Prólogo
Las afueras de Sagunto.
Sábado, 30 de Marzo.
Hora: 22:56.
Tres meses antes.
Y le bajó el cierre de los pantalones.
El chico de ojos oscuros dejó salir un leve gemido ante el contacto de los dedos de la joven en su miembro masculino. Él se estaba conteniendo con todo su ser, no quería hacerle daño a esa muchacha, pero todo ese autocontrol que de por sí se estaba yendo a donde Dios sabe, se vino abajo cuando ella comenzó a masturbarle.
Gruñó sin poder retenerse más, agarrando las dos muñecas de la chica y la tumbó abajo, recostándola en los asientos traseros de su coche. Estampó sus labios en los de ella, besándola con desesperación mientras le quitaba la sudadera verde oscuro para segundos después desprenderse también de su top negro.
Ella se encontraba debajo suyo y en sujetador.
El beso se intensificó más todavía junto a mordidas leves y succiones. La lengua de ambos jugueteaban salvajemente. Ella no intentó deshacerse del agarre, solo se dejó llevar sintiendo que todos sus nervios se activaban. Se separaron unos milímetros durante un segundo para coger aire y, en seguida, el joven juntó de nuevo, pero esta vez con más lentitud como si la estuviera saboreando.
Se levantó un poco.
La recorrió con la mirada con lujuria viva en sus ojos; desde sus facciones hasta toda su figura.
Ella mordió su labio inferior, incómoda ante su acción. Sintió primero besos húmedos en su mentón que poco a poco se dirigía hacia el lóbulo de la oreja, jugando con ella con la lengua al mismo tiempo que unas manos le quitaba los pantalones.
Los besos fueron en descenso, desde el cuello dejando marcas, hasta las clavículas y finalmente detenerse en el pecho. Aquello podía ser ilegal, y los dos eran conscientes de ello: se veía claramente que la chica no pasaba de los diecisiete mientras que el chico ya tendría sus veinte o un poco más. Sin embargo, no podían detenerse allí.
Él no podía detenerse si no quería que el veneno del afrodisíaco terminara con sí mismo.
Su lengua dibujaba círculos alrededor del pecho de la chica mientras que ella respiraba entrecortadamente con el corazón a mil. Los dedos del azabache bajó a su intimidad, masajeando lentamente y ella dejó escapar un corto gemido por el contacto frío y el placer.
La observó detenidamente y aquello, más que nada le hacía excitarse todavía más. Dejó lo que estaba haciendo para apartarse un poco y así quitarse los pantalones por completo junto al calzoncillo. Ella lo miró atentamente sin temor ni pavor, no era su primera vez pero tampoco era una chica que se dejaba tocar por cualquier persona; esa vez se trataba de una emergencia porque, si no fuera el caso, ¿quién tendría sexo con un chico desconocido en la parte trasera del coche y tan apartado de la civilización humana?
Agarrándola de la pierna, la estiró hacia sí dejando la intimidad de la muchacha expuesta. Él se inclinó hacia delante, apoyando las manos en los costados de la cabeza de la chica. La mirada de los dos chocaron.
—Trataré de ir despacio sin hacerte da-
—Calla y termina de una vez, no tengo toda la noche. Mi familia aún me esperan para la cena y dudo que contarles esto sea adecuado —le interrumpió la chica.
Al ver la seguridad que tenía en la mirada, no dudó más y dejó de aguantarse. La penetró y un leve quejido se hizo escuchar en la total oscuridad aún visible para los ojos humanos.
Una vez; y otra; y otra más. En todo el lugar solamente se escuchaba las respiraciones agitadas de ambos juntos a aquellos choques.
Ella le abrazó con fuerza envolviendo sus piernas al rededor de la cintura del otro. Ya estaban llegando al clímax, el chico aumentó velocidad haciendo que la muchacha arqueara la espalda hasta que finalmente toda esa sensación recorrió cada nervio de los cuerpos de ambos.
El azabache salió de ella sentándose en el asiento con la espalda recostada en el respaldo y la cabeza echada hacia atrás. De reojo, vio a la chica levantarse un poco con cuidado de no chocar con el techo del coche mientras buscaba su ropa y se vestía.
Abrió la puerta y salió al exterior dirigiéndose hacia su moto, sin dirigirle ninguna palabra al chico quien la quiso retener para preguntar por lo menos su nombre; se sentía culpable, como si la hubiera utilizado con el fin de salvarse el pellejo. Sin embargo, eso a ella no le importaba ya que simplemente arrancó después de ponerse los cascos, dejando atrás ese coche negro y ese lugar.
Ella no se dio cuenta de que su collar se quedó en el asiento al lado de ese chico, ni él tampoco sabía de que se trataba de una arma transformable.
🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹🌹
PALABRAS: 806
¡Hola, hola!
Weno..., perdón pero es la primera vez que narro esto y tampoco me es fácil JAJAJAJ La poca inocencia que aún me queda me lo impide alv.
En fin, aquí está el prólogo, ¿os ha gustado? Si habéis llegado hasta aquí, gracias por la oportunidad ♥ Os invito a que sigáis el capítulo 1 para ver si os llega a gustar de verdad o no. Y, puede que en un principio no se capte a la primera quién es la protagonista, pero ya cuando avance uno o dos capítulos, será obvio xd
Y, hoy es 2 de diciembre, cumple de la autora ésta que tarda medio siglo en dar actualización uwu. Nada más quería decirlo JAJAJAJ♥
Voy a seguir editando el capítulo 1 para que lo tengáis ya de una vez uwu.
¡Se os quiere!
¡Saluditos!
Dyiiana~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top