ATENCIÓN:En este capítulo el que narra es Caleb, ya que ocurre cuando Susan va hacia el centro comercial.

¿Cómo había aceptado semejante idea de locos? Esto no iba a salir bien, lo intuía. Yo no sabía actuar como Susan, y mucho menos pelear como ella. Elsa iba a mi lado y pareció notar mi nerviosismo.
-Tranquilo, saldrá todo bien. Tú intenta no llamar la atención.-aconsejó Elsa en voz baja.
-Lo intentaré.-suspiré resignado.

Llegamos al salón, donde había varias colchonetas colocadas en el suelo. Ya estaban Zoe y Beth allí, junto con Bonnie. Beth nos saludó al vernos y yo le sonreí, intentando imitar la sonrisa de Susan.
-Has puesto una sonrisa de psicópata. Como Susan se entere de que crees que su sonrisa es así de malévola, te mata.-expresó Elsa, aguantando la risa.
-¿Dónde están Caleb y Sam?-preguntó Bonnie, mirándonos fijamente.
-Caleb no se encuentra bien y se ha quedado en su cuarto. Sam vendrá enseguida.-respondí. Me costaba hablar de mí mismo en tercera persona.
-Luego subiré a ver cómo está Caleb.-comentó Bonnie. Genial, más problemas.
Sam apareció en el salón unos minutos más tarde. Parecía intranquilo.
-No debería haber ido sola.-fue lo único que murmuró.
-Es fuerte. Se las apañará, ya verás. -le animé, aunque él no cambió su expresión.
Nos pusimos en círculo y Bonnie en el centro de éste.
-Os ayudaré a potenciar vuestros poderes. Un buen ataque es una buena defensa, así que lo que vamos a hacer es ir uno por uno y yo os aconsejaré en cómo mejorar. Empezaremos con Zoe y después con Beth. Cada sesión durará 10 minutos y luego os pondré en pareja para que demostréis de lo que sois capaces.-explicó Bonnie. Se notaba que había sido entrenadora y una de las mejores espías de Gamma.

Yo empecé a ponerme más nervioso todavía . Que pudiera calcar el aspecto de Susan era una cosa, pero no era capaz de reproducir sus poderes. Mis manos empezaron a sudar y una gota resbaló por mi frente. Nos iban a pillar cuando yo no fuera capaz de hacer lo mismo que ella. Entonces todo se iría al traste y nos meteríamos los cuatro en un gran problema. Noté un zarandeo en mi brazo, lo que hizo que los pensamientos negativos se esfumaran de mi mente.
-Vámonos para fuera. El entrenamiento va a empezar ya.-dijo Elsa.
Cerramos la puerta y nos quedamos en el pasillo los cuatro.
-Bravo, un plan brillante. ¿Y ahora qué?-expresó con sarcasmo Sam.
-¿Qué plan?-preguntó Beth extrañada.
Nos miramos Elsa, Sam y yo, sin saber muy bien qué contestar. Beth me caía bien, era una chica muy simpática que, además, era de mi edad. Su vitalidad y positividad me recordaban a Lily, mi hermana pequeña. Tal vez por eso me inspiraba confianza. Eso era uno de mis puntos débiles: Era muy confiado con todo el mundo y, en ese momento, era la peor cualidad que podía tener alguno de nosotros.
-¿Y bien? ¿Me podéis responder alguno ya?-volvió a preguntar Beth, ya un poco impaciente.
-Ésta de aquí no es Susan. Es Caleb, ya que Susan ha ido al centro comercial por un asunto. Tenemos que cubrirla o se meterá en un lío. Y ahora no sabemos qué hacer porque Caleb no puede reproducir sus poderes -explicó con rapidez Sam. Elsa suspiró resignada, como diciendo "Bocazas".
-Em...Gracias por la informacion.-expresó un poco sorprendida Beth. Después de unos segundos, se le iluminó la cara.-Sé que podéis hacer en este caso.
-¿Cuál es tu plan?-preguntó con gran interés Elsa.
-Tú dejamelo a mi. No te preocupes. -Respondió sonriente Beth. No se por qué pero me daba miedo lo que habría planeado. Sam tampoco parecía muy convencido pero no nos quedaba otra que confiar en su plan.

Permanecimos en silencio hasta que Zoe salió del salón y Beth entró, no sin antes guiñarnos un ojos. Eso sólo hizo que estuviera más intranquilo de lo que estaba. Y pensar que hace unos meses era un chico normal (o lo aparentaba al menos) que era el chico bueno y tímido de la clase y que le encantaban los videojuegos y la lectura. Me gustaría saber cómo estaba mi familia y cómo llevarían mi desaparición. Esperaba reunirme con ellos muy pronto.
Los minutos pasaban muy lentamente y yo intentaba calmarme y pensar en un plan B por si acaso. Sin embargo, nada suficientemente coherente pasaba por mi cabeza y eso hacía que me desesperara aún más.
Finalmente, Beth salió del salón con aire triunfal.
-Te toca Susan.-dijo sin parar de sonreír.
Me dio una palmadita en el hombro y entré, cerrando la puerta a mi espalda. Allí estaba Bonnie, a unos metros de mí. Esa mujer me imponía mucho. Lo peor era que había sido la entrenadora de Susan, con lo cual la conocía muy bien.
-¿Te encuentras mejor o sigues igual?-preguntó Bonnie. No entendía a qué se refería Bonnie pero le seguiría el juego. Tal vez así me librara de entrenar, aunque lo dudaba.
-Sigo igual.-expresé, mirando al suelo. No quería que se me notara que estaba mintiendo. Bonnie lo descubriría enseguida.
-No pareces encontrarte tan mal como decía Beth.-expresó Bonnie, arqueando una ceja. Maldije a Beth por no contarme qué le había dicho.
-Intento aparentar que estoy bien porque no sabía que Beth te lo había contado.-puse una mueca de dolor para hacerlo más creíble pero, encima, no sabía qué se suponía que me dolía, ¿La cabeza?, ¿La barriga?, ¿Algún músculo?
-¿Crees que puedes entrenarte estando así? -pregunto Bonnie. Yo tenía muchas ganas de irme y cada vez estaba más nervioso.
-A lo mejor más tarde.-respondí. Ella suspiró.
-Está bien. Sé lo que duele, así que puedes irte y llama a Elsa.
Yo simplemente me fui y, tras hacer el gesto de la victoria a los demás, de tal forma que Bonnie no lo viera. Elsa entró mucho más tranquila. Me senté en el suelo y respiré relajado por fin.
-¿Qué se supone que le has dicho?-pregunté a Beth.
-Una cosa que sólo entiende las chicas.-sonrió.- Enhorabuena por no meter la pata.
-¿Gracias?-exclamé confuso. Tardé unos instantes en entender qué asunto entendían solo las chicas y, tras descubrirlo, las mejillas se me tornaron en rojo, de la vergüenza.
-Me voy a mi cuarto.-dije por fin, levantándome con ayuda de Zoe. Ella parecía no entender nada pero yo no sería el que le explicara lo que pasaba.

Me fui lentamente hacia mi cuarto. Tenía muchas ganas de que volviera ya Susan y volver a ser Caleb.
-¡Oye, Ventisca!-Escuché decir detrás mía. Reconocí la voz, era Elías.
Quería irme ya a mi habitación, así que deseaba que fuera corta la conversación con él.
-He hablado con Jason y, tras las quejas de Oliver, he conseguido nuestro objetivo. Está libre.-Exclamó muy sonriente. No sabia de qué hablaba y esta vez no tenía ayuda para mentir. Tenía que pensar rápido.
-Me alegro mucho. ¡Muchas gracias!-respondí lo más entusiasmado que pude. Al parecer a Elías no le convenció.
-¿Te encuentras bien? Que poco ilusionada estás por esta buena noticia.-exclamó. Parecía decepcionado.
-Es que me duele mucho la cabeza y quería dormir un poco, nada más. Siento no mostrar tanto entusiasmo.-expresé, poniendo la sonrisa más dulce que podía.
-Sí que estás pálida. -respondió.-Pero al menos dime si te gustó la cena que te preparé ayer. Parecías disfrutarla mucho.
-¡Claro que me gustó! Eres un gran cocinero.-exclamé con muchas ganas. ¿Habían cenado juntos? ¿Qué tipo de relación tenían ellos dos? Si se enteraba Sam...
-No hubo ninguna cena.-comentó serio Elías.-Caleb, ¿Dónde está Susan?
Yo me quedé sorprendido. Qué tonto había sido al caer en una trampa tan vulgar . Además, quedaba claro que no me podría ganar la vida como actor, de eso estaba seguro.

Volví a mi verdadero cuerpo, ya que era una tontería seguir así. En verdad me sentí aliviado. Tener un cuerpo de chica no es que fuera muy guay para mí.
-Veras...-Empecé a contarle.-Ha ido al centro comercial. Tenía información sobre Gamma y necesitaba ir allí. Al parecer nuestro antiguo compañero, Jack, le ha dejado datos de interés.
-¿Ha ido sola?-preguntó preocupado Elías. Yo asentí, mirando al suelo. No podía mirarle a la cara.
-Luego hablaremos de esto.-decidió Elías.-Voy a por ella. Mientras intenta que no te descubran porque entonces si que estarás en un grave problema. Y Ventisca también.

Se fue corriendo hacia su coche, dispuesto a ir a por Susan. Ella debería haber vuelto ya. Esperaba que no le hubiera pasado nada.

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