquí a hablar sobre unos asuntos.—informó Elías. Él me miró y me guiñó un ojo. Le sonreí porque entendí que uno de esos asuntos era sobre Steve. Deseé que consiguiera convencerlos.

Fuimos todos para arriba. Zoe y Elsa hablaban animadamente mientras que Sam y Beth conversaban en susurros. Me molestó que lo hicieran, aunque no se decir muy bien por qué.
—¿Cuándo vamos a poner en marcha el plan?—me preguntó Caleb en voz baja.
Yo me quedé unos instantes pensando.
—Necesitamos saber ya qué contiene el pendrive. Podemos decir que tú te encuentras mal por el disparo que te llevaste ayer y que no podrás entrenar hoy. Así te puedes hacer pasar por mí.
—¿Entonces irás tú sola?
—Eso parece.—suspiré. No me importaba mucho porque así no ponía a nadie más en peligro. Pero tendría que tener los ojos muy abiertos.
—No me gusta mucho este plan.—reconoció Caleb.
—Ni a mí, pero hay que llevarlo a cabo...¿Crees que vas a poder luchar con tu herida?
—No lo se.—expresó inseguro.—Si no ya me encargaré de inventarme algo, tú no te preocupes.
—Gracias por esto Caleb.—expresé con una sonrisa de agradecimiento. Él asintió y sonrió tímidamente.

Cuando Zoe y Beth entraron en su habitación, Caleb y Sam se metieron en nuestra habitación.
—Por favor, hazle llevar algo muy ajustado, o una falda o un vestido.—comentó jocoso Sam.
Hice un gesto como si me lo estuviera pensando.
—Si lo haces es mejor que duermas con un ojo abierto, Ventisca.—me amenazó Caleb. Yo solté una carcajada.
—Tranquilo, soy mala pero no tanto...O puede que sí lo sea.—respondí de forma misteriosa.—Bueno, voy a ser buena por una vez. Te voy a dar mi uniforme de Gamma.
—Aguafiestas...—murmuró Sam.
—¿Estás segura de ir tu sola? —preguntó Elsa preocupada.
—Sí.—sólo contesté eso.

Le costó a Caleb ser perfectamente un clon mío. Había detalles como las orejas o mis lunares que fueron difíciles de calcar, pero lo consiguió. Yo le miraba satisfecha.
—Eres una chica muy guapa Caleb. Hemosísima. Tienes que entrenar un poco tu postura y andares.—comentó mientras reía Sam.
—Cállate Sam. Te recuerdo que dormimos en la misma habitación y que tú te duermes más rápido que yo.—gruñó Caleb. Parecía estar molesto con mi ropa. Era normal.
—Dentro de poco va a pasar la media hora. Deberíamos ir hacia el salón ya.—informó Elsa.—Aquí tienes las llaves del coche.
Yo le miré sorprendida.
—¿Cómo las has conseguido?—pregunté asombrada.
—Tengo mis trucos.—respondió orgullosa.
Elsa y Caleb fueron hacia el salón mientras que yo y Sam bajamos a donde se encontraban los dos coches.

—Ten mucho cuidado Susan. Recuerda que te pueden reconocer y detener. No me gusta que vayas sola.—murmuró Sam.
—Sé cuidarme de mí misma. Lo conseguiré, no te preocupes. Volveré dentro de dos horas como máximo. Mientras, disfruta de Caleb comportándose como una chica.—dije animadamente. En mi interior, estaba insegura e intranquila. Pero, como siempre, no iba a dejar que mis emociones brotaran.
—Sé que lo vas a conseguir.—respondió Sam. No sé si fue para autoconvercerse o darme animos.

Me metí en el coche y lo puse en marcha. Tenía muchas ganas de saber qué contenía.

Siento el retraso 😅 pero estoy liada con el papeleo de la universidad y tengo poco tiempo para escribir. Sin embargo, subiré otro antes de que acabe la semana, lo prometo. Mientras, en comentarios me gustaría saber qué creéis que va a pasar en el centro comercial. A ver si acertáis algun@. Yo ya lo tengo casi terminado 😉.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top