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La luz golpeando contra sus párpados le hizo fruncir el ceño con disgusto. 

Sintió la pesadez del sueño desvanecerse poco a poco hasta que fue siendo consciente de los sonidos a su alrededor. Profundas respiraciones resonaban y el cantar de algunas aves sonaban a la distancia.

Un lejano dolor punzaba en alguna parte de su cuerpo pero no lograba identificar de dónde provenía.

Jin abrió los ojos lentamente esperando acostumbrarse a la iluminación natural. Parpadeó confundido al no identificar la habitación con aromas totalmente desconocidos, no sabía qué diablos hacía en ese lugar ni lograba recordar siquiera porqué estaba dormido.

La espesura en su mente se disolvió y entonces se dio cuenta del calor que algunos cuerpos pequeños le brindaban al suyo.

Su mente fue despejandose y reavivando sus recuerdos con miles imágenes rodeadas de un color carmín. Dongsun, el bosque, el dolor y la sangre...

Instintivamente indagó con sus manos entre la gruesa manta que lo cubría, necesitando comprobar el estado del pequeño cachorro dentro de él. Una parte de su alma moriría si algo le hubiera pasado a su bebé...

Llevó ambas manos bajo su estómago y de inmediato le invadió una inmensa ola de tranquilidad cuando tocó su vientre, notandolo aún abultado y tibio, indicandole que su diminuto bebé aún estaba protegido bajo su piel.

Suspiró y cerró los ojos intentando recomponerse. Aún sentía dolor, pero la sensación era lejana, casi anestesiada, como si estuviera cubierto con algo más...

Su lobo se sentía inquieto, gimoteando por comprobar el estado de sus otros dos bebés...

Se irguió ignorando el dolor en su cabeza y escaneó rápidamente la cama sobre la que descansaba, necesitando encontrar una explicación a todo y alguna vía de escape para huir con sus bebés...

Su corazón volvió a latir cuando vio a sus dos cachorros acurrucados a sus costados, profundamente dormidos en sus pequeñas y esponjosas formas animales.

Ambos respiraban con normalidad y Jin inhaló profundo para llenarse de sus dulces aromas...

Un tierno aroma desconocido llegó a su nariz y entonces notó que dos lobos más le miraban curiosos desde sus pies, "escondidos" entre las mismas mantas que lo cubrían.

El omega inevitablemente sonrió y entonces los lobos salieron poco a poco de su escondite, eran un poco más grandes que sus hijos pero claramente seguían siendo unos simples cachorros, delineó detenidamente las pequeñas figuras blanquecinas con sus ojos y su omega los reconoció como los lobos que venían con ese alfa del bosque...

Los pequeños lobos comenzaron a mover sus colitas emocionados al notar la atención que el omega les estaba brindando y Jin alargó su mano tentativamente para intentar acariciar el hermoso y brillante pelaje.

Su omega se sentía emocionado de tener cerca a tantos cachorros cerca, su instinto derretido ante los tímidos y pequeños lobos blancos.

Lentamente acercó su mano y ambos permanecieron expectantes a sus movimientos.

Uno de ellos de pronto se lanzó efusivo hacia él al ver lo que pretendía hacer y comenzó a restregar el hocico contra su cara, oliendolo y dejando lametones sobre su mejilla como si lo conociera de toda la vida.

— ¿Quién eres tú? — Preguntó Jin entre risas al lobo sobre él. 

Sintiendo al otro cachorro acercarse lentamente hacia él olisqueando sus piernas con detenimiento. Esquivando con extremo cuidado los cuerpecitos dormidos de sus cachorros.

Caminaba con lentitud, los pequeños ojos fijos en el omega y su cariñoso hermano, analizando la situación en la que los dos se encontraban y poco a poco fue cediendo a sus impulsos necesitados de mimos deseando sentir también las caricias del omega sobre su pelaje y oler su aroma con mayor libertad.

El cachorro que jugaba con Jin sin pensarlo mucho cambió a su forma humana, sustituyendo sus rasgos lobunos por unas dulces y felices facciones de niño.

— Me llamo Hobi. — Se presentó el cachorro con una enorme sonrisa.

Jin inevitablemente respondió la sonrisa y comenzó a acomodar los desordenados cabellos del niño, quien permaneció quieto y feliz ante las acciones del omega.

— No te llamas Hobi. — Dijo otra pequeña voz — Tu nombre es Hoseok pero te decimos Hobi... — Corrigió de pronto el otro niño, gateando lentamente hacia ellos.

— Oh, él es mi hermano Joonie... — Soltó Hoseok restandole importancia y el otro niño bajó la mirada sonrojado al sentir la mirada del omega sobre el. — Es menor que yo. — Comunicó inflando orgulloso su pequeño pecho desnudo.

— Sólo por unos minutos... — Susurró "Joonie" hincandose junto a su hermano.

— ¿Cuántos años tienen? — Preguntó el omega acariciando los cabellos de Hoseok.

Él ya se había recostado en el pecho de Jin, abrazándose a su torso con total confianza disfrutando el dulce aroma a omega brotar desde su cuello y relajándose al sentir las cariñosas caricias en su cabeza.

— Cumpliremos seis en un mes. — Admitió "Joonie" orgullosamente y Hobi asintió de acuerdo.

— ¡¿Le gustaría asistir a nuestra fiesta de cumpleaños?! — Chilló Hoseok emocionado y con ojitos brillosos.

Jin sintió un pinchazo en su pecho al ver la ilusión grabada en el pequeño rostro del cachorro.

Pero no podía aceptar. Necesitaba huir muy lejos para que Dongsun nunca los encontrara. Él y sus bebés estaban en peligro...

— Yo... — Titubeó — No puedo... tengo que irme...

Hobi inmediatamente hizo un pronunciado y frunció el ceño con disgusto.

— No se puede ir. Apenas llegó. — Dijo firmemente cruzando sus bracitos sobre su pecho desnudo.

— Hobi. — Sentenció su hermano y el corazón de Jin se rompió al ver sus ojitos de Joonie ligeramente cristalizados.

— Y-yo no...

Unos pasos resonaron fuera de la habitación y el omega automáticamente se puso alerta, deteniendo sus palabras repentinamente para concentrarse en el intruso.

Miró a sus hijos y ambos permanecían demasiado tranquilos, aún durmiendo profundamente junto a su cuerpo.

Los niños mayores murmuraron algo entre ellos pero Jin fue incapaz de prestar atención cuando los pasos se detuvieron detrás de la puerta.

La perilla fue girandose de forma lenta y chirriante, el lobo de SeokJin atento y extrañamente tranquilo, sin embargo su mente daba vueltas en mil posibilidades.

Dongsun los había encontrado...

Tendría que convertirse para proteger a los cuatro cachorros, no permitiría que tocara ni un cabello de los niños en la habitación...

La puerta se abrió un poco provocando que los mellizos se abrazaran al torso de Jin y comenzaran a soltar risitas traviesas.

Jin se sintió confundido pero no bajó la guardia, envolviendo sus brazos en los niños para protegerlos de quien sea que fuera a entrar. Sentía a su lobo a flor de piel, dispuesto a tomar las riendas de su cuerpo para proteger a todos.

Un cuerpo masculino ingresó a la habitación, el rostro sumamente concentrado, mirando fijamente la bandeja sostenida entre sus firmes brazos como si temiera tirar alguno de los pequeños recipientes de la superficie.

Los cabellos azabaches brillaban relucientes y sedosos bajo la luz natural que se filtraba por algún lugar de la habitación y el corazón de Jin dejó de latir.

El aroma a roble y café comenzó a flotar hasta el omega, su fortaleza alfa envolviendolo y haciéndole perder el hilo de cualquier pensamiento coherente en su mente.

Y cuando alzó el rostro, SeokJin sintió que podría morir en ese momento.

Los profundos y oscuros ojos le miraron sorprendidos y brillantes, con una pequeña sonrisa formándose lentamente en su blanquecino y pulcro rostro.

— Despertaste... — Susurró el alfa con devoción.

La gruesa voz colándose en cada rincón del alma y mente de SeokJin.

De pronto quería y necesitaba escuchar esa voz todos los días de su existencia...

  
  
   
   
  
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Perdón a las personas que les llegó la notificación y no pudieron leer el capitulo.

Tuve problemas para subirlo, pero ya quedó.
Espero les haya gustado♡

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