El sueño

Estaba en una casa,en el campo.Por la nieve que había en el suelo supuse que había nevado recientemente. La casa era pequeña y estaba medio vacía. Miré hacia la izquierda y vi una mujer llorando. Era una mujer de mediana edad, con el pelo corto y negro. Delgada, se notaba que los años habían hecho mella en ella.
- ¿Te encuentras bien?¿Quieres que juguemos a tomar el té?Te encanta mi té - Pregunté. Tenía una voz inocente y muy dulce. Debía de ser bastante pequeña.
- Lo siento pequeña, pero en otro momento¿vale? - Me dijo la mujer. Tenía unos ojos azules muy claros.
- ¿Por qué lloras?
- Por problemas de personas mayores. Lo entenderás todo cuando crezcas. Anda, vete a jugar con Elijah. Seguro que os lo pasareis muy bien.

Me fui sin decir nada, cabizbaja. Salí por la puerta trasera a un campo vallado. En ella se encontraba varios árboles. Uno de ellos, el más grande, tenía colgado un columpio de madera. En él, había un chico de unos 12 años, idéntico a la mujer que había dentro de la casa.
- Has tardado mucho en salir,peque. Necesito a alguien que me empuje. Si me ayudas, te columpio luego yo a ti - Gritó el chico pelinegro con una gran sonrisa.
Me acerqué corriendo hacia él.
- Está llorando de nuevo - Le dije al chico.
- Lo sé. Pero no me ha dicho por qué, otra vez. Me ha mandado a salir fuera de casa.
- ¿Por qué no haces... eso, de nuevo?La última vez funcionó - Dije en voz baja, mirando de que nadie nos observara.
- Ya te lo he dicho, no sé cómo lo hice. He intentado hacerlo varias veces más y no funciona.
- Elijah, tengo miedo. Quiero que todo vuelva como antes - Dije medio llorando. Ya supe que el niño ese era Elijah.
- No te preocupes peque. Las cosas van a ir mejor, ya lo verás. ¿Quieres que vayamos a comprar harina para hacer unos pasteles?Seguro que ella se alegra de comerlos - Me dijo, dándome un gran abrazo protector.
- ¿Pero con qué dinero?
- He ahorrado un poco del dinero que me dan por ayudar a hacer recados.Venga, vamos a avisar también a Theo. Seguro que también quiere dar una vuelta.
Yo asentí sonriente. No se por qué, pero me hacía ilusión que viniera ese chico.

Salimos de nuestra casa, bien abrigados. Yo llevaba un abrigo que me quedaba muy grande y me costaba andar rápido. Elijah me agarraba la mano intentado que fuera más rápido.
Tras cinco minutos andando, fuimos a parar a una casa que se encontraba en el pueblo cercano de nuestra casa. Había un chico, de la misma edad que Elijah más o menos, jugando lanzando unas piedras contra la pared. Era bajito para su edad. Su cabello era castaño y sus ojos de color miel. Tenía varias pecas en el rostro y era muy pálido.
- ¿Vienes a comprar harina a la tienda de Mrs.Smith? Así nos entretenemos un poco - Dije Elijah.
- Eso es un aburrimiento¿Qué gano yo con eso? - preguntó con desdén. Su voz seguía siendo aguda.
- Que no te vuelva loco con mi gran don - dijo serio Elihaj. Yo me reí flojo y me tapé la boca para que no se me notara. La cara del chico se convirtió en un rostro atemorizado.
- Vale,vale. Si yo estaba de broma amigo.Ya sabes como soy.

Fuimos a comprar la harina.El pueblo era muy chico y no había personas por la calle, salvo una pareja que encontramos en la plaza donde estaba la tienda a la que nos dirigíamos. La mujer que nos atendió, una anciana muy amable, nos echó varios piropos a los tres. Luego, cuando íbamos hacia casa, riéndonos por las tonterías que hacía Theo, un chico de unos veinte años se nos acercó y nos cerró el paso.
- He visto que habéis salido de esa tienda, con lo cual tenéis pasta. Si estos pequeños de aqui no quieren tener problemas, darnos el dinero y piraos de aquí - Nos dijo con voz amenazante. Tenía aspecto de ser un tipo violento.
- Lo siento, pero no nos ha sobrado nada. Hemos ido con el dinero justo. Ahora, si nos disculpáis, tenemos que hacer magdalenas - Dije Theo haciendo ademán de pasar. El chico, al hacer Theo eso, le dio un gran empujón y lo tiró de espaldas.
- ¡Oye, déjanos en paz o llamo a la policía! - Gritó Elijah. El chico sonrió de una forma que me aterró.
- Chico, ya sabes que aquí la policía no te va a ayudar.

Elijah se abalanzó sobre el hombre mientras yo socorroría a Theo, que se había quedado bastante aturdido por el golpe. El hombre pudo con él fácilmente, aunque Elijah pudo encajarle dos puñetazos en la cara. Los dos se enfrascaron en una pelea. Elijah era rápido pero no muy fuertemente contra un chico que le sacaba 6 años. El chico le pegó un gran puñetazo en la cara y él se cayó al suelo. Tenía el labio y una ceja sangrando. Respiraba con dificultad. Cuando el chico se acercó a el para darle el último y definitivo golpe, yo grité de terror. De repente, toda la nieve que estaba en la calle se lanzó contra el chaval. Sorprendido, no pudo reaccionar a tiempo y se cayó por las escaleras que estaban a unos pasos de él. Fui corriendo a ver si le había hecho algo muy grave, pero el chico se había levantado, aguantándose una pierna con las dos manos y con una expresión en la faz de puro terror. Yo tenía miedo de lo que acababa de hacer. Nunca antes me había pasado eso¿Y si hacía daño a mis seres queridos?¿ Y si lo descubrían y me hacían experimentos extraños?. Yo estaba temblando, pero no de frío precisamente.

Ayudé a Elijah y a Theo a levantarse. Me miraban sorprendidos.
- ¿Cómo lo has hecho?
- No lo sé. Al parecer, no eres el único extraño que hay. Sólo me agobie mucho y me salio eso. Fue como si una gran energía saliese de mi cuerpo.
Elijah me cogió de los hombros y me miró fijamente a los ojos, serio.
- Peque, no se lo digas a nadie. Absolutamente nadie. Si lo supieran, podrían hacernos algo malo los dos y nosotros no queremos eso. Si alguien pregunta, yo respondo por ti. Soy el mayor y el que tiene la responsabilidad. No me falles peque¿De acuerdo?Te quiero demasiado como para que me separen de ti. No lo aguantaría.
Yo asentí el silencio. Nadie habló durante el trayecto. Dejamos a Theo en su casa y nos volvimos a la casa de antes. Cuando abrimos la puerta, vimos a la mujer con tres maletas y bajándolas por la escalera.
- ¿Es que nos vamos a algún sitio? - Pregunté.
- ¿Así de rápido y sin avisarnos? - Preguntó Elijah frunciendo del ceño. La mujer nos miró.
- Sí,chicos. Nos vamos a Rusia.

En ese instante, desperté de mi sueño.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top