Algún momento en mí vida cuando todo era "normal" en mi familia, prometí que jamás pasaría malos momentos ni tampoco situaciones incómodas como las que estoy pasando, aunque claro, prometer es fácil, cumplirlo no lo es.

A veces te ves metido hasta el cuello en situaciones que prometiste que a ti nunca te pasarían. ¿Hablar es fácil? Lo fácil es aconsejar. Hay cosas, sensaciones, que la gente no va a comprender, que tienes que guardarte para ti, que tienes que resolverlo solo, sencillamente, poniendo al mal tiempo buena cara. Porque no se puede ser feliz y el más fuerte a la vez. En la vida hay que elegir, lamentándose y aceptando las consecuencias.

Siempre me gustó ser actriz, participar en obras teatrales partícipe en el colegio ocupando un papel principal, secundario e incluso terciario si fuese necesario. En ese preciso momento estando en el escenario frente a toda la multitud y los inmensos reflectores mirar a la primera fila y ver a mi madre junto a mi padre con el clásico brillo en los ojos demostrándome cuán orgullosos se sienten de mí y lo que hago en mi vida.