cap. 7: Más que decididos.

-¿como esta Ramírez?-pregunto Astrid lavándose las manos y la cara en el fregadero del baño.

-ella está bien-contesto Brutilda esperándola afuera-¿tu como estas?.

-no lo se-sincero saliendo del baño, para después señalar hacia la sala-¿ya se llevaron el cuerpo?.

-si, desde hace unos minutos-dijo la gemela.

-voy a caminar, vuelvo en un momento-aviso la ojiazul, poniéndose su cacheta.

-esta bien, ten cuidado-

Sin que nadie la viera se escabullo por la parte de atrás del edificio saliendo a la calle comenzando a caminar hasta detenerse en uno de los parques donde solía frecuentar con su hija.

Se sentó en el verde césped, dejando que la brisa fresca impactará contra su rostro, en eso miro a uno de los niños acercarse a ella.

-hola, señora Hofferson-saludo, ella solo sonrió al darse cuenta cuenta era un compañero de la escuela de su hija.

-hola Neithan-saludo.

-¿como esta?-pregunto el infante con educación.

-muy bien, pequeño-mintió la adulta con una sonrisa falsa, no quería hacer sentir mal al niño.

-¿y Zephry no vino?-pregunto al no ver a la niña con su madre, ya que ellas siempre estaban juntas.

-no corazón, ella no vino, ella esta con su tía Camicazi, solo vine a dar una vuelta, me he sentido algo cansada-menciono ella con calma.

-oh esta bien, lo comprendo, es bueno que las mamás se den tiempo para ellas-opino el niño, esta vez sacándole una verdadera sonrisa a la adulta.

-así es, eres un buen niño Neithan-admitió ella acariciando la mejilla del infante-anda ve con tus padres, ya está anocheciendo.

-esta bien, no vemos señora Hofferson-se despidió finalmente y cuando la rubia se quedo sola, sin nadie a su alrededor, bajo la mirada con tristeza, sintiendo sus lágrimas caer al césped.

Sin embargo soltó un suspiro pasando su mano por su cara, tranquilizándose.

Después de unos minutos se levanto, comenzando a caminar por el parque, aun cuando la noche callo, las farolas iluminaban el lugar al igual que las luces de la ciudad.

Fue cuando miro de lejos una banca frente al lago, donde Zephry y ella solían sentarse a hablar.


Flash back

-mamá, mira-dijo enseñándole una flor que había recogido-para ti.

-gracias, preciosa-agradeció ella tomando la flor.

-mamá, ¿papá te daba flores?-pregunto la pequeña con inocencia.

-a veces-respondió la rubia recordando la vez que leyeron el libro de su madre-me encantaban esos pequeños detalles, incluso si la flor se marchita, lo que importa es la intención de la persona.

-eso suena muy tierno-admitió la pequeña castaña.

-claro que lo es, sabes tu padre me amo, como no tienes idea, el era maravilloso y siempre lo ame-

-¿incluso lo seguirás amando cuando vuelva?-

-yo siempre lo amaré, a si como siempre te amaré a ti mi niña hermosa-

Fin de flash back

Sonrió ante ese recuerdo, su hija preguntaba mucho sobre su padre y Astrid le respondía con gusto, ella quería que su pequeña amara a su padre aunque no lo llegara a conocer.

Y como había dicho ella lo seguía amando, no importaba el tiempo que pasara, además de que ahora mantenía la pequeña esperanza de que los tres fueran una familia.

Hecho un último vistazo a la banca alejándose del lugar, volviendo a caminar de regreso con los demás.

Fuera del edificio los chicos subían de nuevo a la camioneta, sin embargo el castaño al no ver a la rubia, se preocupo.

-oye Brutilda-llamo a la gemela-¿sabes donde esta Astrid?

-fue a ir a caminar, dijo que no tardaba-explico ella-pero no dijo a donde iba.

-ya nos tenemos que ir, iré a buscarla, espérenos aquí-aviso es ojiverde alejándose del lugar, comenzando a caminar por la ciudad.

Tenía que decir que no sabia a donde se dirigía y la ciudad era confusa, sin embargo se tranquilizo cuando miro salir de un parque a la chica que buscaba.

Se acerco a ella con rapidez, mirando que estuviera bien.

-Astrid-llamo asustándola.

-¿que haces aquí?-pregunto ella al verlo de pronto por allí.

-te he estado buscando, ya nos tenemos que ir-aviso el chico, a lo que ella solo bajo la mirada, para despues mirar en dirección al parque, a lo que el se preocupo-¿estas bien?.

-si, si, será mejor que no dejemos a los demás esperando mucho tiempo-dijo comenzando a caminar adelantándose unos pasos de el.

Aprovechando para cerrar los ojos y calmar sus inmensas ganas de echarse en los brazos de él chico y decirle todo.

-carajo-maldijo en un susurro ante su cobardía, siempre había sido una chica valiente dispuesta a sacrificarlo todo para ayudar a su familia, sin embargo su miedo era tan grande como para decirle a Hipo la verdad.

El chico la seguía unos metros atrás, la dejaría un momento a solas para que ella se calmara, ya que la noto muy inquieta.

Sin embargo cuando miro la mano de ella limpiarse la cara, dedujo que estaba derramando lagrimas, así que se acerco rápidamente rápidamente ella y al estar a su lado pasó su brazo por sus hombros, trayéndola a él.

Ella recargo su cabeza en el pecho del chico, ambos sin dejar de caminar, sin embargo en esos momentos se resguardaron uno en el otro.

El sabía que ella estaba muy preocupada por su hija, lo que en parte era verdad, pero también gran parte de su dolor era por que ambos no estaban juntos.

Es cierto que llegaron a sentirse incómodos en ciertos momentos, pero sin duda algo que ninguno hacia era hablar.

Sabían que si querían que las cosas estuvieran bien entre ellos, tenían que hablar, aunque no llegarán a ningún tipo de relación más allá de ser amigos.

Despues de algunos minutos, Astrid se alejo de él, no tan lejos, pero si lo suficientemente para que el abrazo se rompiera, algo que ninguno quería, pero al pasar el tiempo se sintieron algo nerviosos ante el contacto.

Estaban a punto de llegar, cuando en un momento Astrid se detuvo para mirar un restaurante el cual, estaba lleno de personas, algunas eran familias.

Sonrió al ver por el cristal, la mesa que ella y su hija la mayoría de las veces se quedaban, tenía buenos recuerdos del lugar.

Hipo, solo la miro con atención y de cómo ella había hecho su vida en este lugar.

Algo que sin duda lo desánimo un poco, claro que estaba feliz por ella, pero se preguntaba si el podría encajar en la vida de ella una vez más.

Fue cuando ambos miraron a un sujeto levantarse de la mesa de en frente, sacando de su cinturón un arma, la cual disparo seguidas veces.

Hipo en ese momento corrió hacia Astrid abrazándola, con tal de protegerla de las balas.

Los gritos de las personas no se hicieron de esperar.

Astrid solo se tiro al suelo, junto con el chico que no la soltó en todo el momento, para que las balas no los alcanzarán.

Cuando ambos se dieron cuenta en la posición en la que estaban en el suelo, se levantaron de prisa con un gran sonrojo en el rostro.

Fue cuando el hombre salió del restaurante, tirando el arma vaciá al suelo y sacando una navaja, señalando con esta a la rubia.

Esta busco entre su pantalón su arma, pero cerró los ojos con furia al darse cuenta que la había olvidado.

El hombre siguió acercándose, ella se posiciono dispuesta a pelear, lista para lo que pasara.

Sin embargo delante de ella se interpuso el castaño, haciendo que el hombre de adelante detuviera su caminar.

-el imbécil sigue vivo-comento con burla, dando media sonrisa, volviendo a caminar hacia ellos esta vez más decidido

-si, y este imbécil aun sabe golpear-sentencio Hipo al tenerlo cerca.

Y en ese momento que el sujeto intento apuñalarlo, lo esquivó para despues propinarle un golpe en la cara.

El hombre también intento atacarlo, dando inicio a una pelea entre ambos, siendo que la navaja causaba varios cortes en los brazos al castaño.

Astrid fue en ayuda al ojiverde, quien después de que fuera arrojado al suelo algo aturdido.

La chica en un movimiento torpe, sujeto con su brazo el cuello del sujeto por detrás, sin embargo el hombre con la navaja le hizo un corte en el muslo.

Ella gruñó de dolor, soltándolo y retrocediendo, fue cuando el hombre volvió a intentar apuñalarla, esta golpeo su brazo desviándolo, para dale otro golpe en el estómago y después en la manzana de Adán.

El hombre se sujeto el cuello ante el golpe, la chica aprovechando le dio una patada en el pecho tirándolo al suelo.

Sin embargo al acercarse de nuevo, el pateo una de sus piernas haciéndola caer.

Con rapidez se posiciono encima de ella, inmovilizado una de sus manos en intentando apuñalarla.

Astrid agarro la muñeca del hombre, con su mano libre para que no la apuñalara, sin embargo el sujeto, al ser más fuerte que ella hizo que su mano bajara poco a poco y con ella la navaja.

La chica gimió de dolor al sentir la navaja comenzar a penetrar su pecho con lentitud.

El hombre sonrió al ver que en unos segundos podría apuñalarla con profundidad.

Hipo lo empujó alejándolo de la chica, la cual se giro presionando su pecho, al ver que comenzaba a sangrar.

El sujeto y el castaño, pelearon de nuevo, siendo que en un dado momento el ojiverde tomó la navaja, apuñalándolo en el pecho.

El hombre cayó al suelo aun consiente, desangrándose, sujetándose el pecho.

-¿estas bien?-pregunto Hipo al estar al lado de Astrid ayudándola a levantarse.

Ella no contesto, noto que estaba desubicada y fue cuando bajo la mirada a la sangre que salía de su pecho, se alarmó, ayudándola a caminar, mientras Astrid seguía presionando la zona de su herida.

En eso notaron las miradas de las demás personas que emitían miedo y preocupación por lo que paso, algunos hasta habían grabado lo que paso, sin embargo al ver a los dos jóvenes caminar hacia ellos les abrieron paso.

En eso escucharon el sonido de las sirenas acercarse, y cuando llegaron las patrullas de policías, rodeando al hombre en el suelo.

-¡NO TE MUEVAS!-escucharon Hipo y Astrid, quienes voltearon a ver al sujeto, quien no se dejó intimidar por los policías.

Sin embargo se quito su saco, tosiendo sangre.

-¡TODOS SALGAN DE AQUI!-grito Hipo, tomando a Astrid de los muslos cargándola al estilo nupcial, al ver la bomba atada al torso del hombre.

Tanto el, como las personas comenzaron a correr, y no se detuvieron ni siquiera cuando la bomba exploto.

Astrid alzo la mirada, mirando la gran nube de fuego que se acercaba a ellos.

Incluso al alejarse lo suficiente, el chico no bajo en ningún momento a la chica, quien seguía presionando su herida.

-bajame-pidió en un susurro, a lo que el chico se detuvo, mirándola confuso-bajame por favor

-esta bien-acepto, bajándola, pero sin dejar de sujetarla.

En eso miraron la camioneta de sus amigos acercarse a ellos, se detuvieron a donde estaban, abriendo la puerta para que entraran.

-¿que paso?-pregunto Camicazi ayudando a sostener a Astrid.

-nos atacaron-dijo la rubia sentándose en los asientos traseros.

-cuando vimos la explosión fuimos lo más rápido que pudimos-le explico Patán a Hipo, quien solo le asintió en agradecimiento.

-tenemos que curar la herida-concluyo Heather al revisar la herida de la ojiazul.

-no podemos ir a un hospital, es muy peligroso las afueras de la ciudad hay una gasolinera, puedo curarla allí-sugirió Astrid volviendo a hacer presión en ella.

Heather y Camicazi asintieron volviendo a sus asientos, no sin antes avisarle a Patapez que harían una parada en la gasolinera.

En eso en castaño se sentó al lado de la chica.

-¿como esta?-pregunto señalando la herida.

-sobreviviré-bromeo ella sacándole una sonrisa al chico-no es nada, además tu también estas herido.

-si, pero resulta que no puedo morir-respondió el chico bromista.

"Eso lo se", pensó Astrid al mismo tiempo que reía ante el comentario.

-gracias por ayudarme-agradeció ella.

-no fue nada-contesto el-tu hubieras hecho lo mismo.

Después de intercambiar una mirada y sonreírse de nuevo, ella recargo su cabeza en su hombro antes de que siguiera el camino.

Pasando algunas horas, llegaron al lugar, Patapez aprovecho para llenar el tanque de gasolina, mientras Astrid tomaba uno de los obtenidos con alcohol y gasas, dirigiéndose al baño, al igual que Hipo.

Ya sola en este, se quito su cacheta y su blusa de manga larga, teniendo debajo de esta una pequeña blusa de tirantes, bajo el tirante de esta, así como una parte de la blusa hasta el inicio de la copa de su sostén.

Miro con detenimiento la herida, tomando un pequeño pedazo de papel, en cual mojo un poco para limpiar la sangre alrededor de la herida, tomando después una gasa, mojándola un poco con alcohol, para despues posicionarla en una parte de la herida.

Sintió el ardor hasta el alma, mordió una sus manos cerrando los ojos con fuerza mientras la herida sangraba.

Cuando sintió el dolor disminuyo un poco en esa zona volvió a poner el pañuelo en esta misma limpiando por segunda vez.

En eso tocaron la puerta varias veces.

-largo-ordeno ella adolorida.

Esta vez la puerta se abrió.

-¿que no escuchaste?, largate-reclamo molesta girándose, encontrándose con Hipo.

-lo lamento-se disculpo el chico.

-no tu perdóname a mi, pensé que eras otra persona-se disculpo la chica  dándole de nuevo la espalda y colocar la gasa en una nueva parte de la herida que hizo que la hizo soltar un quejido.

-¿estas bien?-pregunto el castaño acercándose solo poco a ella, para no incomodarla.

Ella solo asintió, sin verlo derramando algunas lagrimas de dolor.

Fue cuando el chico se le acercó a ella mirando al rostro, después bajo un poco la mirada a la herida, claro, sin mirar más allá.

Noto que la mano de ella temblaba mucho a causa del dolor, así que la tomó, haciendo que ella lo mirara.

De su mano tomó la gasa, que estaba cubierta de sangre, tarándola a la basura, tomó otra gasa y la mojo de nuevo con alcohol, comenzando el a limpiar la herida.

La chica al sentir el ardor de nuevo, sujeto con fuerza el brazo libre del chico ahogando un gemido de dolor.

El joven sólo alzo la mirada para ver cómo cerraba con fuerza sus ojos.

Pasando unos minutos más, el chico terminó de limpiar la herida, poniendo encima de esta una nueva gasa limpia, vendándola y acomodando su blusa de tirantes.

Cuando alzo de nuevo la mirada, se encontró con aquellos ojos azules, observándolo a los ojos.

Inconscientemente acaricio la mejilla de ella limpiando los rastros que habían dejado sus lágrimas.

Ella solo recargo su mejilla en la palma del chico y sin dejar de mirarlo dio un pequeño suspiro.

Fue entonces cuando ambos se acercaron de golpe, por primera vez en mucho tiempo, unieron sus labios.

Ambos ante el contacto suspiraron, moviendo sus labios con rapidez en un beso lleno de desesperación.

Ella acaricio las mejillas de el, y sujeto su cintura, acercándola más a el, profundizando el beso.

Sin embargo tuvieron que separarse ante la Falta de aire, mirándose una vez a los ojos, sintiendo como comenzaban a sonrojarse.

-perdoname-pidió Astrid separándose de él, de pronto, con los ojos cristalizados, colocándose su chaqueta, subiendo el cierre, para despues tirar su blusa manchada de sangre a la basura.

Se dirigió a la puerta dispuesta a huir de allí, hasta que el chico lo impidió tomándola del brazo.

-Astrid-llamo con seriedad esperando a que lo mirara, pero ella solo lo ignoro-Astrid.

-suéltame-pidió ella mirándolo con seriedad, aunque sentía las lágrimas salir, no dejo de mirarlo con neutralidad, pero el no la soltó, solo reforzó su agarre-suéltame.

-tenemos que hablar-soltó el chico con autoridad, parecía una orden-no podemos seguir así, tenemos que hablar.

Astrid sintió que iba a explotar, así que desvió la mirada, no lo quería ver.

-Astrid-la volvió a llamar pero ella negó.

-dejame ir-pidió esta vez, pero al no soltarla ella se soltó de su agarre con brusquedad saliendo del lugar.

El chico al quedarse sólo, bajo la mirada con molestia.

Metió la mano en su bolsillo, sacando de este el collar de Astrid, el cual estuvo con el todo este tiempo.

No iba a rendirse, sin importar que pasara, el iba a luchar por recuperarla, aun la amaba.

Pero primero tenia que hacer algo muy difícil, hablar con ella.

Sabía que ella evitaría cada señal que implicará sacar el tema, si era difícil, pero no imposible.

Guardo de nuevo el collar y salió volviendo a la camioneta, mirando Astrid sentada junto a Camicazi, evitando mirarlo, con eso último sentó el asiento del copiloto al lado de Heather, quien conduciría esta vez.

-el jefe llamo, dijo que se encargaría de lo que paso en San Francisco, sugiere que nos escondamos unos días, hasta que las cosas se calmen-informo la chica comenzando-¿tienes alguna idea de a donde tenemos que ir?.

-si, vallamos con Bocón, le avisaré que vamos en camino-dijo Hipo, a lo que la chica asintió, comenzando a manejar.

En un momento del camino, Hipo volteo la mirada hacia donde estaba Astrid, quien conecto mirada con el, ambos mirándose con seriedad.

Ninguno se rendiría, ella seguiría cerrada hasta que estuviera lista y el no se rendiría hasta recuperara.

Ambos estaban más que decididos.

Sin embargo un tercera persona los miraba con atención, y sabía que esto no terminaría en nada bueno.

Solo deseaba que cuando su nieta regresara, no se encontrara con la triste situación en la que sus padres se encontraban.

Sin embargo intervenir entre ellos dos, tampoco arreglaría nada, solo haría que la situación se agravará más de lo que estaba.

Dejaría que la situación transcurrirá  y que ellos arreglaran sus diferencias, solo esperaba que no lo hicieran tarde.



CONTINUARA

Hola chicos, aquí tienen el séptimo capitulo.

¿les gusto?, espero que si.

Ya se besaron, ya saben que aun se aman, ¿será que ahora si se animan a hablar?  

Bueno sin mas que decir...

Se despide la cuchurrumina.





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