Trece

A veces me pregunto si mi madre –donde quiera que esté– piensa en mí o si tan solo se duerme mirando fotos de nosotras dos juntas, así como yo lo hago a diario. ¿Alguna vez se imaginó como sería nuestras vidas estando juntas? ¿Pensó en mí? ¿Alguna vez se dignó a escribirme o molestarse en saber cómo estaba?

El sudor de otras personas corría por mi espalda, me sentí como una mismísima puta, sin contar que me había convertido en todo lo que despreciaba. Mi padre se acercó, con gestos de desprecio me arrebató los billetes de las manos dándome una bofetada como la puta que era para él.

–Maldita ramera, te dije miles de veces que primero te tienen que pagar antes de acostarte con ellos –exclamó furioso, otra bofetada fue a parar en mi mejilla llamando la atención de las demás bailarinas que solo miraban con desprecio e incredulidad por ser la "novata" en este trabajo.

–Lo siento. –Bajé la mirada sosteniéndome la mejilla, el dolor era insoportable, la agonía mortal, aunque más doloroso eran los pecados que había cometido y por una maldita razón todavía no te podía sacar de mi mente. ¿Por qué me abandonaste en el momento donde más te necesité?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top