Diez

Fuiste mi gran amor, aquel que me prometió todo lo que jamás pude tener, y con tus simples manos mortales me lo arrebataste todo. Nunca me importó tener la vida que tuve ni de las cosas que mi asqueroso padre hiciera de mí, pero tu partida fue la que me dejó en esta devastación que no encontraba salida en ningún lugar que pudiera encontrar.

–Agatha. –Exclamó mi padre. –Ven un momento.

– ¿Hice algo malo? –Pregunté con incredulidad.

–Claro que no. Pasa, siéntate y ponte cómoda. –Señaló a unos pequeños asientos que estaban frente a nosotros. –Mira verás, un par de hombres me ofrecieron una gran oferta por tenerte por una noche, así que si no te molesta esta noche no servirás tragos sino que los atenderás en los cubículos de arriba. Son dos hombres que quieren de tu servicio. –Ordenó sin consultarme, fue tan vaga sus palabras que no entendía bien lo que sucedía.

– ¿Entonces quieres que me acueste con los dos hombres que no conozco? –Pregunté nerviosa, odiaba la idea y más si me trataba como una de sus rameras. –Sí. –Respondió sin más, sin cuestionarse o ponerse a pensar en lo descabellado que sonaba esto. –Es tu oportunidad de brillar, así que no preguntes ni tampoco te niegues o te irá peor. –Frunció el ceño sin antes dedicarme una sonrisa. –Recuerda que te tienes que cobrar primero antes de hacerlo. –Se levantó y comenzó a hablar con otras personas.

No podía procesar lo que estaba por hacer, un trío con dos hombres que no conocía, me daba temor y asco al mismo tiempo. Cada vez que mi padre lo hacía conmigo me sentía sucia, asqueada y con solo pensar e imaginarme que lo haría con dos sujetos me daba ganas de vomitar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top