Cap. 12:ella estaba decidida.
-no creo que sea seguro hacer eso-menciono Patapez observando a Brutacio intentando sacar una bala de la pared cortando esta con un taladro.
-Patapez, si Dagur o Mala se enteran de esto, seguramente nos lanzarán a la calle-comento el gemelo al mismo tiempo que llegó Patán.
-apenas llegamos y ya se metieron en problemas-se burlo el pelinegro, ante la imagen que tenía en frente.
-pero si fueras tu de seguro ya estarías llorado-se burlo Brutacio
-hay aja-expreso sarcástico el pelinegro rodando los ojos-a ver, hazte a un lado, mira como se hace
Ante eso el gemelo dejó pasar a Patán, siendo que el volvió a encender el taladro, siendo que este comenzó a penetrar más la pared estando a punto de sacar la bala.
Patán sonrió victorioso, burlándose de los otros dos jóvenes en la habitación, sin embargo al poco tiempo perdió el control haciendo que el taladro se moviera causando un gran rayón por toda la pared.
Los tres jóvenes al ver el desastre que habían causado, se miraron con preocupación al ver que la situación se había hecho más grave.
-huy si Patán, claro, lo mejoraste-le reclamo Patapez con molestia.
-cállate Patapez-ordeno el pelinegro intentando no sentirse avergonzado.
-¿la bala ya salió?-pregunto Brutacio acercándose a la pared mirando dentro del agujero que habían causado, mirando la bala aun incrustada en la pared, con rapidez tomó unas pinzas tomando la bala y sacándola de esta-¡la tengo!.
-¡¿que demonios?!-escucharon los tres, reconociendo la voz, sintiendo que ya estaban perdidos.
-Dagur... hola-saludo Brutacio nervioso-tranquilo hombre, déjanos explicarnos antes de que te enojes...¡Patán tuvo la culpa de todo!
-¡oye!-le reclamo el pelinegro-yo no dispare la bala.
-pero lo hiciste más grave-volvió a recordarte el gemelo.
-a mi ni me veas, yo solo vine ayudarlo-señalo Patapez a Tacio, cuando sintió la mirada de Dagur sobre el.
-chicos, chicos-les llamo el pelinegro-reparen eso ahora, si Mala llega a ver eso, seguramente los pondrá a hacer trabajo duro y a mi me mandara a dormir al sofá, así que será mejor que reparemos este desastre.
-¿nos ayudaras?-pregunto Brutacio algo confundido.
-oigan Mala construyo gran parte del lugar, tenemos que reparar la pared-aviso el pelirrojo aunque solo más como una amenaza-Patán prepara un poco de cemento blanco, Brutacio trae la pintura, Patapez y yo reparemos su desastre.
Ante esa orden los chicos comenzaron a trabajar para quitar el desastre.
Mientras que en otra parte de la casa, Astrid se encontraba en el baño, mirando la herida de su pecho en el espejo, el sangrado no se había detenido y comenzaba a preocuparse.
Así que antes de encerrarse en el baño, pidió a Mala un equipo de sutura.
Retiro su blusa, llevando solamente el sostén, luego retiro las vendas y la gasa que cubrían su herida, la cual limpio con un pedazo en algodón mojado en alcohol, cerrando los ojos con fuerza.
Con las manos temblando, tomó la aguja con el hilo ya insertado y dando la primera puntada ella solo dio un gruñido de dolor, al mismo tiempo que golpeaba su muslo.
En la segunda puntada soltó un quejido, en la tercera dio otro y en la cuarta fue cuando se le salió un pequeño grito, cubriendo su boca con una de sus manos para intentar que el grito no sonará tan fuerte, manchando sus mejillas con la sangre que había en sus dedos.
Asegurando la sutura y limpiándose las lágrimas, vendo su herida y adolorida limpio su cara y sus manos, poniéndose de nuevo su blusa.
Aprovecho para revisar la herida de su muslo, la cual no era profunda, de hecho está ya tenía una formada una costra que ayudaba a sanar más rápido.
Volvió a verse al espejo, cuando escucho que tocaron la puerta.
-¿Astrid?-escucho la voz de Hipo al otro lado-¿estas bien?, Mala dijo que le pediste un equipo de sutura, ¿pasa algo con tus heridas?.
-no, no, tranquilo, ya pude solucionar el problema, no te preocupes, estoy bien-explico intentando disimular su voz para que esta no sonará muy adolorida.
-pues no parece que estés bien-obviamente su intento fue fallido-¿puedo pasar?.
-de hecho-abrió la puerta, encontrándose de frente con el-ya termine.
-Astrid, enserió, ¿estas bien?-volvió a indagar al ver sus ojos rojos y percibir sus manos temblar.
-solo...necesito descansar-confeso ella caminando hacia la cama, tocando con su mano la zona de la herida.
Tomo asiento en la cama dando un suspiro de alivio.
-te traeré algo para el dolor-aviso Hipo mirando el baño dándose cuenta que había algunas gotas de sangre en el suelo del baño y en parte del lavabo.
Además de que noto que se tocaba mucho la zona de la herida de su pecho, por lo qué pudo deducir todo.
Salió de la habitación dejando que ella se acostaba un momento en la cama intentando aguantar el dolor.
Después de unos minutos el chico volvió con un vaso de agua y una píldora.
Dejo ambas cosas en la cajonera al lado de la cama para ayudarla a sentarse, sosteniéndola de la cintura, luego le extendió el vado y la píldora, a lo que ella la ingirió volviendo a darle el vaso de agua al chico antes de volver a recostarse.
-no debiste haber hecho eso sola-dijo el chico preocupado sentándose al lado de ella.
-tu no estabas-se excuso ella.
-pudiste pedirle ayuda a Camicazi o a Heather-regaño el a lo que ella solo lo miro avergonzada.
-lo siento, la herida no dejaba de sangrar y quise hacerlo lo más rápido que pude-se disculpo ella, tomando la mano de el.
-no lo vuelvas a hacer sola, recuerda que ya estamos todos aquí para ayudarte-le recordó.
-lo se-razono la ojiazul, mirándolo a los ojos-¿te quedas conmigo?
-esta bien-acepto el chico, levantándose para dejar el vaso esta vez en la mesa, pero de pronto...
-¡¿QUE LE HAN HECHO A MI CASA?!-escucharon ambos a Mala gritar furiosa, por lo que Hipo se giro hacia Astrid asustado.
-¿que es lo que pasa?-pregunto ella intentando volver a levantarse.
-quédate aquí, yo iré a ver-pidió el chico, esperando que no tuvieran problemas graves.
-no tardes, ¿esta bien?-sintió la mano de ella tomar la suya, siendo que el la miro con una sonrisa antes de salir y dejarla sola en la habitación.
El ojiverde bajo por las escaleras hasta llegar hasta la cocina donde miro a Atali que solo se asomaba por la ventana.
-¿que sucede?-pregunto el ojiverde, a lo que ella negó.
-ni idea-respondió-pero igual debe ser nada bueno, Mala esta más que molesta.
-ya lo veo-concordó el, observando a Dagur tratar de calmarla, además de ver a Brutacio, Patapez y a Patán esconderse detrás de la camioneta del matrimonio.
-¿como esta Astrid?-pregunto ella.
-bien, ¿por que preguntas?-indago algo confundido.
-creí haberla escuchado gritar, pensé que le había pasado algo, pero luego vi que subiste a la habitación así que ya no dije nada-explico a lo que el solo asintió, para despues volver a subir a la habitación y al entrar vio a Astrid mirar una fotografía.
-Al parecer Brutacio, Patán y Patapez se han metido en un problema con Mala-hablo el chico haciendo que ella se asustara.
-no me di cuenta que llegaste-comento ella-pero ¿Patapez?, el casi nunca se mete en problemas.
-si, eso es extraño-concordó quitándose los zapatos al igual que la prótesis para recostarse junto a ella, en eso su vista se fijo en la fotografía que ella traía consigo-¿quién es?.
-ella es mi hija-respondió volviendo a mirar la foto, el joven extendió su mano hacia ella, pidiendo que se la prestara, a lo que la joven se la entrego-se la tome el día que entró por primera vez a la escuela, antes de salir de la casa, ella estaba muy emocionada por asistir.
El chico solo se quedó callado, mirando y examinando la fotografía, la pequeña niña le parecía familiar, admitía que se parecía a él.
En todo este tiempo, tuvo presente la opción aunque fuera mínima o pequeña, que ella fuera su hija, la hija de Astrid y el.
Sin embargo, no sacaba conclusiones hasta tener algo asegurado, además de que estaba convencido que si la pequeña era su hija, Astrid se lo hubiera dicho desde un principio.
¿O no?
-se parece a ti-comento devolviendo la fotografía a la rubia, a lo que ella solo la tomó para después acercarse al chico, abrazando al brazo de el, recargando su cabeza en el hombro del castaño y entrelazando la mano de el con la suya.
Hipo solo volteo a verla, encontrándose con los ojos zafiro de la chica e inconscientemente con su mano libre acaricio el cabello rubio de ella, terminando en su nuca, acariciándole esta causándole un escalofrío a Astrid que la hizo temblar.
Ante eso, un intenso sonrojo apareció en el rostro de ella, recordando los encuentros íntimos que tuvo con Hipo hace seis años.
Como la tocaba, llevándola a sentirse amada, incluso en esos momentos el la cuido y la hizo sentirse segura.
Se sentía protegida
Y esa era una sensación que muy pocas veces experimento y que era una de las sensaciones que más amaba, cuando era más joven, se sentía la mayoría del tiempo desprotegida, vulnerable, pero con el podía expresarse y abrir sus sentimientos.
El por su parte quería hacerla sentir lo más cómoda posible junto a él, jamás intento obligarla a nada que no quisiera, incluso estaba dispuesto a dejarla ir, si llegaba a enamorarse de alguien más.
No la tendría encadenada, no podría hacerlo, no después de saber que Astrid había vivido de esa manera toda su vida, pero era afortunado de tenerla a su lado, era algo por lo cual se sentía agradecido inmensamente.
-te amo..-revelo de repente ella, siendo que aún seguía sonrojada, sintiéndose algo avergonzada por decirlo como si fuera algo normal, pero el chico solo sonrió con ternura antes de acercarse a ella quedando a pequeños centímetros de distancia.
-yo también te amo-confeso con una sonrisa, siendo que después la beso.
La chica abrió los ojos con sorpresa, pero con los segundos cerró los ojos, correspondiendo el beso del chico comenzando una pelea entre labios.
Hipo la tomó de cintura acariciándola, colando su mano debajo de su camisa, sintiendo algunas estrías a comienzos del vientre de la chica, ante eso ella solo suspiro siguiendo con el beso.
En un movimiento con su otra mano libre el chico la posiciono la espalda de Astrid, levantándola, al mismo tiempo que se sentaba en la cama, siendo que la rubia terminó a horcadas de el, sin separarse del beso.
Ambos recorrían el torso del otro por encima de la ropa, aunque el chico a veces metía sus manos debajo de la blusa de la joven, sacándole varios suspiros.
Llego momento donde ambos se detuvieron y se separaron solo un poco para mirarse a los ojos.
Se sonrieron mutuamente antes darse un último beso, esta vez más corto y recostarse de nuevo en la cama, se abrazaron mutuamente mientras por la ventana miraban los rayos de sol comenzando a apagarse y dando paso a un tono azul que indicaba que pronto anochecería.
-¿quieres que te traiga algo de comer?-pregunto el, a lo que ella solo asintió, asa que se levanto, colocándose la prótesis-está bien, veré si hay algo que comer.
-te acompaño-dijo ella levantándose, acomodándose la blusa, además de sujetarse el cabello en un moño.
Ambos bajaron encontrando una escena que los dejó algo sorprendidos, Dagur se encontraba sirviendo la cena, mientras Brutacio, Patán y Patapez se encontraban haciendo la limpieza de la casa, siendo que el pelinegro se adentro al baño portando un cubre bocas.
En la sala se observaba a Mala, junto a Heather, Camicazi, Walter, Harry, Ramírez Atali, Valka y Brutilda, observando a los otros cuatro hombres, aunque la gemela sólo aprovechaba la situación para burlarse de su hermano.
-muy bien, ¿que fue lo que me perdí?-pregunto Astrid caminando hacia la sala, sentándose junto a Brutilda, mientras Hipo se dirigía a cocina con Dagur.
-Al parecer rompieron una de las paredes de la casa y bueno, Mala no les dejo muchas opciones-explico Camicazi sonriendo al ver a Brutacio pasar por allí, cosa que no pasó desapercibida por Astrid y Brutilda, quienes solo se sonrieron ron entre ellas con picardía.
Al poco tiempo Astrid e Hipo volvieron a subir a la habitación, sentándose en la cama, comenzando a comer el espagueti con albóndigas que el pelirrojo había preparado.
Al terminar, el ojiverde aprovecho para darse una ducha, mientras Astrid se cambiaba de ropa, ya que teniendo la sutura, tendrá que esperar unos días a que la herida cicatrice.
Así cuando el chico salió del cuarto del baño, ya vestido, ella entró a cepillarse los dientes y cuando salió del cuarto, se adentro en la cama, esperando sentada al castaño.
-¿que haces?-pregunto ella al verlo tan concentrado, mirando la ventana.
Ante la pregunta el, volteo a verla y con una sonrisa camino hasta ella, recostándose en la cama, recargando su cabeza en las piernas de la rubia.
-¿que tramas?-pregunto ella con una sonrisa.
-nada...-desvió la mirada el castaño, a lo que ella solo rodó los ojos, negando divertida.
-tramas algo, ¿que es?-volvió a preguntar.
-no puedo decirte-se excuso el chico, algo tímido.
-oh vamos Hipo, dime por favor-insistió, a lo que el volvió negar.
-no creo que quieras saber, no quiero que te molestes-admitió el chico.
-¿por que habría de molestarme?-pregunto irónica-Hipo, por favor.
-después de que ambos habláramos en casa de Bocón y nos dijéramos lo que sentíamos-comenzó a explicar, levantándose un poco hasta sentarse, dándole la espalda a la chica-y desde que estuvimos juntos, yo quisiera, quisiera... conocer a tu hija, no me importa si no soy su padre, quisiera ser su figura paterna, se que no tengo el derecho de pedírtelo, la verdad se que es una idea tonta..
-no, no lo es-lo interrumpió ella intentando contener las lágrimas-Hipo, tu eres el mejor hombre que podría pedir para que mi hija tuviera a su lado.
Hasta cierto punto Astrid, tenía miedo de que Hipo no estuviera dispuesto a asumir esa responsabilidad, no por que no quisiera o por que no pudiera amar a Zephyr, si no por que tuviera miedo de no hacerlo bien o no sentirse preparado.
Pero ahora que ya sabía lo que pensaba el castaño y que estaba dispuesto a asumir su responsabilidad, no le quedaban más dudas, el tenía que saberlo.
Ella estaba decidida, estaba decidida a decirle todo.
-solo quiero saber algo..-propuso el chico a lo que ella asintió-¿quién es su padre?.
Oh bueno, tal vez la situación se presente sola para decirle.
CONTINUARA.
*risa malvada* los voy a dejar con la duda 🌚, bueno tal vez no por que ya esta el siguiente el capitulo disponible, este capitulo ha sido el más corto escrito al momento por razones de tiempo jiji.
Bueno es todo, nos vemos!
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