División
—¡Susan! ¡Vamos despierta por favor! ¡Susan!
Abrí los ojos con dificultad. Veía todo negro, hasta que poco a poco mis ojos empezaron a enfocar. Mi cabeza me daba vueltas y sentía algo pegajoso en mi pelo. Vi a Jack frente a mí, con cara de preocupación. Noté entonces que me tenía en sus brazos.
Intenté incorporarme poco a poco, pero sentí una gran punzada en la cabeza. Grité de dolor.
— No intentes levantarte. Te has dado un gran golpe en la cabeza. Tenía miedo de que no despertaras.
—¿Dónde están...?— Empecé a decir, confusa.
—Tranquila, los demás están bien. A Elsa no le ha pasado nada. Sam solo tiene una brecha en la ceja y Caleb el hombro dislocado, pero he podido ponérselo bien. La peor parte pareces que te lo has llevado tú.
—Ayúdame a incorporarme por favor— le pedí.
Él lo hizo suavemente y lentamente pude ponerme, al menos, sentada.
— ¿Y qué ha pasado? ¿Y los agentes que nos custodiaban?—empecé a preguntar con rapidez.
—Inconscientes, pero vivos. Y no sé qué ha pasado. Ni idea.
Vi a Caleb acercándose a nosotros.
—Debemos irnos.-nos dijo cuando estuvo al lado nuestra.—Es nuestra oportunidad.
—El director Olsen vendrá dentro de poco—Contestó Jack.
—Por eso mismo.—intervine yo mientras intentaba ponerme de pie con ayuda de Caleb y Jack.
—Sí, ya, claro ¿Y a dónde iríamos eh?—me dijo bordemente. Cada vez entendía menos esos ataques de ternura y de odio que le daban hacia mí. Decidí ignorar lo que me había dicho.
A los dos minutos ya pude estar de pie yo sola. La cabeza me daba menos vueltas que antes, aunque seguía un poco inestable.
Nos acercamos a Elsa y Sam, que estaban sentados en el suelo de tierra. El accidente nos había pillado en mitad de algo parecido a un bosque. Era por la tarde.
—Bueno, ¿Qué proponéis que hagamos?—preguntó Sam.
—Yo digo que esperemos al director Olsen y los demás. Salían media hora más tarde que nosotros, así que les quedará menos de diez minutos hasta que lleguen aquí.—Propuso Jack.
—Yo también creo eso.—Intervino Elsa. Me sorprendió que dijera ella eso.
—Yo me largo. No quiero volver a Gamma. No me fio nada de ellos.— Intervino Sam.
—Yo igual.—dijimos Caleb y yo a la vez.
—Os van a volver a capturar— respondió Jack.
—Chicos, es mejor que no lo hagáis. Será peor.—contestó preocupada Elsa.
—Peor que estar con ellos no será.— dijo Sam, levantándose del suelo.
—Tranquila Elsa, no pasará nada ¿De verdad quieres quedarte a esperarlos?—le pregunté con una débil sonrisa. Ella asintió, con la mirada puesta en el suelo.
—Que os vaya bien a los dos.— dijo Caleb mientras nos íbamos. Antes le habíamos dado un gran abrazo a Elsa y a Jack la mano. Yo me despedí de él con un simple "Adiós", ya que al ver que me acercaba dio un paso para atrás.
—Créeme, nos veremos pronto.—contestó Jack con una torcida sonrisa. ¿Amenaza? Estaba demasiado cansada como para pensar en ello.
Caminamos un rato, siguiendo un sendero que había en el bosque. Aún había luz, pero poca. Yo tenía una sensación extraña, como si me sintiera observada todo el tiempo. Me convencí de que eran tonterías mías, que estaba paranoica y nada más. Sam y Caleb también estaban un poco nervioso.
—Oye chicos, ¿Dónde vamos a quedarnos por la noche?— pregunté un poco preocupada.
—Espero que en el bosque no. Yo creo que, o veremos a alguna persona, o alguna construcción.—me respondió Sam sin mirarme.
—Oye Sam...-empecé a decirle, parándome.—Siento mucho lo que te hice. Estaba muy nerviosa y asustada. Tú sólo intentaste ayudarme y no te lo he agradecido.
Él se paró y me miró. Caleb mientras observaba la escena.
—¿Y qué te ocurría si se puede saberse?— me preguntó, suspirando.
— Nada importante. Fue el experimento que me dejó un poco trastocada, nada más.— Mentí, negando con la cabeza.
Me dió la impresión de que no me creyó. Aún así me pasó el brazo por el hombro en señal de reconciliación. Yo no me negué.
—Oh vaya, me parece que me he venido con la parej...—empezó a decir Caleb cuando, de repente, le vi salir despedido unos metros, hacia la izquierda.
—¿Pero qué...?—gritó Sam, sorprendido. Al segundo, se cogió la barriga con una mueca de dolor. A mí no me iban a coger desprevenida.
Provoqué una ventisca. Gracias a la nieve que había producido, ésta se formó alrededor de una silueta. Le intenté pegar una patada en lo que creía que era la barriga pero me esquivó. Una fuerza sobrenatural me empujó fuertemente y caí de espaldas en el suelo. Afortunadamente no me di en la cabeza.
Al caerme, paré la ventisca y la silueta se desvaneció. Para ese momento, Caleb y Sam ya estaban de pie, preparados para atacar. Sin embargo, no pasó nada.
—¿Qué era?—pregunté jaleando.
—Mejor dicho, quién era—contestó Caleb.
—Deberíamos ir más rápido. Vamos.—aconsejó Sam, empezando a andar mientras nosotros íbamos detrás de él.
Estábamos por si acaso en guardia. No nos iban a pillar de nuevo desprevenidos.
Al final, tras una hora andando y ya sin ningún rayo de sol en el cielo nos sentamos en un claro en el que había varios troncos caídos. Lo bueno es que Caleb tenía el móvil con batería, ya que lo había cargado antes de salir solo por el hecho de que quería escuchar música y puso la linterna del dispositivo.
Nosotros nos apoyamos en los troncos y nos tumbamos.
—¿Creéis que vendrán a por nosotros?—Pregunté en voz baja.
—Claro.— me respondió Sam.
—¿Y crees que nos encontrarán? —le volví a preguntar con tono burlesco.
—Claro que no.—respondió. Creo que estaba sonriendo cuando lo dijo.
Poco a poco nos quedamos los tres dormidos. Yo tengo el sueño muy ligero y me desperté al escuchar el sonido de una rama rompiéndose. Me incorporé rápidamente y me quedé mirando de dónde creía que provenía el ruido. Pensé en despertar a Sam y Caleb, pero no estaba segura de si solo era tonterías mías. Puede que fuera Gamma y en ese caso deberíamos apresurarnos. Sin embargo, creía que si fueran ellos nos hubieran capturado ya. Aún así, me levanté para estar segura.
Cogí el móvil de Caleb y puse la linterna, ya que no tenía contraseña para desbloquearlo. Avancé bastante hacia el lugar donde había escuchado el ruido. Y de repente, sentí un ruido detrás mía. Un sudor frío me empezó a surgir y me di la vuelta lentamente. No es que yo fuera una cobarde pero estar en un bosque, de noche y sola me daba bastantes escalofríos.
Cuando vi la silueta que se encontraba detrás mía, el móvil se Caleb se me cayó al suelo. Yo conocía a esa persona, o al menos la había conocido: Steve. Pero ya no era el Steve que había conocido. El Steve que había visto tenía los ojos naranjas. Eso no era una buena señal y yo me encontraba sola, lejos de mis amigos. Y tenía mucho miedo.
Siento haber tardado en subir capítulos nuevos pero es que me encuentro en mitad de selectividad y no tengo tiempo para estar en wattpad. Ya en verano me pondré a tope :).
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top