Cap.9: inesperado plan.
-хорошо, увидимся там (esta bien te veré allá)-se despidió Astrid de la otra chica para despues mirar a los chicos-nos ayudara pero tenemos que ir a Noruega, ya me dio la dirección.
-esta bien, le avisaré al jefe si puede conseguirnos algún transporte-aviso Harry antes de dirigirse a la puerta
Astrid solo asintió antes de subir las escaleras hacia su cuarto donde estaban sus cosas para comenzar a empacar, hasta que escucho que tocaron la puerta.
-¿si?-pregunto a lo que la puerta se abrió dejando ver al castaño, entrando y cerrando la puerta después acercarse a ella.
-¿como estas?-pregunto refiriéndose a la noche anterior.
-mejor, gracias-respondió ella cerrando la mochila, antes de mirarlo.
-te noto algo tensa, ¿estas bien?-indago el chico tomándola de la mano.
-si, bueno..-iba a decir, pero en eso tocaron a la puerta y después de autorizar, el hermano de la rubia apareció-¿que pasa?.
-tenemos que hablar con el equipo-sentencio un poco preocupado.
Los tres bajaron a la sala a donde estaban los chicos acomodando sus cosas.
-¿como que no podemos ir a Noruega?-pregunto Camicazi, cuando el hermano de la rubia les informó.
-parece que no nos quieren ahí-dijo Harry-al menos no podemos llegar por medio de un Jet, seria irnos en barco, como la vez anterior.
-¿pero por que?-pregunto Brutilda confusa-no es la primera vez que vamos.
-es por mi-dijo Astrid cruzándose de brazos, bajando la mirada-tuve algunos problemas con el gobierno.
-Astrid, si vamos allá, seria muy peligroso-razono Walter.
-Atali puede encontrar el lugar donde tienen a mi niña, no voy a desperdiciar esta oportunidad-respondió ella con seguridad, sintiendo la mano el ojiverde en su hombro, apoyándola.
-¿como entraras sin que te reconozcan?-pregunto Patán.
-puede cambiar su identidad-dijo Heather-podemos cambiarle un poco la apariencia.
-me parece buena idea-acepto la rubia-Harry, dile a Snow que mande un Jet al aeropuerto más cercano, nosotros lo alcanzaremos allí.
-muy bien, esta decidido-sonrió su hermano volviendo a tomar el comunicador y salir de nuevo.
-entonces mi querida rubia, podemos teñir tu cabello de un castaño oscuro o un pelirrojo, creo que ambos te favorecerían-opino Brutacio pasando los dedos por el cabello de la rubia-tal vez podríamos ponerte unos pupilentes, ¿tu que opinas Tilda?.
-no lo se, creo que no me agrada del todo que se tiña en cabello-opino su gemela-digo tiene bonito color de cabello y además de que lo tiene muy sano, ¿no podría ser una peluca?.
-tienes razón-concordó su hermano-¿trajiste el material?.
-por supuesto señor-contesto Brutilda emocionada, tomando a Astrid del brazo llevándosela junto a su hermano.
La ojiazul volteo para mirar a Hipo, quien solo le sonrió con algo de burla.
Pasando las horas, Harry les aviso que el Jet había llegado y que el aeropuerto más cercano estaba a tres horas de camino.
Astrid bajo con sus cosas hacia la camioneta quitándose de la cabeza lo que parecía ser la peluca llevándosela en la mano, al mismo tiempo que cerraba sus cerraba sus ojos algunos segundos, derramando algunas lagrimas.
-hey, hey, ¿estas bien?-la detuvo Hipo al verla, y cuando ella lo miro, el observo sus ojos rojos e hinchados-demonios Astrid, ¿Qué paso?.
-pupilentes-dijo ella mostrándole el estuche donde estaban-sabia que dolían mucho la primera vez, pero no creí que tanto.
-esta bien, ten-ofreció el chico sus lentes colocándoselos el mismo en los ojos de ella-no quiero que el sol te lastime los ojos.
-gracias-dijo ella con una sonrisa, acariciando la mejilla del chico-será muy peligroso estar allá.
-tranquila, te cuidare-tranquilizo a lo que ella se puso de puntitas para alcanzar su mejilla y darle un pequeño beso.
Tomaron sus manos antes de salir hasta el donde estaba la camioneta, donde los esperaba Bocón para despedirse.
-Bocón muchas gracias por todo, no se como pagarte-agradeció la rubia abrazando al hombre.
-con que los tres sean una familia, es suficiente pago-bromeo el hombre en un susurro sacándole una sonrisa a la chica separándose de ella.
-nos veremos después Bocón-se despidió Hipo abrazando al hombre.
-claro que si muchacho, si necesitan ayuda, este lugar siempre será su casa y estará dispuesto a recibirlos-prometió mirando tanto al chico como a la chica.
-muchas gracias, Bocón, espero que estés bien-le deseo Astrid.
-a ustedes, bueno ya váyanse, esa niña los necesita-ante eso el dúo de jóvenes asintió, subiendo a la camioneta junto a los demás dirigiéndose al aeropuerto.
Al llegar, subieron al Jet, donde sorpresivamente el par de gemelos tomaron los asientos de copiloto y piloto.
-comiencen a rezar para que este par no se estrelle en el océano-se burlo Patán.
-votación, ¿tiramos a Patán al océano en pleno vuelo?-pregunto Brutilda a lo que los demás, escuchando despues afirmativas de gran parte del equipo y un reclamo del pelinegro.
-chicos no vamos a tirar a Patán al océano-negó el castaño.
-Hipo, por favor, es Patán-pidió Brutacio-es un cabeza de carnero.
-pero es nuestro cabeza de carnero-apoyo la rubia al castaño.
-ustedes son un par de aguafiestas-declararon los gemelos comenzando a despegar sin dejar que sus compañeros se sentarán haciendo que cayera al suelo.
-¡GEMELOS!-les reclamaron.
-misión cumplida hermana-chocaron los cinco ambos, orgullosos, despegando completamente.
-¿están bien?-pregunto Camicazi levantándose del suelo.
-juro que algún día voy a matar a ese par-comento Patán sacudiéndose la ropa.
-no creo que puedas-opino Heather ayudando a su novio a levantarse-te llevarías una explosión en tu cara si lo intentaras.
-carajo-escucharon maldecir a Astrid sosteniendo su nariz, al parecer se había golpeado fuerte en esta, ya que había algunos rastros de sangre en sus dedos.
-¿estas bien?-pregunto Heather, Astrid solo asintió algo extrañada por el comportamiento de la pelinegra.
-¿donde esta Hipo?-pregunto Valka al no verlo.
-aquí debajo-escucharon débilmente y miraron de donde provenía, observando salir una mano por un lado del cuerpo de Patapez estando desmayado.
-por los dioses Hipo-exclamo Astrid, llendo junto con Heather, Camicazi y Walter a quitar al desmayado chico de encima del castaño-¿estas bien?.
-mucho mejor ahora-admitió el ojiverde respirando mejor, fue hasta que miro mejor a la chica cuando noto que se sostenía la nariz-¿Astrid que paso?.
-no es nada, es solo un pequeño golpe-minimizo la chica.
-¿pequeño?-pregunto irónico-estas sangrando.
-ya te dije que no es nada-volvió a negar la ojiazul, a lo que los demás después de recostar a Patapez en una se las camas se miraron con una sonrisa ante la discusión de la pareja.
-no, claro que no te voy a dejar así-declaro el chico levantándose, tomando la mano de la chica, llevándosela al baño, cerrando la puerta tras ellos.
-dejame ver-pidió tomando la mano de la chica retirándola de la zona-un golpe, claro.
El chico tomó un pedazo de papel mojándolo un poco, comenzando a limpiar el hilo de sangre que brotaba de la nariz de ella.
Tomó entre sus dedos el puente de la nariz, haciendo que ella diera un quejido de dolor.
-por suerte no esta rota-dijo finalmente, mirándola a los ojos.
-ya vez, no tienes que preocuparte-menciono ella con una pequeña sonrisa.
-tu también hubieras hecho lo mismo-le reprocho el chico con burla
-tal vez-lo molesto ella.
-oh vamos, ambos sabemos que te preocupas por mi-
-¿de verdad estas tan seguro?-
-claro que si-respondió el robándole un beso, antes de salir y dejar a la chica con una sonrisa boba.
A los minutos ella salió sentándose junto al castaño, siendo que aún faltaban algunas horas para llegar, aprovecho para acurrucarse a el.
-tengo una invasora-comento con una sonrisa-no soy una almohada.
-te encanta-le aseguro ella con una sonrisa victoriosa a lo que el asintió.
-tortolitos, ustedes me van a dar diabetes con lo cursis que son-se burlo Patán.
-ja!, y no siquiera son Dagur y Mala-recordó Heather.
-¿en serio?, ¿Qué tanto son?-pregunto la ojiazul.
-solo diré que cada vez que están juntos solo escuchas, "mariposa", "esquimal", por todas partes-se quejo el pelinegro.
Ante eso los chicos negaron con una sonrisa, siendo que el ojiverde miro a al joven acurrucada a el, aprovechando el momento para abrazarla.
Pasando algunas horas y estando por llegar, Astrid se dirigió al baño, donde ato su cabello en una coleta, acomodándolo al ponerse la peluca, lavo sus manos y con mucho cuidado se coloco los pupilentes sintiendo menos dolor que la primera vez.
De nuevo se acomodo los lentes que el ojiverde le había prestado.
Regreso de nuevo a su lugar esperando a que los gemelos aterrizaran y aunque fue un poco turbulento llegaron a salvo.
Con un alivio por no morir estrellados, bajaron comenzando a caminar por la ciudad siguiendo a Astrid que trataba de no mirar a los ojos a ninguna persona, aunque sentía las miradas de todos sobre ella.
Llegaron al edificio en donde verían a la chica, era un edificio viejo.
-ustedes quédense aquí, yo iré arriba-indico Astrid.
-te acompaño-dijo el castaño.
-no-negó ella-necesito que te quedes aquí, yo estaré bien.
-¿estas segura?-pregunto Camicazi.
-si-mintió comenzando a subir las escaleras quitándose la molesta peluca de la cabeza, sacando se arma estando lista para lo que se presentará.
Se detuvo en uno de los departamentos entrando a este, comenzando a caminar por todos lados.
-vaya, creí que nunca llegarías-hablo una voz detrás de ella.
Ambas se miraron y Astrid bajo la guardia, algo más tranquila.
-ya comenzaba a pensar que me había equivocado de apartamento-comento la rubia.
-¿entonces que buscabas conmigo?-pregunto la pelirroja.
-necesito entrar a la base de datos, para localizar donde tienen a mi hija-soltó Astrid.
-¿hija?-pregunto Atali algo sorprendida.
-si, han pasado cosas raras en los últimos seis años-comento Astrid, pero en eso ambas escucharon un par de patrullas llegar al edificio.
La ojiazul se acerco preocupada a la ventana, mirando como los policías comenzaban a pasar a dentro del edifico.
Iba a moverse, pero se detuvo cuando sintió el frío del cañón en su sien.
-por la autoridad que me confiere la Interpol, tu, Astrid Hofferson quedas arrestada por el homicidio de el político Aaron Brown-escucho la rubia volteando a verla.
En un movimiento rápido saco su arma apuntándose ambas mutuamente.
-baja el arma Atali-ordeno Astrid retrocediendo.
-no hagas esto más difícil, coopera-dijo Atali-no creo que quieras que los otros policías entren con armas de electrochoque.
-podre con ellos-dijo la ojiazul.
Ambas se detuvieron, mirándose fijamente, hasta que en un movimiento rápido ambas se quitaron las armas de nuevo, volviendo a apuntarse mutuamente.
Atali trato de quitarle el arma de nuevo, lo logro, pero Astrid la tomó del brazo jalándola hacia ella y darle un patada a la otra mano que tenía en arma y quitarle con una de sus manos la otra.
Lanzó a la pelirroja al suelo, la cual se levanto con pesadez dirigiéndose a la rubia lanzando golpes al aire que la otra mujer le propinaba.
Hasta que Astrid la tomó del brazo y de la cadera aventándola contra la mesa de madera.
Atali, reacciono dándole una patada en el pecho a la rubia que la hizo caer además de sentirse sin aire.
La pelirroja tomó un trapo de cocina y cuando Astrid se levanto dirigiéndose a ella dando un gruñido de coraje.
La otra chica enredo el trapo alrededor de su cuello intentando dejarla inconsciente.
-no te resistas-ordeno la pelirroja sacando las esposas de su bolsillo
Pero la ojiazul se acerco a ella apoyándose del fregadero para empujar, recostarse en el suelo y azotando a Atali el suelo dándose con una de las puertas de cristal.
Ambas se miraron con detenimiento hasta que la rubia tomó de la cocina un cuchillo.
Acercándose a la pelirroja con furia, quien tomó el rodillo para masa para defenderse.
Esquivaba los intento de apuñalamiento de la rubia, tomándola sorpresivamente del brazo.
Atali dio una patada en la rodilla de la Astrid, aprovechando para tirarla al sola y con las esposas comenzar a estrangular a la ojiazul.
Esta para defenderse enterró el cuchillo en uno de los costados del torso de la pelirroja, quien no se alejo, aunque soltó pequeño grito de dolor.
Ambas mirándose con expresiones de dolor, una por la herida del costado y otra por el dolor en el cuello.
Hasta que Atali alejo las esposas del cielo de ella alzando las manos en son de paz, a lo que Astrid quito el cuchillo dejándolo caer al suelo, inhalando con desesperación, tomándose del cuello.
-придурок (idiota)-insulto Astrid con la voz un poco ronca.
-bueno yo quería hacerlo por las buenas no me dejaste opción-contrataco la pelirroja.
-¿por que trajiste a la policía?-pregunto con molestia la rubia.
-despues de que te fuiste, renuncie a la agencia y me convertí en agente policía-explico la pelirroja-hizo un juramento, era mi deber, además, te dije que te ayudaría y la red de policía contiene gran información y puede que eso te ayude.
-¿que estas planeando?-cuestiono Astrid comenzando a comprender.
-te diré todo el plan, pero tienes que cooperar-comento la chica a lo que la ojiazul asintió.
En el piso de abajo tenían a los chicos esposados, sentados en el suelo con varios policías rodeándolos.
Hipo y Camicazi miraban al interior del edificio con preocupación al ver que la rubia no bajaba.
Sin embargo se sorprendieron al ver bajar a Atali con Astrid esposada, ambas caminando con dificultad por los golpes.
-detective, necesita un médico-dijo uno de los tomando a Astrid con rudeza de las esposas, haciendo que casi cayera, cosa que molesto a los chicos especialmente al castaño.
-estoy bien, no hay que preocuparnos ya la tenemos-comento Atali, señalando a la ojiazul.
-esta vez ya no escapara-concordó el policía, lanzándola, siendo que ella se dio contra la camioneta soltando un quejido de dolor.
-no pierdas el tiempo y llévenlos a la comisaría-ordeno la pelirroja subiendo a su camioneta, siendo que subieron a los chicos a la patrulla.
-¿están bien?-pregunto Astrid en un susurro al verlos.
-si, ¿y tu?-
-mas o menos, pero sobreviviré-los tranquilizo la chica.
-¿que están tramando?-susurro Harry señalándola-¿y Atali?.
-esta de nuestro lado, nos ayudara-respondió la rubia.
-¡Cállense!-les ordeno uno de los guardias golpeando la rejilla que los separaba.
Ante eso los chicos se callaron, no por que los intimidaran, si no por que no querrían darles señales o pistas de lo que harían.
Al llegar a la estación, los bajaron con brusquedad, llevándolos a las celdas dejando por separado a los chicos y a Astrid.
Quien solo se mantuvo sentada en el suelo al lado del castaño, sintiendo los barrotes separarla de el.
-estaremos bien-tranquilizo la rubia mirando al chico.
-dije que te cuidaría y al momento que llegamos, resultate herida-comento el chico con molestia.
-oye, tranquilo, solo fueron algunos golpes, además tu estas peor que yo, así que la que debería estar enojada debería ser yo-reprocho la chica con una mueca de dolor al tocarse de nuevo el cuello.
-te dije que también te preocupadas por mi-comento el chico con burla, sacándole una sonrisa a la chica.
Entrelazaron sus manos por uno de los barrotes, aun en las peores circunstancias ambos encontraban reconfortante estar al lado del otro.
Fue cuando llego Atali, con otro oficial que Astrid reconoció, ambos entraron a su celda con un par de sillas sentándose en frente de ella.
-¿te acuerdas de mi?-pregunto el oficial con molestia-yo jamás te olvide, no después de dejarme con la cara hecha pedazos-señalo las cicatrices de su rostro-maldita hija de...
-Robert-llamo la pelirroja deteniéndolo, a lo que el cerro sus ojos conteniéndose-recuerda que ella es demasiado astuta
-pues no lo es por completo ya que regreso aquí-dijo el hombre levantándose de su asiento acercándose con lentitud a la rubia.
Lo que la asusto a ella y a los demás.
-¿por que volviste?, ¿acaso viniste a hacerle la vida menos a alguien más?, ¿o que?-
Ella no respondió, ni siquiera lo miro.
-¡MIRAME CUANDO TE HABLO RAMERA!-grito alzando la mano con tal de golpearla, ella solo cubrió su rostro con sus manos esposadas.
-¡OYE IDIOTA!-gritaron con furia los chicos al verlo dispuesto a golpear a la ojiazul.
-¡ROBERT!-gritó Atali, tomando su brazo, alejándolo de la chica.
El solo se alejo lanzando una de las sillas hacia la chica, pero solo se estrelló a un lado de ella en la pared.
-Robert, quiero que te vallas-ordeno Atali-quiero que te vallas, hare esto sola.
-como quieras-dijo indiferente dejando el lugar con furia.
-lo lamento mucho-se disculpo la pelirroja-no debió hacer eso.
-le destruí la cara, creo que tiene el derecho de reaccionar así-opinó Astrid bajando la mirada avergonzada.
-Astrid-llamo Hipo.
-hablamos luego-evito la chica con frialdad dejando al chico con un sabor agridulce en la boca.
-les diré que haremos-comenzo a decir Atali.
-¿no nos escucharan?-pregunto Heather señalando las cámaras.
-no, solo capitán el movimiento, ellos creerán que interrogó a Astrid-explico-la red de la policía es grande, la persona que buscan podrá aparecer por allí, es una manera segura ya que nadie sabrá que son ustedes los que investigan.
-busca Drago Manodura-pidió la rubia.
-¿Manodura?-pregunto sorprendida la chica.
-el tiene a la niña-especifico Harry.
-¿puedes encontrar algo que nos sirva para rastrearlo?-pregunto Astrid.
-claro, les traeré lo que consiga-aseguro antes de irse dejando a los chicos con algo de esperanza, pero también con un mal sabor de boca por la situación con el otro policía.
En pocas horas, anocheció, los chicos algo cansados comenzaron a luchar contra el sueño, aunque no pasó mucho tiempo como para que se rindieron y el suelo los venciera quedando dormidos
El castaño en un momento dado cabeceo dándose contra los barrotes, haciendo que soltara un quejido, despertándose seguidamente.
-¿estas bien?-escucho preguntar a la chica, quien aunque tenia los ojos cerrados, estaba despierta.
-si-respondió el mirándola-¿que paso ente tu y el policía?.
Ante la pregunta ella dio un suspiro antes de abrir los ojos encontrándose con los de el.
-había un político se llamaba Aaron Brown, el comenzó a descubrir lo que hacía la Srta. Jones y..-se detuvo al llegar a donde no quería.
-te ordenaron matarlo-adivino el ojiverde comprendiendo, a lo que ella solo asintió.
-no pude negarme, así que lo hice y el policía que estuvo aquí, intento evitarlo e hice lo que tuve que hacer para que no estorbara-termino de contar-incendie el edificio completo para no dejar pruebas, pero eso no sirvió.
-saldremos de aquí, no dejaré que ese infeliz intente hacerte algo de nuevo-prometió el ojiverde.
-gracias-dijo la chica pasando sus manos por los barrotes hasta donde estaban las manos de él y entrelazadas de nuevo.
A la mañana siguiente todos se encontraban despiertos, pero cansados, no habían dormido nada bien en aquel lugar, además de estar hambrientos.
-chicos-llamo Atali entrando-encontré algo, hace unos días, miraron a Drago y sus hombres en una fábrica en Alemania, podemos ir y revisar que si hay alguna pista.
-hay que darnos prisa-dijo Astrid, sacando de su bolsillo las llaves de las esposas que Atali le dio antes de salir del edificio.
CONTINUARA.
¡sorpresa!, esta ves fue algo muy inesperado que pudiera actualizar dos veces por semana.
Pero que puedo decir las desveladas han estado buenas xd.
Espero lo disfruten y recuerden dejar su voto si gustan.
Si mas que decir, se despide la cuchurrumina.
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