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— Quelo de chocolate papi — Pidió Jungkook con ojitos brillosos.

Jin sonrió enternecido y acarició la mejilla de su hijo mayor, su cumpleaños número tres se encontraba a tan sólo un par de semanas y el omega quería prepararle algo especial a su cachorro.

Hubiera querido celebrar su cumpleaños con una enorme fiesta, pero sabía que a Dongsun le molestaría y no quería provocarle más.

Esos últimos días el alfa había estado menos tolerante y ya no quería verle enojado. Las marcas de sus brazos aún brillaban en un amarillento color y no quería recibir más reprimendas por su exasperante actitud...

— Entonces el pastel será de chocolate. — Aceptó dulcemente y el pequeño Jungkook aplaudió y chilló emocionado provocando que Taehyung se removiera incómodo aún entre sueños. — Kookie vas a despertar a tu hermano.

Jungkook abrió los ojos sorprendido y llevó sus pequeñas manitas a su boca, cubriéndola con fuerza para evitar dejar salir más sonidos. Sin embargo Taehyung abrió lentamente sus ojitos con un puchero formándose en sus labios antes de comenzar a llorar ruidosamente por haber sido despertado de su profundo sueño.

Jin comenzó a palmear su pechito y a tararear una dulce canción para hacerle dormir de nuevo y Taehyung lentamente dejó de llorar, mirando con devoción al omega. Como si fuera la cosa más hermosa que sus pequeños ojitos hayan visto jamás.

Jungkook se acostó junto a su hermano, acomodando su cuerpecito en la manta sobre el suelo y Jin se recostó a un lado, atrayendoles tanto como su pequeño vientre abultado se lo permitiera, dejando que su aroma tranquilizara a sus pequeños y les relajara hasta hacerles dormir de nuevo.

Siguió tarareando de forma baja, como un pequeño y dulce susurro para los oídos de sus cachorros, observandolos después de unos minutos comenzar a cerrar sus ojitos somnolientos. No habían dormido nada por la noche.

Habían estado llorando asustados después de escuchar los insultos que su alfa le había lanzado por no estar en condiciones de cumplir como omega.

Jin tuvo que pasar toda la noche con ellos, buscando tranquilizarlos después de los fuertes gritos.

Llevaba cuatro meses de embarazo y lo tenía realmente mal, los malestares parecían empeorar cada día y Dongsun no quería entenderlo.

Pero tenía que soportarlo, aunque sabía que no era su culpa sentirse de esa forma, también sabía que tenía que cumplir con sus obligaciones como omega.

Él era su alfa. Él le había comprado cuatro años atrás cuando se presentó como omega maduro, le había librado de su vida como esclavo y tenía que satisfacerlo cuando quisiera. Aún cuando sus malestares dominaran su cuerpo y su lobo se retorciera de asco al sentir el aroma de su pareja cerca.

Pero a pesar de todo, no se arrepentía de nada. Sus cachorros habían valido la pena. Los abusos habían dado como fruto a sus bebés y por nada del mundo renunciaría a ellos. Aún cuando los tres hayan sido concebidos a la fuerza, ellos eran lo único que lo mantenían firme cada día y le daban la fuerza para sonreír y avanzar en su vida.

Escuchó las profundas y tranquilas respiraciones de los dos niños y se permitió acariciar sus rostros con delicadeza. Agradeciendo a la luna por el magnífico regalo que le había dado.

Delineó las esponjosas mejillas de Taehyung con dulzura y su lobo se sintió en paz al tenerlos dormidos tan tranquilos a su lado.

Apartó un pequeño mechón rebelde de la frente de Tae y suspiró, él apenas tenía un año y ya se daba cuenta de muchas cosas.

No se acercaba nunca a su padre ni emitía sonido alguno cuando le tenía cerca. Incluso su aroma nunca lo relajaba, por eso Jin siempre le atraía a su regazo cuando comenzaba a llorar por algún malestar.

Dongsun era su padre, pero los niños no lo veían como tal. Y el alfa solo se había limitado a dejar descendencia. Nunca les había abrazado ni dedicado alguna palabra dulce. Simplemente por ser alfa él creía que estaba fuera de sus obligaciones el cuidar o demostrar afecto a sus cachorros.

Aunque Jin tampoco tenía idea de cómo debía comportarse un alfa con sus bebés, él nunca había conocido al alfa que embarazó a su madre, pero tampoco hizo falta.

Al pensar en ella su pecho se oprimió en dolor. Su mamá siempre lo había protegido de la crueldad del mundo. Y aunque había sido una esclava beta, siempre se sacrificó para que nada le faltara. Se había encargado de educarlo y cuidarlo con amor, haciéndole creer a los demás que era beta para protegerlo.

Nadie le había prestado mucha atención hasta que su primer celo llegó cuando tenía 18. No había podido ocultar su aroma porque no tenían el dinero suficiente para comprar algo tan caro como lo eran los supresores.

Ese día fue cuando el dueño de su madre supo que él era un omega.

Ella había peleado para protegerlo, pero él le golpeó dejándola inconsciente, entonces se lo llevó para venderlo ilegalmente en el bajo mundo. Ahí fue donde Dongsun le compró y desde entonces no la había vuelto a ver.

Estaba agradecido de cierta manera que él le haya comprado. Porque gracias a él tenía techo, comida y una familia. Hubiera sido peor si lo vendían a la zona roja para prostitución.

No hubiera podido soportar tanto...

Su lobo comenzó a inquietarse de pronto, dando vueltas en su interior con temor.

Cerró los ojos y acercó más a sus cachorros cuando sintió el aroma de Dongsun cerca.

Taehyung comenzó a moverse incómodo cuando la puerta fue abierta bruscamente y Jin comenzó a acariciar su pancita buscando tranquilizarlo un poco, aún cuando él mismo sentía a su omega encogerse de miedo al saber que el alfa había llegado a casa.

Dongsun entró al recibidor escaneando todo con detenimiento. Buscando el aroma de su omega hasta identificar que él y sus crías estaban en la sala. Siguió el olor y frunció el ceño cuando vio la escena frente a él.

— ¿Qué demonios hacen en el suelo? — Preguntó el alfa mirándolo con asco.

— L-los niños q-querían acostarse a-aquí… — Dijo Jin en un susurro para evitar despertar a sus hijos.

— ¿Y ellos mandan? — Bufó Dongsun alzando una ceja.

— E-están... están cansados por-porque anoche no d-durmieron… — Justificó acomodando la camisetita de Jungkook, jalando la tela para cubrir su ombligo.

— Mirame cuando me respondas. — Gruñó el alfa y Jin sintió a su omega temblar dentro de él. — Mírame omega.

La piel de SeokJin se estremeció ante la voz de mando e instintivamente alzó su rostro siguiendo la orden para mirar a un molesto Dongsun.

— ¿Hoy si vas a servir para algo? — Inquirió en tono ácido acercándose peligrosamente hacia él. Jin se sentó en un acto natural, buscando interponer una barrera entre los pequeños y el furioso alfa. — ¿O vas a poner tus estúpidos pretextos de siempre? — Escupió enterrando su mano en los cabellos del omega y tirando de ellos hacia atrás para mirar su rostro con mayor facilidad.

— M-me lastima...— Murmuró Jin apartando cuidadosamente la mano de su cabellera.

El alfa bufó molesto y tiró de nuevo de sus cabellos con más fuerza.

— Te hice una pregunta omega. — Ladró con odio.

Jin sintió la sangre hervir de coraje por la forma despectiva en la que el alfa se refería a él e hizo una mueca de dolor ahogando un quejido por el brusco tirón.

— Dongsun… — Pidió Jin de forma baja.

El alfa volvió a tirar de sus cabellos con más fuerza provocando un sonoro gemido adolorido por parte de SeokJin.

— No me llames así. Soy tu alfa. — Gruñó enojado y Jin bajó la mirada sintiendo su lobo sollozar completamente asustado.

— V-va a despertar a los niños... — Intentó razonar Jin con voz rota. Sintiendo el temor dominar por completo su razón.

Los músculos tensos en el cuerpo de Dongsun reflejaban la ira contenida. Y no debía hacerlo enojar.

Si el alfa lo golpeaba, su bebé sufriría las consecuencias y no podía permitir que nada le pasara a su cachorrito.

Aún era muy pequeño y no resistiría una brutal golpiza como las que el alfa le daba cuando no estaba en cinta. Debía protegerlo…

— Me importa una mierda las crías. — Soltó antes de alzar su mano en un rápido movimiento. Impactando con fuerza el dorso en la mejilla del omega.

La carne de su rostro inmediatamente ardió al contacto y soltó un sollozo al sentir el vivo dolor en su piel.

— ¡Papi! — El gritó asustado de Jungkook taladró su oído y Jin alzó su mirada encontrándose con los ojitos asustados de su hijo mirándole horrorizado.

— Calla a tu hijo si no quieres que yo mismo lo calle. — Soltó el alfa sentándose flojamente en el amplio sofá.

Jin sin poder controlarlo gruñó amenazante, sus ojos castaños resplandeciendo de pronto en un tono dorado.

Su lobo a flor de piel al sentir el peligro hacia su cachorro.

El alfa le miró ofendido al escuchar el sonido proferido por su garganta y alzó una ceja enfurecido. Las aletas de su nariz abriéndose en la rabia acumulándose en su pecho y gruñó de vuelta.

— Levántate. — Ordenó molesto — Lleva a tus hijos a su cuarto y ve inmediatamente a la habitación. Te voy a enseñar a respetarme. ¡Levántate!

El omega cerró los ojos y comenzó a temblar. Juntando todas sus fuerzas para no mostrar su cuello sumisamente y no obedecer la orden.

Su rostro aún dolía por el golpe y su lobo se había encogido en su interior completamente aterrado.

Al no escuchar respuesta Dongsun se alzó del sofá en un rápido movimiento, provocando que el omega y los cachorros brincaran asustados en su lugar.

— ¡¿No escuchaste?! — Gritó el alfa antes de acercarse a Jin y darle una fuerte patada en su cadera. — ¡Obedece maldita sea!

— P-papi… — Sollozó Jungkook cuando Jin cayó de costado en el suelo en un roto jadeo.

Los llantos aterrados de Jungkook y Taehyung comenzaron a sonar al ver al omega ser agredido por el alfa y Jin inhaló profundamente, tragandose el dolor para no asustar más a sus cachorros.

— Kookie, llévate a Tae por favor… — Pidió el omega de forma dulce, intentando con todas sus fuerzas no derramar ninguna lágrima para no alterar más a sus bebés, necesitaba tranquilizar a sus niños.

¡Fuera de aquí! — Les gruñó Dongsun y ambos niños comenzaron a temblar sumamente asustados.

Taehyung comenzó a llorar con más fuerza y se aferró al pequeño brazo de su hermano mayor. Sus ojos completamente húmedos por las lágrimas y su boquita abierta soltando su llanto atemorizado, calando en cada rincón de la mente y corazón de SeokJin.

— ¡No les grites! — Gruñó el omega poniéndose frente a los niños, protegiendolos con su cuerpo del enfurecido alfa.

Los ojos de Dongsun se oscurecieron en rabia y antes de que Jin pudiera reaccionar, él ya había golpeado nuevamente su mejilla con más fuerza.

Buscando castigar el atrevimiento del omega impactó el puño en su mentón.

El cuerpo de Jin cayó al suelo por el duro impacto gimiendo de dolor y completamente aterrado. Su omega dominando su parte racional, obligándole a permanecer con cabeza inclinada y su cuerpo estremeciéndose en crudo miedo.

Te voy a enseñar quién manda aquí. — Escupió el alfa antes de patear fuertemente el cuerpo del omega en el suelo, dando directamente en su abultado vientre.

Jin soltó un grito de dolor puro y llevó ambas manos a su vientre. Sollozando al sentir una punzada apoderarse de su parte baja, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos y sólo rogó a la luna porque protegiera a su inocente cachorrito.

Los gritos aterrados de sus hijos comenzaron a hacer eco en su mente y su lobo comenzó a rasguñar por salir y proteger a su familia.

— ¡¡¡Papi no!!! — La voz de Jungkook distorsionada en enojo vibró en el espacio.

Jin inmediatamente alzó su vista cuando un bajo e inmaduro gruñido retumbó a su lado.

Un pequeño lobo gris saltó hacia el alfa antes de que ambos pudieran reaccionar. Lanzándose encima al enorme cuerpo, Jungkook mordió el hombro de Dongsun buscando proteger a su papá.

El alfa gruñó enojado cuando los pequeños dientes del cachorro atravesaron su carne y completamente cegado por el coraje tomó el lomo del diminuto lobo, apartándolo de su cuerpo con fuerza sólo para lanzarlo lejos de él.

Un agudo chillido brotó del hocico del cachorro cuando su cuerpo chocó con la pared en un brusco golpe.

El alfa al escuchar el sonido proferido por su cachorro reaccionó dándose cuenta de lo que había hecho.

Su instinto despertó y quiso correr a atender a su hijo, pero un fuerte y amenazante gruñido sonó a su espalda.

Al voltear a buscar la fuente de tal sonido, un lobo más grande que su cachorro se echó encima de su cuerpo antes de que pudiera reaccionar.

El enfurecido lobo gris comenzó a lanzar duros mordiscos por todo su cuerpo, defendiendo con garras a su cachorro lastimado.

El alfa aturdido intentó detener el hocico del salvaje animal que lo atacaba y reconoció al lobo como su omega.

Quiso cambiar para detenerlo sin embargo cuando una mordida cerca de su cuello abrió su carne sólo pudo ver el hocico de SeokJin lleno de sangre antes de que su mundo se volviera completamente negro...

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